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Revolución #128, 1 de mayo de 2008

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Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar:

Publicamos estos son artículos del Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar sobre las elecciones recientes en Nepal para informar a nuestros lectores. A medida de que se vayan desplegando los eventos tendremos más análisis de estos acontecimientos importantes.

Elecciones de Nepal: Expectativas de un cambio profundo por las nubes

14 de abril de 2008. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. El 10 de abril se celebraron elecciones en Nepal por primera vez en nueve años. Todavía no hay resultados finales, pero parece que al Partido Comunista de Nepal (Maoísta) [PCN (M)] le va muy bien con una buena posibilidad de obtener una mayoría de la Asamblea Constituyente (AC). En muchas partes del país, hay un gran júbilo popular por el triunfo del PCN (M), pues la población espera que el triunfo abra las puertas a un “nuevo Nepal” y a una salida de la opresión y pobreza. Los electores rechazaron claramente a los principales partidos políticos de las clases dominantes del país, sobre todo al Partido del Congreso Nepalés [PCN] que encabezó la mayoría de los gobiernos que combatieron sanguinariamente contra la guerra popular en ese país, y el Partido Comunista de Nepal (Unido Marxista-Leninista) [UML], que pese a su nombre desde hace muchísimo abandonó el comunismo y que también colaboró en la lucha contra la revolución. Las poquísimas fuerzas que apoyan abiertamente la continuación de la monarquía recibieron poquísimos votos.

La Asamblea Constituyente tiene la encomienda de redactar una nueva constitución para una república, y se espera que el proceso dure uno o dos años.

Éstas no son unas elecciones comunes y corrientes. Por diez años, a partir de 1996, el PCN (M) libró una guerra popular centrada en el campo del país cuyo objetivo era llevar a cabo una revolución de nueva democracia y liberar al país del imperialismo, del feudalismo y del capitalismo burocrático. Hace dos años un enorme movimiento popular recorrió las zonas urbanas del país y obligó al muy odiado rey Gyanendra a ceder el poder absoluto y a convocar de nuevo al parlamento en el cual se cooptó una representación significativa del PCN (M).

Los observadores internacionales de muchos países, como el ex presidente yanqui Jimmy Carter e Ian Martin, el jefe de la misión de la ONU en Nepal, alabaron profusamente el proceso electoral; específicamente, dijeron que eran más “pacíficas” que lo esperado. Las primeras reacciones de la “comunidad internacional” las describieron como el fin definitivo de la guerra popular. Todavía no queda claro cómo reaccionarán a un resonante triunfo electoral del PCN (M).

En el período antes de las elecciones y el propio día de las mismas hubo muchos asesinatos, casi en su mayoría de los maoístas y sus partidarios. El incidente más indignante ocurrió en Dang en el oeste del país: la policía mató a siete partidarios maoístas no armados e hirió a 25.

Ahora la duda de todo mundo es cuál será el siguiente paso. Los acuerdos preelectorales estipulan la formación de un gobierno conjunto de los tres principales partidos políticos del país: el PCN (M), el PCN y el UML. Ahora se espera que el PCN (M), que ha tenido un papel menor en el actual gobierno, tenga un papel dirigente en el nuevo gobierno que se formaría después de las elecciones de la Asamblea Constituyente.

Se formará un nuevo gobierno pero la duda fundamental en el país no es cuáles partidos estarán en el gobierno sino qué naturaleza tendrá el nuevo poder estatal. Como señaló el artículo anterior del SNUMQG (11 de febrero de 2008), la cuestión principal en el país después de diez años de guerra popular es qué gobierno se consolidará a nivel nacional. El viejo Estado ha estado luchando por proteger los intereses de las clases explotadoras y asegurar la subordinación de Nepal al imperialismo extranjero y a la India. ¿En el poder de quién descansará el Estado nepalés que resulte del proceso de la Asamblea Constituyente? ¿Qué futuro les deparará al Ejército de Nepal y la policía militar que no han hecho sino perseguir y matar a los revolucionarios y violar, sembrar terror y robar a las masas? ¿Qué pasará con el Ejército Popular de Liberación [EPL] que se ganó el respeto y amor de los campesinos pobres que representan la mayoría de la población? ¿Será Nepal una base de apoyo de la revolución mundial o seguirá atrapado en la telaraña de dominación imperialista y extranjera?

Es casi seguro que el rey quedará fuera, pero ¿el Estado que resulte del proceso de la Asamblea Constituyente estará libre del feudalismo que el rey representaba? Durante la guerra popular, el sistema de castas con su horrorosa práctica de “intocabilidad” y otras barbaridades sufrió fuertes embates en las zonas donde el EPL tenía el poder. Ocurrió lo mismo en el caso de los matrimonios de niñas, golpizas a esposas y otras prácticas antimujer. ¿El proceso de la Asamblea Constituyente podrá institucionalizar éstos y muchos otros avances por todo el país?

En el campo, la revolución estableció un nuevo sistema de “tribunales populares” que hizo cumplir el orden revolucionario y se había establecido otra clase de poder político. ¿Tendrán estas instituciones un lugar en el nuevo gobierno? ¿Qué papel tendrá el sistema de tribunales y la burocracia del gobierno que servían al viejo Estado?

Es obvio que existen poderosas fuerzas, y sobre todo las potencias imperialistas y las clases dominantes indias y los explotadores en el propio Nepal, que estarán haciendo todo a su alcance para asegurar que no se dé ninguna auténtica revolución en Nepal.

Durante los diez años de la guerra popular, el PCN (M) llamaba a repartir las “tierras a quienes las trabajan” y a destruir de fondo el reaccionario sistema encabezado por el rey, que mantenía explotados y empobrecidos a la clase obrera y al campesinado e imponía toda clase de opresión medieval sobre las mujeres, las minorías nacionales y las castas oprimidas. Las masas del país han estado demandando una transformación revolucionaría, y por eso, entre otras razones, el PCN (M) logró un abrumador triunfo electoral. Se manifiesta de manera vívida el ardiente deseo de un “nuevo Nepal” en los exuberantes rostros de miles de jóvenes y otra gente que han estado tomándose las calles por todo el país en largos mítines de celebración. Como muchas personas quienes por años eran los representantes abiertos del viejo Estado han renunciado humilladas, las expectativas de un cambio profundo están por las nubes.

La cuestión más importante es cuál clase de sistema social representará y ejercerá la nueva república de Nepal. En Nepal y en el mundo los partidarios y amigos de la revolución estarán observando de cerca en las semanas y meses por venir a medida que se vaya formando la nueva república.

Dang: La masacre de partidarios maoístas

14 de abril de 2008. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. La noche del 7 de abril, la prensa nepalesa informó en un principio que unos miembros maoístas de la Liga de la Juventud Comunista (LJC) emboscaron al candidato del Partido del Congreso Nepalés Khum Bahadur Khadka en la ciudad de Dang, cercando su coche y abriendo fuego. Resultaron asesinados siete integrantes del LJC y 25 heridos. Según el Katmandú Post, Khadka “logró esquivar las balas” y, según otro informe periodístico, “un tiroteo de 15 minutos” entre ambos bandos. Una “fuente gubernamental” le dijo al Kathmandu Post: “La policía disparó más de 80 veces mientras los cuadros maoístas tiraban bala de manera desbocada”.

Los informes mediáticos sobre los asesinatos circularon en medio de una tormenta de denuncias de los maoístas contra la violencia, aunque los maoístas eran quienes más muertes tuvieron durante la campaña electoral (siete maoístas y un miembro del UML resultaron asesinados antes de la masacre de Dang), principalmente a manos de la policía. La prensa nepalesa desató una campaña implacable que vinculara a los maoístas con la violencia contra los candidatos democráticos pacíficos y los retratara como matones y pandilleros, lo que generó opinión pública que justificara medidas de la policía en su contra. La primera plana del Kathmandu Post cuatro días antes de las elecciones chilló: “Implacable alboroto de Liga de la Juventud Comunista” y “Maoístas dirigen ataques contra partidos rivales”.

Los medios informativos no mencionaron a los pandilleros que vigilaban a los candidatos y protegían el proceso electoral en el país: las fuerzas policíacas del país, quienes, bajo la dirección los gobiernos encabezados por el Partido del Congreso y el UML, durante años tuvieron uno de los peores historiales de violaciones de derechos humanos del mundo, según organismos internacionales de derechos humanos como Amnistía Internacional. Para colmo, llevaron a cabo estos sanguinarios crímenes en defensa de un sistema social que ha condenado a la gran mayoría de las masas de Nepal a una vida de agobiante trabajo, pobreza y hambre.

Tampoco mencionaron lo que representa la LJC: los jóvenes combatientes y partidarios de la guerra de liberación que sacudió al país por diez años, los pioneros de la lucha por la liberación de la mujer, pues las filas de los maoístas constituían casi el único lugar donde la juventud podía vivir libre del asfixiante ambiente de matrimonios concertados y la autoridad patriarcal. Eran férreos combatientes contra toda forma de discriminación. Por ejemplo, cuando se reúnen por primera vez, los integrantes de la Liga sólo se piden los unos a los otros sus nombres, sin apellido. En nepalí, en muchas ocasiones el apellido se refiere a una casta, y los jóvenes de la Liga no querían dejarse influir por ello.

Pero los informes periodísticos de la masacre de Dang no cuadran con los hechos. Si se hubiera dado un tiroteo de 15 minutos, ¿por qué resultaron muertos y heridos solamente los maoístas y ni un solo policía ni activista del Partido del Congreso? Los informes tampoco mencionan el hecho de que la policía nunca dijo haber hallado las armas de los maoístas muertos y heridos.

Después de que salieron los resultados de unas investigaciones, incluso Jimmy Carter tuvo que describir las muertes de los jóvenes maoístas como “asesinatos”.

Las investigaciones revelan que a eso de las 20 horas sobre el camino cerca de Lamahi, un grupo de 40 a 50 integrantes de la LJC interceptó a un grupo de jóvenes del Partido del Congreso proveniente de las ciudades de Katmandú y Pokhara. Según un relato, los jóvenes llevaban a cabo una de las largamente practicadas actividades del Partido del Congreso, el principal partido gobernante cercano al Partido del Congreso indio: repartir dinero a cambio de votos. Pero en esta ocasión, intentaron sobornar a unos partidarios maoístas, quienes sin pestañear los entregaron a las autoridades. Unos días antes, la LJC pescó en lo mismo a un candidato de otro partido de derecha, el RJP. Este tipo tenía encima 40 mil rupias o 6.500 dólares estadounidenses, una enorme cantidad según las condiciones del país. La noche del 7 de abril, la LJC pescó a 33 jóvenes del Partido del Congreso e intentó entregarlos a la policía, al igual que en otras ocasiones. Parece que acudió a rescatarlos el candidato Khadka del Partido del Congreso, acompañado de un gran contingente de policías de civil, y que la policía decidió otra vez a ponerlos en libertad. Eso generó protestas de los jóvenes maoístas, y la policía no dudó en abrirles fuego. Ni un solo policía o activista del Partido del Congreso resultó herido. Un testigo presencial, Keshav Pandey, le dijo al diario Himalayan que no hubo ningún tiroteo y que la policía “abrió fuego de manera desbocada”.

Los camaradas que ofrendaron la vida en esta masacre a sangre fría son: Min Bahadur Pun, Labaru Chaudhary, Jiulal Chaudary, Purnajung Sen, Chet Bahadur Budhathoki, Sital Chaudary y Prakash GM.

El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar (aworldtowin.org), una revista política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.

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