Revolución #50, 11 de junio 2006


Lecciones del nuevo álbum de las Dixie Chicks

(O lo que pasó en la sección de música country)

Crecí escuchando grupos como Bad Religion y Rage Against the Machine, así que nunca se me ocurrió que podría apreciar una canción country.

Para mí la música country era la música de cantantes como Toby Keith, un retrógrado machista y superpatriota, con canciones en pro de la guerra como “Cortesía de la roja, blanca y azul”.

Nunca me imaginé que compraría un disco de música country, ni mucho menos uno del grupo Dixie Chicks. (Seamos honestos: el nombre podrá ser irónico, pero la palabra “Dixie” todavía hace pensar en la época de la esclavitud y en la Confederación, y la palabra “chick” no ha contribuido para nada a la emancipación de la mujer).

Pero como soy un tipo de mente abierta y ha habido contribuciones positivas de cantantes como Steve Earle y Johnny Cash, y sabiendo que el otro lado todavía estaba resentido porque las Dixie Chick hablaron mal de George W. Bush hace más de tres años, decidí entrar en territorio desconocido: la sección de música country de una discoteca. Compré el disco de las Dixie Chicks para ver qué onda. Me asombró que me gustara “Taking the Long Way” (El camino largo): la música y también la letra.

La canción más popular del disco y la que se está tocando por la radio es “Not Ready to Make Nice” (No estoy lista para hacer las paces). Empieza de una manera sencilla, con guitarra y la voz de Natalie Maine. De repente acelera y es una canción llena de emoción, pero no es una típica canción de amor. Dice: “Ya no tengo dudas/ No me queda nada que entender/ He pagado el precio/ Y lo seguiré pagando”.

La canción se vuelve más recia y empieza el coro; la cantante nunca grita ni se pasa; es firme y expresa confianza, como debe ser uno cuando sabe que está en lo correcto.

No estoy lista para hacer las paces/ No estoy lista para bajar la cabeza/ Sigo furiosa/ Y no tengo tiempo para dar vueltas y vueltas y vueltas/ Es tarde para corregir las cosas/ Y probablemente no lo haría si pudiera/ Porque sigo pero muy furiosa/ Porque no puedo hacer lo que piensas que debo hacer.

En el disco anterior tenían canciones como “Goodby Earl” (Adiós Earl) y desde ese entonces el grupo ha dejado atrás la canción provincial y se ha metido en líos con los derechistas. Pero para este disco, el trío de Natalie Maines, Martie Macguire y Emily Robinson se dedicó dos años a escribir canciones y el resultado es una letra que desafía, que destaca su espíritu de rebeldía y no pide disculpas ante las críticas.

Hace más de tres años, el 10 de marzo de 2003, cuando la guerra de Irak se perfilaba, en un concierto de Inglaterra Natalie hizo un comentario antes de empezar una canción. Dijo: “Para que sepan, nos da vergüenza que el presidente de Estados Unidos sea de Texas”. ¡Lo cual encabronó al otro lado!

Al principio Natalie pidió disculpas por el comentario, pero poco después el trío dijo que no se arrepentía ni renuncia a su derecho de cuestionar al gobierno. De hecho, en una entrevista de la revista Time, Natalie dijo que de lo único que se arrepiente es de haber pedido disculpas al principio. “Pedí disculpas por insultar a la presidencia. Pero ya no pienso igual. No creo que nadie le debe respeto”.

Muchos críticos dicen que las Dixie Chicks han abandonado el género de música country. ¿Pero quién abandono a quién? No sus fans, que llevaron el disco al primer lugar de ventas apenas salió.

De hecho es la industria de la música country la que ha querido censurar y desprestigiar al trío. A insistencias de programas radiales derechistas, las emisoras de radio han dejado de tocar su música en el Sur; y aunque el disco anterior se ganó tres premios Grammy, en la ceremonia de música country no le otorgaron ni un solo premio.

Toby Keith atacó al trío cuando salió con una camiseta que muestra a Natalie con Saddam Hussein. Además, el trío recibió amenazas de muerte. En una entrevista reciente hablaron de las amenazas: “No era solo una carta de odio, sino alguien que por lo visto tenía un plan”, dijo Natalie Maines. Sin embargo tocaron en Dallas a pesar de amenazas concretas.

La balada “Easy Silence” (Silencio suave) es más que nada un homenaje a un amante, pero también habla de la controversia y nos hace recordar que a cualquiera lo pueden amenazar y poner en ridículo si habla contra el gobierno.

Monos en las barricadas/ Nos advierten que debemos retroceder/ Forman comisiones para juzgar/ Al próximo que crucificarán/ Y la ira truena en todas las emisoras.

El contraataque de la industria de la música country ha llevado al trío a experimentar, como si estuviera buscando un nuevo sonido y no solo hacer otro disco country.

Por ejemplo, la última canción, “I Hope” (Yo espero) suena más como música gospel con profundo sentimiento. El coro habla de una sociedad mejor. Dice: “Yo espero / Más amor, más alegría y risa/ Yo espero/ Que tengamos más de lo que necesitemos/ Yo espero/ Que tengamos más días felices/ Yo espero/ Que vivamos con más intensidad”.

Natalie Maines hasta se burla de su pueblo de Texas y de sus valores sumamente religiosos con un rock intenso. Se llama “Lubbock or Leave It” (A Lubbock lo amas o te vas).

Tierra de vientos/ Tierra de la Biblia/ Con más iglesias que árboles/ Me crió, me alabó, pero no me pudo salvar/ No pudo mantenerme arrodillada/ Qué tal/ Reventón en la 289/ Ese será el día que regrese/ A este paraíso de tontos.

Lubbock, Texas, es un lugar famoso por su conservadurismo bautista y por odiar el rock n' roll que Buddy Holly (también oriundo de ahí) popularizó en los años 50.

El disco de las Dixie Chicks, con su firme posición de no pedir disculpas y su espíritu de rebeldía, se merece que lo escuchemos y que lo tengamos a la par de otros discos recientes que se oponen a la guerra, como los de Pearl Jam, Anti Flag, Neil Young y otros.

La primera canción, “The Long Way”, habla de no hacer lo que la gente espera o quiere que uno haga. Podría ser un aliento a quienes empiezan a cuestionar o a rebelarse.

Mis amigas de secundaria/ Se casaron con sus novios/ Se mudaron a casas/ Con el mismo código postal de sus padres/ Pero yo/ Yo nunca pude hacerlo/…Tomaba con los irlandeses y fumaba con los hippies/ Andaba con los conocidos/ Pero no era barbera como querían que fuera/ No, yo/ Nunca pude hacer lo mismo/ … Han pasado dos largos años/ Desde que la cima del mundo nos cayó encima / Ya estoy de vuelta/ Pero he tomado el camino largo.

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