La ocupación de Irak

"Disparar a matar"

Obrero Revolucionario #1200, 25 de mayo, 2003, posted at rwor.org

"Van a ver más soldados en las calles día y noche ".

General David D. McKiernan, comandante de las fuerzas terrestres en Irak

La ocupación de Irak ha dado otro paso brutal. Comenzó cuando sacaron al gobernador colonial Jay Garner y lo reemplazaron con L. Paul Bremer III. El nuevo capataz anunció que el ejército tiene que balear a más iraquíes "para que corra la voz".

El New York Times del 14 de mayo informó que el ejército recibió la orden de disparar a matar a los iraquíes que encuentre en los operativos urbanos. Esa misma noche el alto mando envió 300 unidades con miles de soldados a sembrar terror en los barrios oscuros de Bagdad. Más al norte, 500 soldados --con cañones, helicópteros Apache y lanchas cañoneras-- rodearon la ciudad de Ad-Dawr en la madrugada. Durante cinco horas fueron de casa en casa, tumbando puertas y arrestando a centenares de hombres y jóvenes. Después anunciaron que capturaron a un oficial del ejército iraquí que buscaban.

Al día siguiente, el 15 de mayo, Bremer reunió a los corresponsales y se jactó de que capturaron a 300 personas en 48 horas e iban a abrir nuevos penales.

Como Estados Unidos se ha declarado "libertador" de Irak, anunció que el propósito de los ataques fue "permitir que el pueblo iraquí regrese a la normalidad" y parar a "los que saquean y los que asaltan a los automovilistas".

Pero estas nuevas redadas, arrestos y declaraciones coloniales son para controlar a la población, no ayudarla.

El imperio tiene graves problemas en Irak, y en las brutales acciones de Bremer se ve una nueva mezcla de preocupación y salvajismo.

Con cada acción para afianzar el control, Estados Unidos ha entrado en conflicto con el pueblo iraquí. El nombramiento de Bremer a la gobernación demuestra una vez más que los conquistadores no vienen a liberar y que las metas yanquis en Irak solo se pueden lograr reprimiendo a la población.

No tienen control

Washington libró la guerra para deshacerse de un gobierno desafiante, apretar el control del golfo Pérsico (una región estratégica y rica en petróleo) y decirles a los gobiernos de todo el mundo que deben obedecer a las demandas del imperialismo yanqui.

La tarea de Garner era crear un nuevo gobierno compuesto de iraquíes listos a ponerse al servicio de los imperialistas. Fracasó totalmente. Las fuerzas de ocupación se encuentran aisladas y en apuros para dominar este país de 22 millones de habitantes.

El pueblo iraquí sufre terriblemente por los bombardeos y la invasión. En grandes zonas del país no hay electricidad, teléfonos ni gasolina. Las aguas negras contaminan el agua potable y han causado una epidemia de cólera. Los hospitales apenas funcionan y mucha gente muere a causa de la falta de servicios médicos. Mucha gente se encuentra atrapada en la casa: las fábricas y oficinas siguen cerradas, es un riesgo salir en busca de comida o trabajo, y el país está salpicado de bombas y proyectiles sin detonar.

Por todo el país mucha gente se está esforzando por restaurar los servicios públicos básicos, como las escuelas y hospitales, y patrullando los barrios contra los saqueadores. Pero también están preparando el terreno para pugnar por el poder político cuando puedan.La destrucción de las fuerzas armadas iraquíes y el partido gobernante (Baath) ha dejado un enorme vacío de poder, que están tratando de llenar varias fuerzas cuyo programa no concuerda con el de Washington.

Por su parte, el alto mando se encuentra aislado en puntos fortificados. Cuando las tropas salen a patrullar, las esperan francotiradores, bombas suicidas y multitudes airadas. Miles de soldados tienen que defender centenares de sitios "estratégicos", como centros de mando, puentes y yacimientos petroleros.

Un informe de Bagdad (New Republic, 26 de mayo) describe el rápido crecimiento de milicias políticas con miles de combatientes armados. "Desde la caída de Saddam, más de 30 partidos políticos se han establecido en Bagdad, del Frente Popular Curdo al Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Irak, un grupo teocrático bajo el control del dirigente chiíta Mohammed Bakr Al Hakim, que regresó al país hace poco". Las fuerzas de ocupación controlan pocos de estos grupos.

En las primeras semanas de la ocupación, el ejército yanqui simplemente los desalojó de las alcaldías a punta de fusil. Pero ahora que están mejor organizados y tienen armas pesadas, la cosa no es tan fácil.

En esta situación, Estados Unidos ha abandonado el plan de forjar un gobierno interino de fuerzas iraquíes leales que tengan una base popular, y ha anunciado que mantendrá el control directamente.

La mano dura de la ocupación

Los operativos militares tienen nuevas reglas más duras.

El 15 de mayo, el general David McKiernan, comandante de las fuerzas terrestres, anunció que van a arrestar a cualquier persona que tenga o venda armas de fuego. Es un plan para desarmar a la población y declarar la guerra contra las milicias de los partidos políticos.

Al día siguiente, Bremer escandalizó a una reunión de representantes de varias fuerzas políticas iraquíes anunciando que Estados Unidos ha abandonado el plan del gobierno interino. El New York Times informó que anunció que "los funcionarios aliados estarán en control de Irak por un tiempo indeterminado".

Luego Bremer prohibió que los funcionarios de "los cuatro niveles más altos" del partido baathista tengan posiciones públicas en las universidades, hospitales o la burocracia gubernamental, y restringió severamente su papel en las fuerzas armadas y policiales. Inmediatamente sacaron a varios baathistas de la nueva administración colonial, como por ejemplo el ministro de Salud.

El Pentágono anunció que Bernard B. Kerik, ex jefe del Departamento de Policía de Nueva York, será un "asesor de alto rango" del Ministerio del Interior y dirigirá la policía iraquí.

Garner es experto en política mesoriental y en negociaciones. Bremer no tiene pericia en esta región (fuera de exhortar a atacar a este o aquel gobierno mesoriental). Lo escogieron para dirigir una ola de represión y tiene las fuerzas militares yanquis y británicas a su disposición.

La llegada de Bremer significa que Estados Unidos ha decidido usar más las fuerzas militares para controlar el país. Cosa rara, el general McKiernan lo dijo sin pelos en la lengua: "Imaginen que hay que desplegar 150,000 soldados en California y pregúntense si se puede controlar todo el estado con tan pocas tropas. La respuesta es no".

Así que a pesar de las promesas de retirarse de Irak, Washington va a enviar otros 15,000 soldados a Bagdad y no relevará a las tropas que están en Irak.

Esta ocupación injusta tiene pies de barro:

Washington dijo que atacó a Irak para destruir las armas de destrucción masivas, pero hasta la fecha no las ha encontrado. Dijo que la invasión traería más seguridad a Estados Unidos, pero las bombas que estallaron en Arabia Saudita recuerdan que la agresión contra Irak dejó al imperialismo yanqui más aislado y odiado que nunca.

Las medidas que impuso Bremer dejan en claro que la conquista no tuvo nada que ver con "liberar" sino con la dominación. Las fuerzas yanquis ven a los iraquíes comunes y corrientes como el enemigo, y ven cualquier señal de organización o demanda política como rebelión.

Después de tanto hablar de constituciones, leyes "caras iraquíes en el gobierno" y "liberación y democracia", Washington gobernará como potencia colonial directa por un tiempo largo.


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