Cuando veas a Bush…
Piensa en la revolución

NO a la nueva Roma

Obrero Revolucionario #1251, 29 de agosto, 2004, posted at http://rwor.org

NO.

NO a Ashcroft y Abu Ghraib, a guerras preventivas y Leyes Patriota, a "bombas inteligentes", represión y redadas nocturnas, a la mirada lasciva de Rumsfeld, a la sorna de Cheney y a la mueca mentirosa de Rice.

NO a "zonas de protesta" cercadas por alambre de púas, a visitas del FBI, a espías, a permisos negados, a campañas para sembrar temor, a calumnias, a amenazas y a la mano de hierro... todo para impedir una pinche protesta en un parque.

NO a tener que vivir en la "nueva Roma"...

O en la "vieja" Alemania.

NO a Bush... y todo lo que representa.

NUBES TORMENTOSAS

Los que detentan el poder dicen que luchan contra el "terrorismo" en el extranjero, pero desatan un terror contra gente inocente en Irak que es mucho peor de lo que sucedió el 11 de septiembre y proclaman que tienen el derecho de emprender guerras cuando se sientan amenazados. Dicen que defienden la libertad en Estados Unidos, pero detienen e incomunican, lanzan una campaña de miedo a colores y hacen añicos lo que para muchos eran garantías constitucionales. Dicen que se trata del "bueno contra el malo", pero azuzan a sus seguidores a librar una santa cruzada. Dicen que es cuestión de "seguridad", pero en realidad viene a ser una contraseña para el fascismo.

Pero no ha sido fácil. En la guerra de Irak chocaron con los intereses de sus rivales imperialistas; chocaron con un movimiento mundial de rechazo contra la guerra que después desenmascaró sus mentiras; y ahora están chocando con una amplia resistencia iraquí que lucha ferozmente contra la salvaje ocupación imperial.

En medio de su convención tienen que preocuparse de que millones de personas, aquí mismo, los acusan, se esfuerzan por pararlos y contemplan si de veras será posible un futuro diferente.

No se hagan ilusiones falsas. Esa gente no tiene ninguna intención de abandonar el curso que han emprendido: no es fácil desmontarse del caballo en que están. No tienen otra salida que la de seguir azotando con sus fuerzas armadas a pueblos extranjeros y, a la vez, reforzando la campaña de intimidación, persecución y represión política interna. Para ellos los próximos meses son cruciales en el plan para reconfigurar el planeta entero y cambiar la situación interna.

Los profundos intereses y aspiraciones de millones de seres humanos del mundo están en un rumbo de colisión con la pandilla de Bush. Esta confrontación amenaza al monstruo de guerra que han desencadenado y es el trasfondo para lo que no serán elecciones de rutina, ¡siempre y cuando las realicen! Dick Cheney dice que la guerra durará una generación y que más vale acostumbrarnos a la "nueva normalidad". Karl Rove dice que el reino de los republicanos durará 20 años. El peligro es monumental. El punto de referencia inevitable es que estamos viviendo momentos análogos a los primeros años de la Alemania nazi.

Pero hay muchos que no quieren ese futuro. Millones de personas se oponen a ese curso y, ahora más que nunca, tenemos que redoblar la resistencia. Tiene que ser una resistencia amplia, diversa, resuelta y feroz. Más adelante explicaremos lo que creemos que debe hacer tal resistencia. Por ahora basta decir que apoyamos de todo corazón al movimiento de resistencia y queremos trabajar con todos los que sea posible; con personas que tienen diferentes puntos de vista y que puedan forjar una fuerza capaz de aguantar, descarrilar y derrotar al monstruo de guerra que nos quiere comer. En todo momento de este trabajo llevamos en el corazón y en la mente la visión del futuro que tenemos, y queremos compartirla con ustedes.

NECESITAMOS UNA REVOLUCIÓN

Cierra los ojos e imagínate que eres un viajero estelar y que en un viaje te encuentras con un planeta relativamente pequeño y bello. Al navegar sobre su superficie ves gente de muchos colores, que habla diferentes idiomas y canta diferentes canciones, pero que comparten una sola humanidad. Ves que la gente ha sabido usar sus recursos naturales y ha desarrollado increíbles fuerzas de producción que ofrecen a toda la gente del planeta una vida feliz y saludable.

Pero al acercarte más, ves que un puñado de personas controla y consume una enorme riqueza y que la gran mayoría lucha angustiosamente para subsistir. Ves a niños trabajando en miserables talleres o en campos secos y calientes, y te preguntas: ¿por qué? Ves a millones de personas en carreteras o en ríos, a veces perseguidas, buscando trabajo o albergue. Te enteras de que esa gente está dividida por género y que uno domina al otro, y te duele ver las perversas formas de esa dominación. Te da pena al saber que los muchos maravillosos colores e idiomas sirven a unos para dominar a otros.

Te acercas más y te sorprende y te da asco ver el poder destructivo que el puñado de opresores usa contra los oprimidos y de vez en cuando entre ellos mismos con terremotos de violencia para defender su saqueo. Lloras al descubrir que bellos bosques, arroyos y especies de animales y plantas desaparecieron, quedaron en cenizas o en fango, simplemente porque un puñado de personas quería enriquecerse más.

Y entiendes dolorosa pero claramente por qué ese puñado excluye a la gran mayoría de la esfera de las ideas, por qué le niega el derecho más mínimo de comentar sobre la sociedad y por qué no le puede permitir dirigir la sociedad. Ves que al hacer eso ha frustrado su enorme potencial, ha violado el espíritu y la humanidad de la mayoría. Después sabrás el nombre del planeta: Tierra.

Aterrizas la nave, desembarcas y gritas a los cuatro vientos: "¡Escúchenme! ¡No tienen que vivir así! ¡Ya no! Ese puñado de tiranos no tiene por qué destruirlos a ustedes, sus sueños ni el planeta. Todos pueden compartir la abundancia, todos pueden compartir el trabajo intelectual y el trabajo manual, soñar, construir y determinar el mundo en el que quieren vivir. Estas divisiones ya no tienen por qué seguir agobiándolos; ya no tienen por qué explotarse los unos a los otros, ni conservar las instituciones que imponen todo eso, ni las costumbres e ideas destructivas y anticuadas que este mundo les ha inculcado en la cabeza. Por el bien de todos sus hijos y de los hijos de ellos, así como por el futuro de su planeta, ¡descártenlo!"

Si hicieras eso, te estarías portando como un comunista, pues es nuestra visión.

Es una visión sumamente cuerda, la única merecedora de nuestra humanidad y la única que nos puede salvar. Para concretar esa visión, tenemos que hacer dos cosas: una revolución que le arrebate el poder a los imperialistas, que son los que dominan el planeta; quitarles el poder por medio de la fuerza de millones de personas cuando maduren las condiciones. Segundo, tenemos que crear un nuevo poder, un nuevo tipo de poder. Tiene que ser un poder bajo la dirección de la clase que, porque trabaja junta, produce la gran mayoría de las riquezas del mundo: el proletariado. El poder proletario incorporará profundamente a la abrumadora mayoría de grupos y clases que no están ni con el proletariado ni con los imperialistas. Ese poder no será para sí mismo, sino por el bien de toda la humanidad, para ayudar, paso a paso, al resto de la humanidad a liberarse y a corregir las desigualdades heredadas a lo largo de milenios de opresión. Necesitamos un nuevo poder, cuya única razón de ser es eliminar toda clase de estado, ¡inclusive el suyo!

Necesitamos un poder que parta de los enormes logros de las dos primeras revoluciones que ha dirigido el proletariado, la Unión Soviética y China logros (cuando todavía eran sociedades revolucionarias) y que vaya mucho más allá; una sociedad que incorpore lo mejor de esos primeros pasos, que aprenda de sus debilidades y que construya algo nuevo y diferente. Necesitamos un poder que movilice a la sociedad entera, que promueva el disentimiento, la diversidad y la lucha para conocer y cambiar el mundo, como única manera de alcanzar nuestra meta final. Una sociedad en la que la mayoría prospere y quiera vivir, como ha esbozado Bob Avakian, el presidente de nuestro partido, el Partido Comunista Revolucionario.

Así pensamos nosotros y así enfocamos todo lo que hacemos, como por ejemplo lo que estamos haciendo aquí en Nueva York al dar este histórico NO y el NO mayor que se dará entre hoy y el día de las elecciones, y dando un paso más hacia el día tan codiciado por ese viajero estelar que anida en tu corazón.

LUCHAR CONTRA EL PLAN OFICIAL... Y RECONFIGURAR LA POLARIZACIÓN

Partiendo desde ese punto de vista decimos que la resistencia es más urgente y crucial que nunca, y que tiene que ser una resistencia que cuente con una amplia gama de gente y muchos puntos de vista. De lo contrario, no será posible discutir sobre qué clase de futuro necesitamos y muchos menos lograrlo.

La resistencia encara un difícil problema. La pandilla de Bush es un enemigo formidable. Por tanto, parecería lógico pensar que, para protegernos de esos malandrines, deberíamos buscar a otra gente poderosa que sea más humana o por lo menos más razonable. Claro, parece lógico, pero eso sigue una lógica engañosa que siempre va acompañada de peligros. Por ejemplo, se expresa de esta manera: "Es indispensable que gane Kerry porque la gente de Bush es mala. Así que cuidado con la resistencia, pues podrían hacerle perder las elecciones a Kerry", o: "Es que Kerry tiene que decir que está a favor de la guerra, pero cuando sea presidente va a hacer lo debido", o también: "Claro, la guerra y la represión son injustas y Kerry dice que está contra ellas, pero si gana Bush, ahí sí nos fregaremos, así que a participar en las elecciones de todo corazón, con energía y lana".

Desafortunadamente, esa es la lógica que ha ganado muchas veces y el resultado, para qué ocultarlo, ha sido un fracaso contundente. Es posible que el sector "más razonable" de la clase dominante tenga ciertas preocupaciones, pero la neta es que comparte los mismos intereses de clase y los mismos objetivos estratégicos que los "duros". Por eso aguanta... hasta que choque con demasiada resistencia. En ese caso, y solo en ese caso, hay luchas intestinas. No se olviden de Vietnam, ni de la Alemania nazi.

Es posible que por ahora Kerry exprese ciertas objeciones, que podrían o no ser verdaderas, pero él mismo ha dicho constantemente que apoya la invasión y la ocupación de Irak y las nuevas medidas represivas como la Ley Patriota. Se ve clarísimo, tanto en esta campaña como en su vida política, que él no se va a oponer a la guerra santa de los teócratas (fascistas cristianos) ni al hecho de que se están metiendo en el ejército, los tribunales y las escuelas para controlar la cultura y, por último, pero no porque sea menos importante, a la incansable campaña contra la mujer y los gays. Kerry ni menciona ni protesta contra los ataques al derecho a votar de los negros en Florida. Él no va a hacer nada para aliviar la pobreza, el encarcelamiento y la demonización de los negros que, aunque no empezó con Bush, él ha recrudecido. Todo eso se debe a que el programa de Bush, y la persona y función que desempeña, corresponden hoy a los intereses del sistema imperialista. Por eso es que siempre parece que los republicanos tienen la iniciativa, que siempre están luchando con mucho fervor y convicción, y por qué los demócratas no lo están haciendo.

Todo mundo dice que el país está polarizado entre Bush y Kerry. Pero si en los próximos dos meses todo queda como una carrera de caballos entre el mal mayor y el mal menor, con cada uno dando el mismo discurso, entonces, pase lo que pase el 2 de noviembre (ya sea que gane Bush o que se vuelva a robar las elecciones, o si resulta que es un riesgo y le dan la presidencia a Kerry), eso se interpretará como un voto A FAVOR de la guerra y la represión; a favor de todo lo que hemos rechazado esta semana.

Eso tendrá consecuencias, y muy malas. La clase dominante recibiría un manto de legitimidad y sería más difícil cuestionar y luchar, pues dirán: "¿qué quieren?, ustedes votaron por ellos". Las consecuencias repercutirían por todo el mundo. En Ankara, Egipto y Londres pensarán que la gente de Estados Unidos no se opone a guerras preventivas y agresión sin fin en su nombre, con tal que se haga bajo las órdenes de una voz con acento refinado de Massachusets. El diálogo que empezó con enormes protestas contra la guerra en la primavera de 2002 entre la gente del mundo y la gente de aquí sufriría un doloroso revés.

ESCUCHEN, TENEMOS UN CHINGO QUE HACER, ¡Y YA!

No podemos permitir que eso suceda. Si de veras crees que tienes que votar por Kerry, ándale, pero dedica tus esfuerzos a reconfigurar esta polarización. Que sea una polarización entre una cantidad cada vez mayor de gente resuelta a PARAR ese programa de guerra y represión y una cantidad de gente cada vez menor que la apoya. Que el mundo sepa que, gane quien gane las elecciones, aquí en Estados Unidos existe un creciente movimiento que se compromete a LUCHAR contra el curso oficial. Eso lo podemos hacer, pero solo si durante esta semana y los próximos dos meses forjamos una enorme campaña de resistencia contra el programa de represión y guerra de Bush.

Eso también tendrá consecuencias. ¿Recuerdan a Lila Lipscomb de la película Fahrenheit 911? ¿La señora que empezó a cuestionar la guerra cuando murió su hijo en Irak? ¿Qué pasaría si muchas otras personas como Lila empiezan a cuestionarse? ¿Qué pasaría si sus hijos e hijas uniformados empiezan a cuestionar las órdenes que les dan, ya sea por medio de Bush o de Kerry? Si en las encuestas parece que la ciudadanía apoya ese plan, se van a sentir aislados. Pero, ¿cómo contemplarían las opciones que tienen si ven que millones de personas han dejado en claro, con palabras y en los hechos, que lo que se les ordena hacer es ilegítimo, inmoral e injusto?¿Qué pasaría si se dan cuenta de que hay un fuerte movimiento de resistencia que les presta atención y que los respaldaría si toman una posición firme? En tal caso podrían ver que tienen una opción diferente y mejor que arriesgar la vida matando a gente de un país extranjero. Y, ¿cómo repercutiría eso en la capacidad del gobierno, sea quien sea el presidente, de desatar terror donde le dé la gana?

Y, ¿qué pasaría si se repite algo como el 11 de septiembre, algo que gente como Condie Rice prácticamente promete que va a suceder? ¿Qué pasaría entonces con los inmigrantes que, ante la vergüenza de todos nosotros, han estado viviendo como una casta en este país? ¿Seguirán sintiéndose aislados, perseguidos por el crimen de ser de "otra" religión o de venir de "otra" parte del mundo? ¿O se alegrarán por el enorme movimiento que desde ya da a conocer cómo viven y jura luchar para defenderlos? ¿Habrá un movimiento que los inspire y que declare su intención de defender las mejores tradiciones del Movimiento de Santuario de los años 1980 y del Ferrocarril Subterráneo de los años de la esclavitud?

¿Y qué pasará con la oposición política al gobierno cuando encuentre calumnias, represión y cosas peores? ¿Se mantendrá firme, templada por el auge de resistencia entre hoy y el 2 de noviembre de gente que declara oposición al gobierno y a sus mentiras? Los perseguidos, ¿se sentirán firmes y valientes y, por tanto, dispuestos a extender la resistencia? ¿Cómo repercutirá eso en capacidad del gobierno de intimidar, reprimir y pisotear los derechos de la población? Todo eso tiene que suceder, pero no va a suceder si nuestro movimiento entierra la cabeza para no trastornar el show de las elecciones.

No va a ser posible reactivar el movimiento después de las elecciones, pues podría ser demasiado tarde. Tiene que ser hoy mismo. Con nuestro accionar, con nuestra incansable iniciativa política entre hoy y el 2 de noviembre, tenemos que forjar esta resistencia y cambiar por completo el clima en este país. Hay bases sólidas para hacerlo; lo que se requiere es que nos unamos no solo para llevar a cabo movilizaciones, sino para que estas sirvan a nuestros propósitos.

Claro que no será fácil, obvio que lo sabemos. Y claro, será una auténtica lucha, una lucha que tendrá momentos duros, exigentes y hasta angustiosos. Te dirán que estás arruinando las posibilidades de Kerry; la prensa tergiversará tus ideas y valores; te amenazarán y hasta te podrían arrestar. Habrá momentos en que pensarás si vale la pena. Tendrás que mantenerte en contacto con tu parte desafiante, la que te trajo a Nueva York esta semana o adonde sea que te encuentres forjando resistencia, y tendrás que mantenerte en contacto con otros de la resistencia. Esta lucha para fortalecer la resistencia es lo que se debe hacer y lo que se debe seguir haciendo, y ninguna lógica engañadora ni cruda calumnia ni descarada amenaza puede cambiar esa realidad. Esta no es la lucha que ninguno de nosotros escogió, pero es la que nos ha tocado y ahora los pueblos del mundo confían en nosotros.

Nosotros los comunistas apoyamos esto cien por cien. Necesitamos esta resistencia porque, en primer lugar, es cuestión de vida y muerte para los que están en el camino del monstruo de guerra y represión. Es muy importante para ver si se puede construir o siquiera imaginar un movimiento más grande. Del lado positivo tenemos esto: cuanto mayor sea la resistencia, tanto más veremos nuevas posibilidades y el potencial de nuestro propio poder. Cuanto mayor sea la resistencia, tanto más desarrollaremos nuestra capacidad de pensamiento crítico y la fortaleza de nuestra organización. Cuanto mayor sea la resistencia, tanto más desarrollaremos la capacidad de discutir sobre nuestras diferencias para robustecer nuestra unidad contra la mayor amenaza al planeta y sus habitantes: los imperialistas estadounidenses. Y a medida que la resistencia hace pensar a millones de personas de otra manera y les hace ver más claramente que lo que se necesita es un cambio radical, fundamental, entonces todas las cualidades que hemos desarrollado en la resistencia, los nuevos valores y la nueva moral que vayamos forjando en medio de la lucha, nos irán capacitando para reconfigurar la sociedad entera y, como primer paso, para la conquista del poder. Cuanto mayor sea la resistencia, tanto más veremos los esbozos de una nueva sociedad que es posible lograr y tanto más fomentaremos los frágiles y valiosos retoños de esa nueva sociedad.

Vivimos momentos difíciles, pero, paradójicamente, son momentos de mucha esperanza... momentos para grandes hazañas y, quizás, un momento que abra las puertas a un gran futuro... si nos ponemos a la altura de las circunstancias.

Tenemos que estar en contacto. Tenemos que trabajar juntos. Tenemos que luchar, tanto por nuestra vida como por el futuro del planeta. Únete a nosotros. Checa la revolución.