La ciencia de la evolución: El ataque de los creacionistas contra la evolución es un ataque contra toda la ciencia, en nombre de dios
Obrero Revolucionario #1221, 30 de noviembre, 2003, posted at rwor.org
El filósofo Robert Pennock ha escrito un libro excelente y fácil de leer sobre los problemas científicos y filosófico-metodológicos de los creacionistas de Diseño Inteligente y de otras escuelas. Se llama The Tower of Babel: The Evidence against the New Creationism (La torre de Babel: La evidencia contra el nuevo creacionismo). Dice que los ataques de Diseño Inteligente contra el "naturalismo científico" caen en el error "posmodernista" deconstruccionista clásico de malinterpretar la obra de Thomas Kuhn. Este influyente filósofo e historiador de la ciencia planteó en la década de 1960 que el marco de referencia conceptual y teórico (el "paradigma") que escogen los científicos para investigar rompecabezas científicos está fuertemente influenciado por factores subjetivos, como las normas y las convenciones sociales. Lamentablemente, una interpretación de ese planteamiento fue que no hay verdad científica objetiva, que toda la verdad es por definición subjetiva y por lo tanto cualquier teoría científica es tan buena como la del vecino.
Pennock señala que esa no era la posición de Kuhn y que él mismo indicó que eso no era lo que quería decir pues las verdades científicas son objetivas (no subjetivas) y la verdad no es relativa. Kuhn aclaró que su posición era que los científicos necesariamente reciben influencias subjetivas, incluso al escoger el marco de referencia conceptual y el método para explorar la verdad objetiva. Pero a pesar de eso, la interpretación incorrecta inicial del planteamiento de Kuhn se regó por los círculos académicos e influenció el desarrollo del "deconstruccionismo" en el mundo literario. El deconstruccionismo es un método de leer y analizar textos que enfatiza la multiplicidad de interpretaciones posibles y las influencias subjetivas que cada lector (y cada autor) puede llevar a un texto. Para los deconstruccionistas puede haber muchas interpretaciones "verdaderas" de cualquier texto u obra de arte ("tu verdad" puede ser diferente de "mi verdad").
Los deconstruccionistas "posmodernistas" fueron más lejos y plantean que la verdad "objetiva" de plano no existe porque cada persona aplica sus interpretaciones subjetivas y todo el conocimiento pasa por esa lente distorsionada. Como explica Pennock, los deconstruccionistas posmodernos dicen que "solo pensamos que algo es verdad porque determinado grupo ha logrado imponer su punto de vista debido a su posición, prestigio o poder". Por lo tanto, toda verdad es relativa y las "relaciones de poder" determinan lo que se considera verdad en cualquier momento. (Ver el libro citado de Pennock).
El método del materialismo histórico y dialéctico (el método que aplicamos los comunistas) coincide en que las influencias sociales (los valores sociales, los convencionalismos y las posiciones influenciadas por una clase, especialmente la clase que detenta el poder) alteran las percepciones de la verdad, y en que hay que reconocer e identificar esas distorsiones subjetivas; pero eso no quiere decir que toda la verdad es relativa y que no es posible descubrir la verdad objetiva en la naturaleza y la sociedad.La noción de que toda verdad es relativa es una fórmula que conduce a la parálisis idealista: a renunciar a entender la realidad como es (independientemente de nuestras nociones) y a tratar de cambiarla conscientemente.
Para llegar a la verdad objetiva se necesita aplicar coherente y conscientemente un método científico que analice, ponga a prueba y transforme la realidad objetiva para ver si concuerda con las predicciones que hacemos, y ver cómo cambia. Es cierto que todos hacemos nuestro trabajo con influencias subjetivas; pero la realidad objetiva existe , independientemente de nuestras opiniones subjetivas y de nuestras nociones preconcebidas. Y para llegar a esa verdad objetiva, tenemos que aplicar la ciencia --un método y una cosmovisión científicos-- y no idealismo subjetivo u otras formas de idealismo filosófico (con creencias en un reino sobrenatural situado fuera de la esfera de la realidad material).
Por desgracia, el relativismo posmodernista ve la ciencia en sí como una "actividad narrativa e interpretativa" (como la literatura o el arte) y concluye que las verdades científicas "no son objetivas sino constructos moldeados por relaciones de poder y prejuicios". Esto es una confusión de dos cosas: la realidad de que los seres humanos llevamos interpretaciones subjetivas a todo lo que hacemos, incluso la ciencia, y que es necesario aislarlas conscientemente; y el hecho de que la realidad objetiva existe independientemente de los seres humanos y que al hacernos más conscientes del método científico y de los errores metodológicos que debemos evitar, podemos acercarnos más y más (aunque nunca perfectamente) a esa realidad. ¿Cómo sería posible hacer avances científicos y transformar la realidad conforme a nuestros objetivos (como el descubrimiento de los antibióticos, por dar un ejemplo) si la realidad objetiva no existiera y si fuéramos totalmente impotentes para determinar con un alto grado de confianza la verdad objetiva que corresponde a esa realidad material?
Los "creacionistas científicos" tradicionales dicen que está bien usar los métodos de la investigación científica porque así se obtiene "evidencia" de que la evolución no sucedió, y eso confirma la narración del Génesis de un dios creador. Pero en realidad no aplican métodos científicos ni tienen la menor evidencia científica de su posición (básicamente hacen afirmaciones absurdas, como que el orden de los fósiles en las capas de roca es el orden en que los animales se ahogaron en el diluvio universal). Su método es cuestionar la evolución para hacer creer que no es una teoría científica sólida, con la esperanza de que se les permita presentar su alternativa religiosa en las escuelas. Pero quieren que se crea que el creacionismo es compatible con los métodos científicos modernos.
Por su parte, los nuevos creacionistas de Diseño Inteligente atacan más fundamentalmente la ciencia. Puede que no sea obvio en la superficie, pero si se estudia lo que dicen y escriben (especialmente Philip Johnson y seguidores), ¡es claro que quieren cambiar las prácticas establecidas de la ciencia moderna! Quieren que el conocimiento científico se obtenga "por medio" de la religión; quieren que los métodos científicos incorporen la idea de Dios. La meta explícita del principal ideólogo de Diseño Inteligente, Philip Johnson, es reemplazar la "ciencia naturalista" con una "ciencia teísta" (gobernada por Dios), y quieren entrar a las clases de ciencias de secundaria y de las universidades para hacer ese "cambio de paradigma".
Robert Pennock explica muy claramente que esta nueva escuela de creacionistas tiene una fuerte influencia del relativismo posmodernista. *
Philip Johnson es un profesor de derecho que se describe como un "deconstruccionista posmodernista" y niega que la ciencia natural pueda llegar a la verdad objetiva. Le parece que la teoría de la evolución es una historia de interpretación subjetiva que logró imponerse desde los tiempos de Darwin porque la comunidad científica ha suprimido políticamente la enseñanza de teorías alternativas como la teoría de diseño divino. Exhorta a liberarse de la tiranía de la ciencia naturalista y sus reglas materialistas de evidencia porque no puede llegar a la verdad, ya que eso solo se puede hacer conociendo a Dios. Plantea que la verdad existe, ¡pero que es la verdad de la revelación divina!
Esto es lo que los creacionistas de Diseño Inteligente quieren colar en las clases de ciencias con "el mismo peso" que la teoría de la evolución: una teoría científica que se ha comprobado y verificado (¡vez, tras vez, tras vez!) mediante observaciones científicas y experimentos. ¿Cómo se puede permitir que la teoría religiosa de Diseño Inteligente, que nunca ha presentado un artículo científico en una revista científica, establezca "credenciales" científicas enseñando en las escuelas? ¡Es alucinante!
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NOTAS: * El
artículo "El marxismo y la Ilustración" de Bob
Avakian, presidente del PCR, también analiza estos
temas. Se publicó en el Obrero Revolucionario No.
1029, 2 de diciembre de 2001, y se encuentra en rwor.org.