¿Celebrar la democracia? Reflexiones sobre el Día de la Independencia

Obrero Revolucionario #1246, 18 de julio, 2004, posted at http://rwor.org

Recibimos esta carta de un participante del Colectivo de Escritores y Artistas Revolucionarios de Chicago.

"¿Dónde encajamos en la independencia nacional yo y los que yo represento? ¿Se extienden a nosotros los grandes principios de libertad política y justicia nacional que encarna esa Declaración de Independencia?. La independencia de ustedes muestra la distancia inmensa que existe entre nosotros. Las bendiciones que festejan este día no se gozan en común. El patrimonio de justicia, libertad, prosperidad e independencia que sus padres les legaron se comparte entre ustedes y no conmigo. El sol que les brindó a ustedes vida y recuperación, a mí me dio azotes y muerte. El 4 de julio es suyo; no es mío. Ustedes se regocijan, yo me lamento..¿Qué es para el esclavo estadounidense el 4 de julio?"

Frederick Douglass, líder de la lucha revolucionaria de los negros
contra la esclavitud, 5 de julio de 1852

"En países como Estados Unidos es una creencia común que la democracia y la dictadura se oponen diametralmente: donde hay democracia no hay dictadura y donde hay dictadura no hay democracia. Pero en realidad la democracia es una forma de dictadura. En cualquier Estado donde la democracia sea la forma de gobierno político, esa democracia solo se practica de manera real en el seno de la clase dominante, mientras que sobre la clase (o clases) oprimidas se ejerce una dictadura. En los actuales autodenominados `países democráticos' existe una dictadura de la burguesía sobre el proletariado (y otras capas y grupos oprimidos)".

Bob Avakian, Democracia: ¿Es lo mejor que podemos lograr?, p. 13

"Oímos dudas de que la democracia sea una meta realista para el Medio Oriente en general, donde es raro tener libertad. Es errado y condescendiente suponer que ciertas culturas y grandes religiones son incompatibles con la libertad y el autogobierno. Por encima de todo, terminaremos la labor histórica de establecer la democracia en Afganistán e Irak, para que esas naciones iluminen un camino para las demás y ayuden a transformar una región turbulenta del mundo".

George Bush, informe presidencial anual, 2004

Frederick Douglass preguntó: "¿Qué es para el esclavo estadounidense el 4 de julio?"

¿Habrá manifestación más clara de la contradicción de millones de explotados y oprimidos de este país u otros como Irak que cuando los exhortan a celebrar los cacareados ideales de la democracia estadounidense...? Aunque la guerra de Secesión abolió las relaciones de producción de la esclavitud franca, los "principios democráticos" hoy solo existen para beneficio de una dictadura de la clase dominante que perpetúa la explotación de las clases bajas, en particular del proletariado. Entonces, podemos preguntar todavía: ¿Qué es el 4 de julio para el esclavo (asalariado), los pobres o los que viven en la calle, las nacionalidades oprimidas?

La Declaración de Independencia, con su prosa florida y frases veneradas, fue producto de una clase específica cuyos intereses económicos y de propiedad estaban en conflicto con las exigencias del sistema colonial y monárquico de Gran Bretaña. Frases como que "todos los hombres son iguales", "gobiernos instaurados entre los hombres" y "el consentimiento de los gobernados" son ideales imbuidos de un carácter de clase. El apogeo de la esclavitud durante ese período y por décadas después es prueba contundente de dicho carácter de clase. La esclavitud se abolió y vivimos en una democracia burguesa capitalista moderna, pero el concepto básico de un gobierno establecido con el "consentimiento de los gobernados" (un principio democrático que según el gobierno está estableciendo en Irak y Afganistán) define quiénes son aptos para gobernarse,y aquí siempre los intereses de la dictadura de la clase dominante imponen el criterio. Es en parte por eso que en la historia de Estados Unidos se ha estipulado ser de cierta raza (blanca), cierto género (masculino) y cierta clase (dueños de propiedad). Dicha dictadura sigue imponiéndose hoy, pues los intereses de la clase dominante burguesa determinan los parámetros del debate político (por ejemplo, mediante el proceso electoral) y cuáles posiciones se aceptarán en el gobierno de una sociedad democrática.

Al considerar el 4 de julio como es en realidad, aquí y por todo el mundo, se ve que es una celebración del saqueo de iraquíes y afganos; una celebración de los zapatos Nike hechos por 20 centavos la hora en Indonesia; de las técnicas de tortura de Abu Ghraib y Guantánamo; de una guerra sin fin contra todo el mundo; de la represión interna; del asesinato de Amadou Diallo a manos de la policía de Nueva York; de las 1600 personas que meten a diario en las cárceles (el 75% negros y latinos); de la esclavitud, la segregación, el racismo y el genocidio casi completo de los amerindios. En fin, es la celebración de más de dos siglos de opresión y explotación legitimadas.

¿Es esto simplemente una cuestión de ser "antiestadounidense"? Por un lado, así es; es desdeñar absolutamente todo lo que este país representa y los horrores que impone a miles de millones de personas aquí y por todo el planeta. Pero por otro lado, es mucho más. Si se limitara al odio superficial del "American way", no sería una orientación revolucionaria marxista-leninista-maoísta. Los medios de comunicación y la burguesía pintan a los comunistas revolucionarios de antiestadounidenses furiosos. Eso se ve en los ataques en los medios, tanto derechistas como izquierdistas, contra el PCR por el movimiento contra la guerra (Vean el OR No. 1241, 23 de mayo de 2004.) Tales ataques azuzan el nacionalismo con la meta de polarizar la sociedad y de crear una opinión pública que dice: está bien si no te gustan unas acciones del gobierno, siempre y cuando aceptes que en general este país es el mejor de la Tierra; pero adoptar una posición antiestadounidense consecuente demuestra que no agradeces la esclavitud y el imperialismo moderno que hicieron de este país "el mejor de la Tierra" y, algo muy importante en estos tiempos de creciente represión, que tomas el lado de los "enemigos de la libertad y la democracia" y por eso al final de cuentas habrá que aniquilarte.

Sin embargo, dicho desdén superficial no es suficiente para hacer una revolución socialista. En su respuesta al libro Blood in My Eye de George Jackson, el presidente Bob Avakian dice que el componente ideológico esencial de una revolución no debe ser simplemente el odio, aun cuando en verdad no se puede hacer una revolución sin tener odio. (Vean el OR No. 968, 9 de agosto de 1998). Estados Unidos, como estado nacional, encarna relaciones de producción subyacentes (burguesía/proletariado) y el modo de producción capitalista en general. El concepto de estado nacional surgió de la necesidad de la clase burguesa de asegurar el crecimiento del capital dentro de ciertos límites nacionales. Las ideologías que el estado nacional fomenta, y los ideales y valores que expresan el carácter nacional correspondiente, surgen de la necesidad de legitimar las relaciones de producción subyacentes y las distinciones de clase.

El desarrollo histórico de Estados Unidos siguió ese camino de necesidad económica y la evolución del sistema capitalista determinó los objetivos políticos de la naciente burguesía. El presidente Bob Avakian lo resume así en un artículo sobre la "Declaración de Independencia":

"Este documento es precisamente una declaración de independencia de un país con respecto a otro; no es una declaración que propone la abolición de todas las relaciones de explotación y de opresión... En particular, es la declaración de las clases propietarias y políticamente dominantes de Estados Unidos. Todo eso se ve claramente en las quejas enumeradas... y en las infamias que brillan por su ausencia, sobre todo la esclavitud. Al enumerar los `abusos y usurpaciones' que les hicieron rechazar el control de la monarquía inglesa, por ejemplo `imponernos impuestos sin nuestro consentimiento' y `suspender nuestro comercio con otras partes del mundo', los autores de la declaración expresan la indignación de clases que ven restringida su propia acumulación de riqueza y capital por las medidas de las clases dominantes de una potencia extranjera"
.

(Bob Avakian, "La Declaración de Independencia,
la igualdad de oportunidad y el derecho burgués")

En vista de eso, los blancos de oposición irrevocable son las condiciones económicas del capitalismo, como motivación, y las correspondientes relaciones de propiedad que determinan las relaciones sociales explotadoras y las ilusiones de democracia. La clase revolucionaria, el proletariado, es internacional; y es internacional también la opresión de esa clase y otros grupos, debido al capitalismo y al imperialismo de este y otros países. Así que no es suficiente desdeñar el "American way"; hay que desdeñar las acciones del imperialismo, del capitalismo, la explotación. La Declaración de Independencia del 4 de julio es, en lo fundamental, una manifestación de las relaciones de clase que llevaron a la democracia moderna, una ideología que beneficia a una clase exclusiva. Tomando todo eso en cuenta, hay que pensar en las consecuencias de lo que Estados Unidos considera su "meta histórica": la imposición de dicha democracia en el mundo.