Revolución en línea, 30 de octubre de 2008


Diálogo con una lectora sobre Obama

No paralicen a la gente

Estoy de acuerdo con casi todo el artículo (“Sobre la nominación de Obama: El cambio en que crees... y el cambio que obtendrás”, Revolución #142, revcom.us) e incluso antes de que lo leyera, ya que he estado observando a Obama en los últimos meses y su candidatura me ha estado entusiasmando cada vez menos. No obstante, lo que sí sé es que en buena parte la vida de él ha ilustrado algunas cosas que valoro, salvo estos recientes discursos y tal vez algunos votos que emitió en el pasado, los cuales, admito, tal vez no hayan favorecido los mejores intereses de la gente. Una de las cosas que él ha demostrado, sin embargo, es la capacidad de aceptar sus propios defectos y eso es algo que tiene gran valor para mí. Así que no, no lo veo solamente como una “gran esperanza negra”. Lo esencial es que quienquiera que haya llegado donde está él va a tener algunas cualidades indeseables. Creo que lo principal a considerar es que es alguien que está muuuucho más dispuesto a escuchar a la gente que la otra opción y eso es lo único que podemos esperar en este momento. Estoy de acuerdo de que las personas tienen que retomar a este país, a este mundo, pero hasta ese día que AL MENOS ejerzan el derecho de votar además de ser parte de las causas revolucionarias en que crean ustedes.

Creo que los artículos como estos pueden tener efectos tan perjudiciales. Hay una verdadera diferencia entre Obama y McCain y los artículos como estos pueden paralizar a la gente e impedir que acuda a las urnas, ¡un hecho que casi seguramente le dará el triunfo a McCain! Creo que todos podemos tener claridad de que eso sería una mala opción. Creo que necesitamos dejar de tener miedo de esto. Una de las cosas que Obama sí dijo es que el cambio viene desde abajo, de la gente, hacia arriba, y alguien que dice eso es alguien que cree que le debe algo a la gente.

Sí, él estaba dando una audición a los capitalistas imperialistas y lo hizo muy bien, pero tenemos que recordar que él está haciendo mucho de esto para asegurar su posición, y cuando empiezo a preocuparme de sus palabras, me detengo, observo su vida y me siento más tranquila. Entiendo que una vez que ocupe el cargo las palabras pueden cambiar y cambiarán, pues todos tenemos entendido eso, pero esperemos que esta vez las palabras cambien por el bien en lugar de lo contrario y confío en que esta es nuestra mejor opción.

No paralicen a la gente,

PA
Enfermera Boogy

* * * * *

Respuesta de la redacción:

Estamos de acuerdo de que el espectro de una presidencia de McCain no presagia nada bueno. McCain es un criminal de guerra impenitente derribado y capturado mientras lanzaba bombas sobre la población en la guerra de Vietnam. Representa una continuación, y de algunas maneras una intensificación (con algunos ajustes), de los últimos ocho años de horrores bajo el régimen de Bush. Quiere mantener el rumbo actual y es un defensor de la guerra ilimitada y más amplia que ha traído un sufrimiento casi inimaginable al Medio Oriente. Este llamado “independiente” (maverick) “opuesto a la tortura” impulsó proyectos de ley que legitimaron y legalizaron la tortura abierta de Bush.

Hay muchas personas muy preocupadas por lo que Obama está diciendo y haciendo, que están enojadas porque sobre ningún tema se está enfrentando en serio a McCain. Eso es cierto, pero eso no es lo esencial de nuestro argumento; el papel de Obama es peor que eso. Obama, con su mantra de “que nos unamos todos”, fundamentalmente está claudicando a todo lo asociado con McCain, y lo está fortaleciendo. Obama está trabajando, deliberadamente, para proteger los intereses del sistema capitalista imperialista que está causando toda la opresión, explotación, ignorancia y sufrimiento que viven los habitantes del mundo. Pero no se puede hacer eso y a su vez representar los intereses de la gente.

Mira cómo Obama respondió a los comentarios del congresista John Lewis sobre el ambiente de los mítines de McCain y Sarah “aspirante-a-jefa-de-una-chusma-de-linchamiento” Palin, mítines que han tenido un ambiente muy feo y peligroso.

Repetidamente Palin ha acusado a Obama de “andar de cuate con los terroristas”. El presidente del Partido Republicano del estado de Virginia, según MSNBC, les dijo a 30 organizadores de McCain que intentaran forjar una conexión entre Barack Obama y Osama bin Laden. Las declaraciones de Palin en referencia a Obama, de que “este no es un hombre que ve a Estados Unidos como ustedes y yo lo vemos”, son palabras en clave para enojar a los duros supremacistas blancos. Los medios informan que la gente está chillando, “mátalo” y “terrorista” cuando se mencione el nombre de Obama en mítines de McCain y Palin. A pesar de todas las babosadas de los medios de que McCain supuestamente está refrenando a esas fuerzas despiadadas, este denunció con arrogancia la declaración de Lewis, diciendo que “se pasó de la raya” y era “inaceptable”. Usó la declaración de Lewis como uno de sus “puntos de ataque” en el último debate presidencial.

Lewis solamente rozó la superficie de lo que ocurre a estos mítines, pero sí identificó algo muy real y peligroso cuando dijo: “Durante otro período del pasado no muy lejano, había un gobernador del estado de Alabama llamado George Wallace quien también llegó a ser un candidato presidencial. George Wallace nunca lanzó una bomba. Nunca disparó un arma, pero creó el ambiente y las condiciones que alentaban ataques atroces contra norteamericanos inocentes que simplemente intentaban ejercer sus derechos constitucionales. Debido a ese ambiente de odio, cuatro niñas resultaron muertas una mañana de domingo cuando una bomba estalló en una iglesia de Birmingham, Alabama”.

Cabe decir claramente que si pasara algo como lo que advierte Lewis, sería un enorme crimen de este sistema.

¿Pero qué ha sido la respuesta de Obama a todo esto? ¿Denunciar con fuerza lo que está pasando? ¿Denunció a McCain, y en particular a Palin, por incitar con sus mensajes “en clave” a los duros supremacistas blancos? ¿Denunció el apoyo e incitación de los valores tradicionales de “los pequeños pueblos norteamericanos” de ignorancia, intolerancia y racismo?

No. De hecho, Obama refutó la esencia de lo que dijo Lewis. En el último debate presidencial, Obama dijo que Lewis “hizo una comparición no apropiada entre lo que pasaba en los mítines de McCain y Palin y lo que pasó durante el movimiento por los derechos civiles, e inmediatamente lanzamos una declaración de que no creemos que sea apropiada la comparición”.

Si Obama fuera al extremo de decir las verdades sobre las escenas feas y amenazantes de estos mítines de Palin y McCain, si pusiera sobre el tapete la cuestión de cuál motiva todo eso y cómo es la situación actual de la opresión del pueblo negro en Estados Unidos, eso requeriría que examinara cuán profundamente empotrada está la supremacía blanca en esta sociedad, o por lo menos permitiría hacer tal examen. Hoy la supremacía blanca se está intensificando, y es una parte crítica del aglutinador social que mantiene la población cohesionada y obediente en un tiempo de gran crisis e incertidumbre. En ese contexto, el mensaje “post racial” de Obama sirve para ocultar todo eso en un tiempo en que lo que se requiere es reconocer y resistir la opresión del pueblo negro. He aquí la realidad: Uno no llega a ser uno de los dos candidatos presidenciales sin el aval, el dinero, los medios y lo demás que se necesita para ser un candidato “creíble” y sin haber pasado por un minucioso proceso de análisis y aprobación de la clase dominante. Si uno llegara a ser presidente, sería el presidente del sistema capitalista imperialista y eso definiría y determinaría lo que uno hiciera.

Por ejemplo, se puede regresar al primer día de su campaña y examinar lo que Obama ha dicho y hecho sobre la cuestión de “raza”, en particular la opresión del pueblo negro, y se ve que no importan la experiencia de su vida ni sus inclinaciones personales, sus palabras y acciones se guían por los intereses de una clase dominante para la cual la supremacía blanca es una piedra angular de la sociedad que gobierna. (Un análisis crítico de estas cuestiones se encuentra en “La opresión del pueblo negro, los crímenes de este sistema y la revolución que necesitamos” en el número especial de Revolución #144 en forma impresa, o en línea a revcom.us.)

Hay diferencias entre McCain y Obama sobre cómo cohesionar o recohesionar la sociedad ante un futuro de guerra ilimitada por imperio, represión y crisis económica severa. Pero, de nuevo, estas son diferencias sobre cómo el sistema de hoy saldrá más fuerte de las condiciones actuales, en una posición más propicia para librar guerras, oprimir y explotar, e imponer muerte y terror sobre el mundo.

A esta luz, ¿y qué de que Obama da la apariencia de estar más dispuesto a escuchar que McCain? Debido a su origen y a su capacidad de dar la apariencia de escuchar, de muchas maneras Obama tiene una posición única desde la cual desviar y asfixiar la ira y la oposición desde abajo a todas las situaciones posibles a las cuales la clase dominante considera que tal vez se enfrentara. De fondo, su constante mensaje de “que nos unamos todos” canaliza a aquellos que están del lado correcto de los deslindes sociales básicos (el derecho del aborto, la oposición al racismo, la oposición a la guerra, la oposición a la imposición de la teocracia cristiana...)  a que “se unan” con las fuerzas y la agenda que están concentradas en el régimen de Bush, y a claudicar a estas.

Si es cierto lo que estamos diciendo sobre Obama y su papel, ¿cómo puede perjudicar o paralizar decirle esta verdad a la gente? Las personas pueden llegar a estar conscientes y actuar en pro de sus propios intereses (y no dejar que el sistema las engañen de modo que hagan cosas en contra de esos intereses) si entienden la verdadera situación. Lo que es dañino es que se canalicen la ira, esperanzas, sueños, energía y recursos de la gente hacia la campaña de Obama, lo cual fortalecerá el mismo sistema que causa todas las cosas que oprimen a la gente. La campaña de Obama está reforzando ilusiones peligrosas sobre el sistema y bajando las miras de la población a lo que permita el sistema, tal como dijimos: Obama representa “el cambio en que te dejan creer”.

Escribes: “AL MENOS ejerzan el derecho de votar además de ser parte de las causas revolucionarias en que crean ustedes”. Lo de apoyar a Obama no se trata de hacer lo que se pueda hasta que haya una oportunidad de construir un movimiento revolucionario. Apoyar a Obama va contra la construcción de un movimiento revolucionario, al cual se deben canalizar el tiempo, la energía y los recursos de la población. Lo de apoyar a Obama es un obstáculo a ponerse de pie y resistir lo que están haciendo los que gobiernan. Por ejemplo, algunos dirigentes y organizaciones del movimiento contra la guerra se opusieron a las protestas contra la guerra durante la Convención Nacional Demócrata porque decían que eso perjudicaría la campaña de Obama.

Desenmascarar a Obama no es lo que está paralizando a la población. Ahora esta sí que está requete-paralizada. Pero hay parálisis a causa de los términos que ha fijado la clase dominante: de que la “opción” que se le permite es la existente entre McCain y Obama. Para salir de esta parálisis no se necesita promover ilusiones sobre Obama. La manera de romper con este marco es explicar que la verdadera elección ahora es la existente entre dejarse llevar y quedarse confinado a los términos que están estableciendo las elecciones en general, o romper con esos términos.

Para los que reconocemos que se necesita llevar el mundo en una dirección completamente diferente y que el capitalismo es la fuente del sufrimiento, explotación, guerra, opresión e ignorancia tan profundos e innecesarios, construir una verdadera resistencia al actual desarrollo de la situación general tiene que ser parte del proceso de construir un movimiento revolucionario. Que no se olvide que los tiempos de grandes trastornos pueden dar oportunidades para tal movimiento revolucionario siempre y cuando tengamos firmemente en cuenta los verdaderos intereses de los habitantes del mundo y actuemos a partir de esos intereses, y no apoyemos, a nombre de “incorporar a más gente”, etc., lo que fortalece las fuerzas de opresión y explotación y lo que disuade que la población haga lo que de veras se necesita para combatir este sistema y llevar a cabo un verdadero cambio.

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