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Revolución #101, 16 de septiembre de 2007



Knocked Up (Panzona) es de la jodida

Dicen que para lo cómico, lo más importante es saber el momento. Por cierto, la tan exitosa película de este verano, Knocked Up (Panzona), que trata las consecuencias desastrosas de una noche de aventuras entre Alison (Katherine Heigl) y Ben (Seth Rogen), es producto de los tiempos en que vivimos. Lo peor de los tiempos en que vivimos.

Judd Apatow, el creador de la película, está a favor del derecho al aborto y dice que con esta película no está haciendo ninguna “declaración”. Sin embargo, Knocked Up es un mazo ideológico, lleno de los valores anti-aborto, patriarcales y “tradicionales” que están en aumento hoy. Artísticamente, la película está bien hecha. A la vez tiene un estilo de comedia atrevido y pretencioso de una generación “posfeminista”. Está repleta de escenas de sexo torpes, referencias culturales clave y referencias despectivas a los estereotipos de la vida matrimonial, y no menciona la religión. Todo esto solo sirve para cubrir su conservatismo social y eso la hace más peligrosa.

Señalada como la película que representa la generación actual, como lo fue The Graduate (El egresado) hace 40 años, esta película da una campanada sobre lo escalofriante y urgente de la situación.

Presenta la difícil situación de una joven y exitosa profesional cuando tiene que tomar la decisión de proseguir con un embarazo y casarse con el hombre con quien se envolvió, sin importar qué tan repulsivo le resulta, como si fuera el único camino para sentirse realizada que ni siquiera sabía que le faltaba.

Alison, que representa el ideal feminista de la película, es una combinación de estereotipos de la rubia bella y la vecinita decente, pero en el fondo es vacía. Es incapaz de relajar, ni capta las bromas que los hombres hacen sobre películas y pacientemente aguanta insulto tras insulto. A pesar de ser una exitosa reportera de entretenimiento, sale con líneas trilladas como: "¿Cómo puedo estar segura que nos vas a mantener?".

De acuerdo a las recientes decisiones de la Suprema Corte, las cuales elevan la salud y los "intereses" del feto encima de los de la mujer, la película ofrece más dinamismo y desarrollo cuando presenta al feto que cuando presenta el desarrollo del carácter de Alison. Llena la pantalla primero de escenas de la división de células y después de los ultrasonidos en vivo de las 9, las 16, las 24 y las 28 semanas de gestación.

Además, nunca toman en serio la posibilidad de un aborto. Presenta a los que tan solo lo mencionan como egoístas e indiferentes. Es la madre de Alison, una persona muy fría, quien le dice “termínatelo”, y un amigo de Ben le da vueltas a la palabra sin poder siquiera decirla en voz alta. Un crítico, que no tiene problema con el mundo de pesadilla posaborto de la película, dijo que después de enterarse del embarazo, "Alison tiene una enorme decisión: seguir sola con el embarazo o llegar a conocer al padre del bebé".

¿Quién es ese "padre" que Alison acepta "responsabilidad" de llegar a conocer? Ben vive con una tribu de “compás” marihuaneros desempleados quienes pasan los días documentando el segundo exacto en el que aparezcan mujeres desnudas en las películas. Cuando Alison le dice que está embarazada, él le grita en público que si él no usó un condón fue porque ella por caliente le apuró (parece que, igual como en la película de Apatow40-Year-Old Virgin, usar un condón es demasiado difícil). Él le recalca que ella sabía que no se protegían durante el sexo, y le dice: "¿Es que la vagina también se emborrachó?".

Hace 10 años la palabra vagina se incorporó al lenguaje popular a través del tan conocido Monólogos de la vagina de Eve Ensler, que fue presentado a gran escala en las escuelas secundarias, universidades y en grandes escenarios alrededor del mundo. Parece que la película tuviera la misión de restaurar el desprecio por esa parte del cuerpo femenino. Con media docena de referencias, la película da de entender que las vaginas son feas, asquerosas, repugnantes y que necesitan cirugía reconstructiva después del parto. En el punto culminante de lo cómico, la película muestra en toda la pantalla tres tomas sucesivas de vaginas hechas para hacer asquear al público. De todas las frases, hay una que se repite: a un hombre se le dice: "Cuidado cuando te salgas que la puerta no te pegue en la vagina". Esta es la frase favorita del héroe de la película, Ben.

Más que Alison, su hermana Debbie (Leslie Mann) experimenta una transformación. Y esa transformación, junto con la de Ben, constituye la moral de la película.

En el principio, Debbie personifica todo lo que supuestamente la mujer se vuelve si el hombre "se deja mandar"; ella es cansona, fría, pesada, obsesiva, nada interesante y superficial. Está obsesionada con la pérdida de su belleza juvenil como una mercancía sexual, y ataca verbalmente a las más jóvenes. Hasta a la niñera la llama “puta menor”. Su esposo, que ni siquiera busca aventuras, le echa mentiras para escaparse a jugar béisbol de fantasía.

La escena más impactante de la película es el nacimiento. Después de desaparecer durante meses, Ben reaparece. Ha comprado casa, ha conseguido trabajo y finalmente ha leído libros sobre bebés, pero según la película no es eso lo que le preparan para ser padre. Tampoco se ha vuelto sensible a las necesidades de Alison ni a la amistad y apoyo que comparte con su hermana. Tampoco tiene remordimientos por su negligencia (admite abiertamente que nunca dudó que ella volvería con él).

Demuestra su valía cuando declara que es dueño absoluto de Alison y el bebé. Cuando Debbie, quién asistió a las clases para el parto con Alison, llega para ayudarla, él la saca al pasillo. De la nada le grita: “¡Ese es mi cuarto ahora, lárgate!”. Le señala la sala de espera y le dice: “¡Ese es tu lugar, fuera del mío!”.

Por primera vez Debbie se queda muda después de haber sido “puesta en su lugar”. Se desploma enfurruñada en una silla junto con su esposo en la sala de espera. Luego algo increíble pasa. Ella se suaviza. Dice: “Me cae bien… Él va a ser buen padre y la va a cuidar”. Resulta que la razón por la que era tan fría y cansona era que no tenía ningún hombre que la dirigiera. Faltándole la dominación patriarcal, ella no podía dejarse ver femenina y sumisa como se muestra en la escena final. Es uno de esos momentos con que sueñan hombres cristianos como los “Promise Keepers”.

La derecha cristiana capta la corriente conservadora subyacente de esta película. Escribe el portal ChristianAnswers.net: “A pesar de que la película contiene mucho contenido vulgar y burdo, hay muchas enseñanzas morales excelentes”. El crítico alaba la película por descartar la posibilidad del aborto, y por traer los temas de la paternidad, la responsibilidad de ser padre y el matrimonio. Continúa: “Los escritores han cometido un error al incluir tanto contenido vulgar porque pierden una gran parte de su mercado potencial. Esto es decepcionante porque la película tiene… muchos temas responsables que poco se ven en el cine”.

Pero no hicieron esta película para un público conservador y cristiano, sino para los jóvenes "espabilados" que tienen esa clase de vida, pasan una noche de placer y aceptan la pornografía, y quienes han estado moldeados por el "feminismo" al estilo del programa televisivo Sex in the City, donde convertir al sexo y al cuerpo femenino en una mercancía se considera una forma de "liberación". La hicieron para una generación que se crió con el derecho al aborto pero cada día se la convence más que es “irresponsable”, “trágico” y hasta “un pecado”.

Pero esta generación está a la deriva en lo moral, y choca con la tierra baldía espiritual de una cultura hedonista y egoísta, mucho de lo cual caricaturiza brillantemente esta película. En medio de todo esto, puede ser refrescante ver una historia en que un hombre no se escabulle después de dormir con una mujer. Pero esa idea idealizada de "hacer lo correcto", casarse y tener al bebé, es pura ficción. Pregúntele a cualquiera que haya vivido en los años 50 o antes, cuando a las mujeres que se embarazaban se les soltaban nombres despectivos y las obligaban a casarse, si era tan romántico que la mujer sexualmente activa terminara sus sueños en la cocina "descalza y panzona".

Lo que se necesita es algo nuevo, una cultura y una actitud donde tanto los hombres como las mujeres pueden tener buen sentido del humor, ser inteligentes y tomar riendas de la vida… donde entran en una relación voluntariamente y con respeto mutuo e igualdad… donde los hijos son una fuente de alegría para los individuos o para las parejas que planeen tener una familia, pero a nadie se le culpe o se le obligue a tener un hijo que no quiera… donde ciertamente nadie tenga un hijo bajo la falsa noción de que solo ser madre puede brindar significado a la vida de una mujer.

Se necesitan muchas cosas en relación con la cultura, la mujer, los niños y el humor. Lo que NO se necesita es regresar a la familia patriarcal tradicional NI su versión moderna patriarcal de usar o ser usada. En realidad, aunque no se ve en las pelíc

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