La realidad vs. el "miedo"

¿Confiarse en la máquina de guerra yanqui? ¡Qué susto!

Sunsara Taylor

Obrero Revolucionario #1249, 15 de agosto, 2004, posted at http://rwor.org

"Tengan miedo. Mucho miedo. Vivimos en una nueva era, la era del terrorismo global. Todo mundo es sospechoso. Todo lugar puede ser blanco de ataque. Cuidado con el estudiante extranjero que se sienta atrás solo. Sospechen del vecino que no izó la bandera el 4 de julio. Tiren a la basura los discos de las Dixie Chicks y cuídense de que nadie les oiga tararear sus canciones, ni siquiera en la ducha. Eviten los aeropuertos y las estaciones del tren, las universidades liberales y las bibliotecas, las aglomeraciones de gente (por ejemplo, las protestas)... pero vayan como siempre a los partidos de béisbol. Almacenen agua y cinta aislante y salgan de la casa solo a la iglesia o de compras, porque así demuestran que `no ganaron los terroristas'.
"Hoy se justifica toda clase de vigilancia y espionaje, todo acto de prevención o de agresión. Olvídense de los niños afganos que perdieron brazos o piernas debido a bombas de dispersión que parecen paquetes de comida. Olvídense de las imágenes de presos iraquíes violados y amarrados con una soga al cuello. No se preocupen por las aldeas en escombros, la destrucción de fuentes de agua potable o las redadas a casas de Mosul a Basora. Esas preocupaciones son anticuadas, ya pasaron de moda. En esta era nueva, no deben quejarse por la falta de privacidad, los inmigrantes o uno que otro bombardeo estadounidense.
"Bueno, sí, hace un año o dos tal vez parecía interesante preocuparse por la situación mundial o protestar contra la guerra, pero hay que entrar en la onda, estamos bajo ataque y todo eso es un lujo que ahora no nos podemos permitir. En otras palabras: ¡NI SE LES OCURRA PROTESTAR CONTRA LOS REPUBLICANOS CUANDO LLEGUEN A NUEVA YORK!"

Si no aceptas tal lógica, si crees que carece totalmente de escrúpulos, si la abyecta inmoralidad capitalista de todo eso te parece criminal y te hace gritar, ¡ESTUPENDO! Significa que todavía te corre sangre por las venas y que tienes lo necesario para dejar un impacto positivo en el futuro del planeta.

Aunque parezca cosa de locos, tal es la lógica que la clase dominante quiere imponer en la sociedad. "Seguridad" es la nueva consigna y "miedo" la emoción oficial. Así justifican las guerras, las desapariciones en mazmorras y el siniestro espionaje.

Sin embargo, lo que más arde en el corazón de millones de personas de este país es odio por el camino en que Bush y Cía. llevan el mundo. En todos los campos, se han visto enormes expresiones de protesta: la oposición masiva a la guerra de Irak; la Marcha por la Vida de las Mujeres, cuando más de un millón de personas acudieron a la capital a apoyar el derecho al aborto; el hecho de que cada semana en las listas de libros más vendidos se destaca un nuevo libro que critica a Bush; las condenas abiertas y metafóricas a Bush que salen a diario en el arte y la cultura popular. Pero nada de esto se debate en la arena electoral. Ahí solo se debaten la "seguridad" y la "defensa de América".

Durante la Convención Nacional del Partido Demócrata quedó bien claro que no se podrá votar contra la ocupación de Irak o el lanzamiento de nuevas guerras, porque la única opción es entre hacer la guerra solos o con más aliados. No se podrá votar contra los ataques a los derechos civiles y los inmigrantes, porque el único debate es a quién atacarán más. Los de arriba subrayan que, gane quien gane, seguirá en marcha la campaña de guerra y represión.

Ahora que los republicanos van a Nueva York a reclamar el pretexto del 11 de septiembre para el saqueo que apenas empieza (y que los demócratas no dicen ni mu), es sumamente urgente y necesario, y enteramente posible, reunir a más de un millón de personas en las calles para decir un gran "¡No!" desafiante que reverberará por todo el mundo. Es la única manera de hacer que nos escuchen -- pero aquí no hablamos de los líderes demócratas o republicanos que siempre han mostrado desdén por la voluntad del pueblo, sino de la gente de todo el mundo que odia ese proyecto-- para que, gane quien gane, todos sepan que dicho señor no actúa conforme a nuestros intereses ni a nuestra voluntad. Para que cuando la ocupación se prolongue y lancen otras guerras, todo mundo sepa que hay una oposición a la que deben unirse y fortalecer.

Sin embargo, en estos momentos, cuando más necesitamos manifestaciones de oposición, nos exhortan a sanar las divisiones que rasgaron el país: la oposición masiva a la guerra de Irak por un lado y, por otro, los asesinos que han llevado la batuta en esa guerra inmoral e injusta. Nos llaman a olvidar a los que sufren la realidad diaria de la ocupación estadounidense, a unirnos alrededor de lo que tenemos en común y "defender a Estados Unidos". Presentan la "seguridad" como la única causa que nos debe unir a todos.

Pero si no quieres ser parte de esa clase de "unidad", si quieres ser consecuente con tus principios y apoyar a los pueblos del mundo, si quieres que el mundo entero se dé cuenta de eso mediante el repudio masivo en Nueva York a Bush y lo que él representa... entonces te inundan con otros "mensajes" más obvios. Como los titulares que comparan a los anarquistas con los terroristas. En el centro de Manhattan, le están enseñando a la policía técnicas como el "enjambre", donde 80 agentes, armados hasta los dientes, hacen barridas de una zona concurrida. El comisionado de policía dice a todo mundo que los manifestantes deben entender que el mundo ha cambiado y que toda agrupación de personas puede ser un blanco de ataque de terroristas. Así dan a entender dos cosas: uno, que hay razón para sentir miedo y por eso es mejor salir de la ciudad o quedarse en la casa; y dos, amenazan a cualquier persona que piense participar en las protestas.

En realidad, los horrores que Estados Unidos comete contra la gente de todo el planeta son lo que provocan el odio a este país y ponen en peligro a los que viven aquí. Los imperialistas --que han cometido incontables crímenes y estragos contra la gente del mundo mediante su implacable explotación global, sus acciones militares y su respaldo a fuerzas reaccionarias de toda índole, como los fundamentalistas islámicos con quienes se hacen amigos hoy y a quienes traicionan mañana-- han creado una situación donde millones de personas en todo el planeta odian al gobierno de este país.

Ahora quieren usar ese odio como pretexto para nuevos saqueos y guerras. Ahí está la guerra de Irak, que no tuvo nada que ver con el 11 de septiembre o la "protección del pueblo estadounidense". De hecho, para los que iniciaron esa guerra no es nada mandar a 140,000 personas del "valioso pueblo americano" a matar y correr peligro en una guerra fundamentada en mentiras. Tampoco les molesta que esa guerra puede causar que millones más odien a Estados Unidos.

Hay que decir sin pelos en la lengua: ¡esta cháchara sobre la "seguridad" no responde a ningún deseo de proteger a la gente de Estados Unidos! Al contrario, quieren crear un ambiente que arrastre a los muchos millones de personas que odian el proyecto de Bush a un compromiso fatal con el mismo plan que odian.

Seamos realistas. Cuando los de arriba hablan de instituir espionaje sin precedentes, con nuevas dependencias y nuevos puestos de gobierno y nuevos poderes peligrosos, están afirmando que sus planes para el futuro desatarán más odio y resistencia.

Así que es una completa fantasía tener "seguridad" en un mundo que está bajo la bota de la clase dominante de Estados Unidos. Además, confiarse en estos criminales mentirosos conducirá a una sociedad de pesadilla.

A través de la resistencia internacional a la guerra de Irak, muchísimos millones de personas por todo el planeta empezaron a darse cuenta de los intereses y del enemigo que tenemos en común. En este país, millones de personas se unieron a los pueblos del mundo en oposición a lo que "nuestro" gobierno estaba haciendo.Y al final, la legitimidad de la guerra quedó muy estropeada.

Es por eso que ambos partidos políticos y ambos candidatos están trabajando sistemáticamente para voltear la situación. Quieren que la gente de aquí mire con temor a la gente del mundo y que a cambio de protección confíe en el mismo gobierno que siembra terror en todo el planeta . Necesitan polarizar la sociedad de esta manera para impedir, aislar y aplastar toda resistencia que pueda socavar su despiadada campaña de guerra y represión.

Pero hay otra necesidad más profunda. Como ha dicho Bob Avakian, cada dictadura (y esta sociedad es una dictadura de la burguesía) monopoliza el uso legítimo de la fuerza de las armas. Es decir, solo ellos tienen el derecho de matar, encarcelar o reprimir, seguros de que el estado y la mayoría de la población justificarán dichas acciones; pero si una persona común y corriente usa la fuerza o mata, la mayoría de la población reprobará la acción y la ley la castigará. Bob Avakian dice: "Cuando se cuestiona de manera contundente la legitimidad del monopolio de la fuerza armada, y sobre todo cuando la cuestionan amplias capas de la sociedad (no solo el proletariado y las masas populares, sino también importantes capas de la `clase media'), esto puede ser un aspecto crucial que estimule el desarrollo de un elemento clave de una lucha revolucionaria: el surgimiento de un pueblo revolucionario, de millones y millones de personas decididas a hacer un cambio revolucionario".

Esa observación refuerza el punto de Lenin de que el estado jamás necesita tanto el consentimiento de la población como en tiempos de guerra. Aunque el estado parezca jactancioso, fuerte y un poco intimidante, la verdad es que en tales momentos es vulnerable. La guerra implica extender el uso de la fuerza de una manera brutal y concentrada, y al principio no se sabe si tendrá éxito ni si la población la aceptará y la verá como justificada. El gobierno busca convencer a la gente de que tiene la razón y siempre oculta los motivos verdaderos debajo de una excusa "digna". Si la gente no cree la excusa y sale a oponer resistencia , el gobierno puede quedar desprestigiado en esa guerra y se podría cuestionar su derecho de usar la fuerza en general.

Incluso hoy, cuando los medios de comunicación trabajan de la mano con el gobierno para azuzar temores, es posible vislumbrar que eso fracase. Millones de personas saben que todo pretexto de Bush y Cía. para la guerra fue una mentira. Vieron la inhumanidad y la violencia contra los presos iraquíes, y en la película Fahrenheit 911vieron la desalmada cultura militar que lleva a los jóvenes a jactarse de escuchar música violenta mientras matan a iraquíes. El 56% de los votantes demócratas piensa que Estados Unidos debe retirar las tropas de Irak inmediatamente, que no hay justificación para estar ahí. Los gobiernos de más de cien ciudades han rechazado la represiva Ley Patriota. Las acciones del gobierno son profundamente injustas y contrarias a los intereses de la gente de aquí y de todo el mundo, y millones de personas se están dando cuenta de eso y se están metiendo a la lucha contra ellas.

El manto de "seguridad nacional y personal" son píldoras tóxicas que el gobierno quiere desesperadamente que nos traguemos. Necesita azuzar temores porque sus planes para un imperio global implican muchísima fuerza, y no quiere que eso se cuestione.

Así quiere asustar a la población hasta que acepte medidas represivas que en otros tiempos le serían moralmente repugnantes. Asimismo, quiere ahuyentar a gente que en otros tiempos se lanzaría a las calles para protestar, y así aislar a los demás que están resueltos a protestar a como de lugar.

Entonces, ¿qué debemos hacer? Hay que tener valentía. Mucha valentía. No en forma obstinada, pero de una manera estratégica porque vivimos en una nueva era: una era que entraña la posibilidad de cambios revolucionarios y posibilidades liberadoras, además de grandes peligros y horrores. Todos pueden participar. Todo lugar puede ser transformado. Protejamos al estudiante extranjero que se sienta atrás solo. Conozcamos al vecino que no izó la bandera el 4 de julio. Llenemos la casa de música rebelde en desafío de la censura y los cínicos. Evitemos los puestos de reclutamiento para las fuerzas armadas y las iglesias fundamentalistas; luchemos por aprender la verdad en universidades y bibliotecas y dondequiera, y usemos ese conocimiento para realizar cambios drásticos; y claro que vayamos a las protestas... pero no nos pongamos de pie cuando tocan el himno nacional en los partidos de béisbol. Confiemos en la verdad de que el mundo no tiene que ser así y que el terrorista más grande del planeta, el imperio de Estados Unidos, no tiene que ganar.

Hoy, como siempre , nada justifica ni justificará la vigilancia y el espionaje, las agresiones y los saqueos que amenazan sumir el mundo en nubarrones negros de sufrimiento, subyugación, explotación y tumulto. Así que no olvidemos jamás la realidad de la gente de todo el planeta azul: los niños afganos, los presos iraquíes, las aldeas que necesitan reconstrucción y los sueños de un mundo mejor. Dejemos que vean --mediante nuestra resistencia potente y visible-- que tenemos intereses en común, un enemigo común y determinación de luchar. ¡Todo eso es el camino del futuro ! Es lo nuevo, lo ascendente. Son los ritos de transición a una nueva era, donde la gente mirará atrás sin poder creer que en un tiempo el mundo estaba plagado de tantos horrores y divisiones... porque con gente por todo el mundo habremos eliminado los tiranos y los opresores de todo el globo, y hecho nacer un día completamente nuevo.

Hay millones de personas opuestas a todo lo que representa Bush. Entonces, seamos realistas. Existe la posibilidad real --si contraatacamos la campaña de crear miedo e histeria-- de atraer a más de un millón de manifestantes a decir ¡NO! cuando los ojos del mundo se posen en la convención republicana. De una manera u otra, los acontecimientos de ese día forjarán las condiciones para seguir adelante. Mostrémosle claramente al mundo que en Estados Unidos no estamos unidos en torno a ese proyecto de saqueo. Y esto puede ser parte de construir un movimiento capaz de paralizar la avalancha de guerra y represión que amenaza a todo el planeta.