Irak: La furia de un pueblo ocupado

by Larry Everest

Obrero Revolucionario #1219, 16 de noviembre, 2003, posted at rwor.org

"La resistencia ha dado una nueva lección a los agresores. Correrán peligro hasta que se vayan de nuestro país".

"Los estadounidenses son los enemigos de la humanidad. Lo que les hicieron me alegra. ¿Cómo te sentirías si hubieran venido a ocupar tu país? Dicen que nos traen la democracia, pero solo quieren nuestro petróleo".

Comentarios de iraquíes cerca de Fallujah, tras el derribo de un helicóptero Chinook

En Irak la resistencia a la injusta ocupación estadounidense se ha triplicado en las últimas semanas, de 12 ataques al día a mediados del verano a 33 ataques al día hoy. El 20 de octubre el noticiero CBS News informó de 43 ataques en un solo día.

En un lapso de dos semanas la resistencia derribó tres helicópteros militares. El 2 de noviembre derribó un helicóptero Chinook cerca de Fallujah, en que murieron 16 soldados, o sea, el mayor saldo en un solo día desde el comienzo de la invasión. Además, atacó repetidas veces el cuartel de las fuerzas de ocupación, que queda dentro de la "zona verde" vigilada por las fuerzas yanquis en Bagdad.

El Washington Post informó el 4 de noviembre que la situación "se acerca a la guerra abierta" y el 8 de noviembre que el "balance de poder" se inclina hacia la resistencia en la zona sunita del centro del país. Agregó: "Las tropas estadounidenses patrullan con menos frecuencia, los vecinos amenazan abiertamente a las fuerzas de seguridad iraquíes que colaboran con ellas y la noche es de la guerrilla".

La resistencia también se está extendiendo geográficamente, con una serie de ataques en las ciudades norteñas de Kirkuk y Mosul y más tensiones en la zona chiíta del sur.

Propaganda estadounidense

Washington hace lo posible para restarle importancia a la resistencia y para tildarla de "partidarios de Saddam Hussein" y "terroristas extranjeros". Pero ese "análisis" no tiene más peso que las acusaciones de que Irak tenía armas de destrucción masiva o "vínculos" con Al Qaeda.

Muchos periodistas y activistas de Irak informan que la resistencia es del país, que es diversa y que la impulsa la justa indignación del pueblo ante los horrores de la invasión y ocupación. Es bien posible que participen fuerzas del gobierno y del ejército de Hussein, pero surgió de la situación actual y no del pasado, cuando gobernaba el parido Baath.

Se informa que hay más de 40 organizaciones guerrilleras regionales de una variedad de tendencias y sectores: nacionalistas, islamistas, baathistas, ex comandantes militares, combatientes extranjeros, iraquíes pobres, etc.

"No queremos que nuestro país lo busquen fuerzas que solo quieren beneficiarse a sí mismas --le dijo un combatiente al Guardian de Inglaterra-- y no devolvernos nuestro país".

Las raíces

Las raíces de la resistencia son la injusta guerra de conquista y dominación que ha librado Estados Unidos en el golfo Pérsico. Irak es un campo de batalla de esa guerra y el pueblo ha pagado un muy alto precio.

Miles de civiles iraquíes murieron o resultaron heridos en la guerra. El Proyecto Alternativas de Defensa calculó hace poco que murieron de 10,800 a 15,100 iraquíes (de 3,200 a 4,300 civiles) desde el comienzo de la invasión el 19 de marzo hasta la captura de Bagdad el 20 de abril.

Además, la invasión hizo añicos el gobierno, la economía y la estructura social. Las fuerzas de ocupación se quejan de que "heredamos una infraestructura en ruinas", pero no mencionan la causa: la invasión estadounidense de 1991, los constantes bombardeos y 13 años de duras sanciones económicas cuya meta era precisamente paralizar la economía y la estructura gubernamental.

Washington dice que la situación de la población está mejorando y que la mayoría apoya la ocupación. Puras mentiras. Una investigación detallada de la revista Time y el noticiero ABC News concluyó que desde la invasión la situación ha empeorado en muchas esferas.

Primero, no hay "normalidad" en grandes extensiones del país. Las tropas yanquis y la policía títere iraquí se esconden en plazas fuertes fortificadas. La población experimenta lo peor de todo: amenazas de los soldados en los retenes e inseguridad en sus propios barrios.

"Todo indica que en el centro y el sur de Irak el nivel de homicidios es muchas veces mayor que antes de la guerra", informó ABC News. "Irak tenía la mayor tasa de alfabetismo femenino de los países árabes y muchas mujeres ocupaban los más altos niveles de varias profesiones, pero ahora la violencia y el hostigamiento de la mujer han aumentado".

Solo el 60% de los habitantes de Bagdad tiene agua potable adecuada y la falta de agua potable es la principal causa de enfermedades infantiles en el país. Solo el 50% de la población tiene servicios de salud (en comparación con el 80-90% antes de la guerra), y en la mayoría de los hospitales faltan las cosas más básicas, como antibióticos. Hay más electricidad en el norte y en el sur, pero menos en la zona central. La tasa de desempleo es de 70%, los precios están por las nubes y está aumentando la brecha entre los ricos y los pobres.

La lógica de la ocupación

Otro factor que impulsa la resistencia es el salvajismo de la ocupación. Las fuerzas yanquis han respondido a los ataques guerrilleros igual que todas las potencias coloniales: como no pueden encontrar ni identificar a los responsables, recurren al "castigo colectivo" contra toda la población. Recorren el centro del país con brutales operaciones de búsqueda y destrucción, redadas de puerta a puerta y bombardeos masivos.

Al cierre de esta edición, se informa de un enorme ataque de represalia tras el derribo de un helicóptero Blackhawk cerca de Tikrit el 7 de noviembre. Lanzaron el primer bombardeo aéreo desde hace muchos meses contra los habitantes de la zona: Fox News informó que soltaron por lo menos tres bombas de 500 libras.

El New York Times informó que las tropas "acordonaron" la zona y otros helicópteros Apache sobrevolaron los pueblos cercanos: "A veces los Apaches se sostenían verticalmente, con las armas apuntadas directamente a los pueblos". Fox News agregó: "Apoyados por vehículos blindados Bradley, los soldados acribillaron los edificios con ametralladoras y armas pesadas. `Es para recordarles que tenemos dientes y uñas y que los usaremos', dijo el teniente coronel Steven Russell, comandante del primer batallón, regimiento 22".

Washington no dice cuántos iraquíes han muerto en la ocupación, pero un informe del grupo de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) da un pequeño vistazo: por lo menos 94 civiles murieron a manos de las fuerzas yanquis en circunstancias dudosas del 1§ de mayo al 1§ de octubre. HRW señaló "un patrón de tácticas excesivamente agresivas, disparar indiscriminadamente en zonas residenciales y recurrir con mucha rapidez a la fuerza mortal".

Muchos civiles han muerto durante las redadas de casas o en los retenes en las carreteras. HRW informó que los soldados yanquis son arrogantes y groseros, y que violan las normas de comportamiento iraquí; por ejemplo, tocan a las mujeres y niñas o le ponen el pie en la cabeza a los arrestados.

Fred Abrahams, un consultor de HRW, dio un ejemplo típico: "Adil abd al Karim al Kawwaz manejaba a casa tras una visita a los suegros en Bagdad una noche de agosto con su esposa y sus cuatro hijos. Estaba oscuro y no podía ver a los soldados estadounidenses de la primera división blindada que tenían un retén con vehículos blindados y armas de alto calibre. No había señales ni luces y no entendía que debía parar. Avanzó hacia el retén y los soldados abrieron fuego. Lo mataron a él y a tres hijos, de los cuales el más joven tenía 8 años. Tales accidentes no son nada raros hoy en Irak. Ocurren en los retenes, durante las redadas o tras los ataques a lo largo de las carreteras cuando los soldados estadounidenses nerviosos recurren con una rapidez pasmosa a la fuerza mortal".

A los iraquíes los mortifica también el salvajismo de los penales, donde las fuerzas de ocupación tienen a 5,500 o más presos.

Un iraquí dijo: "Nos tratan como borregos. Nos golpean y nos humillan". Dijo que hay protestas y huelgas de hambre en los penales casi a diario: "A veces atacamos a los estadounidenses con los palos de las tiendas. Responden con escudos y balas de plástico".

En resumen, una serie de sucesos ha sacudido el país: la invasión devastadora; el colapso del gobierno y la estructura política; la destrucción de la economía; la evaporación de los servicios de salud y de seguridad; una humillante ocupación extranjera; y temibles operaciones de contrainsurgencia.

Parece que el poder de Estados Unidos ha asustado al pueblo iraquí, pero que no lo ha amilanado. Muchos han respondido con indignación y las posibilidades de una insurgencia popular con profundas raíces son muy grandes.

Se preparan para mayores barbaridades

Cuando cayó el helicóptero Chinook el 2 de noviembre, los medios de comunicación no podían tapar el júbilo de los vecinos. Bailaron en los escombros y explicaron cuánto odian a los extranjeros que se han apoderado de su país.

Washington se jactaba de que iba a tener una victoria fácil, pero confronta una creciente resistencia e incluso la posibilidad de una derrota. No ha podido convencer a otros países de despachar tropas a participar en la ocupación, y le ha sido muy difícil forjar un nuevo ejército, policía o gobierno iraquíes.

Al comienzo el Pentágono y la Casa Blanca afirmaban que todo marchaba bien. Pero ahora, con un mayor saldo de bajas, admiten que tanto la resistencia como la respuesta violenta aumentarán en los meses venideros.

Bush promete "aguantar hasta el final" en Irak, pero David Brooks, un político conservador de peso, advirtió en el New York Times el 4 de noviembre que tendrá que preparar al público para "las imágenes de las brutales medidas que nuestras tropas tendrán que adoptar".

Nosotros tenemos que "preparar al público" también: para entender el salvajismo que viene y oponerse. La mentira del gobierno de que está en el Medio Oriente para "liberar" está desenmascarada. A una conquista injusta solo le puede seguir una ocupación salvaje. En Irak está creciendo una justa resistencia y por todo el mundo tiene que retumbar la demanda de que las fuerzas yanquis se larguen de Irak ya.

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El nuevo libro de Larry Everest, Oil, Power and Empire: Iraq and the U.S. Global Agenda (Petróleo, poder e imperio: Irak y la agenda global estadounidense), de Common Courage Press, saldrá en diciembre.