Issue and Date


Revolución #74, 24 de diciembre de 2006

Del Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar

“La cadena de violencia contra la mujer tiene miles de años y es tan larga que cruza toda frontera y da la vuelta al mundo”

27 de noviembre de 2006. Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar. Una amplia variedad de fuerzas en muchos países celebraron el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer el 24 de noviembre. En el marco del día, la Organización de Mujeres 8 de Marzo (Irán-Afganistán) publicó el siguiente volante.

Justo cuando soldados estadounidenses violaron a una muchachita iraquí de 14 años y la quemaron viva, en Neka, un pueblito en el norte de Irán, a la tía de Atefeh también le ardió el corazón cuando asesinos islámicos la ahorcaron luego de violarla a los 15 años.

Cuando los caudillos islámicos en Afganistán mataron a pedradas a Amina, Hajieh temblaba en la prisión Jolfa en Irán al imaginar las despiadadas pedradas. En otra prisión iraní, Khyrieh rogaba llorando: “No me apedreen, ahórquenme”.

En la misma hora que jóvenes patriarcales en una colonia de París prendieron fuego a Sohane, de 18 años, Marjan, de 16 años, se prendió fuego a sí misma para no tener que casarse con un hombre de la edad de su abuelo. Un poco más tarde Sumara murió en Pakistán de quemaduras por todo el cuerpo. Murió sin decir que su esposo la quemó.

Cuando en Somalia circuncidaron a Kolsum, de 7 años, su grito se mezcló con el llanto de Maryam en su noche de bodas, cuando a los 9 años le quitaron la muñeca y la hicieron mujer.

Sindisou tiene SIDA. La han violado muchas veces, empezando con su abuelo a los tres años. A Fadima la mataron en Suecia su padre y su hermano.

Marie Trintignant murió de una golpiza que le dio su novio, un famoso cantante francés. Al poco rato Nadia, una poeta afgana, murió a manos de su marido. A Lisa y Joyce las violaron y las mataron hombres desconocidos en Estados Unidos.

Natalia se paró en la ventana de un burdel en Amsterdam en espera de un cliente, mientras un barco con un regimiento de esclavas sexuales anclaba en Hamburgo.

Durante los años en que cientos de miles de mujeres iraquíes murieron por las sanciones que impusieron Estados Unidos y sus aliados, millones de africanas murieron en guerras o por las consecuencias de guerras, y a miles de sus hermanas en Bosnia las violaron los soldados.

La cadena internacional de violencia ha unido a millones de mujeres: la violencia que viven a diario más de tres mil millones de mujeres en todo rincón del globo. En las ciudades, en los pueblitos, en la casa o en el trabajo, en la calle… una cadena soldada en un extremo al estado, y en el otro a la violencia doméstica.

La cadena de violencia contra la mujer tiene miles de años y es tan larga que cruza toda frontera y da la vuelta al mundo.

Si bien la lucha y la resistencia de mujeres por todo el mundo han sacudido las cadenas de violencia, la belicosidad desbocada del capital y el nuevo orden mundial ha extendido su alcance y presión. La pobreza, la muerte, la enfermedad, el hambre, el analfabetismo, la esclavitud y el desempleo en el mundo actual han apretado más las ataduras de violencia que nos ciñen las manos y las piernas.

Pero a medida que se globaliza esta violencia, de igual manera la lucha y la resistencia de la mujer está llegando a una dimensión internacional. Oímos el eco de nuestras luchas y resistencia desde la distancia, y nos late más fuerte el corazón. Nos inspiramos con las luchas de cada quien, y nos enorgullecemos y nos alentamos de nuestras victorias. Lo que logra la mujer en cualquier parte del mundo lo logramos todas.

Al concientizarnos más, las mujeres entendemos que esta violencia es un arma en las manos del sistema patriarcal y clasista para consolidar y establecer nuestra subyugación. También entendemos que no será posible controlar esta violencia sin acabar con la condición subordinada de la mujer. No va a desaparecer por las buenas la dominación de la mujer, porque la apuntala el poder del sistema patriarcal y clasista. La liberación de la mujer depende de derrocar el sistema reaccionario dominante en el mundo.

Aquí estamos a millones, unidas por lazos a toda prueba, dispuestas a romper las ataduras de nuestra opresión y esclavitud milenaria, y a poner los fundamentos sobre los cuales se podrá construir una sociedad sin opresión ni explotación. Hemos de apresurar el paso, porque se nos hace tarde. El tiempo nos toca la puerta.

(Más información: www.8mars.com)

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.

Basics
Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
From Ike to Mao and Beyond