La ocupación estadounidense de Afganistán es un infierno para la mujer

Revolución #025, 5 de deciembre de 2005, revcom.us

Del Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar. Del artículo: “Afganistán: cuatro años después de la invasión estadounidense

En muchos aspectos, la situación de la mujer no ha cambiado o se ha empeorado bajo la ocupación. Hace meses un tribunal de Badakhshan mató a pedradas a una mujer acusada de adulterio, pero sentenció al hombre a golpes. A la mujer la encarcelan por adulterio solo por el testimonio del esposo u otro hombre. Abundan los casos de muchachas que se suicidan prendiéndose fuego: en el cuarto año de la ocupación, aumentaron en un 50% en comparación con el año anterior. El peligro de violación o secuestro es mucho mayor que antes de la invasión. Puede que ya no se obligue a las mujeres a vestir la burka y que la policía de la moral del Talibán no las golpee en la calle, pero ahora sufren más violación o secuestro, o las dos cosas. Se acostumbra el matrimonio arreglado, igual que siempre. Las niñas se venden en unos doscientos dólares. Tras la invasión, la prostitución ha aumentado enormemente. La violencia doméstica es tan común como antes, quizás peor. No se debe medir la situación de la mujer en Afganistán considerando a unas pocas mujeres en zonas limitadas de la capital que pueden dejar la burka por un pañuelo y manejar un carro, sino considerando el infierno en que vive el 90% de las mujeres.

Los imperialistas y sus lacayos son incapaces de liberar a la mujer o de mejorar radicalmente su situación porque no van a cambiar las relaciones económicas y sociales de semifeudalismo que producen la terrible opresión de la mujer afgana. Al contrario, han reforzado tales relaciones durante 25 años al aliarse con sus representantes económicos, sociales, políticos e ideológicos más reaccionarios. Para continuar la ocupación, no les queda otra que seguir aliándose con esas fuerzas y reforzar esas relaciones. Pero en realidad, Bush, Blair, Schroeder, Chirac y su títere Karzai tampoco han querido hacer nada para liberar a la mujer.

La constitución que aprobó la segunda Loya Jirga en deciembre de 2003 dio igual importancia a la ley Sharia (islámica) en la vida nacional y estableció la República Islámica de Afganistán. Esas leyes reforzarán la opresión de la mujer y también las relaciones semifeudales que la producen. Bush y Blair se jactan de que sus armas trajeron la democracia electoral a Afganistán, pero lo que implantaron no es más que la dominación de las clases retrógradas tradicionales, apuntalada por los principales reaccionarios del mundo. No es más que una pantalla para la opresión de la población en general, dentro de la cual la opresión de la mujer es un pilar central.




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