Issue and Date


Revolución #72, 10 de diciembre de 2006

¿Una nación de torturadores?

Hace unas semanas, la cadena Fox presentó un video de un hombre, vestido en un mono anaranjado, que jadeaba y agitaba los brazos mientras otros hombres encapuchados le metían la cabeza varias veces en agua y le gritaban: “¿Ahora sí vas a hablar?”.

http://www.truthdig.com/avbooth/item/20061106_fox_news_correspondent/

Los televidentes se enteraron de que la víctima era un reportero de Fox News que se sometió voluntariamente al “submarino”. Esa técnica de tortura produce una “sensación horrible de ahogarse”. (1) Es un hecho muy conocido que la CIA la utiliza (2).

Unos minutos más tarde, el reportero vuelve a aparecer con el cabello esponjado y peinado, y comentó: “Es más miedo que dolor. No más verles cortar el celofán para cubrirle a uno la cara, da un miedo tremendo. Piensen en la gente que vive eso día tras día. Uno se da cuenta de que puede rajarse rápidamente… Pero lo que más me impresionó fue la rapidez con que recobré la calma. Después de estar sumergido unos minutos estuve a punto de decirles cualquier cosa, y minutos después estaba fuera del agua y me sentía perfectamente bien. Así que en cuanto a la tortura… me parece un mecanismo eficaz de hacer hablar a una persona, y después tenerla vivita y coleando”.

Eso fue adiestramiento para el público. En Estados Unidos se está forjando una mentalidad nueva y grotesca de aceptar que se torture metódica, repetida y violentamente, incluso hasta la muerte. La crueldad se acepta y hasta produce orgullo cívico si es en nombre de la patria. (Tengo que decir que, a pesar de lo horroroso de las imágenes, el reportero no experimentó la tortura como es en realidad. Los presos están conscientes de que en cualquier momento pueden quitarles la vida).

Estamos volviéndonos una nación de torturadores… de hecho, torturadores muy eficaces. La aprobación de la Ley de Comisiones Militares lo oficializó. ¿Y las torturas de Abu Ghraib, cuyas fotos nos causaban horror hace unos años? Ahora todo eso es legal.

Inclusive normal. El video de Fox es parte de un proceso nacional de aclimatación, con comentarios de parte de senadores sobre la moral/eficacia del “submarino”, la opinión del vicepresidente de que “es lógico” (y parte de un “programa de interrogación enérgico” [3]) y el remache constante de las redes televisivas. He aquí el cálculo que hizo la revista Harpers:

Frecuencia de tortura, de 2003 a 2005, en programas televisivos durante las horas de máxima audiencia: 624 incidentes

Frecuencia durante los siete años anteriores: 110 incidentes

Esos cálculos no cuentan los programas “de realidad” como Cops, en que a los negros regularmente los humillan y les atan las manos y los pies como animales, o Fear Factor, en que gente común y corriente obliga a otras personas a acostarse con víboras y comer gusanos como “entretenimiento”… que habitúan al uso de la coacción extrema para apuntalar el orden público, o simplemente para demostrar “aguante”.

Por lo visto la aprobación de leyes y la contratación de mercenarios (o soldados) para infundir terror en otros pueblos a fin de que obedezcan las órdenes de esta superpotencia no es suficiente. También es necesario “conquistar” a un sector de la ciudadanía para que aplauda los métodos medievales y participe o mantenga un silencio indiferente.

Y eso está teniendo un efecto. Hace unas semanas, millones de personas vieron en un video de siete minutos a unos guardias de seguridad de la Universidad de California en Los Ángeles descargarle corriente eléctrica con un táser a un estudiante iraní-estadounidense en una biblioteca llena de gente.

http://worldcantwait.net/index.php?option=com_content&task=view&id=3473&Itemid=220

El estudiante grita de dolor y alza la voz: “¡Esto es su Ley Patriota!”, y luego emite un gemido espeluznante, casi primitivo, cuando le aplican una descarga… y después lo hacen otra vez. Muchos estudiantes se levantan. Varios minutos pasan, con nuevos gritos de dolor, pero los estudiantes, con pocas excepciones, se quedan parados, horrorizados pero paralizados, ante su primer acto público de tortura.

Seguramente no será el último. ¿No se están preguntando ya: ‘qué haría yo’?

También está el caso de Alyssa Peterson, una soldada de 27 años de una familia mormona de Salt Lake City. En agosto del 2003, la asignaron a un equipo de interrogación de la cárcel de Abu Ghraib. Tres semanas después, murió de un balazo fuera de combate. Hace poco se descubrió que después de haber participado en dos interrogaciones, Alyssa rehusó continuar. El sargento James D. Hamilton les dijo a los investigadores militares: “Le era difícil tratar agresivamente a los detenidos. Pensaba que los métodos eran crueles”. Los archivos de las interrogaciones en que participó han sido destruidos.

http://www.revcom.us/a/069/alyssa-es.html

Si no la mataron los militares, una idea bastante preocupante, al parecer se suicidó. Lo cierto es que no aceptó ser torturadora. Pero estaba aislada. Solo a los siete meses de su muerte salieron en la internet las fotos de Abu Ghraib.

Ahora todos sabemos.

Notas

1. De una carta abierta al secretario de Justicia, Alberto Gonzales, firmada por 100 profesores de derecho de Estados Unidos. hrw.org/english/docs/2006/04/06/usdom13130.htm [regresa]

2. De ABC News, 18 de noviembre de 2005, Informe de Brian Ross y Richard Esposito:
“Al prisionero lo amarran a una tabla inclinada, con los pies hacia arriba y la cabeza ligeramente por debajo del nivel de los pies. La cabeza es envuelta en papel celofán y se le derrama agua por encima. Inevitablemente el reflejo de atragantarse comienza y con él, el terrible temor de ahogarse, esto lleva a súplicas casi inmediatas de parar el procedimiento. Según las fuentes, los agentes de la CIA que se sometieron a la tabla de agua la aguantaron un promedio de 14 segundos. Dijeron que el preso más duro de Al Qadea, Khalid Sheik Mohammed, ganó el respeto de los interrogadores aguantándola de dos minutos a dos minutos y medio antes de confesar. ‘La persona cree que va a morir, y por eso es un simulacro de ejecución, que está prohibido por el derecho internacional’, dijo John Sifton de Human Rights Watch”. abcnews.go.com/WNT/print?id=1322866 [regresa]

3. De la oficina del vicepresidente, 24 de octubre de 2006:
Hennen: “¿Está de acuerdo con que un remojón es lógico si se trata de salvar vidas?”
Cheney: “Claro que sí, pero me han dicho el vicepresidente ‘de la tortura’. Nosotros no torturamos. No hacemos eso. Nosotros cumplimos las obligaciones de los pactos internacionales que hemos firmado. Lo que sí es cierto es que se puede llevar a cabo un programa de interrogación enérgico sin torturar, y eso lo tenemos que hacer”. whitehouse.gov/news/releases/2006/10/20061024-7.html [regresa]

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.

Basics
Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
From Ike to Mao and Beyond