Muy noche bajo Las puertas

Alice Woodward

Revolución #005, 12 de junio de 2005, posted at revcom.us

Las puertas eran sensuales y surreales. Incluso en la noche la ciudad está inundada de ruido, pero las puertas ofrecían silencio y un meneo suavecito. Como en armonía con los vientos y el aire de la ciudad. El color era de tantos amaneceres que me he perdido y objetos conocidos en lugares distantes. Un sari de la India o cortinas italianas. Evocaban sabor a naranja fresca, a queso y a calabaza. Estructuras como letreros de construcción, barras de recreo y palos de tótem. Tenían simetría, repetición y sorpresa. Contenían una vida y una historia propia. Una escala difícil de captar aún habiéndolo experimentado y una conexión humana entre los que las imaginaron, produjeron y levantaron, y los que caminaron, corrieron, se pasearon y soñaron por medio de ellas. Eran caminos secretos en un mapa de tesoro, o un momento quieto con un libro, sentada junto a la ventana abierta en la tarde.

Más concretamente, Las puertas representan una contribución importante al arte y la cultura. En una sociedad que se enfoca ciegamente en las ganancias y la competencia, no hay espacio para que las masas exploren el arte y las ideas. Las puertas abrieron paso durante un corto tiempo. Es más, plantearon en primera plana cuestiones y debate candentes sobre qué es arte bueno o arte malo, cuál es el papel del arte y cómo se experimenta. Cuestiones que, en una sociedad comunista, no se limitarán a la élite intelectual ni a ocasiones poco frecuentes sino que provocarán por toda la sociedad debate que será a la vez divertido y serio, productivo y imaginativo; que le elevará la mirada al pueblo y jugará un papel concreto en la sociedad como nunca.

Seguir la historia de Las puertas y la respuesta de los críticos, artistas y las masas, es como saborear ese potencial.

Sentí una profunda conexión al caminar bajo las cortinas ondulantes, leer todos los días los comentarios y discutirlo con los amigos. Pensé en mis padres y su aventura para ir a ver La cerca de Christo y en toda la creatividad y rebeldía de su generación. Pensé en mis compañeros cineastas que buscan llevar adelante la teoría y expresión artística. Rompiendo fronteras con una tecnología nueva en evolución.

Pensé en las sombras de la tarde y el anhelo que uno siente al luchar para ver a través de una tela casi transparente, pero que queda con colores y siluetas. Deslumbrantes y sólidos.

No se me olvidará el paseo que hice muy noche bajo Las puertas en el aire invernal de Nueva York. El sentir agudamente lo conocido y lo extraño de una ciudad así. El gozar de la compañía de una camarada y las risas de nuestros amigos en la distancia, entran y salen como un tejido, tan vivo como el color de las puertas en el viento.