Dios—el fascista original

Cuarta parte (D): Guerras santas; Destino manifiesto en la Biblia

Revolución #022, 13 de noviembre de 2005, posted at revcom.us

NOTA DE LA REDACCIÓN: En este número continuamos una serie sobre religión escrita por un lector. Motivado por los escritos y charlas de Bob Avakian sobre el tema, y estimulado por discusiones sobre la Biblia con amigos, se puso a estudiar los primeros cinco libros. Esos libros, los "libros mosaicos" (que contienen pasajes centrales, como los diez mandamientos), cimientan los temas más importantes de la Biblia. Tras leer los libros mosaicos, quedó convencido de que la esencia del mensaje bíblico se ha tergiversado.

En la cuarta parte (C) vimos las justificaciones de la Biblia para eliminar a todos los que no sean "el pueblo escogido".

Quizá lo más indicado antes de concluir esta serie es algo que no he hecho lo suficiente: dejar que dios hable por sí mismo. Los fascistas cristianos se quejan de que no se les da suficiente tiempo para expresar sus ideas. Bueno, seamos justos.

Así que, antes de terminar, voy a citar un poema que dios le lee a Moisés al final de Deuteronomio, el quinto y último libro mosaico. En el poema dios profetiza que las futuras generaciones de sus seguidores se volverán contra él y enumera los castigos que desatará contra la humanidad cuando eso suceda. Dice dios:

"Yo tomaré venganza de mis enemigos, y daré la retribución a los que me aborrecen. Embriagaré de sangre mis saetas, y mi espada devorará carne; en la sangre de los muertos y de los cautivos, en las cabezas de larga cabellera del enemigo".

(Deuteronomio, 32)

Vaya, dios, ¡nadie puede ser más claro!

CONCLUSIÓN: "Emancipémonos de la esclavitud mental/nadie más que nosotros nos puede liberar la mente".

Esta cita es de una famosa canción de Bob Marley: "Redemption Song". La escogí por dos motivos. El primero y más obvio, es que capta poéticamente la noción de que es una tontería amarrar nuestros anhelos de libertad a un sistema de creencias bárbaro, anticientífico y arcaico. El segundo es que contiene una gran ironía: en esos versos Bob Marley habla del cristianismo y creencias similares, y dice que son venenosos para los que buscan la libertad, física o mental. Pero, en vez de dar un paso más y reconocer que todas las sociedades humanas deben esforzarse por superar la religión, adopta otra religión igualmente falta de rigor científico: el rastafarianismo. Por eso se puede decir que, al hablar del papel de la religión en la sociedad, Marley captó muy bien una parte, pero no vio la otra mitad. Pues si bien es cierto que el cristianismo no se le queda atrás a ninguna otra religión en la justificación y celebración de actos horribles, la verdad es que prácticamente todas las religiones tienen los mismos problemas fundamentales: se basan en una creencia incorrecta de que existe un ser superior todopoderoso y dictan que ciertos segmentos de la sociedad sean dominados a expensas de otros.

Seamos claros: el borrador del Nuevo Programa del PCR, así como numerosos escritos y charlas de Bob Avakian, recalcan que para ser comunistas de lleno hay que ser ateos, pero a los individuos que vivan en la clase de sociedad que anhelamos los comunistas jamás se les debe obligar a dejar la religión. Además, en las mismas charlas y documentos se ha recalcado innumerables veces que muchas personas bien intencionadas y de buen corazón seguirán adhiriéndose a la religión, y que tenemos que buscar unidad con ellas y no verlas como parte del enemigo. Estos dos puntos son vitales para trabajar por una sociedad en que, un día, todos seamos verdaderamente "libres".

Sin embargo, hay que trazar una distinción fundamental entre defender el derecho de los individuos a practicar la religión (un principio válido) y organizar la sociedad con doctrinas y textos religiosos (un camino mortal). La intolerancia religiosa y la restricción del derecho a practicar la religión es inmoral y perjudica el desarrollo de un movimiento revolucionario; pero por otra parte hay que decir que buscar cambios radicales basándose en la Biblia nunca dará resultado.

Próxima semana: Conclusión de la serie: Por qué debemos estar contentos de que dios no existe

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