Sobre la democracia proletaria y la dictadura del proletariado: Un punto de vista radicalmente diferente sobre cómo dirigir la sociedad De: "Cómo vencer las dos cuestas: Más sobre conquistar el mundo"

Parte 12: Mantenerse en el poder... y continuar la revolución: Principios políticos y filosóficos

Obrero Revolucionario #1225, 18 de enero, 2004, posted at rwor.org

De una charla de Bob Avakian, presidente del PCR, titulada "Cómo vencer las dos cuestas. Más sobre conquistar el mundo".

Además de la serie de cuestiones y contradicciones políticas en cuanto al ejercicio de la dictadura del proletariado y la relación entre la democracia y la dictadura que hemos venido señalando, está la dimensión filosófica, y un aspecto muy importante de ella tiene que ver con el principio señalado por Mao de que el marxismo-leninismo-maoísmo (MLM) "solo puede abarcar pero no reemplazar" los diversos campos de conocimiento y actividad. Este principio filosófico está muy ligado a las contradicciones políticas que venimos abordando, es decir, la relación entre la vanguardia y las masas, así como la cuestión de permitir disentimiento y críticas, manejarlos correctamente y asimilarlos críticamente para dirigir a las masas en el ejercicio de la dictadura del proletariado.

En diversas ocasiones he mencionado otro factor que viene al caso y quiero tocarlo brevemente aquí; me refiero a la "inercia" que existe en relación dialéctica con movilizar a las masas a continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado en la sociedad socialista.

En este caso, "inercia" se refiere al hecho de que muchas capas sociales, especialmente las capas medias, reconocen que hacer la revolución contra cualquier autoridad establecida es una tarea de enormes proporciones (¡como nosotros lo sabemos muy bien!). La gente no lo hace a la ligera. No empuña las armas por pequeñas quejas o ajustes. Solo lo hace en circunstancias extremas.

Por lo general, tal "inercia" favorece a la clase que tenga el poder, pues se requiere una gran ruptura para empuñar las armas y derrotarla. Aparte de intimidación ante el poderío del estado, por lo general hay cierta aceptación de la autoridad conferida al orden establecido; la gente tiende a respetarla, como sabemos, por muchas razones, que ciertamente tienen sus aspectos negativos. Pero bajo la dictadura del proletariado, eso tiene su lado positivo también, o sea, las capas medias respetan el gobierno del proletariado precisamente por ser la autoridad establecida . Claro que lo fundamental es que la sociedad socialista es mucho mejor para la gran mayoría, pero también es cierto que el proletariado detenta el poder y sus representantes son la autoridad establecida y, por eso, la "inercia" lo favorece. Así que eso tiene su lado positivo, pero no podemos basarnos estratégicamente en eso ni con las capas medias, ni mucho menos en general. Es decir, apoyarse en tal "inercia" no es un principio estratégico.

Como dijimos en "Fin/Comienzo"*:

"Hasta cierto punto, cuando el proletariado tiene el poder puede aprovechar tácticamente el respeto y, por qué no, la admiración que sienten espontáneamente los sectores medios y atrasados de la población, especialmente, hacia quien sea que esté en el poder. Pero el proletariado jamás debe apoyarse en eso. En última instancia, la espontaneidad obrará en contra de la revolución proletaria. De fondo, tiene que apoyarse en la iniciativa, la lucha y el autosacrificio conscientes de las fuerzas más avanzadas, y en el hecho de que efectivamente representa los intereses de las masas populares y un futuro luminoso para la humanidad -- y que eso cobrará un significado concreto, que representará una diferencia tangible e intangible en la vida de todos". (p. 24)

Tomando en cuenta lo anterior y la cuestión de la inercia en la sociedad socialista, es interesante reflexionar sobre las distintas generaciones y cómo ajustarse tácticamente para cada cual (hablando especialmente de las capas medias, pero también de las masas populares). En los primeros años de la nueva sociedad socialista, ya consolidada, la gran mayoría habrá crecido en la sociedad burguesa, cuyas instituciones e influencias habrán moldeado sus puntos de vista políticos, ideas sobre la vida, etc. Ciertamente todo mundo (incluidas las capas medias) se transformará en el curso de la lucha revolucionaria por conquistar y consolidar el poder proletario y emprender el camino socialista, pero eso no borrará todas las viejas influencias e ideas. Persistirán muchos puntos de vista, preferencias, predilecciones y prejuicios de la vieja sociedad. Por otra parte, las nuevas generaciones que se crían en la sociedad socialista no serán "un papel en blanco", y en todo caso las profundas contradicciones de esa sociedad moldearán su concepción del mundo de manera contradictoria. Pero así y todo no serán iguales a la generación que creció con las ideas y prejuicios de la vieja sociedad capitalista.

Todo esto será un aspecto secundario (pero no sin importancia) de la dinámica de las contradicciones de la sociedad socialista, especialmente en sus primeras etapas. El proletariado y su vanguardia concientizará, capacitará y motivará a los jóvenes de acuerdo a principios radicalmente nuevos y diferentes: fundamentalmente, los principios de servir al pueblo y plasmar sus intereses más elevados a través de la lucha constante por revolucionar la sociedad como parte de la revolución proletaria mundial. Pero con los que crecieron en la vieja sociedad tampoco bastará simplemente con contar con su "consentimiento". Como principio y como aspecto principal, necesitaremos su apoyo cada vez más consciente y voluntario para construir el socialismo... y también necesitaremos sus críticas.

Lo fundamental es que tras la conquista (y consolidación) del poder surgirán nuevas contradicciones, lo cual destaca nuevamente lo que dice "Fin/Comienzo" sobre el lado positivo de que haya contradicciones sin resolver en el socialismo y su relación con la "cuestión monumental" de luchar por mantener la sociedad socialista como una sociedad revolucionaria sin estar siempre "en pie de guerra" (pues eso no es factible). Como dice "Fin/Comienzo":

"En otras palabras, para quienes la nueva sociedad socialista resulta ser un mejoramiento surge la tendencia a volverse conservadores y egoístas, y para los dirigentes surge la tendencia a seguir el camino capitalista... A la sociedad socialista la caracterizan nuevas y diferentes contradicciones y el avance de la revolución en el socialismo depende de si se identifican y se tratan correctamente esas contradicciones y las fuerzas y luchas que desencadenan.

"Aquí se presenta un factor muy importante y relacionado. El hecho de que haya contradicciones sin resolver en el socialismo tiene un lado positivo: moviliza fuerzas que quieren seguir la transformación revolucionaria en la etapa socialista, fuerzas que están a la vanguardia de las contradicciones más decisivas que se presentan en un momento dado para determinar si la sociedad avanzará o retrocederá". (p.19-20) (En este sentido "Fin/Comienzo" destaca la importancia la opresión de la mujer, el "derecho burgués" y, particularmente, la contradicción entre la dirección y los dirigidos).

Asimismo, la nota final de "Fin/Comienzo" (y "Mao más que nunca" en la revista Revolución ) destaca varios puntos importantes, entre ellos el siguiente: "En pocas palabras: [en el socialismo el partido del proletariado] tiene que ser un partido en el poder y una vanguardia de la lucha revolucionaria contra todo sector del poder que se oponga a la liberación total". Esta contradicción será muy aguda y compleja, y muy difícil de manejar, y se planteará repetidamente en el curso de la transición socialista. Mao destacó precisamente este principio --de ser un partido en el poder y a la vez una vanguardia de la lucha revolucionaria contra todo sector del poder que se oponga a la liberación total-- y dirigió magistralmente a las masas a aplicarlo en la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP). Pero aun con la gran importancia que le dio a la GRCP y las nuevas cosas que surgieron en el curso de ella, recalcó que ni una Revolución Cultural, ni varias, podrían resolver completamente esas contradicciones.

En relación con el principio filosófico de que el MLM "solo puede abarcar pero no reemplazar" las diversas ramas de conocimiento y empeño humano, así como el principio general de permitir, y más que eso, fomentar en aspectos importantes disentimiento y críticas de las medidas y normas establecidas en la sociedad socialista, quiero hacer unos breves comentarios sobre el concepto de "aporía", que según algunas tendencias deconstruccionistas, se refiere a vacíos o lagunas, particularmente en el conocimiento humano. Lo que plantean, o una manera de plantearlo, es más o menos lo siguiente: no puede ni debe haber ningún sistema completo ni ningún sistema de pensamiento completo; siempre habrá vacíos y lagunas en el conocimiento y en todo sistema de pensamiento. Así tiene que ser y debemos reconocer esa realidad.

Ciertamente, los que tienen puntos de vista contrarios al MLM (como dichas tendencias asociadas con el deconstruccionismo) defienden conceptos anticientíficos y tienen otra concepción del mundo; sin embargo, el concepto de "aporía" tiene un aspecto importante que debemos tomar en cuenta. O sea, con nuestra perspectiva científica, el materialismo dialéctico, podemos "retomar" lo esencial, o el aspecto correcto, que tiene que ver con la relación entre la verdad absoluta y relativa.

En sus escritos filosóficos, Lenin señala la distinción esencial entre un marxista materialista y un relativista: mientras este solo ve lo relativo, aquel se basa en el materialismo dialéctico y reconoce que lo relativo encierra lo absoluto. Lógicamente, lo inverso también es cierto: si lo relativo encierra lo absoluto, lo absoluto encierra lo relativo porque forman, nuevamente, una unidad de contrarios.

Esto se aplica a lo que mencioné antes, hablando de los artículos sobre el comunismo vs. el anarquismo, y especialmente del hecho de que en un momento dado el partido MLM se centra en ciertas prioridades que ha determinado, y aun suponiendo que sean las más adecuadas, necesariamente enfoca toda su atención en ellas. Por eso es lógico que haya cuestiones, fenómenos, etc., que otras fuerzas de la sociedad, que no tienen las mismas responsabilidades y papel (ni el mismo punto de vista), reconocen antes o ven desde otra óptica o quizá más claramente que el partido, y es preciso que este tome en cuenta y asimile correctamente los planteamientos (y críticas) de esas fuerzas.

La epistemología (la teoría del conocimiento) enseña que nadie tiene conocimiento completo o absoluto, pues ninguna persona o grupo (ni siquiera los comunistas) es inmune a los errores y, como la realidad cambia y sufre transformaciones constantemente, siempre habrá una contradicción entre la ignorancia y el conocimiento. Si a esto le sumamos lo que acabamos de mencionar (que en un momento dado es necesario que el partido se centre en ciertas prioridades y tareas) vemos que aun si la línea del partido es correcta y aun si sus conocimientos y comprensión de la realidad son más sistemáticos y exhaustivos que las fuerzas que tienen otra concepción del mundo (como debe ser), puede ser el caso, y en algunas ocasiones será el caso, que estas reconocen o captan más correctamente ciertos aspectos de la realidad.

Debemos tener eso en cuenta antes de la conquista del poder y, con más razón, en la sociedad socialista cuando el partido dirija al proletariado a gobernar y llegar a dominar la sociedad y transformarla de acuerdo a su concepción del mundo e intereses fundamentales.
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NOTAS:

* "El fin de una etapa: El comienzo de una nueva etapa" de Bob Avakian, Revolución , otoño de 1990.

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