La hipocresía de la ocupación yanqui

Obrero Revolucionario #1227, 1° de febrero, 2004, posted at rwor.org

¿Por qué Estados Unidos e Inglaterra invadieron y ocuparon Irak, un país de importancia estratégica y rico en petróleo? ¿Por qué dominan al pueblo iraquí a punta de fusil?

Como sabemos, el pretexto que ofrecieron los voceros del gobierno fue proteger a la población de Estados Unidos. La Casa Blanca afirmó que el gobierno iraquí participó en los ataques del 11 de septiembre de 2001 y que estaba a punto de lanzar nuevos ataques con armas poderosas.

Pero eran mentiras. Hace poco el ex secretario de Hacienda, Paul O'Neill, dijo que Bush y sus compinches empezaron a trazar planes para apoderarse de Irak ocho meses antes del 11 de septiembre. Además, no se ha encontrado ninguna prueba de que Irak tenía armas de destrucción masiva ni vínculos con Al Qaeda.

Así que ahora recurren al segundo pretexto: conquistaron a Irak para instalar gobiernos democráticos por toda la región.

En el discurso al Congreso el 20 de enero, Bush dijo: "América tiene una estrategia de llevar la libertad a todo el Medio Oriente. realizaremos la tarea histórica de establecer democracias en Afganistán e Irak para que puedan preparar el terreno para otras naciones y transformar una atormentada región del mundo".

Pero el actual dilema sobre las elecciones en Irak lo desmiente.

Difíciles problemas con gobierno títeres

El 15 de noviembre, Washington presentó un plan para crear un nuevo gobierno iraquí. Propuso invitar a "personas notables" a asistir a reuniones en la primavera en cada una de las 18 provincias. En esas reuniones se escogerán delegados que elegirán una "legislatura transicional" que forjará el gobierno.

Washington trazó el plan con mucha prisa porque actualmente no hay ninguna entidad en Irak con autoridad (según el derecho internacional) de aprobar la ocupación estadounidense, la venta de la industria petrolera a las corporaciones extranjeras y la firma de contratos para la exportación de petróleo.

Por supuesto, de ninguna manera sería un gobierno "soberano" (independiente). Estados Unidos lo escogería y financiaría, y sería cien por cien dependiente del poderío militar yanqui. Su primera responsabilidad sería permitir que continúe la ocupación.

Pero el plan se fue a pique casi inmediatamente. El 11 de enero, el ayatolá Ali al-Sistani (el principal líder de los musulmanes chiítas de Irak) lo rechazó y reclamó elecciones directas en la primavera.

En respuesta, Washington anunció que no permitirá elecciones y las fuerzas de ocupación abrieron fuego contra varias manifestaciones de apoyo a al-Sistani por todo el país. A los pocos días había manifestaciones de 30,000 personas en Basora y 100,000 en Bagdad, con el grito: "¡Elecciones, sí! ¡Ocupación, no!".

Para Estados Unidos, la superpotencia invasora, es un momento vergonzoso:

Dice que está llevando "democracia" y "elecciones libres" al Medio Oriente, ¡pero no permitirá que se elija el nuevo gobierno iraquí!

Por supuesto, el ayatolá al-Sistani tampoco quiere que las masas tomen las riendas del poder político. Por todo el mundo musulmán, las fuerzas islámicas reaccionarias han recurrido a medidas fascistas para reprimir al pueblo y sus esperanzas de cambios progresistas. En Irak piden elecciones solo para presionar a las fuerzas de ocupación a otorgarles una mayor tajada del poder en la nueva estructura que impongan.

Por su parte, Washington ofrece muchos pretextos para rechazar la demanda de elecciones. Dice que no hay suficiente tiempo para organizarlas, que primero se necesita un censo nacional, que las zonas sunitas no son lo suficientemente "seguras", etc. Pero no cabe duda de la verdadera razón.

El 22 de enero el servicio noticioso Associated Press escribió: "A Estados Unidos le preocupa tanto el proceso electoral como los resultados".

El New York Times escribió el 17 de enero que el gobierno estadounidense "quiere forjar un proceso electoral que le dé la ventaja a las fuerzas moderadas cuando se transfiera la soberanía".

Es decir, Washington se opone a celebrar elecciones hoy porque teme que ganen elementos que no concuerden con sus planes. Sabe que las fuerzas políticas mejor organizadas hoy son los fundamentalistas islámicos en el sur y los partidos curdos separatistas en el norte.

Poderosas fuerzas del Pentágono y la Casa Blanca están trazando planes para atacar a Irán y no quieren un gobierno en Irak dispuesto a apoyar al gobierno chiíta iraní. En el norte, el plan es negarle autonomía, fuerzas armadas independientes y control de las ciudades y campos petroleros a los curdos.

Las fuerzas "moderadas" y los "fundamentalistas duros"

El gobierno dice que "favorece a las fuerzas moderadas", y la prensa explica que si Estados Unidos no escoge el nuevo gobierno iraquí, las fuerzas "extremistas" tomarán las riendas.

Para ellos, "fuerzas moderadas" quiere decir las figuras políticas iraquíes que son lo suficientemente corruptas, ambiciosas y reaccionarias para ponerse al servicio de la superpotencia imperialista que conquistó el país y se apoderó de sus recursos. En la historia, tales personas se llaman "traidores" o "títeres".

Por otro lado, las fuerzas "extremistas" son las que obstaculicen los planes del imperio. En Irak se refiere sobre todo a los "fundamentalistas islámicos duros".

Esa cháchara de impedir que los fundamentalistas tomen el poder es pura hipocresía. Estados Unidos ha fomentado el fundamentalismo islámico en la región, y lo sigue haciendo hoy en Afganistán e Irak.

En enero Estados Unidos organizó en Afganistán una "loya jirga" (o asamblea) de asesinos feudales, señores de la guerra y líderes de clanes que le dio a Hamid Karzai, títere yanqui, poderes casi absolutos. Esa asamblea aprobó una constitución que establece una "República Islámica" e impone las normas del derecho islámico.

En diciembre, el Consejo de Gobierno Iraquí decretó que el derecho islámico (llamado sharia)regirá la situación de la mujer: el matrimonio obligatorio, el divorcio, la poligamia, el patrimonio y la custodia de los niños. ¡Es la primera vez desde 1958que se impone el derecho islámico en Irak! Solo entrará en vigor si lo aprueba el gobernador colonial estadounidense, Paul Bremer. Pero incluso si no lo aprueba, demuestra lo que le espera a la mujer si las fuerzas pro yanquis como el Consejo de Gobierno forman un nuevo gobierno.

Las fuerzas fundamentalistas se han fortalecido en Afganistán, Irak y otros países porque Estados Unidos lleva décadas atacando a las fuerzas revolucionarias, progresistas y seculares. En Irak, la CIA ayudó al partido Baath de Saddam Hussein a identificar y asesinar a miles de comunistas de la clase obrera en 1963. El año pasado la invasión destruyó al partido Baath, que era secular. Hoy, las más poderosas fuerzas organizadas que quedan son las redes islámicas de las mezquitas.

En Afganistán en la década de 1980, Estados Unidos apoyó con miles de millones de dólares a las fuerzas islámicas en la lucha contra la Unión Soviética, y estas masacraron a las fuerzas revolucionarias, progresistas y seculares. Incluso quemaron vivos a maestros que enseñaban a las niñas a leer y escribir.

Así que el gobierno estadounidense no piensa proteger a nadie de la política reaccionaria de los fundamentalistas. Eso lo subraya el hecho de que en Estados Unidos los fundamentalistas cristianos dominan en gran medida la política burguesa nacional.

En el discurso del 20 de enero, Bush también propuso imponer normas extremistas y reaccionarias en el derecho estadounidense. Pidió nuevos fondos para el espionaje político. Prometió que si los gobiernos estatales y los tribunales permiten matrimonios civiles de homosexuales, propondrá una enmienda a la Constitución para imponer las normas fundamentalistas cristianas sobre el matrimonio. Habló de dedicar fondos federales a fomentar abstinencia sexual y pruebas de drogas obligatorias para niños. Pidió nuevos poderes para dar fondos federales a organizaciones conservadoras cristianas. Les aconsejó a los niños que obedezcan a los padres y dijo que las acciones de Estados Unidos las dirige un dios "cuyas metas son justas y verdaderas".

Estados Unidos no se opone a los fundamentalistas extremistas, sino a los que obstaculizan sus planes de dominación mundial.

Escoger a dirigentes confiables y luego obligar a la población a votar

El plan de Estados Unidos es identificar, reclutar, organizar y capacitar fuerzas políticas en Irak, crear un gobierno títere y continuar la ocupación.

Solo quiere celebrar elecciones si contribuyen a la estabilidad y dan legitimidad al nuevo orden (o sea, dan un sello de aprobación a las fuerzas políticas que ya ha escogido).

Si existe la posibilidad de que le den la ventaja a fuerzas no confiables, no las permitirá, con el pretexto de que el país "no está listo" para la "democracia". Ya han dicho que no estará listo hasta 2005 o que solo algunas regiones estarán listas.

Dado el odio del pueblo iraquí hacia la ocupación, es posible que Estados Unidos nunca quiera celebrar elecciones en Irak y que recurra a un gobierno militar o un dictador (como Suharto en Indonesia, Pinochet en Chile, Musharaff en Pakistán, etc.) para proteger sus intereses.

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¡Todo eso da una buena idea de qué piensa la clase dominante estadounidense de las elecciones y de cómo las manipula. y no solo en Irak!

Bob Avakian, presidente del PCR, lo dijo así:

"Muchos dirán: ¿cómo es posible que el sistema político de un país democrático como Estados Unidos `sirva para mantener el dominio de la burguesía sobre el proletariado' cuando todos tienen el derecho de elegir a los dirigentes políticos mediante elecciones? La respuesta es que en tales sociedades las elecciones y el `proceso democrático' en su conjunto son un engaño: más que un engaño, son una pantalla y más aún un instrumento por medio del cual la clase dominante, explotadora y opresora lleva a cabo la dominación de los explotados y oprimidos. Para decirlo en una oración: las elecciones son controladas por la burguesía; no son de ningún modo el medio por el cual se toman las decisiones básicas; y se efectúan con el propósito primario de legitimar el sistema, la política y las acciones de la clase dominante --dándoles la fachada de un `mandato popular'-- y de canalizar, confinar y controlar la actividad política de las masas populares".