El futuro nos pertenece: La resistencia que tenemos que construir

Sunsara

Obrero Revolucionario #1206, 6 de julio, 2003, posted at rwor.org

Sentada en el pasto cerca de un árbol a la orilla de la laguna, tomo un sorbo de agua fresca y escucho a los gansos graznar y el ritmo de la música de los coches que pasan cerca. Un chavo echa palos al agua y otro persigue los patos. Un coro de idiomas de todo el mundo llena el aire y los chavos de los multifamiliares se pasean en bici al lado de profesionistas con carriola. Ya es verano. En las calles y escaleras de entrada pululan buscadores de sombra. Con el deshielo de la ciudad, vuela el ánimo y la sensación está riquísima.

Tengo esa sensación invencible y fantástica de verano, y pienso en lo que hemos vivido el último año, de luchar, aprender, crecer. Recuerdo los paros, el impacto y la resolución de los chavos. Nadie sabía qué harían y de repente, ahí estaban, desafiando a la policía, echándose a correr por las calles, agarrando el micrófono para expresar su desafío y sueños. Se me viene a la mente la lucha que atravesó el mundo, una comunidad global de verdad que se amalgamó y nos transformó a todos. Pienso en Bush y Rumsfeld, despojados de sus aliados y de toda justificación a los ojos de millones y millones de personas, mostrando claramente que son unos descarados agresores.

Y pienso en lo que pasa ahora mismo, en otros países así como aquí. El arresto de gente de los países árabes, del sur de Asia, de musulmanes. Las farsas de juicio. La deportación de miles. La negación de permisos para protestas, los ataques policiales contra las protestas, las amenazas contra los activistas y los artistas que se les oponen. La oronda arrogancia de Bush y la expresión intransigente de Ashcroft. El clima, la cultura de xenofobia, el temor, el soplonaje y la sumisión que inculcan a nuestro alrededor.

Y, es más, pienso en las consecuencias de todo esto. Los cambios de leyes y de actitudes son solo el comienzo. ¿Adónde nos llevarán? ¿Hasta qué extremo irán? Sé que la gente se ha sumado a la resistencia, pero aún así, tengo miedo. Necesitamos más,con urgencia.

Necesitamos una Resistencia.

Necesitamos una Resistencia que no permita que Ashcroft se presente como árbitro de justicia y administrador de seguridad. Que no permita que presente su programa como medidas de emergencia extremas mas necesarias, provisionales o por el bien común. Una Resistencia que eduque y explique los peligros y lo que se ha impuesto a nuestro alrededor y la pesadilla del futuro si no nos oponemos.

Necesitamos una Resistencia que oriente a la gente en este contexto, de modo que cuando tenga que decidir qué posición asumir, cuando se le pida entregar a una persona o sentarse de brazos cruzados mientras expulsan a estudiantes, aporrean y encarcelan a manifestantes, atacan o proscriben a artistas, sienta una obligación moral y apremiante de decir "¡No!". Sabemos que la única manera de vivir con dignidad o humanidad es no seguir la corriente.

Necesitamos una Resistencia organizada que defienda concreta y rápidamente a quienes se ponen de pie; que no deje a nadie al vaivén de la situación; que realce cada acción audaz y la utilice para desafiar todo el programa e inspire a muchas personas más, que cada vez más saben que no están solas. Necesitamos una organización que facilite el intercambio y rompa el aislamiento, que entreteja las personas sueltas en un poder unificado que pueda magnificar sus fuerzas y capacidades, y hacer que actúen juntas con un propósito común. Y necesitamos una organización lo suficientemente fuerte como para bloquear todos las tentativas de romperla y aplastar nuestra resistencia.

Necesitamos una Resistencia en que todos, y especialmente los que nacieron en este país, consideren su deber ponerse en las primeras filas para parar las inscripciones especiales, las redadas y los arrestos de árabes, musulmanes y sudasiáticos.

Necesitamos una Resistencia con ese maravilloso y hermoso alimento del alma:música, poemas y arte que nos dan valor y ponen en ridículo a los poderosos, que nos abren la mente, que nos hacen cuestionar, que nos enseñan a soñar más allá de los horrores de hoy y nos retan a luchar por esos sueños, a hacer lo imposible... arte que conmemora al pueblo, lleno de una alegría tan profunda y rica que los opresores no pueden expresar. Y necesitamos una Resistencia que aprecie y defienda a estos artistas y los anime a seguir adelante.

Necesitamos una Resistencia que siga el ejemplo de los bibliotecarios que trituran sus registros para que Ashcroft no sepa qué libros leen sus lectores. En que se entienda que no se vale decir "si no tienes nada que esconder, ¿por qué te preocupas?", y en que se entienda que el espionaje político, los bancos de datos y los ataques por ser negro, latino o joven no nos pueden traer sino horrores.

Necesitamos una Resistencia que diga que sí, todos tienen algo a que temer, no del vecino sino del gobierno y de los hombres que lo manejan. Una Resistencia que combata el clima de soplonaje y complicidad con un ambiente de desafío y solidaridad. Una Resistencia que cree un ambiente en que desaparezcan los afiches del metro que piden soplones, en que los reclutadores del FBI y la policía no se atrevan a entrar a las escuelas, en que se denuncien las amenazas y "chistes" contra los árabes y otras personas demonizadas.

Necesitamos una Resistencia en que los chavos estén en las primeras filas, que inspiren y abran cancha para los demás con su espíritu de cambiar el mundo. Que retome la indignación en la comunidad de abogados contra las leyes Patriota I y II y el hecho de que más de 50 municipios han rechazado estas leyes como violaciones de derechos fundamentales. Y eso abarca las voces de los religiosos que se han negado a aceptar las injusticias. Que no acepte que distancien a los "radicales" de los demás, sino que vea la fuerza en la unidad de quienes creen en los valores sobre los cuales se fundó el país y quienes ven las raíces de la injusticia en esos mismos principios.

Necesitamos una Resistencia que luche paso a paso contra cada nuevo ultraje. Que atrape a los seguidores del Gran Hermano en una situación en que sus medidas represivas provoquen una férrea resistencia. En que cuanto más ataquen, más se denuncian a sí mismos y más se deslegitiman, que atice más las llamas de resistencia.

Necesitamos una Resistencia que eche por tierra el programa represivo, y que en el proceso se prepare para aguantar y seguir construyendo la resistencia en tiempos más represivos. Una resistencia que se dé en sus narices... y a sus espaldas. Que cree un mar de personas listas para defender o dar refugio a los perseguidos y que desarrolle formas concretas de "nadar" en ese mar.

Necesitamos una Resistencia llena de soñadores y pensadores, en que se luche sobre cómo forjar una sociedad a la que los pueblos del mundo no tendrán razón de temer u odiar, en que florezca un arte y música que no sufra ataques por habernos alimentado con sueños e ideas emancipadores, sino que es motivo de baile en la calle y canciones en la radio, en que se respeten las diferencias entre los pueblos y las culturas, en que se escuchen los puntos de vista divergentes, se apoye en la gente que, con dirección, evalúa y aprende de todos, en que por medio de todo eso, llegue el día en que la gente ni pueda imaginar cómo pudieran haber existido tales cosas.

*****

Dejo mi cuaderno en las piernas para apreciar el reflejo del sol en el agua.

Sí, ¿pero podemos lograrlo? Ellos de verdad están fuertes.

Pero, me pregunto: "¿Quién dice que el futuro les pertenece?". En serio, ¿por qué deben quedarse con nuestro planeta? ¿Piensan que les será fácil conquistar el planeta? Sí, tenemos mucho trabajo y lucha por delante. Pero: ¡Piensen en cómo es ser ellos!


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