Revolución #149, 30 de noviembre de 2008


¿Unos Estados Unidos “post-raciales”?

Tienen muchas esperanzas los negros en general así como muchas personas de otras nacionalidades de que la elección de Barack Obama haya traído un “nuevo día” para la situación que viven los afroamericanos. Una esperanza de que con un presidente negro en la Casa Blanca se dé un cambio importante del rumbo de la larga y fea historia de racismo y supremacía blanca de este país, que ha conllevado tanta brutalidad y sufrimiento para el pueblo negro, desde los días de esclavitud hasta la actualidad. Se podía ver esta esperanza en las caras de cientos de miles de personas que se congregaron en el parque Grant de Chicago para el mitin de victoria de Obama la noche de las elecciones, en una enorme concentración multinacional en una de las ciudades más segregadas de Estados Unidos. Pero esa misma noche, en esa misma ciudad, había feroces recordatorios de que este aún es Estados Unidos.

En el ghetto del oeste de Chicago, Christina Ballard y Cornelius Voss manejaban en coche a su casa la noche de las elecciones con miembros jóvenes de la familia cuando unos policías blancos en vehículos particulares se arrimaron al costado de su coche. Según la demanda federal entablada por la familia, cuando los niños en el coche vitorearon a Obama por las ventanas abiertas del coche, los policías gritaron “poder blanco” y “n****r” y rociaron gas pimienta hacia el coche.

También esa noche unos miembros de una familia, todos menores de 18 años, celebraban fuera de una casa del ghetto del oeste cuando varios policías rociaron gas pimienta cerca de ellos. Cuando los jóvenes huyeron y se metieron en la casa, los policías armados derribaron la puerta a golpes, tiraron al suelo a varias personas ahí y escupieron insultos racistas. Niger Arnold, de 31 años, estaba de visita con su madre en la casa después de pasar el día trabajando  en una casilla de votación. Le dijo a Associated Press: “Se disparó la presión sanguínea de mi mamá. Yo ni podía respirar. Tenía miedo”.

¿Denunció Obama estas atrocidades de la policía racista de su “ciudad natal”? No. ¿Objetó este verano cuando la policía de Chicago llevó a cabo una racha de desmanes, baleando a 12 personas (todas negras y latinas) en un período de tres semanas, y matando a 6? No.

Al contrario, en abril cuando un juez de Nueva York absolvió a los policías que le pegaron 50 tiros a Sean Bell, un hombre negro de 23 años, y lo dejaron muerto pocas horas antes de su boda, Obama dijo: “Respetamos este veredicto”. Al mismo tiempo, advirtió a aquellos que estaban indignados por el veredicto que “recurrir a la violencia para expresar desagrado sobre un veredicto es algo que es completamente inaceptable y contraproducente”.

¿Un “nuevo día” para el pueblo negro ahora que Obama ha sido elegido? La pura verdad es que la opresión del pueblo negro es un pilar importante de Estados Unidos capitalista imperialista, y seguirá siéndolo mientras este sistema esté en pie, no importa quien esté en la Casa Blanca.

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