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Revolución #112, 16 de diciembre de 2007

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HACER LA REVOLUCIÓN Y EMANCIPAR A LA HUMANIDAD
PRIMERA PARTE: MÁS ALLÁ DEL ESTRECHO HORIZONTE DEL DERECHO BURGUÉS (CONTINÚA)

La experiencia histórica y la nueva síntesis

De la Redacción: Lo que sigue es la octava parte de una serie de pasajes de una charla que dio Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, este año (2007). La charla ha sido revisada en preparación para su publicación y se ha incluido notas al pie de página (entre otras cosas, el autor ha ampliado en gran medida la sección sobre Karl Popper). Estos pasajes se publicarán en dos partes. La primera parte (en español e inglés) está en línea en revcom.us, tanto como la segunda parte en inglés. Los pasajes de la segunda parte también se publicarán como serie en Revolución empezando en el próximo número.

La experiencia histórica y la nueva síntesis

Los crímenes de este sistema—y las racionalizaciones de estos crímenes

En la historia del movimiento comunista y de la sociedad socialista, la orientación básica ha sido tratar la realidad material y las circunstancias de las masas populares como la prioridad, como el punto central y la base, en contraste con el enfoque burgués de ignorar —o, de hecho, reforzar— las circunstancias opresivas de las masas populares, la gran mayoría de la humanidad. Y es muy importante captar firmemente que, a nombre del individuo y los “derechos del individuo”, los partidarios de una u otra forma de este enfoque burgués en realidad defienden los intereses de una clase —y las dinámicas de un sistema en que esa clase, la burguesía, gobierna—, en que a las masas populares, a miles de millones de individuos en las clases explotadas y oprimidas, las oprimen y aplastan despiadadamente, y en que descartan totalmente su individualidad y todo concepto de su dignidad individual.

Piensen en los niños de India, donde millones de ellos, unos de cuatro años de edad, trabajan 12 horas al día, los siete días de la semana, en condiciones muy perjudiciales para la salud, y esto le resta importancia a la gravedad de la situación. O piensen en los niños de África que viven en barriadas atroces. Piensen en la gente por todo el tercer mundo, que vive en condiciones horrorosas, en un ambiente diario de excremento e inmundicia. ¿Tiene en cuenta su individualidad el sistema capitalista? No cuenta para nada.

A veces, como me dijo hace poco un camarada, hasta nosotros restamos importancia a los crímenes monstruosos de este sistema o no los apreciamos en un sentido completo y vivo. Dondequiera que uno mira, si examinamos la situación con la mirada penetrante de la ciencia—si examinamos real, honesta y científicamente la historia de lo que ha pasado y lo que está pasando hoy en el mundo (y lo que está pasando en este país, por ejemplo), si pensamos en la primera parte de la charla del DVD “Revolución” y lo que saca a luz acerca de la historia de este país, hasta hoy, veremos que este sistema ha llevado a cabo los crímenes más monstruosos y con el respaldo de los que detentan el poder. Piensen en la realidad que este sistema encarna y la realidad de lo que significa para quienes ha sometido, que ha sometido incluso a la esclavitud textual a veces hasta hoy en día1 (y durante generaciones en la historia de este país), pero a una situación horrorosa sin importar las formas particulares. Piensen en lo que este sistema realmente significa mientras pontifica sobre “el individuo” y los “derechos del individuo”. ¿Para quiénes —para qué clase de personas— se aplica, y para quiénes y qué clase no tiene aplicación y significado, fuera de la ironía más amarga y burlona?

Y, como sabemos, siempre tienen excusas. Los que gobiernan de esta manera tienen que tener muchas excusas. La clase dominante y sus apologistas en este país dirán: “Tuvimos que hacer ciertas cosas —como un golpe de estado que colocó en el poder al asesino Pinochet en Chile, y lo mismo en Guatemala e Indonesia, Irán y otros lugares— porque hubo un mal peor”. “Nos encontramos ante un mal peor” es uno de sus estribillos constantes. Hoy es el fundamentalismo islámico o el “islamofascismo”. Antes era otra forma de “totalitarismo”—y, por supuesto, el comunismo en particular.

Bueno, dejando a un lado por el momento las tergiversaciones y calumnias del comunismo, el movimiento comunista y la experiencia de los estados socialistas, hablemos de esta posición. Pues ¿y qué de Filipinas? Invadieron Filipinas a finales del siglo 19, traicionaron sus promesas al pueblo que luchaba por la independencia, libraron una guerra de agresión para colonizar el país, masacraron a centenares de miles de filipinos y llevaron a cabo atrocidades inimaginables en el proceso. No solo llevaron a cabo masacres sino que se pavoneaban con partes de los cadáveres de los muertos, y todo lo demás que es tan característico de sus fuerzas armadas. ¿Dónde estaba la Unión Soviética en ese entonces? ¿Dónde estaba la República Popular de China cuando hicieron todo esto? Ni siquiera existían.

O remontemos un poco más. ¿Qué del genocidio contra los pueblos indígenas (los primeros habitantes del continente)? ¿Y la esclavitud de millones y millones de africanos y todas las consecuencias de la esclavitud? Carlos Marx ni siquiera había nacido cuando hicieron estas cosas.

Su respuesta, de que han hecho estas cosas en respuesta a un mal peor, es simplemente una manera de tapar una verdad fundamental: no me gusta usar la palabra “mal” (especialmente en vista de sus connotaciones o “ecos” religiosos), pero si el “mal” tiene un significado, es ustedes. Ustedes y su sistema son la concentración en el mundo moderno de los horrores a los que someten a la humanidad, y son la causa fundamental de los horrores a los que someten a la humanidad. Y llevan siglos haciendo esto—desde los primeros días de este país (y en el período de conquista y colonización europeas que llevó al establecimiento de este país). Y sí, es cierto, estos horrores son mucho peores de lo que incluso los comunistas somos capaces normalmente de comprender y expresar.

Un país de “Ted Bundy”, un sistema de “Ted Bundy”

Sin embargo, se oye a gente con ideas progresistas decir: “Sí, lo sé, es cierto, pero tenemos a los fundadores” (ya no los llaman los “padres fundadores”, como esto no concuerda con sus ideas o pretensiones progresistas—es patriarcado demasiado obvio), “tenemos a los fundadores y nos legaron este sistema de gobierno democrático que tiene una división de poderes entre las tres ramas del gobierno y todo lo demás”. Y para mucha gente, demasiada gente —a veces en la forma agresiva y grotesca de los “neoconservadores” y los defensores manifiestos del imperialismo, o a veces en la forma más débil de los que son, por lo menos objetivamente, apologistas “progresistas” de este sistema— la noción del “excepcionalismo estadounidense”, en un sentido “positivo”, sigue surgiendo: Sí, los más “liberales” y “progresistas” de esa gente admitirán que este país ha hecho y sigue haciendo muchas cosas horrorosas, pero “en última instancia hay un aspecto intrínsecamente bueno de la naturaleza de este sistema”.

Bueno, en cuanto a esto un camarada dirigente de nuestro partido hizo una analogía muy diciente. Lo describió como “el fenómeno de Ted Bundy”. Ted Bundy, como muchos saben (y para los que no lo saben), fue un violador y asesino en serie hace varias décadas. Pero tenía una educación universitaria y era un tanto “refinado”. Llevó a cabo esos crímenes horrorosos de atacar violentamente, violar y asesinar a esas mujeres a lo largo de varios años, antes de que lo atraparon, condenaron y a fin de cuentas ejecutaron. Pero Ted Bundy tenía ese no sé qué. No cuadraba con el estereotipo de un asesino múltiple, como espantoso y demente. Fue refinado y suave. Sí, cometió todos esos delitos terribles. Fue violador múltiple sumamente brutal. Fue asesino múltiple. Pero —para continuar la analogía de este camarada— “Ted Bundy tenía ese no sé qué; si se pone lo que hizo en cierta perspectiva y tomamos en cuenta sus características mayores, todavía hay algo bueno de Ted Bundy”. Bueno, como señaló el camarada, por analogía, así es cómo muchos demócratas burgueses radicales, y no tan radicales, ven a este país, su país. Sí, no tienen reparos en admitir que nuestro gobierno ha cometido y está cometiendo todos estos delitos horribles, pero: “Hay ese no sé qué de la forma de gobierno constitucional y el sistema democrático que tenemos. Sí, se puede registrar los crímenes de la esclavitud aquí a las matanzas por todo el mundo, pero hay ese no sé qué de los Estados Unidos que nuestros fundadores nos legaron que tenemos que guardar”. Como si se podría separar todo esto (la forma de gobierno, y así sucesivamente) de “la esencia de Ted Bundy” de este sistema en una escala mucho mayor e internacional.

El mismo camarada que trazó la analogía de “Ted Bundy” también dijo que los crímenes de este sistema, una vez más, son peores y más monstruosos de lo que nosotros nos damos cuenta—hasta que los examinemos concretamente e investiguemos la realidad de esto profundamente y en detalle. Y este camarada hizo una muy buena sugerencia al tanto: Debemos exhortar a cualquiera, y especialmente a cualquiera que diga que todavía hay algo intrínsecamente bueno en este sistema, a examinar cualquier parte del mundo y estudiar lo que este sistema ha hecho y hacerle frente a los verdaderos horrores que ha causado para las masas populares—y luego decirnos por qué quiere preservar alguna parte de esto.

Pongamos las Cosas en Claro

Esto hace resaltar otra dimensión de la importancia del proyecto Pongamos las Cosas en Claro. El “veredicto” sobre el comunismo y la experiencia de los estados socialistas dirigidos por los comunistas ha llevado a mucha gente a apuntar más abajo. Es un veredicto que, de hecho, han “dictado” y que promueven sin descanso la clase dominante de este sistema imperialista y sus “simpatizantes intelectuales”. Mucha gente que debe saber mejor —e incluso alguna gente que una vez sabía mejor— se ha visto reducida a esa clase de racionalizaciones tipo “Ted Bundy”, porque le ha rebajado las perspectivas la idea de que lo que una vez pensaba que era bueno, o lo que la hubiera podido atraer en otros tiempos como alternativa a toda esta sociedad y todo este mundo dominado por el imperialismo, en el mejor de los casos no sea viable y en el peor de los casas sea una pesadilla tiránica. Eso subraya más lo importante que es examinar franca y científicamente los grandes logros tanto como las auténticas deficiencias de los países socialistas que han existido hasta la fecha—y de compararlos y contrastarlos con lo que el imperialismo y la dominación burguesa en realidad han hecho y significan para las masas populares del mundo. Por ejemplo, en la principal presentación2 del proyecto Pongamos las Cosas en Claro, se traza una comparación entre las afirmaciones (hasta las afirmaciones más exageradas y desmesuradas) sobre las vidas que ha costado el comunismo en relación con la realidad de las muertes causadas por el funcionamiento continuo del sistema tan solo en India durante el mismo período—lo que realmente ocurrió a las masas populares de India, en la “mayor democracia del mundo” (como lo describen una y otra vez los medios y comentaristas burgueses).

Es sumamente importante —y esto es una de las cosas que subraya el proyecto Pongamos las Cosas en Claro— tener presente lo que los estados socialistas han tenido que confrontar: la necesidad que han tenido que abordar, como el legado de las sociedades anteriores desde las cuales surgieron —y que tumbaron—, lo que quedaba de esas sociedades, en la base económica y la superestructura política e ideológica, y en la persistencia de las fuerzas de clase hostiles a la existencia del socialismo y a la continuación de la transformación socialista—todo esto entrecruzado y en interacción con la perseverancia y el cerco de potencias imperialistas hostiles y otros estados reaccionarios.

“House” y la experiencia de la sociedad socialista hasta la fecha

Aquí me parece que tiene mucha validez una analogía con el programa televisado “House”. Un tema constante en el desarrollo del argumento del programa, y en el desenvolvimiento de varios episodios, es la manera en que el personaje principal, el Dr. House, de su propia manera va al borde. Es un médico muy poco convencional y cuando tiene un caso extremo, recurre a cosas que, si fallan, podrían matar al paciente. En un episodio tras otro, hay una tensión tremenda: ¿descubrirá House por esos medios la causa de la enfermedad y logrará salvar al paciente, o más bien lo van a matar los medios a los que recurre para descubrir la causa? Esta es una tensión constante en “House”. Bueno, si uno entra en medio del programa y no entiende qué está pasando y por qué House hace esas cosas, imagínese lo monstruoso que pareciera. “Dios mío” (si me permiten), “lo que está haciendo podría matar al paciente”. Y no es que simplemente recurre a una de esas medidas peligrosas y aparentemente “extremas” una vez; si una no tiene éxito, recurre a otra—y si la segunda no tiene éxito, hay una tercera. Y, a corto plazo, muchas veces causa más sufrimiento al paciente. ¿Por qué? ¿Porque es un tirano sádico y demente? ¿O porque está tratando de ir a la esencia de una enfermedad y curarla?

Bueno, hay una analogía en esto al socialismo y a la dictadura del proletariado. Si uno “entra en medio” de esa experiencia —o si la ve a través de tapaojos burgueses— y ve que recurren a ciertas medidas que parecen “extremas”, pero no sabe, o no entiende, qué es la “enfermedad” que están tratando de curar; o, fundamentalmente, si ni siquiera sabe que hay una enfermedad—si, para decirlo más directamente, piensa que esas sociedades donde el socialismo ha surgido son lugares en los que todo está bien para la mayoría de la población, y que tiene una buena vida, en vez de entender que, al contrario, para la gran mayoría de la población la vieja sociedad era un verdadero horror y que los explotaban, oprimían y degradaban de mil maneras todos los días—si no entiende nada de esto, podría ver algunas de las medidas a las que recurren con el fin de superar todo esto, y para impedir que los nuevos y viejos explotadores devuelvan todo esto, y pensar: “Qué cosa tan terrible es el socialismo. Mira todo lo que hacen, mira a lo que someten a la población”.

Y esto no es todo, no captaría las muchas maneras en las que, ahí mismo, se está mejorando infinitamente la vida de la población, y que la naturaleza de las relaciones sociales y el punto de vista y los valores del pueblo se están transformando radicalmente, en una dirección muy positiva. No captaría las maneras en que esto pasa cada vez más debido a la iniciativa consciente de las mismas masas populares.

Pero incluso si uno tiene en cuenta todo esto, y la analogía a “House” y su significado, y sin pasar por alto la enorme necesidad que las sociedades socialistas han tenido que confrontar, de todos modos es importante concluir que al abordar todo esto, en la experiencia histórica de los estados socialistas hasta la fecha, junto con los muy grandes logros, que son de hecho el aspecto principal, también ha habido maneras secundarias pero no obstante importantes en las que se han descarrilado, y en algunos casos seriamente, con consecuencias negativas innegables. Ha habido una clara tendencia hacia el positivismo y el reduccionismo—hacia, por así decirlo, nivelar las contradicciones y aplicar un enfoque mecanicista, incluso al tratar a la superestructura como si fuera vinculada demasiado estrechamente a las tareas inmediatas, en particular en cuanto a la base económica. Y luego, a su vez, redujeron demasiado la transformación económica, especialmente en la experiencia de la Unión Soviética, incluso cuando era socialista, a la expansión económica a base de la propiedad estatal, sin prestarle suficiente atención a la transformación de las relaciones entre las personas en la producción, en varios aspectos, tanto como otras relaciones sociales, y a la expresión de todo esto en la superestructura.

Junto con esto, como mencioné antes, ha habido una tendencia hacia la reificación del proletariado (con esto quiero decir la tendencia, que está vinculada al positivismo, a identificar al proletariado, como clase, con los miembros individuales de esa clase y, al hacerlo, a reducir, disminuir y socavar la causa revolucionaria a la que realmente corresponden los intereses del proletariado, como clase): una tendencia —que está vinculada al positivismo— a ver las cosas de tal manera que si uno es proletario o no es un factor crucial que determina si tiene la verdad o no, por así decirlo. Esta era una tendencia muy marcada en la Unión Soviética, aunque también existía —aunque fuera en menor grado, y aunque lo contradijera y contrarrestara otros enfoques más correctos— en China cuando era un país socialista, con la dirección de Mao.

Y, al lado de la reificación del proletariado, había, especialmente en la Unión Soviética, una reificación del socialismo en cierto sentido—a ver el socialismo como algo estático y más o menos como un fin en sí mismo, en vez de verlo como un proceso muy dinámico y una transición al comunismo. Esto es algo que Mao reconoció y empezó a combatir, especialmente después de varios años de la experiencia del socialismo en China, pero de todos modos siguió siendo una tendencia seria, hasta en la China socialista.

Esto llevó —una vez más, cualitativamente más en la Unión Soviética que en China— a una restricción, o una tendencia a una restricción, del proceso de la transformación socialista; y, en la medida en que esa tendencia se impuso, condujo a llevar mal la relación entre la meta y el proceso, para que lo que pasara en un momento determinado pasó a ser, o tendió a identificarse como, la meta en sí—en vez de ser visto como una parte del proceso hacia una meta mayor. Y, junto con esto, hubo una restricción de la relación entre la dirección principal necesaria, en el sentido fundamental, y lo que eran objetivamente “desvíos” o salidas —pero que se veían y trataban como desviaciones peligrosas— de la dirección principal. Esto, en cierto grado y a veces a un grado importante, llevó a sofocar la creatividad, iniciativa, expresión individual y, sí, los derechos individuales en el proceso de conjunto, especialmente cuando parecían estar en conflicto —o en realidad estaban en conflicto, a corto plazo— con las metas expresadas del estado socialista y su partido de vanguardia.

La nueva síntesis

¿Cómo se relaciona la “nueva síntesis” a esta experiencia? Con el fin de concentrar —o presentar una síntesis básica— de lo que representa esta nueva síntesis, se puede decir:

Esta nueva síntesis abarca reconfigurar y recombinar los aspectos positivos de la experiencia hasta la fecha del movimiento comunista y la sociedad socialista, mientras se aprende de los aspectos negativos de esa experiencia, en las dimensiones filosóficas e ideológicas tanto como las políticas, y así tener una orientación, método y enfoque científicos con raíces más profundas y firmes, no solo en cuanto a hacer la revolución y conquistar el poder, sino también, sí, en cuanto a satisfacer los requisitos materiales de la sociedad y las necesidades de las masas populares, con una base cada vez mayor, en la sociedad socialista —para superar las profundas cicatrices del pasado y continuar la transformación revolucionaria de la sociedad, mientras al mismo tiempo apoyar activamente la lucha revolucionaria mundial y actuar conforme con el reconocimiento de que la arena y la lucha mundiales son las más fundamentales e importantes, en un sentido global— junto con abrir cualitativamente más espacio para dar expresión a las necesidades intelectuales y culturales del pueblo, entendido en el sentido amplio, y posibilitar un proceso más diverso y rico de exploración y experimentación en los campos científicos, artísticos y culturales, y en la vida intelectual en general, con mayor campo para la competencia de diferentes ideas y escuelas de pensamiento, y para la iniciativa y creatividad individuales y la protección de los derechos individuales, con espacio para que los individuos interactúen en la “sociedad civil” independientes del estado—todo en un marco general cooperativo y colectivo y al mismo tiempo a la medida que el poder estatal se mantiene y se sigue desarrollando como un poder estatal revolucionario al servicio de los intereses del estado proletario, en el país en particular y por todo el mundo, donde este estado es el elemento dirigente y central de le economía y la dirección general de la sociedad, mientras el estado en sí se transforma continuamente en algo radicalmente diferente de todos los estados previos, como una parte crucial del avance hacia la abolición posterior del estado al llegar al comunismo a nivel mundial.

En cierto sentido, se puede decir que la nueva síntesis es una síntesis de la experiencia previa de la sociedad socialista y del movimiento comunista internacional más ampliamente, por un lado, y de las críticas, de varios tipos y desde varios puntos de vista, de esa experiencia, por otro lado. Esto no quiere decir que esta nueva síntesis representa una simple “unión” de esa experiencia, por un lado, y las críticas, por el otro. No se trata de combinar eclécticamente estas cosas, sino de tamizarlas, reconfigurarlas y recombinarlas a base de un punto de vista y método científicos, materialistas y dialécticos, y de la necesidad de mantener el avance hacia el comunismo, que es una necesidad y objetivo que este punto de vista y método siguen señalando—y, cuanto más rigurosa y profundamente se adopta y aplica, tanto más firmemente señala esa necesidad y objetivo.

Si realmente se capta de lo que se trata esto, se verá por qué siempre hablo de ir al borde de ser descuartizado en cuanto a dar dirección al movimiento comunista y la sociedad socialista futura. Creo que esto se ve hasta cierto punto en el artículo que publicó hace poco Revolución—o una carta de un lector que critica un artículo (sobre las elecciones, en la sociedad capitalista y la sociedad socialista, y unos interrogantes más amplios que plantea) y la respuesta de la redacción.3

Bueno, esta no es una formulación que se presenta a la ligera: ir al borde de ser descuartizado. Recordemos lo que quiere decir ser descuartizado. Especialmente en la sociedad feudal, y en particular para los delitos como traición, a menudo el castigo era ser descuartizado: esto quiere decir que destrozaban el cuerpo arrastrándolo en cuatro direcciones. Esto es lo que quiere decir “ser descuartizado”. Y si se entiende de lo que se trata, en cuanto a ser el núcleo de la dirección —sí, un núcleo que cada vez más se amplía, pero estar en el núcleo de todo este proceso revolucionario y dirigirlo de la manera de que he estado hablando, no como un proceso bajo un control estricto sino un proceso en que la gente, como lo he descrito, “corre en muchas direcciones”— pues se puede ver que estarán sujetos a tremendas presiones y tensiones. ¿Por qué? Porque no se puede dejar caer las riendas, a fin de cuentas, pero tampoco se puede llevar un estricto control. Hay que hacer que todo esto siga hacia el objetivo del comunismo, que se ha establecido que es una necesidad científica, pero sin mantener un control estricto a lo largo del proceso. Y esto le lleva repetidamente —y lo hará repetidamente si está haciendo lo que debe hacer— al borde de ser descuartizado. Y si no estamos dispuestos a hacer esto, pues no merecemos ser la vanguardia—y, lo que es más fundamental e importante, no vamos a llegar a donde tenemos que llegar.

Bueno, se ha condensado este enfoque, esta nueva síntesis, en la formulación “núcleo sólido con mucha elasticidad”. Pero hay que captar que esta formulación es una concentración —una expresión concentrada de todo este proceso rico— y no hay que convertirla en otra frase que no significa nada, o un concepto religioso que se dice repetidas veces sin contenido. Hay que entender y aplicar lo que se capta en “núcleo sólido con mucha elasticidad”, de una manera viviente, a lo largo de todo el proceso de la revolución —antes y después de la conquista del poder y el establecimiento del estado socialista. Y, de hecho, este concepto básico —”núcleo sólido con mucha elasticidad”— se aplicará incluso en la sociedad comunista, aunque de una manera distinta, cuando ya no haya un estado ni un núcleo de dirección continuo o institucionalizado.

He hablado antes de los cuatro objetivos del núcleo sólido, en la sociedad socialista—a saber: mantener en el poder la revolución proletaria; expandir el núcleo sólido al máximo posible en un momento dado; trabajar para restringir continuamente, y a fin de cuentas superar, la diferencia entre el núcleo sólido y el resto de la sociedad (esto se refiere a la “extinción del estado”); y fomentar la máxima elasticidad a base del núcleo sólido necesario en un momento dado. Todos estos cuatro objetivos forman una unidad y son interdependientes mutuamente y se influencian mutuamente el uno al otro, de una u otra manera. Y, como he dicho, incluso en la sociedad comunista —aunque de una manera radicalmente diferente— el mismo principio se aplicará, porque concuerda con, o es una expresión de, la naturaleza de la realidad y su desarrollo por medio del movimiento contradictorio.

Para concluir este punto, quiero subrayar que es muy importante no subestimar el significado y la fuerza positiva potencial de esta nueva síntesis: criticar y romper con errores y defectos importantes y reconfigurar lo que ha sido positivo de la experiencia histórica del movimiento comunista internacional y los países socialistas que han existido hasta la fecha; en un sentido verdadero, reavivar —sobre una base nueva y más avanzada— la viabilidad y, sí, el atractivo de un mundo totalmente nuevo y radical, y hacerlo sobre una base aun más firme de materialismo y dialéctica. Esta nueva síntesis está ligada a las rupturas clave en la esfera de la epistemología, e interpenetra estrechamente con ellas: rupturas con el instrumentalismo y apriorismo, el dogmatismo y la religiosidad, el positivismo, el empiricismo y el pragmatismo, tanto como el nacionalismo en la esfera de cómo vemos todo el proceso del avance al comunismo.

Así que no debemos subestimar el potencial de esto como fuente de esperanza y osadía sobre una base científica sólida. En los años 60, cuando el Partido Pantera Negra surgió, Eldridge Cleaver hizo la observación cáustica de que el viejo Partido Comunista había “ideologizado” la revolución hasta correrla del escenario, pero que los Panteras la habían ideologizado de regreso al escenario. Actualmente en Estados Unidos, una vez más han “ideologizado” la revolución hasta correrla del escenario. Y en el mundo en general, en gran medida, la revolución cuya meta es el comunismo y que tiene la visión de un mundo comunista —estas han sido “ideologizadas” hasta correrlas del escenario— y con ellas el único camino que realmente representa la posibilidad de un mundo radicalmente diferente y mucho mejor, en el mundo tal como es, un mundo en que uno verdaderamente quisiera vivir y en que podría florecer. Objetivamente, la nueva síntesis ha “ideologizado” esto de regreso al escenario una vez más, en un nivel más alto y de una manera potencialmente muy poderosa.

Pero ¿qué se hará con eso? ¿Se volverá una fuerza política e ideológica poderosa? Nos toca a nosotros llevarla por todas partes —muy que muy audazmente y con sustancia, y vincularla con el deseo amplio si por el momento principalmente latente de otro mundo— y entrarle con cada vez más personas con esta nueva síntesis de una manera buena, animada y viviente.

Los pasajes de la segunda parte de esta charla empezarán en el próximo número de Revolución.

 1 La charla filmada de Bob Avakian “Revolución: Por qué es necesaria, por qué es posible, qué es” empieza con “Están vendiendo postales del ahorcamiento”, que describe gráficamente el linchamiento y otras maneras horrorosas en que han oprimido y aterrorizado a los negros a lo largo de la historia de Estados Unidos.

Hay ejemplos de algunos de los horrores de la esclavitud moderna —como la esclavitud de niños—en “Esclavitud del siglo 21 en el capitalismo globalizado”, Revolución #102, 23 de septiembre de 2007, que también tiene fuentes de más información sobre este tema.[back]

2 El proyecto Pongamos las Cosas en Claro ha hecho un análisis de aspectos importantes de la experiencia del socialismo en la Unión Soviética y China —de los verdaderos errores y deficiencias tanto como los logros sin precedentes históricos— y responde a las calumnias y tergiversaciones de esa experiencia. Se lo puede encontrar, y se puede proveer más información, en línea en thisiscommunism.org. La principal presentación de este proyecto, a la que se refiere aquí, es una charla de Raymond Lotta titulada “El socialismo es mucho mejor que el capitalismo, y el comunismo será un mundo mucho mejor”.[back]

3. Bob Avakian presentó esta metáfora, de que los dirigentes del movimiento comunista y la sociedad socialista enfrentan la perspectiva de que los “descuarticen” si no manejan correctamente contradicciones difíciles, en “Conversación de Bob Avakian con unos camaradas sobre epistemología: Sobre conocer, y cambiar, el mundo”, Obrero Revolucionario #1262, 19 de diciembre de 2004. Revolución publicó el artículo que menciona Bob Avakian aquí (una carta de un lector y la respuesta de la redacción de Revolución sobre las elecciones en la sociedad capitalista y la sociedad socialista y interrogantes más amplios que plantea) en el número 96, 22 de julio de 2007.[back]


La segunda parte de

HACER LA REVOLUCIÓN Y EMANCIPAR A LA HUMANIDAD

está en la internet ahora (en inglés)

Revolución tiene el orgullo de anunciar que la segunda parte de la nueva charla de Bob Avakian HACER LA REVOLUCIÓN Y EMANCIPAR A LA HUMANIDAD ahora está en el portal revcom.us (en inglés). La segunda parte se titula TODO LO QUE HACEMOS TIENE QUE VER CON LA REVOLUCIÓN, y examina conceptos esenciales sobre el contenido de forjar un movimiento revolucionario y comunista. La charla se publicará como serie en Revolución (en español y en inglés) una vez que se haya terminado de publicar la primera parte.

En un sentido importante, la segunda parte de HACER LA REVOLUCIÓN Y EMANCIPAR A LA HUMANIDAD hace un andamiaje esencial para forjar tal movimiento revolucionario. No cabe duda de que hay más trabajo que hacer, y más pensamiento que se necesita, al llevar a cabo y resumir este trabajo, y con el desarrollo del mundo, pero esta charla establece un marco y enfoque coherente para hacerlo. También aplica —y ejemplifica— un método que todo mundo puede aprender y utilizar: da un sentido vivo del carácter de múltiples capas y niveles y de cambios dinámicos de la realidad, y una manera de comprender la realidad en su movimiento y desarrollo, y de transformarla. Al hacer esto, aprovecha la primera parte de la charla, que ahora se está publicando como serie, y su discusión de la meta primordial de la lucha tanto como del método científico.

Todo revolucionario y toda persona que está resuelta a cambiar de manera fundamental la sociedad, y que está lidiando con cómo hacerlo, debe estudiar esta charla. Esperamos tener pronto tus comentarios y respuestas a esta obra.

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Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
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