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Revolución #132, 15 de junio de 2008

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La nueva concepción de la revolución y el comunismo

¿QUÉ ES LA NUEVA SÍNTESIS DE BOB AVAKIAN?

Parte IV: La nueva síntesis: Implicaciones políticas – Dictadura y democracia

A continuación presentamos la cuarta parte del texto de un discurso pronunciado en varios lugares del país esta primavera. Se han hecho leves cambios en preparación para su publicación. Revolución publicará la charla en cinco entregas. Texto íntegro del discurso

La nueva síntesis también tiene implicaciones sumamente importantes con respecto a la dictadura del proletariado, que Marx dijo que era el punto necesario de transición hacia la sociedad comunista. En una palabra: ¿cómo se mantiene el estado socialista como poder en transición hacia una sociedad comunista mundial sin estados, sin convertirse en un fin en sí mismo? ¿cómo sigue desarrollándose, y no dejarse volver al capitalismo?

Avakian ha estudiado a fondo la experiencia de las revoluciones socialistas en la Unión Soviética y China por más de 30 años, y las concepciones, suposiciones, métodos y enfoques de los grandes líderes que dirigieron esas revoluciones. Aquí también, principalmente voy a esbozar en pocas palabras ciertos puntos clave y recomendar ciertas obras que Avakian ha escrito.

En buena medida, lo que Avakian dijo en Hacer la revolución y emancipar a la humanidad se aplica a toda la primera etapa del movimiento comunista:

En la historia del movimiento comunista y de la sociedad socialista, la orientación básica ha sido tratar la realidad material y las circunstancias de las masas populares como la prioridad, como el punto central y la base, en contraste con el enfoque burgués de ignorar —o, de hecho, reforzar— las circunstancias opresivas de las masas populares, la gran mayoría de la humanidad. Y es muy importante captar firmemente que, a nombre del individuo y los “derechos del individuo”, los partidarios de una u otra forma de este enfoque burgués en realidad defienden los intereses de una clase —y la dinámica de un sistema en que esa clase, la burguesía, gobierna—, en que a las masas populares, a miles de millones de individuos de las clases explotadas y oprimidas, las explotan y muelen despiadadamente, y en que descartan totalmente su individualidad y todo concepto de su dignidad individual 1 .

Los comunistas de la Unión Soviética y China dirigieron a las masas a usar el poder revolucionario para hacer cosas maravillosas y sin precedentes. Se socializó la propiedad socialista de los medios de producción, los cuales se dedicaron a satisfacer los requisitos materiales de la sociedad y las primeras necesidades de la gente. En unos pocos años, las mujeres de esos países pasaron de ser entre las más esclavizadas y oprimidas del mundo a las más emancipadas. La gente pasó de ser principalmente analfabeta a casi completamente alfabetizada, y se pusieron las escuelas y la cultura a la disposición de quienes antes estaban excluidos. La Unión Soviética en particular dio grandes pasos hacia la igualdad de lo que se conocía antes como una prisión de las nacionalidades y pueblos oprimidos. Empezaron a poner los servicios médicos a la disposición de todos, donde antes de la revolución la mayoría jamás había sido atendida por un médico.

Pero no se puede dejar las cosas ahí. Por necesario que eso sea, no basta simplemente mantenerse firme y defender —y acariciar— esos logros ante la incesante oleada de calumnias y distorsiones. No basta solo estudiar de dónde surgían esas revoluciones, y las fuerzas feroces, implacables e insoportables ante las que se encontraban.

Defender los logros,
tomar en cuenta las críticas

Además, es necesario tomar en cuenta y examinar a fondo las críticas a esa experiencia —desde todos los ángulos— y preguntar: ¿pero a qué precio? El estado proletario tiene que mantenerse en el poder ante la resistencia de vida o muerte de los explotadores derrotados y los feroces ataques desde afuera; ¿pero quiere decir eso que hay que restringir y hasta ahuyentar y reprimir el disentimiento, la efervescencia política, y una diversidad de ideas y enfoques, como las ideas y enfoques que se oponen al socialismo? Al nuevo poder se le plantea la tarea histórico-mundial de incorporar a las masas en la vida intelectual y las artes, y de forjar una nueva cultura, y en particular en China se hicieron maravillas con respecto a eso; ¿pero tiene que significar eso que hay que restringir la búsqueda, la investigación y la experimentación de parte de gente formada como artistas y científicos en la vieja sociedad, o aun en la nueva sociedad? Por primera vez existe la base —y la gran necesidad— de abordar el problema de la libertad como una tarea positiva y colectiva: “cómo nosotros mismos vamos a transformar el mundo y servir al pueblo” y no “quiero lo mío”; ¿pero quiere decir eso que no hay necesidad o poco papel positivo para la individualidad y el espacio del individuo? Existe una necesidad de “llevar a cabo cosas”; ¿pero qué tiene eso que ver con el estado proletario como una forma de estado radicalmente diferente, que incorpora cada vez más a las masas en la dirección y la administración directa del estado?

Ahora bien, no es posible contestar bien esas preguntas de manera simplista. Piensen un minuto en la guerra de Secesión de este país, y del período de Reconstrucción que la siguió, inmediatamente después de la liberación de los esclavos cuando supuestamente les iban a dar tierras y derechos políticos. Por muchos años lo que se nos decía en la escuela —y especialmente en la cultura, con películas como Lo que el viento se llevó y El nacimiento de una nación— fue que la Reconstrucción fue un período terrible durante el cual los blancos sufrieron horriblemente. (Eso debería darles una perspectiva sobre lo que casi cada semana se dice en las reseñas de libros del New York Times sobre las revoluciones socialistas).

Lo que en realidad sucedió fue que para desmantelar el poder de los hacendados en el Sur de Estados Unidos, por un tiempo los capitalistas del Norte les privaron de ciertos derechos políticos y con la fuerza de las armas respaldaron a los esclavos emancipados en su intento de votar, postularse para posiciones en el gobierno y obtener tierras. Pero a medida que reintegraron a los hacendados del Sur a la clase dominante, en una posición subordinada, y a medida que otras contradicciones en otras partes del país empezaron a hervir, los capitalistas del Norte retiraron sus soldados y les permitieron a sus ex enemigos organizar el Ku Klux Klan, imponer un sistema parecido a la esclavitud de trabajos forzados de presos y la aparcería, y privar a las masas de negros de todo derecho, y eso se hizo cumplir tanto por leyes como por las chusmas de linchamiento. La orgía de venganza que revocó la Reconstrucción se llamaba oficialmente “La redención”. Y los vencedores volvieron a escribir la historia, hasta que una nueva generación, la de los años 1960, destapó la verdad objetiva de lo que pasó.

Para cumplir los objetivos de la Reconstrucción hubieran tenido que privar a los ex esclavistas de los derechos políticos y hacer cumplir eso. Francamente, hubieran tenido que derramar sangre, y es posible que algunos inocentes hubieran sufrido... pero hubiera valido la pena.

¿Para evitar los casi 5.000 linchamientos que ocurrieron inmediatamente después de la derrota de la Reconstrucción, y el efecto de eso en millones de personas?

Hubiera valido la pena.

¿Para evitar la destrucción del espíritu la cual causó el sistema de segregación?

Hubiera valido la pena.

¿Para parar la institucionalización de cosas como el trabajo forzado de los presos, las cuadrillas de trabajo forzado, las pésimas escuelas y todo lo demás que pesa sobre la gente hoy, a veces en formas diferentes y a veces en formas que casi no han cambiado?

Hubiera valido la pena.

Ahora, demos vuelta a la página y hablemos de la revolución comunista, que es mucho más profunda, fundamental y radical que la Reconstrucción se propuso ser, y que llegó al poder en situaciones mucho más difíciles. Contra esas revoluciones no solo estaban los explotadores derrotados —quienes, como dijo Lenin, conservan sus conocimientos, sentido de derecho y conexiones de antes, y que se lanzan contra uno mismo con diez veces más ferocidad y artimañas una vez que han perdido su paraíso— sino también las potencias imperialistas y sus fuerzas armadas mucho más poderosas. Los soviéticos no solo libraron una guerra civil de 1918 a 1921 que les costó millones de vidas y en lo básico la destrucción de la poca industria que tenían, sino que en esa guerra civil tuvieron en su contra la intervención e invasión de 17 potencias militares, entre ellas Estados Unidos. Y menos de 20 años después de ganar la guerra civil vino la invasión nazi.

Sin embargo, aun si comprendemos eso a fondo, tenemos que examinar lo que se hizo, analizar los puntos débiles tanto en la teoría como en la práctica, y de veras prepararnos a nosotros mismos —así como a las masas— para hacerlo mejor en la próxima oportunidad.

Romper de manera más profunda con la democracia burguesa

Como parte de hacerlo mejor —y aun para poder contestar sobre una base correcta la pregunta de “a qué precio”— ha sido necesario romper de una manera más profunda con las influencias de la democracia burguesa y la concepción general de la “democracia sin clases” en el movimiento comunista. En su libro histórico Democracia: ¿Es lo mejor que podemos lograr?, Avakian planteó esa pregunta y la contestó enérgicamente: ¡NO!

Quisiera adentrarme en esto citando dos pasajes breves de Avakian que a menudo publicamos en nuestro periódico. El primero es:

La esencia de lo que existe en Estados Unidos no es democracia, sino capitalismo-imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen.

Lo que Estados Unidos lleva al resto del mundo no es democracia, sino imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen.

Luego, desde otro ángulo, lo siguiente:

En un mundo de profundas divisiones de clase y grandes desigualdades sociales, no tiene caso hablar de la “democracia” sin señalar su carácter de clase y a qué clase beneficia. Mientras exista la sociedad dividida en clases no puede haber “democracia para todos”: dominará una clase u otra, y la clase que gobierna defenderá y promoverá el tipo de democracia que concuerde con sus intereses y metas. Por eso, debemos preguntar: ¿qué clase dominará y si su gobierno, y sistema de democracia, sirve para continuar las divisiones de clase, y las relaciones de explotación, opresión y desigualdad que corresponden a ellas, o lleva a abolirlas?

Hablemos de lo que eso implica. En primer lugar, no se puede recurrir a los instrumentos de la dictadura capitalista —los ejércitos, las prisiones, las cortes y la burocracia que este sistema ha desarrollado y refinado a fin de reforzar y extender la explotación y el imperialismo—, no se puede usar esos mismos instrumentos para abolir la explotación, erradicar la opresión y defenderse ante el imperialismo. Y no se puede recurrir a los instrumentos de la democracia burguesa —que, en primer lugar, han sido diseñados para resolver desacuerdos entre los explotadores y, segundo, para atomizar y engañar y volver pasivas a las masas— como un medio para movilizarlas y desencadenarlas para conocer y transformar conscientemente el mundo entero. Si bien es cierto, como dijo Lenin, que el socialismo es un millón de veces más democrático para las masas populares, el socialismo no es y no puede ser la extensión de la democracia burguesa (que se basa en la explotación) a los explotados. Esa lección no solo se ha establecido científicamente sino que se ha pagado en sangre.

Las “4 todas”

La dictadura del proletariado —y el sistema proletario de democracia— tiene que ser diferente. Tiene que estar al servicio de la abolición de las divisiones antagónicas entre la gente y de las relaciones, instituciones e ideas que brotan de esas divisiones y las refuerzan. Ahora bien, el nuevo poder avanzará mucho, inmediatamente, hacia ese fin. Por ejemplo, se apoderará de esos medios de producción socializados y empezará a usarlos para satisfacer las necesidades materiales de la gente y para hacer avanzar la revolución mundial.

Pero al día siguiente de la victoria se encontrará con una sociedad en la que la gente ha vivido como miembros de diferentes clases sociales. Aun si se deja a un lado a los grandes capitalistas —lo cual no se debe hacer, ya que andarán por ahí sin querer aceptar lo que han perdido—, todavía existirán las diferencias entre la gente, entre quienes han estudiado medicina, administración e ingeniería, por un lado, y por el otro quienes no han tenido ese tipo de formación y han tenido que trabajar en fundiciones, hospitales o el campo, o que no han podido encontrar ningún trabajo. Además, está la fuerza de la costumbre, de los siglos en que la única manera en que la gente se ha juntado para llevar a cabo la producción de las primeras necesidades se ha hecho —o se ha llevado a cabo— mediante unas relaciones en que una clase principal explota a otra, y en que existe una división estricta entre quienes hacen el trabajo intelectual y quienes trabajan con el cuerpo.

Además, habrá que abordar todas las relaciones sociales e ideas que esas relaciones de explotación han condicionado y reforzado. Inmediatamente, el nuevo poder emprenderá la destrucción de los pilares de este sistema, como la supremacía blanca y la supremacía masculina, para instituir la igualdad de a de veras. Pero aun después de haberse iniciado esas transformaciones, y de hecho aun después de que el pensamiento de la gente empiece a liberarse de muchas maneras y empiece a reflejar las nuevas relaciones socialistas; aun después de todo eso, los siglos de explotación seguirán afectando enormemente el pensamiento de la gente. Será como el síndrome de estrés postraumático tras una violación. A esta sociedad, y a todos los que viven en ella, los han traumatizado cientos y miles de años de opresión, y eso ha impactado en el pensamiento de la gente. Habrá que luchar contra las manifestaciones de eso en el pensamiento de la gente, cosas como el racismo, el sexismo, el chovinismo nacional de USA número uno y la xenofobia (odio a personas de otros países), así como el elitismo y aun los sentimientos de inferioridad que inculcan en las masas… pero esas cosas no simplemente desaparecerán. Y esas ideas se alimentarán de las desigualdades y relaciones económicas que aún quedan, que contienen aspectos de relaciones tipo capitalistas pero que no se puede eliminar de la noche a la mañana, lo que se llama el “derecho burgués”. Las ideas y programas políticos que representan esas relaciones crecerán en ese suelo y se impondrán, y sentarán una base para que los nuevos elementos capitalistas contiendan por el poder. Y el nuevo poder tendrá que movilizar a las masas para identificarlos, analizarlos y superarlos.

Así que no es tan sencillo como “bien, cambiaremos las relaciones económicas y lo demás vendrá como anillo al dedo”. En la medida que los comunistas hayan pensado así o sigan pensando así, eso hace mucho daño. Habrá que transformar y revolucionar toda esfera social, a lo largo de un período mucho más largo de lo que anticipaban Marx y Lenin. Y en todas estas esferas, como Marx lo dijo científicamente, habrá que abolir todas las diferencias de clase, todas las relaciones de producción en que estas descansan, todas las relaciones sociales que corresponden a esas relaciones de producción y todas las ideas que surgen de estas relaciones sociales —o, en una frase, las “4 todas”— para llegar al comunismo, como parte del proceso de alcanzarlo 2.

Un tipo diferente de
dictadura y democracia

Así que se necesitará ejercer la dictadura sobre los antiguos explotadores y quienes quieren restaurar la explotación; y también se necesitará la democracia entre las masas para poder llevar a cabo plenamente las transformaciones que se necesitan. Pero estas tendrán que ser una dictadura y una democracia con un carácter cualitativamente diferente de lo que tenemos ahora. Repito, no se puede simplemente voltear las cosas, y tener a diferentes personas que utilizan los mismos instrumentos. Tiene que haber formas a través de las cuales las masas populares empiezan a participar en la vida social y a crear una sociedad muy diferente, y a transformarse a sí mismas en el proceso, a una escala que, francamente, es difícil de imaginar a partir de los confines mentales de “lo que existe” en este sistema.

Eso quiere decir movilizar —y desencadenar— a la gente, dirigirla y aprender de ella, para así superar las desigualdades y las relaciones sociales de la vieja sociedad, que estorban el avance hacia una nueva forma de sociedad. Quiere decir armar a las amplias masas populares con los instrumentos teóricos que les permitan analizar críticamente la sociedad y valorar si está avanzando hacia el comunismo y cómo, y cuán concretamente, y qué hay que hacer para ir lo más lejos posible en esa dirección en todo momento.

Este enfoque se opone directamente a la idea de que lo principal que hay que hacer bajo el socialismo es “cumplir con lo prometido”: asegurarse de que esté creciendo el nivel de vida de la gente, de que su vida sea más estable, y cosas por el estilo… y dejarlo todo en manos de quienes “saben hacer eso”. Mejor dicho, “darles de comer y dirigirlas”. Eso es lo que se conoce como un enfoque revisionista: quedarse con el nombre del comunismo, pero quitarle su corazón revolucionario. Esa era la línea de quienes tomaron el poder en China después de la muerte de Mao y derrotaron a quienes se habían agrupado en torno a Mao, y hemos visto a qué lleva eso: a un infierno capitalista con etiqueta socialista.

Por ende, la pregunta que hay que hacer es: ¿es el papel de las masas solo luchar y producir? ¿O van a ser emancipadores de la humanidad? ¿Es posible que las masas conozcan al mundo tal y como es, lo comprendan y lo transformen?

La respuesta es, SÍ LO PUEDEN HACER, pero no de manera espontánea y sin dirección. La gente no puede tomar iniciativa consciente para cambiar el mundo si no sabe cómo funciona. Eso requiere ciencia. Y como la situación es tal que a las masas se les ha privado de la posibilidad de trabajar con las ideas, tienen que obtener esa ciencia de quienes han tenido la oportunidad de bregar con ella. O sea, necesitan dirección.

Para que no quede ninguna confusión, en esta sociedad, a todos los están dirigiendo, en una dirección u otra. Hoy mismo, muchos que dicen que no los dirige nadie están dedicando mucho esfuerzo, recursos y esperanza a la campaña de Clinton vs. Obama. Y una vez que Clinton, Obama o McCain tome el cargo, el o la que gane establecerá las pautas a seguir — ellos te dirán qué hacer y —como han venido diciéndote— lo harán en beneficio del dominio estadounidense del mundo y del “orden social” en Estados Unidos.

Así que no se trata de si habrá líderes, sino de qué clase de líderes habrá, al servicio de cuáles metas. Avakian lo dijo así en Hacer la revolución y emancipar a la humanidad:

Y mientras eso sea cierto, el interrogante esencial seguirá siendo: ¿cuál es el contenido y el efecto de esa dirección—adónde llevará y cómo? ¿Qué le permite a la gente hacer o qué le impide hacer? ¿Contribuye a su capacidad de entender la realidad, y a cambiarla conscientemente, de acuerdo con los intereses fundamentales de la humanidad—o dificulta y mina que haga eso? 3

Es importante pensar en esto con relación a lo que dije antes sobre las ventajas y el poder que todavía conservan los imperialistas derrocados así como sus conexiones internacionales. El proletariado no puede compartir el poder con la burguesía, porque esta se lo comería vivo. Como dije antes, se ha abordado esto científicamente, tal como en las obras polémicas de Avakian como “Democracia, ahora más que nunca, podemos y debemos hacer algo mejor” (en la revista Un Mundo Que Ganar No. 1992/17) y, sí, estas lecciones se han pagado con sangre. A un nivel aún más profundo, solo corresponde a los intereses del proletariado como clase abolir las “4 todas”, y el estado tiene que ser un instrumento o para abolirlas o para fortalecerlas.

Por eso, en el estado socialista el partido del proletariado todavía tendrá que desempeñar un papel dirigente institucionalizado, mientras que sigan existiendo clases antagónicas y el suelo en que puedan cultivarse esos antagonismos de clase. (Una vez abolidas esas clases, no habrá necesidad de una dirección institucionalizada ni un estado).

Al mismo tiempo, tenemos que reconocer y abordar eso como una contradicción, y revolucionar y revitalizar constantemente al partido para que siga dando ese tipo de dirección y no se convierta en un nuevo opresor.

Este no es un problema pequeño, y es un problema al que Avakian ha dedicado muchísima atención y es una buena parte de lo que abordaré a continuación: un enfoque cualitativamente diferente —y una nueva síntesis— sobre la dictadura del proletariado.

El núcleo sólido,
con mucha elasticidad

Que quede bien claro: estamos hablando de cambios y rupturas con gran parte del enfoque de las sociedades que hasta la fecha se puede decir que fueron auténticamente socialistas y auténticamente revolucionarias pero que, no obstante, tenían deficiencias importantes. No es, como alguien dijo de manera graciosa, “pasemos las buenas jugadas, no las malas”. Estamos hablando de un enfoque completamente nuevo, que se basa en los avances hechos en la concepción del mundo y la epistemología comunistas que mencioné antes; una manera de contestar correctamente la pregunta “¿a qué precio?” y una manera diferente de dirigir las cosas hacia un nivel superior.

Hablemos del tema de tener una ideología oficial, que ha sido una de las características de las sociedades socialistas previas. Como dije, el partido tiene que dirigir en la sociedad socialista, y el partido mismo tiene que estar unificado en torno a la ideología comunista, lo cual le permite dirigir a comprender correctamente y transformar la realidad. Sin embargo, el partido es una asociación voluntaria. ¿Pero qué pasaría si todos los miembros de la sociedad, dentro o fuera del partido, tuvieran que expresar su acuerdo con esa ideología para que se le oiga o simplemente para llevarse bien?

Bueno, el hecho es que inmediatamente después de la revolución, apenas saliendo del capitalismo, la mayoría no va a adoptar esto como su punto de vista. Bob Avakian ha usado la metáfora de un paracaídas para describir cómo en el momento de la revolución las cosas se comprimen y la sociedad se escinde en dos polos: uno que se adhiere fuertemente al campo revolucionario y el otro que defiende a la reacción. Pero después de la revolución ese carácter comprimido del polo del pueblo se abre de nuevo, como un paracaídas. Como Avakian escribió en La base, las metas y los métodos de la revolución comunista, una vez que la revolución ha conquistado el poder:

...toda la diversidad de programas políticos, concepciones del mundo, inclinaciones, etc. (que son un reflejo de las relaciones de producción y de las relaciones sociales características de la vieja sociedad que quedan, así como de lo que se está gestando en la nueva sociedad como resultado de la toma revolucionaria del poder y de la consolidación del poder), todas esas cosas se imponen, o se vuelven a imponer. Pero si se da por hecho que como esas personas acudieron al lado de los comunistas en el momento crítico en que solo ese programa podía abrir una brecha, si se identifica eso con la noción de que todos van a tener pleno acuerdo en todo momento a lo largo del proceso de avance al comunismo, se cometerán serios errores... 4

Gracias a dios, no es el segundo advenimiento de Jesucristo, cuando todos se salvan y “ven la luz”. Es una sociedad socialista. Se puede dirigir a hacer muchas cosas nuevas, muchas cosas importantes y emancipadoras, e iniciar un proceso general en que la gente cambia la sociedad y a sí misma en una dirección positiva... pero no se puede hacer como si todos, de repente, no solo han entendido sino que también han empezado a adoptar y aplicar el método, la posición y el punto de vista comunista. Y si se trata de dirigir como si así son las cosas, a) no se va a actuar de acuerdo con la verdad y, como resultado, b) se va a trabar y distorsionar el proceso general a través del cual la gente llega a conocer la verdad y va a engendrar un ambiente falso, sofocante y apagado.

Tiene que haber una ideología dirigente —y la diferencia en la sociedad socialista es que la vamos a proclamar abiertamente, y no lo vamos a ocultar como hacen los capitalistas— pero los que no están seguros de si están de acuerdo deben sentirse libres de decirlo, y los que no están de acuerdo lo deben expresar sin ambages, para que se debata.

Hay que aplicar un principio similar a la política. En un plano, el partido tiene que tomar la iniciativa, movilizar a la gente y desencadenarla en torno a objetivos importantes. Tiene que establecer las pautas del debate. Y claro, este puede ser y tiene que ser un proceso vibrante e inspirador que abre la mente, y se dio eso en el pasado, no solo en China sino también en la primera década y media de la existencia de la Unión Soviética.

¿Y qué de la espontaneidad desde abajo? ¿Y qué de las cosas que parecen ir en direcciones completamente diferentes, o que se oponen a las principales pautas y actividades políticas que el partido está promoviendo? ¿Y qué de las escenas en las artes que surgen por sí solas, como los cafés de los años 50 y 60 con los “beatniks”, la onda hiphopera y los grafiteros en el Bronx hace 30 años, o las escenificaciones de poesía de palabra hablada de los años 90… cosas que surjan de entre las masas, muchas de las cuales podrían tener un carácter de oposición, o por lo menos “fuera del control”? ¿Y qué de los grupos políticos que quieren llevar a cabo debates políticos sin la presencia de militantes del partido, o que quieren emprender acciones en oposición a proyectos, incluso importantes proyectos, en los que el partido y el gobierno están metidos? ¿Y qué de los maestros que quieren enseñar teorías e interpretaciones que no cuadran con la manera que el partido entiende las cosas?

Para ser franco, en las sociedades socialistas previas no ha habido mucho espacio para estas cosas. En Hacer la revolución y emancipar a la humanidad,Avakian critica una tendencia en China y especialmente en la Unión Soviética “a una restricción… del proceso de la transformación socialista; y, en la medida en que esa tendencia se impuso, condujo a llevar mal en cierto grado la relación entre la meta y el proceso, para que lo que pasara en un momento determinado pasó a ser, o tendió a identificarse como, la meta en sí — en vez de ser visto como una parte del proceso hacia una meta mayor. Y, junto con esto, hubo una restricción de la relación entre la dirección principal necesaria, en el sentido fundamental, y lo que eran objetivamente “desvíos” o alejamientos —pero que se veían y trataban como desviaciones peligrosas— de la dirección principal. Esto, en cierto grado y a veces a un grado importante, llevó a sofocar en cierto grado la creatividad, iniciativa, expresión individual y, sí, los derechos individuales en el proceso de conjunto, especialmente cuando parecían estar en conflicto —o en realidad estaban en conflicto, a corto plazo— con las metas expresadas del estado socialista y su partido de vanguardia 5.

A un nivel muy básico, se necesita la efervescencia intelectual para conocer el mundo. La efervescencia intelectual, el debate y la experimentación —el “aire” intelectual— ofrecen un vistazo a toda la agitación debajo de la superficie de la sociedad en un momento dado, así como los posibles caminos hacia la resolución y el avance que esa agitación hace posible; ayudan a ver cuando se está actuando de manera equivocada o unilateral. Sin eso, la dialéctica entre el partido y las masas —entre los que dirigen y los dirigidos— tendería a ir demasiado en una sola dirección; por ambas partes, el espíritu crítico y creativo perdería su filo.

Pues, si a la gente se le enseña los criterios críticos en un invernadero, esos criterios no “echarán raíces”; hay que dirigirla, pero la gente también tiene que aprender por su cuenta y, en el curso de eso, la dirección también tiene que transformarse y revolucionarse. Para que ese proceso sea óptimo, se requiere la efervescencia política, un ambiente contestatorio y de plano el desenfreno. Hubo mucho de eso durante la Revolución Cultural de China, pero con la nueva síntesis estamos hablando de algo a una escala mucho mayor, con elementos y una dinámica diferentes.

Seamos francos y reconozcamos que después de diez años de la Revolución Cultural de China —lo mejor de la concepción previa del socialismo—, la mayoría de la población no entendía bien lo que estaba en juego en esa última gran batalla. Bueno, el carácter diferente y la mayor dimensión que tendrán la efervescencia política en la nueva síntesis son una buena parte de la respuesta a cómo hacer las cosas mejor la próxima vez.

“Ir al borde de ser descuartizado”

Avakian ha contrastado la metáfora de tirar un sedal, como en la pesca... y el “núcleo sólido con mucha elasticidad” que esa clase de movimiento expresa. Veamos un ejemplo. Imaginen una situación en que el gobierno socialista ha decidido construir una represa en cierto lugar en respuesta a las necesidades apremiantes de la población —dicho sea de paso, ¡la sociedad revolucionaria tendrá requisitos y necesidades materiales apremiantes porque ya no vamos a estar chupándoles la sangre a los pueblos del mundo!— y alguien como Arundhati Roy (una muy destacada novelista y activista progresista india que no es comunista) hace una campaña en contra. Según la nueva síntesis, no simplemente se toleraría eso, se le daría acceso a los medios de comunicación y a fondos, aunque ella esté organizando y dirigiendo manifestaciones y quizás un plantón masivo en contra de la represa. Habría que meterse en eso, revolverlo todo y debatirlo. Si ella tuviera razón —aunque solo en parte—, se tendría que aprender de ella. Y si ella no tuviera la razón, todavía habría que convencer a los demás en el debate, y no contra una caricatura de su posición sino contra un defensor apasionado, que se expresa bien y que está convencido de esa posición 6.

Eso NO es sin riesgo, porque habrá personas cuyas intenciones no son buenas que casi por seguro se meterán y maniobrarán, e intentarán convertir ese proceso en actos para destruir el estado socialista. Y no olvidemos que si entregamos el poder, si permitimos que las fuerzas burguesas (sean viejas o nuevas) restauren el capitalismo, eso será un gran crimen contra todos aquellos que hicieron sacrificios para conquistar el poder y, de mayor importancia, contra la humanidad en general.

El núcleo sólido establecerá las pautas y el marco. Pero dentro de eso, desencadenará y permitirá la máxima elasticidad posible en un momento determinado sin abandonar el poder, y se mantendrá ese poder de una forma que siga avanzando hacia el comunismo, hacia la realización de las “4 todas”, junto con la lucha mundial general. Ahora bien, en cualquier momento dado habrá limitaciones a la capacidad del núcleo sólido de hacer todo eso, por ejemplo en vista de las amenazas del imperialismo. A veces será posible aflojar mucho las riendas, y a veces habrá que apretarlas; pero en un sentido estratégico y general, principalmente se va a fomentar y trabajar con la elasticidad, y procurar aprender de ella y determinar cómo se puede dirigir de tal manera que todo se convierta en una fuerza motriz que de hecho contribuye —si bien no directa ni inmediatamente, a corto plazo— pero que contribuye en un sentido general a donde se quiere ir. Y aprender a hacer eso será un reto y algo muy complejo y lleno de riesgos.

Por eso, Avakian habla tanto de “ir al borde de ser descuartizado” —¡y de BUSCAR hacer eso! El papel del disentimiento es una parte INTEGRAL de este modelo del socialismo, a pesar de que en todo momento hay maneras en que el disentimiento podría dificultar radicalmente el proceso general. Repito, a menos que uno esté dispuesto a ir al borde de ser descuartizado —¡una tortura en que jalan las cuatro extremidades en diferentes direcciones!— el núcleo sólido se volverá muy rígido y quebradizo... y la elasticidad no será… pues, muy... elástica. Y que quede bien claro: este es un concepto estratégico que no es lo mismo que verse jalado en muchas direcciones por una gran variedad de retos, o tener muchas tareas diferentes que hacer—y no se debe identificar con esto ni reducir simplemente a esto. Esta concepción de “ir al borde de ser descuartizado” se refiere a algo muy diferente, algo mucho más complejo y profundo y de una importancia mucho más estratégica que eso.

Además de ese tipo de disentimiento, Avakian ha propuesto debatir, como parte de este modelo, la idea de elecciones competitivas en las cuales se debaten vigorosamente asuntos importantes ante el estado con verdaderos resultados y efectos; una constitución (y las limitaciones que impondría al partido); una concepción más amplia de los derechos individuales; la existencia de una sociedad civil, con asociaciones independientes del gobierno; y una manera totalmente nueva de abordar la contradicción entre el trabajo intelectual y el manual, con una idea diferente del papel de los intelectuales—todo lo cual solo puedo mencionar someramente, pero que me encantaría discutir durante la sesión de preguntas.

Una última pregunta sobre esto: ¿quién ES el núcleo sólido? El núcleo sólido no es idéntico al partido ni al proletariado, de una manera monolítica. En cualquier momento determinado, el núcleo sólido representa una minoría: en las primeras etapas de la sociedad socialista, son quienes están firmemente comprometidos con el objetivo global de llegar al comunismo; y luego habrá diferentes gradaciones de personas, de diferentes clases y capas sociales, que se agrupan con relación a eso. El núcleo sólido tiene que tener raíces en el proletariado, y la dirección tiene que movilizar y desencadenar constantemente a nuevas personas de entre aquellos que quedaron “perjudicados” a raíz de las contradicciones restantes del capitalismo; por ejemplo, las personas que en la vieja sociedad no recibieron formación para hacer el trabajo intelectual, o las mujeres de diferentes capas (así como hombres) que quieren hacer avances en la emancipación de la mujer.

Pero el proletariado en sí no es estático, tiene mucha diversidad y pasa por cambios muy dinámicos, debido a su participación en todas las esferas de la sociedad, y a la experiencia de vivir con las capas medias, de transformarlas — y también de aprender de ellas. Habrá diferentes clases, y diferentes niveles de compromiso con el proyecto comunista, y se estará tratando de trabajar con esa contradicción y solucionarla, pero no de arriba pa’ bajo. Se trata de desencadenar un proceso y luego meterse en ese proceso con las masas.

Esta es una concepción muy diferente a las anteriores, que se basaban en una especie de “reificación” del proletariado, un punto de vista que confunde el papel histórico mundial del proletariado de ser la clase que encarna las nuevas relaciones de producción, con los individuos que son miembros de esa clase en algún momento determinado. Como mencioné antes en la discusión sobre la “verdad de clase”, una manifestación de esa “reificación del proletariado” era darle mucha importancia al origen de clase de las personas en el proceso de valorar sus opiniones y de nombrarlas a posiciones de dirección o de responsabilidad, y decir que el nombramiento de obreros y campesinos a esas posiciones impediría el revisionismo. Esa tendencia fue muy marcada en Stalin, pero también se vio de diferentes maneras con Mao y la revolución china.

Una vez más acerca de
la nueva síntesis

Hemos hablado mucho sobre las implicaciones políticas de la nueva síntesis, particularmente con respecto al socialismo. Pero antes de pasar a cuestiones de estrategia, y sobre la base de todo lo que acabo de decir, quisiera que piensen en cuánto expresa y en la profunda importancia que expresa la siguiente descripción de la nueva síntesis, de la primera parte de Hacer la revolución y emancipar a la humanidad:

Esta nueva síntesis abarca reconfigurar y recombinar los aspectos positivos de la experiencia hasta la fecha del movimiento comunista y la sociedad socialista, mientras se aprende de los aspectos negativos de esa experiencia, en las dimensiones filosóficas e ideológicas tanto como las políticas, y así tener una orientación, método y enfoque científicos con raíces más profundas y firmes, no solo en cuanto a hacer la revolución y conquistar el poder, sino también, sí, en cuanto a satisfacer los requisitos materiales de la sociedad y las necesidades de las masas populares, con una base cada vez mayor, en la sociedad socialista —para superar las profundas cicatrices del pasado y continuar la transformación revolucionaria de la sociedad, mientras al mismo tiempo apoyar activamente la lucha revolucionaria mundial y actuar conforme con el reconocimiento de que la arena y la lucha mundiales son las más fundamentales e importantes, en un sentido global— junto con abrir cualitativamente más espacio para dar expresión a las necesidades intelectuales y culturales del pueblo, entendidas en el sentido amplio, y posibilitar un proceso más diverso y rico de exploración y experimentación en los campos científicos, artísticos y culturales, y en la vida intelectual en general, con mayor campo para la competencia de diferentes ideas y escuelas de pensamiento, y para la iniciativa y creatividad individuales y la protección de los derechos individuales, con espacio para que los individuos interactúen en la “sociedad civil” independientes del estado — todo en un marco general cooperativo y colectivo y al mismo tiempo a la medida que el poder estatal se mantiene y se sigue desarrollando como un poder estatal revolucionario al servicio de los intereses de la revolución proletaria, en el país en particular y por todo el mundo, donde este estado es el elemento dirigente y central de la economía y la dirección general de la sociedad, mientras el estado en sí se transforma continuamente en algo radicalmente diferente de todos los estados previos, como una parte crucial del avance hacia la abolición posterior del estado al llegar al comunismo a nivel mundial7.

Permítanme decirlo de esta manera: la primera etapa de nuestro movimiento hizo época y fue heroica; exige y se merece que se estudie más profundamente y hay que defenderla y apoyarla. Pero por sí solo, lo mejor de lo que se entendía en esa etapa no llevaría ni llevará a la humanidad al comunismo. Con la nueva síntesis, esa posibilidad se plantea de nuevo. Como me dijo un camarada: es como una nueva rama del árbol de la evolución. 

LA SEMANA ENTRANTE: PARTE V: IMPLICACIONES ESTRATÉGICAS — HACER LA REVOLUCIÓN

 

FOOTNOTES:

1.  Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, en el folleto de Revolución, Revolución y comunismo: Fundamento y orientación estratégicos (1º de mayo de 2008), p. 31. En línea: revcom.us. [back]

2. Carlos Marx, La lucha de clases en Francia de 1848 a 1850, en C. Marx y F. Engels, Obras escogidas en tres tomos, tomo 1. [back]

3. Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, en el folleto de Revolución, Revolución y comunismo: Fundamento y orientación estratégicos (1º de mayo de 2008), p. 52. En línea: revcom.us.[back]

4. La base, las metas y los métodos de la revolución comunista, en revcom.us.[back]

5. Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, en el folleto de Revolución, Revolución y comunismo: Fundamento y orientación estratégicos (1º de mayo de 2008), p. 35. En línea: revcom.us. [back]

6. Pregunta tres de la sesión de preguntas y respuestas de Las 7 Charlas (en audio en inglés), colocada en bobavakian.net el 4 de agosto de 2006; hay una versión impresa en español: “La revolución que queremos debe ser capaz de incluir a los Arundhati Roy; y más que incluirlos debe darles la bienvenida”, Revolución #67, 29 de octubre de 2006, en revcom.us. [back]

7. Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, en el folleto de Revolución, Revolución y comunismo: Fundamento y orientación estratégicos (1º de mayo de 2008), pp. 35-36. En línea: revcom.us. [back]

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