Seattle: Oposición a medidas policiales

Protestas contra la Unidad de Inteligencia de Dependencias Policiales

Orpheus

Obrero Revolucionario #1203, 15 de junio, 2003, posted at rwor.org

"Necesitamos un mundo donde todos trabajemos juntos, donde haya esperanza, donde no nos peleemos por interés propio. Cuando nos echamos a la calle luchando por una causa común, se forja la clase de camaradería y confianza que necesitamos para crear el mundo mejor que hace falta en Estados Unidos en 2003".

Organizador juvenil de No en Nuestro Nombre (NION), Seattle

Hacía calor la noche del 2 de junio en Seattle y yo tenía muchas expectativas. La Unidad de Inteligencia de Dependencias Policiales (LEIU) acababa de empezar su foro anual y los manifestantes llegaban a protestar.

LEIU es una red nacional e internacional de 250 dependencias federales, regionales y locales de espionaje. Su meta es compartir datos, tanto penales como políticos. Por primera vez asistieron agentes federales del FBI, que se está coordinando más estrechamente con otras dependencias policiales desde el 11 de septiembre de 2001 y respalda la LEIU.

Los participantes de la LEIU hablaron de los "manifestantes delincuentes". Los que se reunieron para protestar contra el foro sabían a quiénes se referían: a los que oponen resistencia a la opresión y la guerra contra el pueblo aquí y por todo el mundo.

Mil personas fueron al parque Westlake en respuesta a la convocatoria del Comité Bienvenida a la LEIU, una coalición de grupos e individuos. Muchos se cubrieron la cara con "máscaras", formaron grupos de afinidad y se prepararon para otra ronda de protestas al estilo que Seattle ha hecho famoso últimamente.

Participó una amplia gama de gente. Una joven dijo: "El Gran Hermano nos está espiando y eso no es ni constitucional ni justo". Un joven vestido de negro dijo: "Me enfurece lo de Irak. No vine solo para protestar contra la LEIU; vine para protestar contra todo lo que está pasando".

Marchamos con mucho ánimo al motel Red Lion, donde se celebraba el foro, con banderas rojas y negras y un puerco de cartón piedra con la etiqueta "LEIU". Unos chavos revolucionarios tenían una manta de: "A la mierda el poderío fascista yanqui, lo que necesitamos es la guerra revolucionaria". Unos bailaban al ritmo del cuerpo de tamboristas Infernal Noise Brigade, y otros agitaban banderas multicolores. Los manifestantes tamborileaban en las barricadas bajo las narices de la policía de motín.

Un contingente de No en Nuestro Nombre, con banderas y pañuelos del globo terráqueo, coreaba contra el espionaje policial.

Quemaron banderas. Cuando un joven trepó una marquesina e hizo añicos una bandera, la multitud lo aplaudió. Se bajó, protegido por los chavos, pero luego lo agarraron unos tiras. Lo tiraron por encima de las barricadas y otros agentes le dieron una paliza.

Los tiras atropellaron a todos los que les bloquearon el paso, inclusive a un señor en silla de ruedas. Esto enfureció a la multitud, que avanzó hacia las barricadas. Los agentes respondieron rociándoles gas pimienta y echándoles las motocicletas encima.

Durante una hora desafiamos a la policía para que no nos sacara de la zona. Respondieron a nuestro desafío político disparando proyectiles de plástico, madera y goma, y gas lacrimógeno. Los chavos les tiraron palos y botellas de plástico.

Poco a poco los manifestantes se retiraron. Pero los tamboristas no se callaron y unos protegían a los demás bloqueando los proyectiles con las banderas. Cuando llegamos de nuevo al parque Westlake, la policía lanzó otra ráfaga de proyectiles. Los chavos arrastraron cajas expendedoras de periódicos y basureros a la calle.

Unos quedaron desorientados debido al gas pimienta o heridos por las balas de goma. Entre todos se atendieron y llevaron a los heridos a buscar primeros auxilios. Varias personas fueron a parar al hospital debido a problemas respiratorios, lesiones o hipotermia.

Al día siguiente la protesta y la brutalidad policial salieron en la primera plana de los periódicos. El capitán Sanford del Departamento de Policía de Seattle dijo que las medidas policiales fueron necesarias porque unos manifestantes "violentos" llegaron "de fuera" y atacaron a la policía con cojinetes de bolas, botellas y botes. Dijo que estaban viendo los videos de la protesta para identificar a más sospechosos. El periódico Seattle Post- Intelligencer informó que la policía no respondió a una solicitud de mostrar los objetos tirados. El website alternativo Seattle Indymedia dijo: "La policía no encuentra las `armas de destrucción masiva' de los manifestantes".

El director de la oficina del FBI de Seattle le dijo al Seattle Times que la policía solo puede espiar si ha habido un crimen. Pero en la protesta los tiras espiaron de frente, como a los que hacían teatro callejero frente al Red Lion: les tomaron fotos, los grabaron y les siguieron el paso. Todo eso es una violación de una ley municipal que prohíbe el espionaje policial por motivos políticos.

Las protestas continuaron. Se celebraron manifestaciones frente a varias tiendas de Starbucks (una de las compañías que auspiciaron el foro de la LEIU), un debate en el consejo municipal y una protesta frente al Red Lion.

Arrestaron a unas 12 personas. La prensa habló del maltrato de los arrestados: que les dieron palizas, les rociaron gas pimienta y no les permitieron lavarse durante horas.

Los chavos se sienten orgullosos porque se mantuvieron firmes a pesar de la brutalidad e intimidación. Una joven organizadora de NION dijo: "El gobierno tapa y calla los hechos para seguir haciendo sus fechorías. Solo fueron a protestar unos miles de personas, pero expresamos un serio disentimiento. La firmeza de nuestra resistencia los amenazó porque llama la atención del público: ve lo que hacemos y se une con nosotros".


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