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Revolución #115, 13 de enero de 2008

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HACER LA REVOLUCIÓN Y EMANCIPAR A LA HUMANIDAD
SEGUNDA PARTE: TODO LO QUE HACEMOS TIENE QUE VER CON LA REVOLUCIÓN (CONTINÚA)

La labor revolucionaria significativa

Una cultura de aprecio, promoción y popularización

De la Redacción: Lo que sigue es el tercer pasaje de la segunda parte de una charla que dio Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, el año pasado (2007). La charla ha sido revisada en preparación para su publicación y se han incluido notas al pie de página. Estos pasajes se publican en dos partes. La primera parte (en español e inglés) está en línea en revcom.us, tanto como la segunda parte en inglés. La primera parte ha salido en español como una serie de pasajes en la edición impresa del periódico Revolución (ver los números 105, 21 de octubre; 106, 28 de octubre; 107, 4 de noviembre; 108, 11 de noviembre; 109, 18 de noviembre; 110, 25 de noviembre; 111, 9 de diciembre; y 112, 16 de diciembre de 2007). Los pasajes de la segunda parte también se publicarán como serie en Revolución.

La labor revolucionaria significativa

Una cultura de aprecio, promoción y popularización

Un aspecto importante de propagar audazmente la revolución y el comunismo por todas partes es el trabajo que hemos caracterizado como forjar una cultura de aprecio, promoción y popularización en torno a la dirección, la obra y el método y enfoque de Bob Avakian. Bueno, yo reconozco que algunas personas (para ser franco, de la clase media principalmente) lo consideran “inmodesto” (y quizás para unos curiosamente extraño) que yo hablara de esto (y, por dios, ¡que me refiriera a yo mismo en la tercera persona!). Pero, en primer lugar y fundamentalmente, la “modestia” (o “inmodestia”) no es la esencia del asunto ni el meollo del tema. Esto, como todo lo demás, es cuestión de tener un enfoque científico —una valoración objetiva de lo que representa una persona particular y su papel, su obra y su método y enfoque— y yo o quienquiera lo debe ver y evaluar de esa manera y con estos criterios (y, seamos honestos, ¿se “molestarían” menos las personas que protestan que me refiriera a yo mismo en la tercera persona si hablara de “una cultura de aprecio, promoción y popularización en torno a la dirección, la obra y el método y enfoque de yo mismo”?). No, la esencia del problema es: ¿cuál es lo que esa dirección, esa obra y ese método y enfoque representan objetivamente, y qué tiene eso que ver con el problema mayor de transformar el mundo?

Como Lenin recalcó en ¿Qué hacer?, una de las tareas clave de los comunistas es plantear ante todos sus convicciones y metas comunistas. Y eso quiere decir presentar lo que, en todo momento, es la representación más avanzada de esas convicciones y metas. Fundamentalmente, los principios que esto abarca son los mismos que se aplican en todos los campos basados en la ciencia (la física, la biología, la medicina, etc.): a menudo los avances van asociados con un individuo en particular, y hablar de la concepción más avanzada en un momento dado sería imposible sin hacer referencia a, y claro, sin cierto enfoque en, ese individuo—y esquivar tal referencia y enfoque sería sumamente artificial y equivocado, y de ninguna manera práctico. Así que, repito, aunque hay particularidades a la esfera de la dirección política (e ideológica), y específicamente a la dirección comunista,1 con respecto a quienquiera cuyo papel tenga una influencia significativa (o que se promueva como algo que debería tener una influencia significativa), el problema básico se reduce a esto: ¿cuál es el contenido de ese papel, y en particular el contenido de la obra, y el método y el enfoque, de esa persona, y qué impacto tendría, de una u otra manera, si eso tuviera un mayor o un menor impacto e influencia?

¿Por qué soy yo —mi obra y mi método y enfoque— importante? Porque esto aporta una concepción avanzada, una concepción elevada, de lo que se tratan la revolución y el comunismo y de cómo avanzar hacia el objetivo de la revolución y el comunismo, así como un método para abordar y bregar con las contradicciones que se van a encontrar inevitablemente en ese proceso. (Algunas cosas son inevitables—y, aunque la meta del comunismo no es inevitable, lo que es inevitable es que en la lucha para lograr el comunismo nos vamos a encontrar ante muchas contradicciones complejas y difíciles. Eso lo podemos garantizar).

En eso es en lo que todo esto radica—para eso sirve. Cuando propagamos esto y estamos trabajando para forjar una cultura de aprecio, promoción y popularización, no lo estamos haciendo para crear un culto en torno a una persona, en un sentido religioso. Lo estamos haciendo para permitir bregar con la concepción más avanzada que tenemos de adónde la sociedad y la humanidad necesitan ir, y pueden ir, de lo que esta obra, y método y enfoque, tienen que ver con eso y de por qué es importante con relación a eso —por qué, en realidad, es indispensable que las masas breguen con esto con relación a eso —para servir y avanzar hacia eso— y nada más. Aun el aspecto que es secundario, pero que no deja de ser importante —el aspecto de la persona Bob Avakian— es importante solo en el marco y sobre la base de ser un líder comunista revolucionario, el líder de un partido comunista de vanguardia que es capaz de dirigir a la gente hacia la meta de la revolución y, en última instancia, el comunismo—que tiene que seguir desarrollando su capacidad de hacer eso, pero que ha planteado los cimientos básicos para dirigir a la gente hacia esa meta. Esto es la esencia de todo eso.

Sobre esos cimientos y en ese contexto, es importante forjar una cultura de aprecio, promoción y popularización, y de hecho dar pasos enérgicos e innovadores, para familiarizar a las masas populares de diferentes sectores de la sociedad con esta dirección, esta obra y este método y enfoque. Si en realidad nos está guiando la concepción científica de que la sociedad humana necesita, y puede, avanzar hacia el comunismo, de que la lucha para lograr ese objetivo tiene que ser la labor consciente de las masas populares, por un lado, pero que al mismo tiempo eso tiene que tener dirección, y no existe posibilidades de lograrlo sin dirección —una dirección que, en relación con esa meta, encarna la concepción y la metodología más avanzadas— y que lo que está concentrado en la persona, claro, pero en el sentido más fundamental en la obra, y el método y el enfoque, de Bob Avakian representa esa dirección; entonces lo que emana naturalmente de eso es el reconocimiento de que eso es algo que hay que dar a conocer a las masas populares y con que ellas tienen que familiarizarse y que tienen que hacer suyo, y captar lo crucial que es con respecto a sus propios intereses fundamentales y, en última instancia, los intereses más elevados de la humanidad en conjunto. Como recalca un documento de nuestro partido sobre dirección revolucionaria:

“es algo muy positivo que surjan ciertos revolucionarios individuales como un producto concentrado de este proceso, que sean una expresión concentrada de las mejores cualidades de la dirección revolucionaria: la dedicación desinteresada a la causa revolucionaria y el amor profundo para con las masas, así como una comprensión profunda de la metodología científica que se requiere para desencadenar a las masas y trazar el camino de la revolución de acuerdo con sus intereses objetivos. Esto es muy bueno. ¡No debemos lamentar que exista tal dirigente o tales dirigentes! Al contrario, ¡es motivo de celebración! Tales dirigentes son un elemento de la fortaleza del pueblo”.2

Es muy importante captar la dialéctica así como el materialismo de esto. En cuanto a esto, tiene gran importancia la manera y la base con que varios artistas e intelectuales negros, muchos de los cuales discrepan con algo de lo que planteo, han ayudado de diferentes maneras (como firmar la declaración ¡Éntrale!)3a crear un ambiente en el que un público más amplio pueda bregar con lo que digo y en el que los intentos de suprimir mi voz y de reprimirme se encontrarán con una resistencia más fuerte. Lo que destaca es que, aunque tienen diferentes grados de desacuerdo con mis ideas y convicciones comunistas, muchos, entre ellos algunos que han leído mi autobiografía (From Ike To Mao and Beyond: My Journey from Mainstream America to Revolutionary Communist), se han interesado o se han visto atraídos hacia mí más por la dimensión personal—o, mejor dicho, por mi “historia personal”, y en particular las maneras en que está claro que a mí me han afectado e influenciado profundamente mis relaciones personales con la gente negra así como la lucha política y revolucionaria del pueblo negro en general. Pero al mismo tiempo, aunque respetamos su orientación y valoramos enormemente el apoyo que han brindado, desde su propio punto de vista y a pesar de ciertas discrepancias con mi punto de vista ideológico y político, lo que nosotros procuramos hacer, de acuerdo con nuestro propio punto de vista, es conseguir que todo eso contribuya, en un sentido general, a nuestros objetivos fundamentales estratégicos de hacer la revolución y, en última instancia, lograr un mundo comunista. Desde nuestro punto de vista, todo lo que hacemos tiene que ver con eso y con ninguna otra cosa, y tiene eso como meta.

¿Por qué queremos que todo contribuya al comunismo? ¿Porque “esa es nuestra tirada”? No. Porque a eso es adónde necesita ir la situación para llegar a un mundo radicalmente diferente y mucho mejor. Los conceptos clave de que hablamos —quizás demasiadas veces de una manera “abreviada”— como la “nueva síntesis”,4 junto con los principios de epistemología y filosofía, así como de la política, que están concentrados en la obra, y el método y el enfoque, que he estado desarrollando —y que, claro, se concentran hasta cierto punto en la persona que está forjando esta obra, y método y enfoque— todo eso tiene que ver con la revolución: su base y propósito son servir a las masas populares para hacer la revolución y avanzar hacia el comunismo.

Lo que hacemos y en lo que nos basamos no es categóricamente una religión. En su punto de vista filosófico y su metodología, así como su concepción y objetivos políticos, se basa en una concepción y un enfoque científicos, y esto es lo que los guía. Toda la discusión previa sobre el marxismo como ciencia debe dejar esto en claro.5

No somos un culto sino un grupo de científicos (un grupo cuya meta es seguir creciendo continuamente) que se esfuerza por resolver problemas desconcertantes —que comete errores, claro, y hace todo lo posible para aprender de nuestros errores y de otras personas, entre otras incluso de quienes tienen diferentes puntos de vista y objetivos que nosotros— y que abarca todo eso de una manera sistemática y exhaustivamente científica. Jamás hemos propuesto, ni creemos, que el partido colectivamente o el líder del partido —ni ningún individuo o grupo de personas— esté dotado de calidades o poderes sobrenaturales, o que el partido o el líder del partido es “infalible” o que se lo debe “venerar” o seguir ciegamente. Toda idea de ese tipo es completamente ajena y opuesta fundamentalmente a lo que creemos y que procuramos poner en práctica—o sea, que es posible, y necesario, aplicar un punto de vista y un método crítico y revolucionario para seguir aprendiendo más sobre la realidad y, en relación dialéctica con eso, impulsar la lucha para cambiar la realidad de una manera radical y hacia el comunismo.

Creemos —y confiamos en que esa creencia tiene cimientos científicos— que el partido colectivamente, y de manera concentrada el líder de nuestro partido, Bob Avakian, ha adquirido y desarrollado una concepción y método y enfoque avanzados con respecto a ese proceso científico de entender, y transformar radicalmente, la realidad: un enfoque científico que rechaza toda idea de “infalibilidad” o de una especie de conocimiento cerrado y completo, pero que reconoce e insiste en que en lo que estamos metidos, y tenemos que estar metidos, es un proceso de profundizar continuamente nuestro conocimiento, y la capacidad de aplicar nuestro conocimiento a la práctica revolucionaria, a través de la relación dialéctica —la interacción recíproca— entre la práctica y la teoría, y entre aplicar a la realidad nuestra mejor concepción de lo que es la verdad en todo momento y seguir aprendiendo más sobre la realidad —incluyendo lo que se demuestre que no es cierto en lo que antes creíamos— aprender (y capacitar a otros a aprender) de nuestros errores así como de nuestros logros al aplicar nuestro conocimiento, aprender de muchas otras personas, de una amplia gama de campos y con una diversidad de puntos de vista, al mismo tiempo que seguimos aprendiendo de nuestra propia experiencia práctica y nuestros propios esfuerzos y lucha en la esfera de la teoría y de “trabajar con las ideas”.

El desarrollo de lo que llamamos la “nueva síntesis” es un ejemplo claro y notable de esto. Esta nueva síntesis —con respecto a la experiencia histórica del movimiento comunista y de las sociedades socialistas dirigidas por comunistas, y con respecto a los objetivos y el punto de vista y método de los comunistas— ha sido desarrollada (y, de hecho, sigue siendo desarrollada) principal y esencialmente por Bob Avakian, como líder de nuestro partido y en el contexto general de la colectividad de nuestro partido (y como parte del movimiento comunista internacional en general) durante un período de casi 30 años, a través de un proceso de trabajo y lucha extenso e intenso en la esfera de la teoría, en relación dialéctica con el desarrollo de medidas relacionadas con la lucha práctica, guiada por el objetivo fundamental de la revolución y la meta del comunismo, y de hacer un balance de los resultados (positivos y negativos) de los esfuerzos de poner en práctica esas medidas, durante todo ese período de casi 30 años. No solo es el caso que esto no se apoya en ideas o enfoques religiosos, sino que, repito, tales ideas y enfoques les resultan odiosos a esto y están en antagonismo fundamental con lo que esto representa; y la crítica y la lucha contra las tendencias religiosas, de todo tipo —entre los comunistas y en la sociedad en general— es precisamente uno de los principios fundamentales de la obra, y el método y el enfoque, de Bob Avakian.

Con respecto al tema de líderes individuales — así como de la dirección colectiva— nuestro enfoque es aplicar el punto de vista y enfoque científico del materialismo dialéctico e histórico. Nuestra meta en última instancia es lograr el comunismo, en todo el mundo. Y, es cierto: cuando se haya logrado esa meta, ya no habrá necesidad ni base para vanguardias o líderes en el sentido en el que hoy los concebimos. Pero en la actualidad y por bastante tiempo, existe y existirá una gran necesidad de que haya líderes y una gran importancia a ellos. Esta es una expresión y un resultado de las contradicciones subyacentes y las profundas divisiones sociales  (la división entre el trabajo intelectual y el trabajo manual en particular, y aun más fundamentalmente la contradicción entre las fuerzas y las relaciones de producción, y entre la base económica y la superestructura —y la interrelación e interpenetración entre estas contradicciones—, en la forma en que esto se plasma en esta época en la que el mundo sigue dominado por el sistema capitalista-imperialista). Y mientras eso sea cierto, el interrogante esencial seguirá siendo: ¿cuál es el contenido y el efecto de esa dirección—adónde llevará y cómo? ¿Qué le permite a la gente hacer o qué le impide hacer? ¿Contribuye su capacidad de entender la realidad, y a cambiarla conscientemente, de acuerdo con los intereses fundamentales de la humanidad—o dificulta y mina que haga eso?

Esto es algo que se ha recalcado antes, pero especialmente en vista de que hay tanta confusión en cuanto a esto y que se entiende tan mal —en buena parte debido a los esfuerzos conscientes y deliberados de la clase dominante y sus simpatizantes intelectuales, así como unos otros— es necesario recalcarlo de nuevo: dada la naturaleza de la sociedad y el mundo en los que vivimos; dado que esta sociedad y este mundo siguen dominados por clases explotadoras y que en un sentido fundamental están moldeados por la dinámica de un sistema de explotación, el capitalismo-imperialismo; y dadas las divisiones sociales profundamente desiguales y opresivas ligadas a esto—dado todo eso, a la sociedad y a la gente la que conforma las influenciará desproporcionadamente un conjunto de ideas —y un grupo de líderes— u otro, aunque lo reconozca o no. La cuestión esencial, repito, es: ¿qué ideas y qué dirección, con qué propósitos y qué objetivos, hacia qué fines y con qué métodos y medios?

A partir de esa concepción, forjar activa, enérgica y creativamente una cultura de aprecio, promoción y popularización de Bob Avakian, entre una creciente cantidad de personas, y capacitarlas a captar la importancia crucial de entrarle a la obra, y el método y enfoque, y a la vez asumir el desafío de proteger y defender a la persona que está aportando y dando esa dirección—esa es una parte clave de propagar audazmente la revolución y el comunismo por todas partes. Es uno de los medios clave, uno de los principales vehículos, que tenemos para hacerlo. Pero eso es lo que estamos haciendo cuando forjamos la cultura de aprecio, promoción y popularización. Esto tiene su propia particularidad, pero en última instancia y fundamentalmente tiene que ver con —está al servicio de— nada menos que propagar la revolución y el comunismo y forjar un movimiento revolucionario de masas que asume conscientemente la orientación de ser emancipadores de la humanidad.  

Esta serie continuará en el próximo número de Revolución.

1 Nota del autor: Con respecto a la dirección comunista en particular, he hablado de las contradicciones sociales, tanto como la experiencia histórica, con que esto está ligada, en varios escritos, charlas y entrevistas. Ver, por ejemplo, “Interview Series with Michael Slate” (en inglés), y en particular el pasaje “On Leadership”, en BobAvakian.net.[regresa]

2 De “Algunos puntos acerca de la cuestión de la dirección revolucionaria y los individuos que la desempeñan”, la segunda parte de “Resoluciones de 1995 sobre dirección: Sobre líderes y dirección”, publicadas por el partido con motivo del 20 aniversario de su fundación. El periódico Obrero Revolucionario publicó las resoluciones el 1º de octubre de 1995, y están en revcom.us. La primera parte es “El partido no tiene más razón de ser que servir al pueblo, hacer la revolución”. El artículo “La encrucijada que se nos plantea; la dirección que necesitamos” también habla de estos temas (Revolución #84, 8 de abril de 2007, en revcom.us). [regresa]

3 La declaración “Los tiempos peligrosos requieren voces valientes. Bob Avakian es una de tales voces” está en el portal del Comité ¡Éntrale! para Proteger y Proyectar la voz de Bob Avakian, en www.engagewithbobavakian.org.[regresa]

4 Se habla de esta “nueva síntesis” en “Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, Primera parte: Más allá del estrecho horizonte del derecho burgués”, y en particular en el último pasaje de la primera parte “La experiencia histórica y la nueva síntesis”. La primera parte está en línea en revcom.us y se publicó como serie en Revolución. “La experiencia histórica y la nueva síntesis” es el último pasaje de esa serie; está en Revolución #112, 16 de diciembre de 2007. He aquí una parte fundamental de lo que dice sobre la nueva síntesis:

“Con el fin de concentrar —o presentar una síntesis básica— de lo que representa esta nueva síntesis, se puede decir:

“Esta nueva síntesis abarca reconfigurar y recombinar los aspectos positivos de la experiencia hasta la fecha del movimiento comunista y la sociedad socialista, mientras se aprende de los aspectos negativos de esa experiencia, en las dimensiones filosóficas e ideológicas tanto como las políticas, y así tener una orientación, método y enfoque científicos con raíces más profundas y firmes, no solo en cuanto a hacer la revolución y conquistar el poder, sino también, sí, en cuanto a satisfacer los requisitos materiales de la sociedad y las necesidades de las masas populares, con una base cada vez mayor, en la sociedad socialista —para superar las profundas cicatrices del pasado y continuar la transformación revolucionaria de la sociedad, mientras al mismo tiempo apoyar activamente la lucha revolucionaria mundial y actuar conforme con el reconocimiento de que la arena y la lucha mundiales son las más fundamentales e importantes, en un sentido global— junto con abrir cualitativamente más espacio para dar expresión a las necesidades intelectuales y culturales del pueblo, entendido en el sentido amplio, y posibilitar un proceso más diverso y rico de exploración y experimentación en los campos científicos, artísticos y culturales, y en la vida intelectual en general, con mayor campo para la competencia de diferentes ideas y escuelas de pensamiento, y para la iniciativa y creatividad individuales y la protección de los derechos individuales, con espacio para que los individuos interactúen en la ‘sociedad civil’ independientes del estado—todo en un marco general cooperativo y colectivo y al mismo tiempo a la medida que el poder estatal se mantiene y se sigue desarrollando como un poder estatal revolucionario al servicio de los intereses del estado proletario, en el país en particular y por todo el mundo, donde este estado es el elemento dirigente y central de le economía y la dirección general de la sociedad, mientras el estado en sí se transforma continuamente en algo radicalmente diferente de todos los estados previos, como una parte crucial del avance hacia la abolición posterior del estado al llegar al comunismo a nivel mundial.

“En cierto sentido, se puede decir que la nueva síntesis es una síntesis de la experiencia previa de la sociedad socialista y del movimiento comunista internacional más ampliamente, por un lado, y de las críticas, de varios tipos y desde varios puntos de vista, de esa experiencia, por otro lado. Esto no quiere decir que esta nueva síntesis representa una simple ‘unión’ de esa experiencia, por un lado, y las críticas, por el otro. No se trata de combinar eclécticamente estas cosas, sino de tamizarlas, reconfigurarlas y recombinarlas a base de un punto de vista y método científicos, materialistas y dialécticos, y de la necesidad de mantener el avance hacia el comunismo, que es una necesidad y objetivo que este punto de vista y método siguen señalando—y, cuanto más rigurosa y profundamente se adopta y aplica, tanto más firmemente señala esa necesidad y objetivo”.[regresa]

5 La discusión del marxismo como ciencia está en la primera parte (“Más allá del estrecho horizonte del derecho burgués”, que está en revcom.us. En la serie que publicó Revolución, está en los pasajes “El marxismo como ciencia— En oposición al materialismo mecanicista, el idealismo y la religiosidad” y “Marxismo como ciencia— Refutación de Karl Popper”, en los números 109 (18 de noviembre) y 110 (25 de noviembre de 2007). [regresa]

 

 


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