Revolución #151, 28 de diciembre de 2008


Desde Grecia:

Carta a mis padres

Queridos padres,

Yo sé que les debo mucho. Me dieron a luz, me alimentaron, me criaron. También me amaron. Al menos eso es lo que dicen. Porque las cosas son un poco diferentes.

Me trajeron aquí, al mundo en que ustedes fueron obligados a abandonarme cada día para ir a las chambas. Me trajeron aquí y entonces empezaron a buscar un lugar para parquearme. Me llevaron a la escuela y, porque eso no fue suficiente, me mandaron a varios profesores y lecciones particulares. Es más, me dieron estrés sobre mi futuro precario. Ya que mi futuro supuso estar tan precario, ya que ustedes aun hicieron el planeta peligroso, ¿por qué me trajeron aquí? ¿Qué es mi vida? ¿Esas dos horas cada día de TV y juegos de vídeo?

Quiero ver el mundo, desplegar mis alas y volar y ver todo en un momento. Quiero salir, conocer a esos otros, jugar, entretenerme, sentir alegría y no estar preocupado por no estar preparado para la escuela el día siguiente. Quiero soñar con un mundo donde la gente no busque un lugar para parquearme, donde no tengan que trabajar todo el tiempo, donde no sea peligroso conocer a otros, donde yo no tenga miedo al futuro, donde no haya ni amos ni esclavos.

Veo su miseria pero no estoy acostumbrado a ella y tampoco quiero acostumbrarme. No voy a inclinarme ante nadie simplemente porque ustedes lo hicieron. No quiero hacerme el esclavo ni el amo de nadie. Quiero que me dejen en paz.

Esos perros de caza uniformados no me asustan, no tengo les miedo. Ustedes ven en ellos cierto orden y seguridad. Yo soy al que tienen que engañar, pues veo muy claramente que este orden es hipocresía, y en cuanto a la seguridad, son ellos que forman el peligro más grave.

Ellos son los símbolos de la autoridad — para ustedes, para los maestros, para los políticos, para los adultos que viven así. Aprendieron a vivir de esta manera, yo no. Si quieren meterse conmigo, pues peor que peor para ellos. Son unos inútiles y que tienen esto impreso en la mente. Estoy enfurecido y soy peligroso, y hay muchos de nosotros, chicas y chicos, estamos en todas partes, incluso dentro de las casas de los asesinos. No pueden esconderse de nosotros, no importa donde. De un modo u otro, nos quedaremos parados, ellos no.

Que no se enojen conmigo. Estoy haciendo lo que me enseñaron. Me dijeron que la rebelión es caos y destrucción. Ahora me estoy rebelando, y ustedes recibirán caos y destrucción.

Los quiero. A mi manera, pero los quiero.

Pero tengo que crear mi propio mundo para vivir mi propia vida libre. Para hacer eso, tengo que derribar el mundo de ustedes. Eso es lo más importante para mí. En sus palabras: este es mi trabajo.

 

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