21 de agosto de 1971: El día que mataron a sangre fría a George Jackson

Obrero Revolucionario#1230, 22 de febrero, 2004, posted at rwor.org

Este artículo se publicó por primera vez en el OR No. 618, agosto de 1991, con motivo del 20 aniversario del asesinato de George Jackson a sangre fría en la cárcel San Quintín.

George Jackson tenía 18 años en 1961 cuando lo sentenciaron a la cárcel por el robo de 70 dólares de una gasolinera. En el sistema carcelario de California las pandillas de blancos fascistas y los guardias atacaban con frecuencia y brutalidad a los presos negros. Jackson organizó un contraataque con una pandilla negra. George Jackson pasó los diez años de vida que le quedaban en la cárcel, y casi ocho de ellos en celdas aisladas de castigo por defender o vengar a otros reclusos.

Fuertes vientos políticos llegaron a la cárcel desde las calles del ghetto. George Jackson abrazó la revolución. Estudió las obras de Marx, Lenin, Mao Tsetung; escribió: "No quiero morir dejando como único monumento unas pocas canciones tristes y un montecillo de tierra. Quiero dejar un mundo liberado de basura, contaminación, racismo, estados nacionales, guerras y ejércitos de estados nacionales, ostentación, intolerancia, estrechez de miras, mil clases de mentiras y la economía usurera y licenciosa".

"Intentamos convertir la mentalidad negra criminal en una mentalidad negra revolucionaria'', escribió. Describió su brega con otros presos que "piensan que no necesitan ideología ni estrategia ni tácticas. Piensan que ser guerreros es suficiente. Pero sin disciplina ni dirección, terminarán lavando carros o como cadáveres abandonados en la morgue". Siempre promovió la unidad entre los presos de diferentes nacionalidades: "Siempre les digo a los compañeros que algunos blancos están dispuestos a trabajar con nosotros contra los puercos. Lo único que tienen que hacer es dejar de hablar como los honkies [racistas blancos]. Cuando hay peleas entre las razas, un grupo maníaco se lanza contra otro. Eso es precisamente lo que quieren los puercos".

El Partido Pantera Negra nombró a George Jackson mariscal de campo. Sus artículos salieron en el periódico del partido, el Black Panther.

En enero de 1970 un guardia de la cárcel Soledad State mató a balazos a tres reclusos en el patio. Tres días después un gran jurado lo declaró homicidio justificado. Media hora después del fallo, apareció un guardia blanco muerto a golpes. Las autoridades acusaron a George Jackson y otros dos presos de asesinato.

El movimiento radical que estaba en ascenso fuera de las prisiones se organizó para defender a los tres "Hermanos de Soledad". El primer libro de Jackson, Soledad Brother (Hermano de Soledad), fue muy bien recibido.

Amenazas revolucionarias al sistema

Más tarde (el 24 de agosto de 1971) el San Francisco Chronicle escribió: "Fue algo nuevo. Los presos se organizaban en grupos radicales, no solo dentro de una cárcel, sino en cárcel tras cárcel por todas las instituciones del sistema carcelario".

El sistema se sintió amenazado. Las brutales operaciones diarias de las cárceles quedaron ampliamente denunciadas en la sociedad. Lo que es más, los mismos presos surgieron como una fuerza revolucionaria importante, con aliados en otros sectores.

El 7 de agosto de 1971 Jonathan Jackson (el hermano de George, de 17 años) entró armado en el palacio de justicia del condado Marin.

Liberó a tres acusados; juntos tomaron rehenes y demandaron que soltaran a los Hermanos de Soledad. Hubo una balacera y resultaron muertas cuatro personas, entre ellas Jonathan Jackson y el juez Haley.

El asesinato de George Jackson

George Jackson fue una voz potente en tiempos revolucionarios. El juicio de los Hermanos de Soledad estaba programado para finales del verano de 1971 y las autoridades sabían que George Jackson iba a enjuiciarlas a ellas por sus grandes crímenes. Decidieron matarlo.

El 21 de agosto de 1971 lo mataron. Es probable que nunca se sepan todos los detalles de lo que ocurrió ese día. Pero no hay duda de que asesinaron a George Jackson a sangre fría para callarlo.

La versión oficial: Las autoridades dijeron que los Panteras Negras escondieron una pistola automática, municiones y una peluca afro dentro de una pequeña grabadora que el abogado de George Jackson llevó a la cárcel y que este se puso la peluca y ocultó la pistola debajo para llevarla a su celda. Entonces, según la versión oficial, Jackson caminó con la pistola escondida en la peluca unos 50 metros hasta el "centro de modificación" de San Quintín, un centro de máxima seguridad, donde un guardia le vio algo metálico en el pelo.

Supuestamente Jackson intentó escapar, lo que provocó un levantamiento, y corrió al patio con la pistola en la mano hacia un muro de 7 metros de altura y cayó baleado. Las autoridades dijeron que encontraron una pistola automática de 9 mm que pertenecía al mariscal de campo del Partido Pantera Negra Landon Williams.

Las autoridades inventaron esta versión para poder arrestar a los conocidos y camaradas de George. Su abogado, por miedo de que lo fueran a asesinar, vivió en la clandestinidad durante 14 años. A Landon Williams lo arrestaron.

Con típica arrogancia, las autoridades de la cárcel ni siquiera se molestaron en inventarse una mentira cuidadosa. Daban por sentado que les creerían, como de costumbre.

Pero resulta que el abogado de Jackson había pasado por una serie de detectores de metal y no hubiera podido meter una pistola y municiones sin la aprobación de los guardias.

El San Francisco Chronicle contrató a un modelo para representar la versión de "esconder una pistola debajo de una peluca'' y concluyó:

"El modelo no pudo esconder la pistola levantando la parte de enfrente de la peluca y poniendo debajo la pistola. Por fin se quitó la peluca, puso la pistola adentro y se la puso en la cabeza con mucha dificultad. La peluca quedó torcida y con cada paso parecía que la pistola se iba a caer, por lo que el modelo se llevaba las manos a la cabeza". Tres pulgadas de la pistola sobresalían de la peluca.

La policía salió con una pistola que pertenecía a Williams. Pero el FBI se la había confiscado en 1969. Las autoridades pusieron la pistola en el patio de San Quintín, y esto en sí es una prueba de la participación directa del programa del FBI COINTELPRO en el asesinato.

Louise Tackwood, una agente de COINTELPRO, diría más tarde que las autoridades del estado de California y los guardias de la prisión participaron en el complot para asesinar a George Jackson.

Lo que probablemente pasó: Cuando los guardias llevaron a Jackson de vuelta de la reunión con su abogado, le tendieron una trampa. Pero parece que Jackson logró salirle adelante a sus asesinos y estalló una breve rebelión en esa ala de la prisión, en que murieron tres guardias y dos presos.

Los reclusos del centro de modificación dijeron más tarde que Jackson no corrió al patio para escaparse, sino que se sacrificó: que sabía que era el blanco de los guardias y que se separó de los demás para salvarlos de una masacre.

La autopsia concluyó que una bala le penetró la espinilla y cayó al suelo. Otra bala le penetró la espalda a quemarropa. Lo mataron de rodillas. Una ejecución.

El recuerdo de George Jackson

George Jackson ardía de impaciencia por la revolución; no quería vivir ni un día más bajo este sistema. Era intrépido. Desde las mazmorras de los opresores, alentó la violencia revolucionaria y atacó a los partidarios de las reformas lentas. Sus palabras y su ejemplo inspiraron, a pesar de que solo tuvo renombre político unos veinte meses. Aunque no logró desarrollar una estrategia revolucionaria correcta para conquistar el poder, se llamaba comunista con orgullo. Habló en nombre de las aspiraciones revolucionarias de los que el sistema tira sin pensar:

"Como esclavo, el fenómeno social que me ocupa toda la conciencia por supuesto es la revolución. El esclavo. y la revolución. Nacido a una muerte prematura, para hacer oficios serviles por un sueldo mínimo, el jornalero, el basurero, el atrapado, el encarcelado, sin fianza. soy yo, la víctima colonial. Cualquier funcionario de bajo nivel me podría matar mañana. sin castigo. He vivido la represión cada hora de mi vida, una represión tan severa que cualquier cambio de mi parte traerá alivio; una pequeña victoria o el alivio de la muerte. En todo sentido del término, en todo sentido auténtico, soy esclavo de la propiedad".

"Nos han convertido en la alfombrilla del mundo, pero el mundo todavía no ha visto lo que la gente como nosotros es capaz de lograr. Habrá una página especial en el libro de la vida para los que han regresado desde la tumba. Esta página hablará de la derrota total, la ruina, la pasividad y la sujeción por un lado, y por el otro, la victoria aplastante y la realización contundentes".