Presidenta de la Universidad de Colorado obligada a renunciar

Se extiende la caza de brujas

Obrero Revolucionario #1272, 27 de marzo, 2005, posted at rwor.org

Por meses, una bola de derechistas, apoyada por el gobernador, pidió la cabeza del profesor Ward Churchill, de la Facultad de Estudios Étnicos de la Universidad de Colorado en Boulder, porque hizo declaraciones "antiamericanas" sobre la naturaleza criminal de la sociedad estadounidense y las causas del ataque del 11 de septiembre. El rector, buscando un pretexto para despedirlo, inició una investigación oficial.

Después, pusieron en la lista negra a la presidenta de la universidad y pidieron su renuncia (o despido) para hacer una "limpieza" de la universidad.

El supuesto crimen de Elizabeth Hoffman fueron los comentarios que hizo en un discurso el 3 de marzo ante los profesores de la universidad.

En el discurso, defendió la investigación a Churchill, aunque centenares de profesores se oponían tajantemente, y dijo que a Churchill no se le despediría simplemente por lo que dijo.

Por otra parte, Hoffman expresó apoyo a la libertad académica y temor a un "nuevo macartismo" a raíz de la controversia sobre Ward Churchill. Dijo: "De nuevo, estamos viviendo en tiempos peligrosos", y los profesores la aplaudieron.

Eso fue demasiado. Los derechistas pidieron la cabeza de Hoffman.

La campaña contra Ward Churchill tiene el endoso y beneplácito oficial de los gobernadores de Colorado y de Nueva York, y de políticos a todo nivel de costa a costa. La han promocionado el importante estratega republicano Newt Gingrich, editoriales de muchos periódicos importantes, el comentarista rechinón del canal Fox Bill O'Reilly y todas las redes derechistas de radio y televisión.

Así que cuando Hoffman dijo que todo eso es un "nuevo macartismo", apuntaron contra ella.

En menos de 24 horas, el periódico Denver Post y varios políticos de Colorado pidieron la renuncia de Hoffman. Se vio que estaba perdiendo el respaldo del Consejo Rector.

Pocos días después, Hoffman dejó la universidad.

Se sumó a la lista de directivas de la Universidad Hamilton y la Universidad de Hawai que han recibido ataques de la derecha por no endosar la campaña reaccionaria contra Ward Churchill y el plan derechista de moldear el mundo académico conforme a los deseos de gente como Newt Gingrich y David Horowitz.

Así cayó la presidenta de un sistema de tres universidades y más de 50,000 estudiantes.

Lo que sorprende es que Elizabeth Hoffman es republicana. Hace un año, George Bush la nominó al Consejo Nacional de Ciencias. Tiene fama por haber conseguido una de las más grandes donaciones a una universidad pública ($250 millones para investigar problemas cognoscitivos) y por aumentar las donaciones a la universidad en $100 millones... a final de cuentas, el deber primordial de un presidente de universidad.

Por otra parte, varias controversias debilitaron su posición, como un escándalo por una serie de ataques sexuales de parte de futbolistas y la revelación de promesas de sexo y alcohol para reclutar a atletas. Hoffman le restó importancia a las acusaciones y rehabilitó al técnico de fútbol. Ahora, cuando estaba bajo ataque por su apoyo público a la libertad académica, se filtró a la prensa un informe secreto sobre el asunto deportivo y eso contribuyó a su caída.

La destrucción de esa manera de la presidenta de una universidad importante hace ver lo serio que es el ataque contra Ward Churchill y que es parte de un plan político de gran escala.

Planes de purgar las universidades

Por años, el derechista David Horowitz ha dicho que hay que reorganizar las universidades y poner fin a la influencia de fuerzas progresistas subversivas y "antiamericanas".

Horowitz organizó el acoso a profesores progresistas por parte de estudiantes conservadores que dicen que los humillan y sofocan la "libertad académica" de defender ideas reaccionarias y derechistas.

En los últimos años, Horowitz ha llevado su "Campaña pro Libertad Académica" a Colorado. Su revista de internet, Frontpage Magazine (frontpagemag.com), detalla su interacción con la presidenta Hoffman.

Según la revista, en junio de 2003 Horowitz les dijo a los políticos de Colorado que se necesitaba una "Declaración de Derechos Académicos" que protegiera a los estudiantes de malos tratos de los profesores.

En los meses siguientes, se formaron Clubes de Estudiantes pro Libertad Académica por todo el estado para juntar evidencias de ese "mal trato". El presidente del Senado estatal, John Andrews, mandó una carta a todos los presidentes universitarios de Colorado pidiéndoles cuentas de tales incidentes y las "protecciones" a los estudiantes.

Frontpage dice: "Durante ese tiempo, [Andrews] convocó un comité legislativo para preguntarles a estudiantes y profesores si la protección de la libertad académica era adecuada. Las transcripciones de esas... audiencias... demuestran la atmósfera sesgada y hostil de las universidades de Colorado con respecto a puntos de vista conservadores. Hay muchos ejemplos: el profesor que mandó que los estudiantes republicanos se retiraran de la Asociación de Ciencias Políticas; otro profesor que enseñó que Ethel y Julius Rosenberg eran 'mártires' y que Stalin fue víctima de persecuciones estadounidenses; el estudiante que faltaba a clase por temor a las burlas y humillaciones del profesor a estudiantes conservadores, etc.".

En un principio, Horowitz dijo que Hoffman se oponía a su campaña de "Declaración de Derechos Académicos" diciendo que "a pesar de tener principios válidos, [la Declaración] es una repetición innecesaria de normas ya establecidas sobre la libertad académica".

Cuando el Senado estatal iba a aprobar una resolución que incorporaba ciertas ideas de la "Declaración", Horowitz dice que la presidenta Hoffman y los demás presidentes de universidades públicas de Colorado propusieron un acuerdo: firmarían un "Memorando de Acuerdo" si retiraban la resolución.

El memorando se firmó en marzo de 2004. Supuestamente las universidades prometieron dar protección a estudiantes de todas las perspectivas políticas.

Con eso, Horowitz declaró victoria. Se jactó: "Para las universidades de hoy, esto es el comienzo de una revolución, una idea cuya hora ha llegado".

Por todo el país se han lanzado campañas similares. El Obrero Revolucionario (No. 1270) informa sobre una campaña de Horowitz realizada en la Universidad Columbia por un grupo llamado Campus Watch. El artículo señala: "Campus Watch y otros grupos instan a los estudiantes a vigilar y denunciar a profesores liberales o izquierdistas que, según ellos, intimidan a los estudiantes de ideas opuestas. En realidad, esos grupos no se oponen a la intimidación, siempre y cuando sea a favor de sus objetivos".

Una niversidad de Carolina del Norte cometió el "crimen" (a ojos derechistas) de asignar a los estudiantes de primer año "el tratado socialista sobre la pobreza en Estados Unidos Nickel and Dimed"de Barbara Ehrenreich.

En primer plano

Con el ataque contra Ward Churchill, las "víctimas" de ayer son la chusma furibunda de hoy que quiere expulsar a un catedrático con titularidad debido a su crítica radical del imperio estadounidense y su historia de genocidio.

Churchill tuvo que renunciar a su puesto de decano de la Facultad de Estudios Étnicos. Luego le hicieron una investigación para buscar un pretexto para despedirlo. Y ahora obligaron dimitir a la presidenta de la universidad por comentar que todo eso olía al macartismo de los años 50.

¡¿Qué clase de "libertad académica" habrá si Horowitz, sus lugartenientes y sus simpatizantes se salen con la suya?!

Envalentonados y agresivos

Para algunos poderosos politiqueros de Colorado, purgar a un profesor radical y echar a la presidenta del sistema universitario es solo el comienzo.

Al día siguiente de la renuncia de Hoffman, el ensayista y locutor derechista Mike Rosen, como un tiburón atraído a aguas sangrientas, escribió en el Rocky Mountain News :

"El debate estimulado por el asunto de Churchill ha llevado a una exploración muy necesaria de la política y los procesos de la educación superior. Se está reexaminando la vaca sagrada de la cátedra con titularidad, los límites de la libertad académica y la escandalosa falta de equilibrio ideológico del profesorado. Es como quitar las capas de una alcachofa para descubrir el corazón del asunto.

"Y es esto: 1) Ideología y política... la izquierda se ha apoderado del mundo académico. Queremos recuperarlo. 2) Rendir cuentas. Los presumidos académicos creen que son intocables, como reyes filósofos que transmiten su sabiduría a las masas ignorantes. Eso es una tontería. Los académicos son como cualquier otra persona, son empleados del gobierno que dependen de clientes y del contribuyente, y en última instancia tienen que responder a sus superiores y a los ciudadanos que eligen al Consejo Rector. La libertad académica no es absoluta".



Rosen exhorta a elegir para el Consejo Rector a gente comprometida con la "contratación de profesores conservadores con el fin de neutralizar la inclinación a la izquierda". Quiere también "una limpieza de directivas... y la contratación de nuevas directivas con la fibra necesaria para hacerles frente a los afianzados profesores izquierdistas".

Su visión es "convertir la Universidad de Colorado en un baluarte de pensamiento conservador".

Eso es un llamamiento abierto a una purga política del sistema universitario del estado, a despedir a los defensores de la libertad académica y hacer que los nuevos profesores den pruebas de lealtad derechista.

La Universidad de Colorado es el "punto cero" de una lucha que afecta la vida política e intelectual del país.

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Durante la misma semana: El jueves, 10 de marzo, centenares de estudiantes y profesores de la Universidad de Eastern Washington hicieron un mitin con la demanda de que el presidente universitario Steven Jordan volviera a invitar al profesor Ward Churchill. A Churchill lo invitaron a hablar sobre activismo amerindio, pero cancelaron la conferencia debido a "problemas de seguridad".