Irak: Bajo la bota del imperio

Obrero Revolucionario #1197, 4 de mayo, 2003, posted at rwor.org

Fue una foto propagandística cuidadosamente preparada. El 16 de abril, el comandante en jefe de las fuerzas invasoras, el general Tommy Franks, entró a Bagdad por primera vez. Los fotógrafos tomaron fotos de él y de sus subalternos sentados alrededor de una gran mesa en el palacio Abu Ghurayb Norte (el sanctasanctórum del viejo gobierno) fumando tabacos.

¿El mensaje? Que la guerra ha llevado nuevos gobernantes a Irak.

Para subrayarlo, en el suelo del palacio se ven huellas de botas militares y bolsas de basura.

Los voceros de las fuerzas yanquis y británicas repitieron como loros la versión oficial: que "esta es una liberación y no una ocupación"; que pronto el pueblo iraquí estará a cargo de su propio país (y del petróleo); y que los soldados extranjeros se irán. Cuando el New York Times informó que Washington planea establecer cuatro bases militares permanentes en Irak, el secretario de Defensa se enfureció y dijo que todavía no se ha tomado tal decisión. Pero el nuevo lema de los marines en Irak es: "Estamos aquí y nos quedaremos para siempre".

Cuando el secretario general de la ONU, Kofi Annan, recomendó obedecer los tratados internacionales sobre "las potencias ocupadoras", lo condenaron por usar la palabra "ocupación".

Bajo la bota de un conquistador colonial

Por todo el país la guerra de conquista se ha convertido en una brutal ocupación militar. Los comandantes yanquis gobiernan a punta de fusil y no cabe duda de que su plan es moldear la vida política y económica de la región.

En Mosul, una ciudad norteña con un millón de habitantes, tumbaron al viejo gobierno el 11 de abril, antes de la llegada de las fuerzas yanquis. Cuatro día más tarde, unos 130 marines llegaron a la plaza principal, izaron la bandera y se apoderaron de la oficina del gobernador. Al frente, Mishaan Jabouri, una figura odiada por su corrupción, exhortó a la multitud a que aceptara la ocupación.

Ver la bandera estadounidense en la ciudad fue la gota que colmó el vaso. "Todo mundo se puso furioso y la situación se desbordó", dijo un marine. Apedrearon a Jabouri y prendieron su carro. Los marines abrieron fuego con una ametralladora; mataron a 17 personas e hirieron a más de cien. Al día siguiente, volvieron a abrir fuego contra la multitud desde los techos y mataron a otras cuatro personas. En la ocupación los civiles siguen muriendo.

Los habitantes de Mosul devolvieron el fuego y hubo tiroteos con los marines. Participó el Mujahideen Popular, un grupo de miles de exilados iraníes opuestos al gobierno islámico de Irán. En respuesta, el 22 de abril llegaron 5,000 soldados yanquis con tanques y carros blindados a ocupar la ciudad.

Por su parte, los medios pasaron por alto las masacres cometidas por los marines y, en vez, filmaron a los generales que recibieron abrazos y alabanzas de las milicias curdas.

La búsqueda de títeres

Hoy el comandante en jefe en Irak es el general Jack Garner, un oficial "jubilado" con un largo historial de servicio imperialista. Inició su carrera militar como asesor distrital del tristemente célebre "programa de aldeas estratégicas" en Vietnam, en que metieron a centenares de miles de vietnamitas en campos de concentración rodeados de alambre de púas para impedir que apoyaran la lucha de liberación nacional contra Estados Unidos. Garner también tiene renombre por decir que la ocupación israelí de Palestina es "muy medida".

El nuevo título de este gobernador colonial es "capataz" de Irak. ¡Le cae como anillo al dedo!

Su misión es crear un nuevo gobierno de oficiales militares y expertos yanquis, junto con unos 150 tecnócratas iraquíes exilados. Pero no le está resultando fácil encontrar políticos iraquíes con seguidores dispuestos a trabajar de la mano con la fuerza de ocupación.

El 15 de abril el "capataz" Garner se reunió con un grupo de posibles colaboradores iraquíes, pero rodeado de tanques, en la base aérea Tallil. El Pentágono aerotransportó a miembros del Congreso Nacional Iraquí (CNI) de Qatar a Bagdad. El CNI es un corrupto y odiado grupo hijo de la CIA.

El principal partido político con influencia en Irak, el Consejo Supremo de la Revolución Islámica, rechazó la invitación a la reunión de Tallil. Zalmay Khalilizad, enviado especial de Estados Unidos (y ex asesor de compañías petroleras), sermoneó a los 80 "líderes futuros": "Queremos que establezcan su propio sistema democrático basado en las tradiciones y valores iraquíes".

Pero en Nasariya, una ciudad cerca de la base, 20,000 personas participaron en una marcha por las calles coreando "¡No a la ocupación!" y "¡No, no Saddam! ¡No, no Estados Unidos!".

El 21 de abril, Garner se reunió con unos 60 miembros de la vieja élite iraquí en Bagdad. Dijo que era un "cabildo abierto", pero los iraquíes les dijeron al oído a los corresponsales que más parecía una dictadura. Uno dijo: "Un soldado llegó a la puerta ayer y dijo que me presentara a las 10 de la mañana. Nada más". Les dieron una "declaración de 13 puntos" para el futuro gobierno. Los medios dijeron que el grupo "endosó" la declaración.

Tierra poco firme

"Libres de protestar, los iraquíes se quejan de los americanos"

Titular del New York Times,16 de abril

"Me fui del ejército porque odio a Saddam Hussein. Pero estoy dispuesto a participar en una jihad [guerra santa] ahora contra la ocupación estadounidense. Conozco a docenas de personas que piensan lo mismo".

Rashid Mutanar Rahim, ex soldado iraquí

"¿Piensan que son fuertes? Nosotros somos más fuertes. Ustedes tienen los fusiles pero nosotros tenemos la inteligencia. Váyanse y llévense los fusiles".

Iraquí gritando en inglés a soldados yanquis en Bagdad

El peregrinaje de musulmanes chiítas a comienzos de abril fue un momento aleccionador para la fuerza de ocupación yanqui y sus partidarios. Más de un millón de peregrinos llegaron a Karbala. Pusieron en claro que grandes sectores de la población quieren que los yanquis se vayan y no aceptarán un gobierno impuesto. Una y otra vez se manifestaron en las calles en una combinación de ritual religioso y protesta política.

Los estandartes decían: "El pueblo es más fuerte que los tiranos" y "No al imperialismo, no a Israel, no a América, no a Saddam".

Las protestas y los tiroteos continúan de un lado a otro del país. Veamos unos informes de los medios internacionales:

En los campos para prisioneros de guerra cerca de Um Qasr, ha habido resistencia casi constante. Muchas veces los prisioneros tiran piedras y botellas llenas de arena. El mayor Joel Droba del batallón 13 de Operaciones Psicológicas, a cargo de los interrogatorios, comentó: "Casi todos los días hay un motín".

El gobierno inglés llevó a su clérigo chiíta favorito, Abdul Majid al- Khoie, del exilio en Londres a reunirse con un clérigo pro Saddam, Haider al-Kadar, el 10 de abril como "futuros dirigentes de Irak". Cuando al-Khoie urgió que la multitud reunida en una mezquita de Najaf cooperara con los soldados yanquis, lo mataron a hachazos.

En Basora, las fuerzas inglesas escogieron a un ex general del ejército de Saddam para dirigir un "consejo interino". La población respondió con motines.

En Bagdad, 50,000 musulmanes chiítas y sunnis se lanzaron a la calle juntos el 18 de abril coreando "Bush, no, Saddam, no, Islam, sí" y "Váyanse de nuestro país, queremos la paz".

El 26 de abril, hubo una enorme explosión en un depósito de municiones estadounidense en Zafaraniyah, un barrio en las afueras de Bagdad. Murieron por lo menos siete civiles y 20 resultaron heridos. Un señor dijo: "Mucha gente lloraba y muchas casas estaban destruidas. Hubo muchos estallidos y muchos fragmentos de misiles dañaron los edificios". Cuando llegaron los soldados yanquis, los vecinos les abrieron fuego.

Un vecino dijo: "El ejército yanqui tiene la culpa porque les dijimos que esta es una zona residencial". Después llevaron los ataúdes de seis víctimas por las calles de Zafaraniyah coreando: "¡Abajo, abajo América!".

Todo esto demuestra que los invasores tienen un serio problema: Washington planeaba gobernar Irak por medio del viejo gobierno y las viejas fuerzas armadas (lo llamaban "darle una nueva cabeza a la estructura"). Un comentarista escribió: "El plan propone una forma de autogobierno limitado, supervisado por las fuerzas estadounidenses. Es un sistema parecido al de muchos países latinoamerica- nos, donde las fuerzas armadas establecen los parámetros para los gobiernos civiles".

Pero no lograron persuadir a sectores significativos a cambiar de lado. Han movilizado lo que queda de la vieja (y odiada) policía de Saddam, pero es lo único que tienen para construir una nueva administración colonial.

Los grupos de exilados amigos de Washington, especialmente el CNI, son conocidos por su corrupción y están aislados de la población. Su director, Ahmed Chalabi, fue condenado en Jordania por fraude y es un obvio títere yanqui.

Ha habido un florecimiento de nuevos partidos políticos en Bagdad y han surgido diversas fuerzas de oposición previamente subterráneas.

Pero por el momento las principales fuerzas políticas con apoyo popular son los nacionalistas curdos en el norte y los conservadores islámicos en el sur.

Al consolidar el poder, el gobierno de Saddam Hussein (con la ayuda de la CIA, que le dio listas de comunistas) mató a las fuerzas de oposición progresistas. Ahora Estados Unidos le ha dado duro a las fuerzas del Partido Baath de Hussein. Casi lo único que queda son las redes de mezquitas, generalmente asociadas con fuerzas islámicas reaccionarias.

Los representantes de Hawza, el centro religioso chiíta de Najaf, han coordinado la toma de control de varias ciudades y pueblos del sur. Un miembro, Abbas Nahidi, dijo: "Los Hawza creemos que debe haber elecciones para permitir que la población decida quién nos debe gobernar. Queremos un estado islámico. No queremos que nos gobierne una potencia extranjera, como Estados Unidos".

Así que Estados Unidos tiene un dilema: las viejas fuerzas gobernantes están dispersas; no puede contar con la oposición; y sus propias fuerzas militares, más y más envueltas en el control directo del país, son el blanco del descontento popular.

Si los nacionalistas curdos toman el poder en las ciudades del norte, cobrará fuerza el movimiento de independencia de los curdos de Turquía. Si los fundamentalistas musulmanes toman el poder en el sur, cobrará fuerza la influencia del gobierno fundamentalista iraní en Irak y toda la región. Ambos desenlaces perjudicarían el control yanqui del Medio Oriente.

En Mosul, el mando militar yanqui anunció que su meta es expulsar a sus propios aliados, las milicias curdas. Washington habló de establecer "democracia representativa" en Irak, pero anunció que los generales escogerán el próximo gobierno y que no permitirán que tome el poder ninguna fuerza opuesta a la ocupación.

Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, dijo el 24 de abril: "¿Cuál sería nuestra respuesta a un gobierno de tipo iraní en que un grupo de clérigos controla el país? Que esto no va a pasar". Un "alto miembro del gobierno" le dijo a la prensa: "Queremos encontrar clérigos moderados y ponerlos en posiciones de influencia". Comentó Kassem al-Sa'adi, un comerciante bagdadí de 41 años: "Si esta es una democracia, ¿por qué son ellos los que lo deciden todo?".

El 24 de abril, se leyó una proclama del general David McKiernan, comandante de las fuerzas terrestres en Irak: "La coalición tiene la autoridad absoluta en Irak". El general Whitley dijo: "Nadie tiene autoridad a menos que el general McKiernan lo diga. Si nosotros decimos que está en control, pues está en control". Ambos generales lo dijeron sin pelos en la lengua: no aceptarán desafíos a la ocupación.

Por eso, las fuerzas de ocupación están en conflicto con los nuevos gobiernos locales en los principales centros urbanos como Najaf, Ciudad Saddam y Kut.

En Kut, una ciudad de 300,000 habitantes cerca de la frontera de Irán, las fuerzas chiítas convocaron reuniones comunitarias. Los marines exigieron que el gobierno municipal se disolviera, amenazaron con arrestar al alcalde y confiscaron armas. El New York Times informó: "La población abuchea al pasar los convoys estadounidenses. Reciben a los marines con miradas desafiantes y la señal del pulgar hacia abajo". Cuando arrestaron a un clérigo prominente, centenares de personas rodearon a una unidad de marines. Los marines les apuntaron y pidieron helicópteros.

Después de un enfrentamiento intenso, centenares de jóvenes atraparon a unos marines en camiones brevemente en un puente del río Tigris. Coreaban: "¡Váyanse! ¡Váyanse!". Un estandarte decía: "No al gobierno impuesto. Sí al gobierno local".

Ante la oposición popular, Washington ha empezado a demonizar toda resistencia. Los voceros del gobierno dicen que son "terroristas extranjeros y partidarios intransigentes de Saddam", o que son agentes iraníes.

Los marines patrullan la frontera para impedir que regresen los miles de exilados iraquíes que viven en Irán.

El vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo: "Le advertimos a Irán que no permitiremos ninguna influencia extranjera en el camino iraquí a la democracia". ¿Qué? ¿Que Estados Unidos cruzó el mundo, conquistó a Irak y quiere imponer un gobierno de títeres, pero se opone a la "influencia extranjera"?

La invasión y ocupación llevan poco tiempo. Pero no cabe duda de que Estados Unidos es una potencia conquistadora arrogante. Busca colaboradores dispuestos a ponerse a su servicio mientras sus propias fuerzas confrontan a la población con salvajismo.

Aquí dicen que esto es "liberación", que Estados Unidos está "construyendo una nación" y que "nos iremos tan pronto como los hayamos ayudado". Es de suma importancia que la gente aquí entienda lo que realmente está pasando en Irak, en su nombre, y que se sume a la demanda de tantos iraquíes: "¡Fuerzas de ocupación fuera de Irak!".


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