Continúan ataques contra manifestantes de Guadalajara

Obrero Revolucionario #1255, 17 de octubre, 2004, posted at http://rwor.org

En México se está librando una importante lucha por justicia y libertad para los activistas contra la globalización arrestados tras las protestas contra la 3¦ Cumbre Latinoamericana-Europea, que se llevó a cabo en Guadalajara el 28 de mayo. Cuatro meses después, 17 activistas siguen presos, 12 no pueden salir bajo fianza y 43 están acusados de motín, agresión contra la policía, daños a la propiedad, portar armas y gangsterismo, acusaciones totalmente absurdas.

El 25 de septiembre empezaron los juicios y sentenciaron a un manifestante a dos años de prisión. La condena se basó solo en el testimonio de la policía, que dice que lo "agarró en el acto", aunque no sale en los videos de la policía y fue arrestado tres horas después lejos del lugar de la protesta. La policía lo tuvo incomunicado dos días sin agua ni comida hasta que firmó una confesión.

Esta represión tiene el propósito de asustar al movimiento contra la globalización y a las amplias masas rebeldes de México. El salvajismo de los ataques de mayo ha sido condenado en todo el mundo por organizaciones que velan por los derechos humanos, como Amnistía Internacional, que ha pedido que la ONU investigue estos casos. Se han llevado a cabo protestas en muchas ciudades de México, Europa y Estados Unidos. Sin embargo, el presidente Vicente Fox, el "presidente del cambio y la apertura democrática", no ha dicho nada y sus asesores han defendido el ataque.

El 28 de mayo, la cumbre estaba a punto de cerrar, cuando miles de policías locales y estatales en uniformes de motín, acompañados por la Policía Federal Preventiva y la Guardia Presidencial, se encontraban tras una cerca protegiendo a los 58 representantes de gobiernos de Latinoamérica, el Caribe y Europa de las protestas contra la cumbre de explotación y muerte.

Desde los años 80 la explotación de los países de Latinoamérica y el Caribe ha aumentado mucho, como se ve en el hecho de que su deuda externa se ha triplicado en los últimos 20 años. Los imperialistas europeos llegaron a la cumbre buscando una mayor tajada de sangre y huesos de los latinoamericanos y caribeños, pero estaban en el "patio" de los imperialistas yanquis y no querían ofender al padrino. Los europeos aplastaron las sanciones que propusieron los países latinoamericanos contra la tortura de presos iraquíes en Abu Ghraib, el bloqueo de Cuba y la "democratización" de la ONU.

La cumbre atrajo a miles de activistas contra la globalización, que organizaron una contracumbre. Cuando terminó la cumbre y estaba por terminar una megamarcha, estalló una fuerte lucha para romper el cerco policial. Después, hasta la madrugada, la policía lanzó un operativo por toda la ciudad: arrestó a chavos cuando iban a la casa después de la protesta y a gente que estaba en cantinas y restaurantes a varios kilómetros de la protesta.

Arrestó a la gente por la pinta y el color de la ropa. Entre los arrestados estaban un señor que iba a la tienda, un pintor que regresaba del trabajo y un poeta. En total, arrestaron a 118 personas. A muchos los tiraron boca bajo en la parte de atrás de camionetas y cuando llegaron a la delegación los apalearon y golpearon con macanas.

El procurador de Justicia y el jefe de policía lo alabaron. Los tuvieron en cuclillas esposados; a unos los torturaron con choques eléctricos; los llevaban a baños, los desnudaban y los golpeaban; les ponían bolsas de plástico sobre la cabeza mientras los golpeaban. A las mujeres las desnudaron y las obligaban a ponerse en cuclillas y abrir las piernas mientras los policías miraban, filmaban y amenazaban con violarlas. A una se infroma que la violaron.

Mientras los familiares de los detenidos los buscaban en delegaciones y hospitales, la policía no decía nada y los tuvo incomunicados dos días sin agua ni comida. A los dirigentes los obligaron a firmar confesiones. A una joven fotógrafa de Indymedia la detuvieron cuando cenaba, la golpearon violentamente y la tuvieron en secreto en un hospital cuatro días. Unos amigos la encontraron en el hospital esposada a la cama y con el cráneo fracturado. La acusaron de agresión contra la policía.

A principios de junio deportaron a ocho activistas y periodistas extranjeros arrestados. Un canadiense tenía la cabeza vendada por las heridas.

Unos días después de la cumbre, la prensa de México informó en las primeras planas de los arrestos y la televisión clamó contra la "violencia" de los manifestantes, sin decir nada de la tortura policial. El gobernador de Jalisco, que es un pez gordo del partido del presidente Fox, el PAN, realizó una ceremonia para honrar a los torturadores. Dijo que eran "héroes" que "resistieron la embestida" de los manifestantes y los recompensó con dinero por su valentía. La respuesta de las autoridades ante las lesiones de los torturados fue: "Las lesiones se las hicieron ellos mismos". La policía atacó a quienes pedían libertad para los detenidos.

A mediados de agosto, la Comisión de Derechos Humanos de México divulgó un informe sobre la represión durante la cumbre de Guadalajara, en el cual detalla 234 casos de violación de derechos humanos, 73 detenciones ilegales, 19 casos de tortura y 54 de tratamiento cruel y degradante, y pide al gobierno que tome medidas contra los policías involucrados. Sin embargo, el gobierno lo que hizo fue atacar a la Comisión de Derechos Humanos por "defender a los delincuentes que atacaron a la policía". El arzobispo de Guadalajara metió la cuchara, criticó a la Comisión por "proteger los derechos de delincuentes" y pidió respeto a los derechos de la policía.

En septiembre varias organizaciones que velan por los derechos humanos apelaron a la ONU para que tomara cartas en el asunto. El gobernador dijo: "Quienes agredieron la ciudad de Guadalajara son los que están detenidos y son delincuentes".

Algunos de los que participan en el movimiento contra la globalización se han tragado el cuento de que quienes lucharon duro contra la policía son responsables de la represión. Eso choca con la realidad de que la represión empezó desde el momento que pusieron pie en Guadalajara. Además, la víspera de los arrestos en masa, la policía cercó y arrestó a un grupo de chavos que se iban de un parque.

Como señala el grupo maoísta mexicano Movimiento Popular Revolucionario en su folleto "La Batalla de Cancún: Lecciones para la lucha contra la globalización imperialista": "La fortaleza del movimiento contra la globalización desde Seattle hasta hoy, se debe en parte importante a la participación de diversas posiciones y corrientes: de pacifistas y revolucionarios, de anarquistas y comunistas, de gente que lucha solamente por reformas y gente que lucha por un cambio radical y cabal. Dejar que nos dividan entre supuestos `pacíficos y violentos', `moderados y ultras' solo divide y debilita al movimiento y fortalece a los opresores del pueblo".

Los manifestantes de Guadalajara lucharon con valentía en defensa de los intereses del pueblo. Desde que el movimiento contra la globalización de México se manifestó en Cancún en 2001, la policía lo ha atacado salvajemente. Desde ese entonces el movimiento ha crecido. También ha crecido la penetración del capital extranjero y la pobreza y el desplazamiento del campesinado, la industria de maquiladoras que de repente cierra porque los capitalistas se trasladan a otros países donde los salarios son más bajos y las ganancias más grandes. El imperialismo, especialmente el de Estados Unidos, obtiene $6 mil millones en ganancias al año de la explotación directa de los mexicanos y otros $10 mil millones al año por intereses de la deuda externa. El pueblo oprimido de México quiere un cambio revolucionario, y millones buscan dirección y respuestas.

El mundo entero sabe que la clase dominante de México reprime ferozmente los movimientos populares. El movimiento contra la globalización ha desenmascarado al gobierno títere y a sus amos imperialistas, y ha aumentado la combatividad contra ellos. Por eso han atacado con tanta saña a los manifestantes de Guadalajara.