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Revolución #65, 15 de octubre de 2006

Entrevista a Bill Goodman, del Centro pro Derechos Constitucionales

La nueva Ley de Comisiones Militares: “Es un momento peligroso para todos”.

Hace poco hablamos con Bill Goodman, director jurídico del Centro pro Derechos Constitucionales (Center for Constitucional Rights, CCR), quien supervisa los casos que defienden los abogados del Centro. Entre esos casos están los de centenares de presos de Guantánamo. Los entrevistados en esta sección de Revolución expresan sus puntos de vista y no son responsables por los demás artículos de nuestro periódico.

* * * * *

Revolución: ¿Puedes hablar de la importancia de la Ley de Comisiones Militares que el Congreso acaba de aprobar? ¿Significa que el presidente por su cuenta puede quitarle los derechos jurídicos a una persona, meterla a la cárcel y negarle el derecho a lo que se reconoce como un juicio desde hace siglos?

Bill Goodman: Hay varios aspectos muy importantes de esta ley.

Por un pelo le permite al presidente declarar que una persona es “combatiente enemigo” por su cuenta. Esa determinación la hará un Tribunal de revisión de condición de combatiente (Combatant Status Review Tribunal, CSRT), que es una entidad sui generis [única] a Guantánamo, hasta la fecha.

El presidente también puede formar un tribunal parecido a un CSRT en cualquier parte del mundo, hasta en Estados Unidos, según mi interpretación de la ley, y este puede declarar que una persona es “combatiente enemigo”. Además de las personas que ya han declarado “combatientes enemigos”, la ley se aplica a las personas que “esperan una decisión” sobre si son “combatientes enemigos”. Esa es otra frase interesante.

Así que la ley casi le permite al presidente hacerlo por su cuenta, pero se requiere un mínimo proceso. Si un día nos obligan a aceptar esa ley —y espero que no porque creo que es inconstitucional—, ese proceso mínimo será lo único que nos queda.

Pero esta ley significa que, en un sentido amplio y por primera vez en siglos, la protección básica de los derechos democráticos —el núcleo de la libertad con respecto a la opresión y el núcleo de la democracia— se ha debilitado en gran medida, y se ha eliminado completamente en el caso de ciertas personas, o sea, el recurso de habeas corpus.

Por eso es un momento vergonzoso para el Congreso.

Desde un punto de vista práctico, significa que pueden declarar que cualquiera, en cualquier parte del mundo, es “combatiente enemigo”. Esto se aplica a los ciudadanos estadounidenses.

A los que no son ciudadanos, una vez que los declaren “combatientes enemigos”, los pueden detener indefinidamente sin trámite, sin juicio y sin audiencia, fuera de las audiencias arbitrarias ante los CSRT.

Es un momento peligroso para todos.

Revolución: La Ley de Comisiones Militares niega a los “combatientes enemigos extranjeros ilegales” el derecho de habeas corpus. ¿Puedes explicarnos a quiénes afectará, adónde se encamina esto y qué pasará con los derechos que todos dan por sentados si esto no cambia?

Bill Goodman: Primero, habeas corpus es un concepto antiguo. Es latín y se remonta a la Edad Media o antes. Quiere decir que nadie, ni siquiera el rey (en aquellos días) o el presidente (en la actualidad), puede encarcelar a una persona sin una buena razón. Cualquier juez tiene el poder de decirle al rey que “no puede encarcelar a esta persona si no puede demostrarme que tiene una buena razón para hacerlo, que tiene pruebas de que es culpable de algo. Y si no puede hacerlo, tiene que ponerla en libertad”.

Es un derecho fundamental.

Como dije la otra noche, sin ese derecho todos somos esclavos en un estado policial. Así de básico es.

Como acabo de decir, la autoridad de encarcelar sin derecho a ningún trámite se aplica a cualquier persona que no sea ciudadano de Estados Unidos y que ha sido declarada “combatiente enemigo” o que espera que la declaren “combatiente enemigo”. Ahora pueden meterla a la cárcel sin el derecho de apelar a un tribunal y en realidad sin ningún derecho en absoluto. Eso es lo que quiere decir la nueva ley.

Revolución: Y por el tiempo que quiera el gobierno.

Bill Goodman: Sí. ¡Indefinidamente! Muchos de mis clientes llevan cinco años en Guantánamo y podrían dejarlos ahí hasta que mueran. Y la mayoría son jóvenes.

Revolución: Tú y los demás abogados del CCR representan a los presos de Guantánamo. Hace poco dijiste que ahora la Casa Blanca podría declarar que tales abogados son “combatientes enemigos”. Una vez que le quitan los derechos a un grupo, ¿cómo se extiende la ley a otros grupos?

Bill Goodman: La definición de combatiente enemigo [en la Ley de Comisiones Militares] es increíblemente amplia y podría incorporar muchas clases de actividades legales. Un ejemplo es dar “apoyo” judicial. Otro ejemplo es “apoyar” por medio de protesta o agitación política.

Estas son actividades protegidas por la Primera Enmienda y otras partes de la Carta de Derechos [de la Constitución]. La terminología de la ley es tan amplia que se podría aplicar a cualquier persona que ayude, como a los abogados del Centro pro Derechos Constitucionales y centenares de abogados más que lo único que hacen es defender la Constitución.

Pero desde la perspectiva de un burócrata reaccionario de mentalidad cerrada e irreflexivo, o de un funcionario del gobierno que tiene mucho poder pero poca inteligencia, podría aplicarse a grandes partes de la población que actúa amparada por los derechos constitucionales.

Hasta la fecha no tiene muchas consecuencias para las personas como yo y los abogados con quienes trabajo, que somos ciudadanos estadounidenses. No le permite específicamente al gobierno suspender el derecho de habeas corpus en el caso de los ciudadanos. Pero sí permite que los declare “combatientes enemigos”.

Creo que es escalofriante, y nos preocupa mucho, que ahora el gobierno pueda declarar que cualquier persona, ciudadano o no, es “combatiente enemigo ilegal”. Quién sabe cuáles serán las consecuencias de esto en el futuro. Por eso es algo que nos preocupa.

Revolución: ¿Cuál es la conexión entre legalizar la tortura y despojar de los derechos básicos relacionados con encarcelamiento, juicio, pruebas y habeas corpus?

Bill Goodman: Hay una clara conexión histórica. Inicialmente, en la Edad Media, a un detenido lo torturaban automáticamente. Esto se remonta al imperio romano; es una práctica antigua y lamentable de la sociedad occidental. Así que el derecho a plantársele al rey, a decir que tiene que presentar al detenido y mostrar las pruebas en contra de él, y si no tiene que ponerlo en libertad… todo esto está vinculado al movimiento contra la tortura. Esa es la conexión.

El otro aspecto es que además de quitarles a los tribunales jurisdicción sobre las peticiones de habeas corpus, la nueva ley les quita jurisdicción sobre toda petición derivada de esa detención y de tortura. Los detenidos pierden todos los derechos.

Así que además de lo que ahora pueden hacerles a los detenidos, estos y sus familiares y las personas preocupadas por su bienestar no pueden hacer nada para protegerlos. Hay que confiar en la “buena voluntad” de… ¿adivinas quién?… George W. Bush y Dick Cheney. ¡Con esa “buena voluntad” y cincuenta centavos uno puede comprar una taza de café!

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