Fallujah: La brutalidad y la crisis de la ocupación

Obrero Revolucionario #1239, 9 de mayo, 2004, posted at http://rwor.org

"Cuando vi el cuerpo destrozado de Alí dejé de ser un simple periodista. Ocurrió en un hospital de campaña de Fallujah. Los muros estaban acribillados por la metralla de un misil y el suelo estaba cubierto de vidrio. Alí, de 4 años de edad, estaba en una cama con colchón empastado de sangre seca. Tenía una terrible herida en la ingle y estaba sangrando mucho. Le amputaron la pierna izquierda encima de la rodilla y el brazo izquierdo estaba vendado y sangrando. Tenía laceraciones en la cara. Su padre ahuyentaba las moscas de las heridas. Era una escena de desesperación. Alí era uno de los pocos sobrevivientes de su familia, muerta en un bombardeo un día antes. Solo iba a sobrevivir si podían llevarlo pronto a un hospital de Bagdad. Las ambulancias trataron de evacuar a los heridos graves pero el ejército estadounidense no permitía que nadie entrara ni saliera y les bloqueaba el paso".

Lee Gordon en Fallujah, Guardian, 29 de abril

"No creo lo que hemos tenido que aguantar. Las calles están vacías; incluso los perros nos están cazando porque tienen tanta hambre".

Hassan al-Halbousi, de 60 años, en Fallujah

"El principal problema es que los buenos, los malos y los civiles están entremezclados".

Brigadier general Jack Egginton, comandante del escuadrón de bombarderos 379, New York Times, 30 de abril

"Matamos a un montón de gente. Bueno, ellos nos matan a nosotros también. Me gusta Fallujah. He matado a un chingo de esos hijueputas".

Sargento Tratner, Primera División Blindada de los marines, cerca de Fallujah

"Es un infierno. Los estadounidenses violaron el cese del fuego y nos están atacando con aviones, tanques y artillería. Hay francotiradores en todos los techos y en los alminares. No les importa a quiénes matan: viejos, mujeres, niños".

Fadhil Ahmed, refugiado de Fallujah, Guardian, 30 de abril

"Cuando la libertad está en peligro, siempre cumpliré mi deber,
estoy aquí en el frente para que puedan dormir tranquilos.
Soy americano, soy soldado americano".

"American Soldier", una nueva canción pro guerra de Toby Keith

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Fallujah.

Durante más de un mes las fuerzas armadas yanquis han atacado esta pequeña ciudad de 300,000 habitantes con un enorme arsenal bélico. La han invadido y bombardeado, y amenazan con atacarla más ferozmente. Han convertido los campos de fútbol en fosas comunes para los muertos. Y en los alrededores hay campamentos de refugiados.

Para entender la ocupación yanqui de Irak, y para entender la indignación y resolución del pueblo iraquí, hay que examinar lo que está pasando en Fallujah.

Pero la situación exige más que mirar el horror: no podemos permitir que los imperialistas tapen lo que están haciendo en Fallujah ni que el gobierno y los medios lo justifiquen.

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Tras un mes de salvajes ataques, el alto mando yanqui admite que no puede aplastar la resistencia. En marzo, los marines bloquearon las entradas a la ciudad con retenes de vehículos blindados. Las tropas entraron a la ciudad, tumbaron puertas, arrestaron a los hombres y los interrogaron brutalmente.

Tras una semana, el 31 de marzo las fuerzas de la resistencia emboscaron un convoy armado de mercenarios estadounidenses (que los medios llaman hipócritamente "contratistas civiles"). Por todo el mundo se vieron los videos de los muertos y de las celebraciones.

El presidente Bush mandó castigar la ciudad y despachó a las fuerzas yanquis a atacar con saña. Atacaron con bombas, misiles y unidades terrestres, que trataron de entrar a la ciudad desde los suburbios.

Luego sitiaron la ciudad y ordenaron que los habitantes se dieran por vencidos y que entregaran las armas y a los combatientes de la resistencia. Aislaron la ciudad del resto del país y no permitieron entrar comida, agua ni electricidad. Si no obedecían, amenazaron, lanzarían un ataque de gran envergadura.

Los bombardeos por avión y artillería continuaron, y el 28 de abril empezó un ataque aéreo de gran envergadura. Aviones teledirigidos orientaban a los bombarderos. Soltaron bombas de 500, 1000 y 2000 libras en tres barrios un promedio de 60 veces al día. Los helicópteros Cobra dispararon misiles Hellfire contra "centros de la resistencia". De noche los aviones de ataque AC-130 abrieron fuego con obuses contra todo vehículo que se movía. Un corresponsal informó que las explosiones sacudieron la tierra por lo menos 10 veces al minuto. Los que trataban de ir de un edificio a otro fallecieron a manos de los francotiradores.

El alto mando yanqui despachó unidades de tanques a los alrededores de Fallujah para conquistarla.

La crisis y los fracasos de una superpotencia omnipotente

"En la actualidad, el imperialismo norteamericano exhibe una gran fuerza, pero en realidad no la tiene. Políticamente es muy débil, porque está divorciado de las grandes masas populares y no agrada a nadie; tampoco agrada al pueblo norteamericano. Aparentemente es muy poderoso, pero en realidad no tiene nada de temible: Es un tigre de papel. Mirado por fuera parece un tigre, pero está hecho de papel y ni aguanta un golpe de viento y lluvia. Llegará el día en que el tigre de papel será destrozado. Pero no desaparecerá por sí mismo; para ello hace falta el golpe del viento y la lluvia".

Mao Tsetung, "El imperialismo norteamericano es un tigre de papel", 1956

Hace un año George Bush se puso uniforme de piloto para declarar abordo de un portaaviones que "se ha cumplido la misión": la máquina de guerra yanqui conquistó a Afganistán, ocupó a Irak y amenazaba con atacar a otros países, como Siria, Irán y Corea del Norte.

Hoy, tras un año de ocupación, la "misión" sigue sin cumplir en Irak. La ocupación está empantanada, en crisis, y el plan de "transferir la soberanía" y sacar las tropas del país está en añicos. La "coalición" se está desparramando: España ya retiró sus tropas y las de otros países se niegan a pelear.

¿Cómo puede ser que la más poderosa superpotencia se vea ante la posibilidad de una derrota en Irak, incluso después de aplastar el reaccionario gobierno y sus fuerzas armadas?

La respuesta se ve en Fallujah. El pueblo no acepta la dominación yanqui y le está oponiendo resistencia.

El gobierno estadounidense dice que ofrece un "futuro mejor" a los diversos habitantes de Irak, pero todos rechazan la dominación extranjera.

En Fallujah, se han mantenido firmes ante las amenazas. No han entregado las armas. Los combatientes de la resistencia tampoco se han entregado. La población ha recibido apoyo y artículos de primera necesidad de todo el país, e incluso han entrado desapercibidos más jóvenes para pelear contra los invasores. Se ha forjado una nueva unidad de los pueblos de Irak: los chiítas de Bagdad y el sur han recolectado y enviado comida y sangre para apoyar a los sunitas de Fallujah. Los ataques yanquis han provocado protestas unificadas de sunitas y chiítas.

La confrontación en Fallujah ha desatado una ola de ataques de la resistencia chiíta, especialmente en Kufa y Najaf. Las fuerzas de ocupación han perdido control de esas ciudades también y las tienen rodeadas.

El plan de ocupación fue conquistar el país y "restaurar la estabilidad" rápidamente con un nuevo ejército y policía títeres. Esperaban "transferir la soberanía" a un nuevo gobierno pro Estados Unidos el 30 de junio, con el disfraz de la aprobación de la ONU y la "legitimidad" internacional.

Pero el plan está hecho jirones. La primera unidad del nuevo ejército iraquí que enviaron a pelear en Fallujah hombro a hombro con los marines se amotinó. Los policías huyeron cuando la resistencia se apoderó de la ciudad.

Tampoco han tenido éxito en "legitimar" un nuevo gobierno. Señalan que ese gobierno (supuestamente "soberano") no podrá: a) aprobar leyes; b) pedir que las fuerzas yanquis se vayan; ni c) controlar el "nuevo ejército iraquí", ni mucho menos las fuerzas de ocupación.

Incluso Lakhdar Brahimi, el enviado de la ONU a Irak, anunció que debido a los ataques contra Fallujah y otras ciudades es posible que ninguna fuerza iraquí participe en el nuevo gobierno. Enfureció a los estrategas de guerra yanquis cuando dijo: "No son aceptables los castigos colectivos. Tampoco podemos aceptar que acordonen y sitien una ciudad. El uso de la fuerza, especialmente la fuerza excesiva, solo agrava la situación".

El gobierno de Bush tiene otro problema también: las muchas bajas estadounidenses. Más de 130 soldados murieron en abril, más que durante la invasión y conquista de Bagdad.

Así que el 19 de abril, tras varios días de bombardeos y amenazas, las autoridades yanquis se rajaron en Fallujah y propusieron algo nuevo.

Nuevo plan: Contratar al viejo gobierno y ejército

Anunciaron que los marines iban a retirarse de Fallujah por el momento y que enviarían un "Ejército de Protección" para apoderarse de la ciudad, bajo el mando del teniente general Salah Abboud al-Jabbouri, ex gobernador durante el gobierno de Saddam Hussein de la provincia donde se encuentra Fallujah. El general Conway de los marines le dijo al New York Times que el ejército de al-Jabbouri constaría de "oficiales y soldados del viejo ejército iraquí".

Pero ese nuevo "ejército" de mil soldados no podrá conquistar a Fallujah y sus 300,000 habitantes, así que, ¿cuál es en realidad el "nuevo" plan?

El alto mando militar yanqui lleva un mes pidiendo que vuelvan los dirigentes militares y políticos del partido Baath. Cree que son los únicos capaces de reconstruir un ejército iraquí al servicio de Estados Unidos.

Es una especie de experimento para ver si esas fuerzas son capaces de dividir, cooptar y posiblemente neutralizar a la resistencia. Conway dijo que le dará a las fuerzas de al-Jabbouri "su misión y tareas", empezando con guarnecer los retenes alrededor de Fallujah.

¡Qué vuelta de tortilla!

Los gobiernos estadounidense e inglés llevan meses diciendo que conquistaron a Irak para desmantelar el gobierno baathista de Hussein como regalo al pueblo iraquí. Incluso afirman que la resistencia de Fallujah la dirigen fuerzas baathistas y que la meta de la destrucción de la ciudad es "derrotar de una vez para siempre a los elementos intransigentes de Hussein".

"No podemos permitir que Fallujah sea un refugio para los militantes baathistas", un funcionario del Pentágono le dijo al New York Times el 30 de abril.

¡Pero en ese mismo momento las autoridades de la ocupación se preparaban para entregarle Fallujah y otras partes del país a tipos del partido Baath, como el ex gobernador al-Jabbouri!

¿No es eso prueba de que la ocupación no puede "liberar" a nadie? Estados Unidos tiene que reclutar a iraquíes dispuestos a reprimir al pueblo, y los principales candidatos son los generales del ejército de Hussein. El anuncio del nombramiento de al-Jabbouri desató grandes protestas populares en las regiones chiítas, donde el ejército iraquí masacró a mucha gente.

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Primero los imperialistas dijeron que iban a invadir por las armas de destrucción masiva. Pero no encontraron ninguna.

Luego dijeron que iban a "liberar" a Irak tumbando al gobierno de Saddam Hussein. Ahora está dando armas y posiciones de autoridad a los baathistas.

¿Cómo lo van a explicar ahora?

La lógica salvaje de "No podemos permitirnos el lujo de perder"

"Tenemos que darle una oportunidad al acuerdo. Si no sirve, tendremos que recurrir a la fuerza".

Senador Joseph Biden, principal demócrata del Comité de Asuntos Extranjeros del Senado

La justificación de esta guerra se reduce más y más a la lógica gangsteril del imperialismo. La clase dominante estadounidense cree, por consenso, que no puede permitirse el lujo de abandonar una zona tan estratégica del imperio, y que cualquier nivel de fuerza y brutalidad es mejor que parecer débil y tener que retirarse.

Las voces centrales de la clase dominante, de George Bush a John Kerry, dicen que una victoria en Irak es crucial para el control del Medio Oriente, y para poder dominar y someter "con credibilidad" al resto del mundo. Tal "victoria" requerirá aplastar el deseo del pueblo iraquí de controlar su propio destino y recursos.

Pero la posibilidad de que esta invasión se convierta en un gran obstáculo para los imperialistas ha azuzado viejas divisiones de la clase dominante y desencadenado mucha crítica del gobierno de Bush.

Ya se oyen quejas de que retirarse de Fallujah sería una "victoria para la insurgencia".

Así que los estrategas de guerra tienen un dilema: temen que una sangrienta guerra urbana enemiste a todo el pueblo iraquí y suscite oposición por todo el mundo, y que millones de personas por todas partes se pregunten: "¿Por qué realmente están librando esta cruzada global?".

Pero la otra cara de la moneda es que también temen que no hacer todo esto sea un acicate para quienes se oponen a su dominación.

Así que mientras vuelven a armar al ejército baathista también preparan a sus propias fuerzas para atacar. El Pentágono ha despachado docenas de tanques Abrams para una posible invasión de las ciudades. Y en Washington se debate cuántos más soldados tendrán que despachar. Incluso se ha propuesto enviar otros 100,000 y ordenar de nuevo el servicio militar obligatorio.

La clase dominante se ha retirado de Fallujah por el momento, pero está preparando el terreno para cometer crímenes más horrorosos.

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Fallujah.

No debemos esperar que la historia cuente las barbaridades del ataque yanqui contra Fallujah. Se están preparando y llevando a cabo grandes crímenes en nombre de la "libertad y democracia" y "la seguridad del pueblo americano".

Nosotros tenemos que denunciarlos y oponerles resistencia.