Respuesta de NAPO al Borrador del Programa del PCR

Obrero Revolucionario #1222, 14 de diciembre, 2003, posted at rwor.org

Históricamente, la "cuestión nacional" ha sido un problema para el movimiento comunista de estados unidos. Este problema de las organizaciones comunistas primordialmente de la nación opresora al abordar la autodeterminación de las naciones oprimidas dentro de las fronteras de estados unidos se sigue manifestando en el "Borrador del Programa del Partido Comunista Revolucionario (PCR), e.u.".

En los años 1920, el movimiento más dinámico de los afrikanos en e.u. y el mundo fue UNIA (también conocido como el Movimiento de Garvey) bajo la dirección de Marcus Garvey. Millones de afrikanos del mundo entero participaron en él, pero tras su declive a fines de los años 1920 (debido a represión externa y contradicciones internas) el movimiento comunista internacional y una facción de comunistas negros propusieron la consigna "autodeterminación en el Black Belt" para cooptar las aspiraciones nacionalistas de los afrikanos en estados unidos en esa época. Con esa consigna los comunistas americanos le dieron mucha prioridad al movimiento de liberación de los negros: sacaron publicaciones dirigidas a la comunidad afrikana y dedicaron recursos a organizadores de la comunidad negra en los centros urbanos del norte y rurales del sur. Esto aumentó la cantidad de negros que se incorporaron al Partido Comunista (PC) americano a principios de los años 1930, pero debido a la ambivalencia del PC sobre el nacionalismo jamás se desarrolló un auténtico movimiento de autodeterminación bajo su dirección. Un movimiento negro independiente era una amenaza para los paternales líderes blancos del PC, pues los padres comunistas blancos pensaban que ellos deberían dirigir la lucha de liberación afrikana.

Hablando en nombre del "proletariado revolucionario", el PCR declara: "el proletariado revolucionario respeta el derecho de los negros a establecer un gobierno autónomo en la zona del Sur llamada Black Belt, así como en otras zonas con grandes concentraciones de negros". (p. 92) Para ellos gobierno autónomo quiere decir una forma de autogobierno, pero no independencia ni soberanía plenas. Es curioso que el Programa describe con detalles los poderes de los que goza un gobierno autónomo (control de educación, idioma y cultura) pero no dice nada sobre las limitaciones que tiene un gobierno autónomo dentro de otro estado. Por ejemplo, un gobierno autónomo no tendría el derecho de tener su propio ejército ni de establecer independientemente relaciones internacionales.

Hablando de nuevo en nombre del "proletariado revolucionario", el PCR declara: "Tendrán además el derecho a la autodeterminación e inclusive la secesión, es decir, el derecho de separarse y formar una república afroamericana en el Black Belt. El proletariado no es partidario de esa separación en las circunstancias que se pueden prever ahora". (p. 92)

Ninguna organización, comunista o no, que sea predominantemente blanca tiene el derecho de proponer límites a la autodeterminación de los afrikanos o de cualquier otra nación oprimida, ya sean indígenas, hawaianos, puertorriqueños o mexicanos.

Los estados unidos de américa no es "una nación bajo dios, indivisible, con libertad y justicia para todos"; es un imperio construido por la fuerza y el fraude. La expropiación de la tierra y los recursos de una nación oprimida es una violación de nuestros derechos humanos reconocidos internacionalmente, y hay que verla como colonialismo contemporáneo. Proponer, como el programa del PCR, que las naciones indígenas, los nuevos afrikanos, mexicanos y hawaianos solo deben recibir una forma de autonomía o de autogobierno limitado es legitimar las fronteras del imperio estadounidense, que no tienen nada de sagrado, pues se forjaron por medio de robo y artimañas. Un gobierno socialista americano que se establezca en territorio de naciones oprimidas y/o no permita que estas naciones determinen libremente sus asuntos políticos también será un imperio neocolonial. Nuestros respectivos pueblos deben decidir colectivamente nuestros respectivos destinos. Nosotros mismos tenemos que liberarnos. Las naciones oprimidas tienen el derecho a la independencia. Los auténticos revolucionarios deben apoyar esa demanda. Si los comunistas americanos, que son predominantemente blancos, no reconocen el derecho a la independencia de las naciones oprimidas, serán cómplices de su genocidio.

La promoción de posiciones que limitan nuestros derechos humanos y de autodeterminación están en liga con el imperialismo.