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Revolución #132, 15 de junio de 2008
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Entrevista de Revolución
Neil Shubin
Jornada para descubrir la historia de la vida de la tierra, Parte 2
Neil Shubin es uno de los paleontólogos más reputados del mundo. Los paleontólogos son científicos que estudian los fósiles a fin de aprender de la evolución de la vida en el planeta. Es asimismo un profesor y decano asociado de Biología y Anatomía de Organismos en la Universidad de Chicago y provost del Museo Field. En 2004 Shubin y su equipo descubrieron un fósil en el Ártico canadiense que acaparó la atención del mundo cuando fue dado a conocer dos años más tarde. Este fósil es Tiktaalik roseae, tiene 375 millones de años, y es una criatura que fue un intermediario entre el pez y los animales terrestres.
A comienzos del año, Neil Shubin publicó su libro Your Inner Fish: A Journey Into the 3.5-Billion-Year History of the Human Body (Tu pez interior: Una jornada de 3.5 mil millones de años en la historia del cuerpo humano) (Pantheon Books). ¡Es un trabajo vivaz y accesible que está lleno de ciencia fascinante y es tremendamente entretenido!
Revolución entrevistó a Neil Shubin en su laboratorio en la Universidad de Chicago, donde dedica sus investigaciones a los genes y el desarrollo de los embriones junto con los fósiles. Esta es la segunda parte de la entrevista; la primera salió en
el número 131 y está en
revcom.us.
REVOLUCIÓN: Tu libro contiene ejemplos fascinantes de cómo varias estructuras del cuerpo humano pueden ser reconstituidas a través de la historia de la evolución en formas a veces inesperadas. Por ejemplo, señalas que uno podría creer que los esqueletos empezaron con características parecidas a columnas vertebrales o armadura corporal de criaturas anteriores, pero que ese no es el caso. ¿Podrías explicarnos cómo estuvo la evolución del esqueleto humano?
NEIL SHUBIN: El esqueleto es duro, ¿verdad? Golpeo la mesa, es muy duro, y eso está muy bien, pues si no tuviésemos un esqueleto duro, seríamos al igual que una masa de goma, y no seríamos capaces de vivir en la tierra, seríamos como unas manchas de materia deslizándose por allí. Hay varias teorías para explicar el desarrollo de las partes duras. ¿Se desarrollaron para proteger a los animales? ¿Como armazones óseos? ¿Se desarrollaron para apoyar el esqueleto o para mantener un equilibrio mineral? Resulta que lo primero que encontramos que es duro en nuestro linaje (y hay otras cosas duras, como las almejas por ejemplo), pero nuestro tipo de dureza, la que causa una molécula llamada hidroxiapatita, apareció originariamente en una estructura parecida a los dientes. De manera que las primeras estructuras duras no aparecieron para proteger a las criaturas sino para masticarlas [se ríe]. Los dientes son muy importantes.
REVOLUCIÓN: En relación a lo de los dientes, existían esos fósiles comunes de los antiguos océanos, llamados conodontos, que por mucho tiempo fueron un misterio para los científicos.
NEIL SHUBIN: Sí, no sabían que eran. Si vas a algunos sitios en la tierra y partes las rocas de digamos 250 millones de años de edad, como por ejemplo la edad de los océanos donde el Tiktaalik fue descubierto, encontrarás lugares con esos conodontos. Partes una roca, encontrarás esos muy pequeños... ponlos bajo el microscopio y aparecen como pequeñísimos dientes, honestamente. Por mucho tiempo la gente no sabía qué eran, porque nunca habían encontrado un animal que tuviese esas cosas. Resulta que lo que llamamos conodontos son los dientes de una criatura grande que ahora llamamos el animal conodont. El misterio se resolvió cuando se descubrieron animales enteros. Poseían dientes, los primeros conocidos.
REVOLUCIÓN: Señalas que “uno de los placeres de ser un científico es que el mundo de la naturaleza tiene el poder de sorprender y maravillar”. ¿Nos podrías dar un ejemplo de esto? ¿Qué cosa te ha maravillado y sorprendido?
NEIL SHUBIN: Cuando me gradué en la universidad a principios de los años 80, la gente estaba empezando a trabajar en moscas. Estaban estudiando el desarrollo, la embriología, observando ranas, moscas y ratones. Me acuerdo que yo me preguntaba ¿en qué forma nos va a enseñar acerca de la formación de nuestros cuerpos la manera en que se desarrolla una mosca?
Bien, he aquí el poder de la sorpresa. Muchas versiones de los mismos genes que participan en la conformación de nuestros cuerpos con una espalda y una parte frontal, que definen el eje longitudinal del cuerpo, están presentes en las moscas, con su propia versión. De manera que lo que me sorprendió a mí como a otras gentes fue el descubrimiento de mediados a fines de los años 80 de una colección común de herramientas genéticas con que formar los cuerpos de organismos tan diferentes como moscas, seres humanos y gusanos. Yo jamás lo habría predicho (o imaginado). Y hay algo que es realmente bello, elegante, aparte del elemento de sorpresa, y eso es el orden en que esto está inscrito. Nuestro mundo no se hizo pieza por pieza. A medida que aprendemos más, empezamos a descubrir que cuanto más sepamos de la historia, más las cosas empiezan a ordenarse a cierto grado, y empezamos a ver el significado de las cosas. En la misma manera como tiene sentido entender tu disposición a ciertas enfermedades genéticas si conoces tu linaje genético, en el marco del ambiente en que vives. Aprendes un montón acerca de ti mismo.
REVOLUCIÓN: Como parte del título de tu libro lo indica, el organismo humano tiene una historia de 3.5 mil millones de años. Ahora bien, hace 3.5 mil millones de años, los únicos organismos vivientes en la tierra eran los microbios, de una sola célula. Por el otro lado el cuerpo humano está formado por millones de millones de células. ¿De qué manera podemos hablar de nuestro “microbio interior”?
NEIL SHUBIN: Bueno, la selección del título fue completamente arbitraria. Veamos, en realidad no fue arbitraria. Como científico pude haberlo titulado “Tu gusano interior”, “Tu microbio interior” y muchas otras cosas. Pero yo trabajo con peces. El pez es una manera maravillosa de recapacitar en nuestros propios cuerpos. Por eso le puse el título de “Tu pez interior”. Pude haber escogido muchos otros aspectos de nuestro pasado evolutivo para decidir sobre el título. Mi decisión fue muy personal, un tanto sesgada, lo admito. Pero piensa, si quieres conocerte a ti mismo, tienes que conocer diferentes partes de nuestro árbol a fin de explicar las diferentes partes de nosotros mismos. Si quieres comprender por qué somos seres únicos relativos a otros primates, pues bien, tienes que conocer nuestra propia humanidad. Si quieres comprender por qué nuestra cabeza tiene la forma que tiene, necesitas conocer la historia que compartimos con los primates, y asimismo la historia que compartimos con otros mamíferos, y con los reptiles, con el pez. Son esas capas profundas encima de otras capas de historia lo que nos hace ser lo que somos.
REVOLUCIÓN: Pero ¿cómo podemos rastrear nuestra historia hasta los microbios unicelulares?
NEIL SHUBIN: Es magnífico, porque si estudias la estructura de nuestro ADN y la manera en que funciona, si estudias cómo nuestras células funcionan, cómo metabolizan el oxigeno, si miras la estructura molecular que guía el funcionamiento de nuestras células, y cómo nuestras células interactúan entre sí, esa es la pieza que corresponde al microbio. Te lo repito, son las capas y capas de historia dentro de nosotros mismos. De manera que las pequeñas porciones de pez que portamos se pueden apreciar bien en nuestros esqueletos. Lo aprecias en nuestros nervios, y en otras partes. Lo del microbio en particular se encuentra en la estructura de nuestras células, en nuestros genes. He ahí un ejemplo de nuestros 3.5 mil millones de años de historia. Bueno, tenemos material de un mil millón de años atrás. La manera en que nuestras células fabrican energía… nosotros respiramos oxigeno y comemos, ejercitamos nuestros músculos, usamos energía. Bueno, toda la maquinaria para hacer eso es una característica microbiana. En realidad, la capacidad de poder estar conversando contigo en este mismo momento, y tu capacidad de escucharme, así como tu capacidad de movimiento, la tenemos gracias a los microbios [se ríe].
REVOLUCIÓN: Escribes en tu libro que la vida en tu laboratorio de investigaciones puede ser muy “esquizofrénica” porque está directamente dividida en dos, una parte dedicada a los fósiles y la otra a embriones y ADN. Hablaste de eso un poco, pero dime, ¿cómo están vinculadas estas dos áreas de estudio?
NEIL SHUBIN: Para descifrar el árbol de una familia, necesitas muchas líneas de evidencia. Piensa por ejemplo cómo se resuelve un misterio. Ha ocurrido un crimen. ¿Cómo hace un buen detective para resolver el misterio? Bien, tiene que obtener la mayor cantidad posible de líneas de evidencia (o pistas). Con suerte habrá algún testigo. Pero sin eso va a necesitar toneladas de líneas de evidencia independiente. Es lo mismo con nosotros. Extraemos la mayor cantidad posible de pistas para poder entender nuestra historia. Los fósiles proveen una línea de evidencia. Los registros de ADN son otra. En realidad cuando ambas líneas apuntan hacia el mismo objetivo, el caso es más fuerte. Cuando el ADN dentro de las células nos provee la misma historia que obtenemos de los fósiles que encontramos en el Ártico, sabemos que estamos frente a algo muy poderoso. Esa es la idea.
REVOLUCIÓN: Hay un pasaje muy poético en tu libro: “Si sabes cómo mirar, nuestro cuerpo se convierte en una cápsula de tiempo, que, una vez abierta, nos informa de momentos críticos en la historia de nuestro planeta y de un pasado muy distante en los antiguos océanos, riachuelos y bosques. Cambios en la atmósfera del pasado se reflejan en las moléculas que permiten a nuestras células cooperar entre sí para formar cuerpos. El medio ambiente de los antiguos riachuelos delinearon la anatomía de nuestras extremidades. La vista que distingue colores y el sentido del olfato los ha modelado la vida en los antiguos bosques y planicies. La lista no se acaba aquí. Esta historia es nuestra herencia, la que afecta nuestra vida actual y que afectará nuestra vida futura”. ¿Cómo afecta esta herencia nuestra vida presente y futura?
NEIL SHUBIN: Yo nací con una hernia que tuvo que ser reparada [se ríe], que es un buen ejemplo. Evolucionamos en diferentes ambientes. Nuestros antepasados comunes con los cuales compartimos la vida en este planeta vivían en ambientes enormemente diferentes al presente, lo cual a veces genera problemas. Los peces no caminan sobre dos piernas, nosotros sí. Sin embargo nosotros usamos algunas de las mismas estructuras que se originaron en los peces. De manera que lo que tenemos es un cuerpo que puede ser considerado un tanto imperfecto o parchado. Cada pieza de nosotros ha sido modificada o canalizada a otros fines en diferentes formas a través del proceso evolutivo. Y lo que eso significa, cuando canalizas ciertas cosas hacia otros fines, no es la solución ideal. No hemos sido diseñados muy inteligentemente. Esto se aplica a muchas otras situaciones. Hemos sido diseñados históricamente. Nuestros cuerpos son un testamento al poder de la historia. Nada es más demostrativo que la manera estrafalaria en que están organizados nuestros vasos arteriales y venosos y nuestros nervios. La manera en que el cordón espermático en los hombres, con sus bucles poco afortunados, nos confiere a los hombres una mayor tendencia a desarrollar un tipo de hernia en la parte inferior de la pared abdominal. Repitiendo, la historia es nuestra herencia, y no pocas veces esa herencia nos causa no pocas zozobras [se ríe], debido a que vivimos en un mundo diferente. Yo me siento en una silla muy suave ocho horas al día. Yo les puedo asegurar que nuestro antecesor común que compartimos con otros mamíferos no se sentó jamás en una silla suave por ocho horas [se ríe].
REVOLUCIÓN: ¿Podría elaborar lo de que la herencia afecta el futuro?
NEIL SHUBIN: Piensa en los seres humanos como criaturas. En muchos aspectos somos tan diferentes debido a nuestras habilidades cognitivas. Nosotros somos capaces de crear aparatos y tecnologías a fin de sobreponernos a nuestra herencia, hasta cierto límite. Yo tenía esa hernia de la que hablaba, eso es el pasado, pero adivina, nuestra tecnología actual logró reparar el problema. Padezco una miopía bastante avanzada. Esto significa que dejado a mis propios medios, la selección natural me hubiera sacado de en medio. Pero tenemos esta magnifica tecnología [mostrando sus lentes] que nos ha ayudado, ¿no es cierto?
Lo que significa todo esto es que, si piensas en el futuro, este lo van a estimular más y más las selecciones que hagamos con nuestras estructuras sociales, nuestra tecnología, cómo las despleguemos, cómo las usemos, qué son. Francamente cuanto más entendamos nuestros cuerpos, cuanto más lo vamos a cambiar. No es inconcebible que en el futuro dispongamos de tecnologías que afecten nuestra capacidad de pensar, recordar, correr, brincar, saltar, anotar jonrones [se ríe]. Ya lo estamos viendo, el rendimiento puede cambiar usando la tecnología. De manera que, francamente, nuestra propia evolución, en cierta manera, en términos de rendimiento, la va a afectar en el futuro nuestra capacidad de cambiarnos a nosotros mismos, conscientemente. Y todas esas decisiones van a tener toda clase de ramificaciones. Vamos tener que tomar decisiones de cómo desplegar o no esa capacidad. Esto va a ocurrir, estoy seguro. Vamos a reflexionar acerca de la validez de nuestra decisión. Regresa en 150 años, te lo garantizo: los seres humanos estaremos corriendo más rápido, pensando más, por ejemplo si quieres aprender francés, toma este chip, colócalo en tu cerebro, y cosas así.
REVOLUCIÓN: Al final de tu libro hablas del “poder de la ciencia para explicar y hacer conocible el Universo” y que “lo desconocido no debe provocar suspicacia, temores o supersticiones, sino que nos debe motivar para seguir cuestionando y buscando respuestas”. ¿Podrías ampliar más este punto?
NEIL SHUBIN: En cuanto a mí, me criaron en la tradición de que lo desconocido debe llegar a conocerse. Un cuarto oscuro inspira temor a un niño, pero cuando se enciende la luz, deja de ser aterrador. Y eso es lo que hace el conocimiento. Es como encender la luz en un cuarto oscuro. Piensa en cómo nos imaginábamos que era la luna, por años, había un montón de mitología acerca de la luna. Pero una vez que la humanidad hizo el viaje a la luna y regresó, la luna se convirtió en parte de nuestro mundo. Uno puede ver fotografías de la luna en el Internet. Uno puede ver personas caminando en su superficie. Se puede ver rocas lunares en el Museo de Ciencias e Industria. Se puede decir lo mismo de todas las ramas de la ciencia. Cuanto más conocemos acerca del ADN, más aprendemos acerca de cómo se han formado nuestros cuerpos, nuestra historia evolutiva, más nos desprendemos de los mitos y supersticiones. Cuanto más hacemos eso, cuanto mayor poder alcanzamos sobre nuestras vidas. Ahora bien, esto significa que nos enfrentamos a opciones frente a las cosas. Pero eso no debe infundir temor; hay que hacer elecciones basadas en información adecuada. Yo veo la ciencia como la luz en el cuarto oscuro. Cuando mi hijo está con miedo en un cuarto oscuro, yo prendo la pequeña lámpara de noche. Muy bien, esa luz es conocimiento en mi propio mundo.
REVOLUCIÓN: A los mismos tiempos siempre habrá más misterios… se contesta una pregunta y surgen otras.
NEIL SHUBIN: Exactamente. Mi mundo está lleno de preguntas. ¿Cómo piensas que estoy abordando Tiktaalik? Hemos podido contestar algunas preguntas con el conocimiento de Tiktaalik, pero hay más preguntas que han surgido. La ciencia tiene una cantidad infinita de preguntas. Los seres humanos nunca entenderemos el 100 por ciento de las cosas, obviamente. Es siempre una gran batalla para aprender la verdad. La verdad científica es diferente a otras verdades en cuanto nos esforzamos por alcanzarla. Nunca, en realidad pretendemos haberla alcanzado completamente, porque a veces se nos escurre de los dedos. Lo que tenemos es un método que nos puede conducir a ella. La verdad científica es importante porque tú y yo la podemos compartir. La puedo poner en la mesa y decirte el porqué de esa verdad. Podemos ponernos de acuerdo en los principios para falsarla o confirmarla, ¿no es cierto? Eso es algo muy importante en la ciencia. Otras formas de la verdad, las aceptas basado en tus propios antecedentes o en tus creencias. En las verdades científicas están lo correcto y lo incorrecto. Eso es lo que me atrae.
REVOLUCIÓN: Tú eres el provost del Museo Field de Chicago, que ha presentado una exhibición muy popular llamada “Nuestro planeta en evolución” y otras exhibiciones. Has escrito un libro muy bien recibido. Has llevado el fósil de Tiktaalik a las escuelas. ¿Cómo evalúa la importancia de que mucha gente conozca la ciencia y el método científico?
NEIL SHUBIN: Lo que los científicos tenemos que hacer es transmitir lo que hacemos. Esto es importante en diferentes aspectos. No solamente que la evolución es un hecho, y los hechos relativos a los registros de los fósiles y del ADN. Existe un par de cosas adicionales: La primera, la ciencia es un proceso. ¿Cómo logramos esto los científicos? No es simplemente abrir un libro y decir “¡AJÁ!”, aquí está el hecho. Mi “libro” está en el Ártico, y tuvimos que trabajar muy duro para obtener nuestros datos. Tuvimos que correr ciertos riesgos. De manera que los “libros” de ciencia están en los tubos de ensayo y en el campo y demás cosas. La segunda es transmitir que el proceso es divertido. Me agrada más que nada recibir cartas de profesores y estudiantes que quieren aprender más. Si son suficientemente afortunados de vivir cerca a un gran museo, tanto mejor. Pero a falta de eso, el Internet es un excelente medio y de muchas maneras ha logrado igualar el terreno creando oportunidades para que gente de lugares apartados pueda ver museos, encontrar fósiles u otras cosas. Eso es muy importante en nuestra sociedad. Mira, en los Estados Unidos, o sea en la sociedad donde vivimos, más del 60 por ciento de la gente —en realidad no sé las estadísticas actuales— cree en la historia del Génesis por encima de la ciencia de la evolución. Ahí hay una gran brecha. Henos aquí en una sociedad de creciente tecnología, y sin embargo a pesar de lo que acabo de decir acerca de la importancia de la tecnología en el futuro, tenemos una sociedad completamente mal equipada para evaluar estos procesos. Tenemos una deuda y un compromiso con nuestros niños y a la población en general —que podrían estar temerosos de la ciencia debido a experiencias negativas en las escuelas y otras partes— de transmitirles el verdadero poder de la ciencia, y lo que estamos haciendo. Ese es el espíritu de mi libro. Asimismo, por eso los museos son tan importantes.
REVOLUCIÓN: En tu opinión, ¿cuáles son los temas y las controversias claves en la paleontología y en la ciencia de la evolución hoy en día?
NEIL SHUBIN: Hay un montón de cosas buenas. Las cuestiones de vanguardia incluyen, yo creo, entender la dinámica de la extinción: cómo y por qué las especies desaparecen. Otra cuestión es por qué hay ciertas áreas en el mundo o ciertos períodos de tiempo donde hay más diversidad de especies que en otros. ¿Por qué hay mayor diversidad en el trópico que en otros lugares? ¿Por qué hay patrones de diversidad? ¿Cómo explicarlos? ¿Cuáles son los mecanismos? Estas cuestiones son muy importantes. En este momento, la paleontología está haciendo grandes avances en estas áreas, y eso es muy importante. El otro tema que es realmente muy grande, con respecto a mi pequeña parcela en este mundo, es el conocimiento de los cuerpos. En primer lugar, ¿cómo se formaron los cuerpos? Conocemos mucho más que cinco anos atrás, y dentro de cinco anos conoceremos aún más. Y eso va a ser emocionante a medida que vayamos aprendiendo más cómo las células se juntaron para formar otros cuerpos y otras cuestiones muy importantes.
REVOLUCIÓN: Esto nos lleva de regreso a los microbios, a los microbios de una sola célula que fueron la única forma de vida por miles de millones de años, antes de que las criaturas multicelulares emergieran.
NEIL SHUBIN: Estos microbios unicelulares llevaban mucho tiempo juntándose. Pero no habían formado cuerpos. Se juntaban para constituir marañas o laminas de células. Lo que es un cuerpo, y lo que es muy importante en el cuerpo es que esas células necesitaban que tener un mecanismo que les permitiera interaccionar las unas con las otras. Los cuerpos poseen una integridad única que otros tipos de organización no tienen. Lo que pasa es que esta capacidad de interacción de las células, de los microbios, ha evolucionado con el tiempo. Lo más interesante es que los microbios hacen exactamente eso. Los microbios interactúan. Los microbios sienten el mundo exterior. Y lo que realmente tenemos, el equipo o el mecanismo que forma cuerpos, no es sino una versión modificada de eso. Este mecanismo ayuda a los microbios a interactuar entre sí y con el mundo exterior. Pues bien, por eso todavía hay una continuidad hoy día. Para mí, como científico, no me queda la menor duda de que eso es lo que ha sucedido. Hay enigma muy interesante en cómo eso sucedió, en qué marco de tiempo, etc.
REVOLUCIÓN: ¿Cómo te decidiste a ser un científico y cómo escogiste tus áreas particulares de investigación? ¿Tu interés empezó a temprana edad?
NEIL SHUBIN: Yo era ese tipo de niño, y todavía sigo siendo el mismo, al que le gustaba tener un pasatiempo nuevo cada mes. Los volvía locos a mis padres. Me compraron un telescopio, porque “me encantaba la astronomía”. Me suscribí a la revista Sky and Telescope (El cielo y el telescopio) y aprendí un montón de astronomía. Después de cuatro meses, me aburrí. Empecé a coleccionar estampillas, y me dediqué con ahínco a esto. Me iba de pasatiempo a pasatiempo a veces en forma circular. O sea que a un punto volví a lo de antes, a la astronomía. Felizmente no había botado el telecopio. En efecto, todavía lo tengo por ahí. De manera que yo he sido siempre curioso, y la ciencia siempre me ha ofrecido el terreno propicio para mi curiosidad. La paleontología de hoy combina muchos aspectos interesantísimos que me atraen mucho. Entre ellas la energía… es importante escoger una actividad o carrera que te permita usar tus puntos fuertes, no tus debilidades [se ríe]. Me encanta ir a trabajar al campo, a encontrar fósiles. Mi fuerte es el de encontrar fósiles. Siempre he tenido ese don. Es agradable tener una carrera donde puedo poner ese don en buen uso. Pero lo que es importante es que realmente tienes que disfrutarlo, pues las más de las veces no encuentro nada. Estoy de cacería. Es la euforia. Me encanta empezar una nueva expedición, de tener las expectativas y el riesgo. Es realmente divertido. En lo que respecta a la paleontología uno de los atractivos inmediatos es el momento del “¡eureka!”. Hay un momento en la paleontología, si tienes éxito, en que encuentras algo. Ese algo te hace decir “¡AJÁ!”, como cuando encontré Tiktaalik. Este es el momento que buscas. Por el momento estoy esperando la siguiente oportunidad.
La entrevista de Revolución
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