Revolución #156, 15 de febrero de 2009


Celebre el Día de Darwin 2009

Lo que hizo Darwin y por qué importa


"Sabemos ahora que nuestra propia evolución humana y la evolución de todos los seres vivos se pueden explicar por procesos enteramente naturales, sin necesidad de explicaciones sobrenaturales. Pero, ¿el hecho de llegar a conocer más la vida sin la ayuda de un dios nos dejará en un sentido desorientados y vacíos? ¿Por qué tendría que ser así? Al captar las maravillas de diversidad y complejidad que la vida puede generar por su propia cuenta y evolución natural y al reconocer las limitaciones y el potencial a continuo de nuestra propia humanidad, debemos sentir asombro, estímulo y humildad... Un método científico verdaderamente materialista, aplicado sistemáticamente a descubrir las verdaderas maravillas del mundo natural y social, lejos de llevarnos a una visión gris, fría y sin pasión, estimula la imaginación, el propósito y la conciencia e iniciativa transformadoras de los seres humanos como no puede hacer ninguna alusión a un supuesto ‘ser supremo’. ¿No vale la pena esforzarnos por adoptar un punto de vista así?”

—Ardea Skybreak

The Science of Evolution and
the Myth of Creationism:
Knowing What’s Real and Why It Matters

Este año, 2009, es el aniversario 200 del nacimiento de Charles Darwin y el aniversario 150 de la publicación de El origen de las especies mediante la selección natural en 1859. Origen es la obra científica pionera de Darwin que demostró por primera vez cómo se desarrolló la inmensa diversidad de vida en este planeta, incluidos los seres humanos, por medio de procesos naturales sin la mano de ningún Dios ni diseñador más allá del mundo material que habitamos. Fue una gran contribución a la ciencia y al pensamiento humano, y al desarrollo del método científico.

La obra de Darwin era una parte clave de ese avance. Antes de Darwin, no hubo una explicación científica del surgimiento de la increíble variedad y complejidad de vida en este mundo. No hubo modo de entender cómo las chuparosas y las flores, los gusanos y los árboles, los delfines y los elefantes, los seres humanos y las bacterias se evolucionaron de unas formas primitivas de vida durante miles de millones de años. Prevalecían versiones de nociones bíblicas: de que la Tierra sólo ha existido tantitos miles de años y fue creada en 7 días; que Dios había creado todas las formas de vida y una vez creadas no se podían cambiar nunca.

El gran avance de Darwin

De joven, Darwin participó en la famosa travesía de cinco años del barco inglés H.M.S. Beagle. Cuando partió, todavía creía en el creacionismo. Es decir, originalmente creía que tenía que haber existido algún “diseñador” de la vida, más allá de la naturaleza. Como un naturalista en el Beagle recorriógran parte del mundo, escaló montañas, estudió rocas, observó fósiles, recogió y disecó ejemplos de todo tipo de animales, pájaros, vida marina y gran variedad de plantas. En Sudamérica comparó los fósiles de un perezoso gigante extinto del tamaño de un elefante con especies de perezosos actualmente vivos que se le parecían en muchos aspectos si bien eran mucho más pequeños.

Este año, 2009, es el aniversario 200 del nacimiento del científico Charles Darwin (arriba), y el aniversario 150 del lanzamiento del libro El origen de las especies mediante la selección natural, que demostró por primera vez cómo se desarrolló la inmensa diversidad de vida en este planeta, incluidos los seres humanos, por medio de procesos naturales sin la mano de ningún dios ni diseñador más allá del mundo material que habitamos. Fue una gran contribución a la ciencia y al pensamiento humano y revolucionó nuestro conocimiento del mundo que habitamos.

Arriba, una página del cuaderno de Charles Darwin, que capta su descubrimiento de que la vida había evolucionado de los primeros organismos en un enorme árbol enramado.

De joven, Charles Darwin recorrió gran parte del mundo en el barco británico Beagle. Estudió rocas, fósiles y todo tipo de animales, pájaros, vida marina y plantas. A su regreso a Inglaterra, continuó sus investigaciones, y estudió y aprendió de los descubrimientos de naturalistas de todo el mundo, además de distintos campos de la ciencia. Aprendió de todo eso, estudió las primeras teorías de naturalistas que apuntaban hacia la evolución y analizó a fondo todos los argumentos que los científicos habían hecho contra la evolución, y terminó criticándolos. Se juntó todo eso en la pionera obra monumental de Darwin, El origen de las especies, que elaboró la teoría de la evolución.

También recogió y se llevó a Inglaterra muchos objetos que descubrió, entre ellos pájaros que encontró en las Islas Galápagos. Solo reconoció plenamente lo significante de estos pinzones de Galápagos cuando regresó a Inglaterra y habló con expertos sobre pájaros. Sus rasgos comprobaban en carne y hueso que un pequeño número de pinzones habían alcanzado llegar a las islas desde el continente sudamericano y que distintas poblaciones de esos pajaritos, aisladas de otras poblaciones de la misma especie original de pinzón y adaptándose a diferentes condiciones en diferentes islas o incluso diferentes partes de una isla, se habían transformado en diferentes especies.

A su regreso a Inglaterra, Darwin continuó sus investigaciones, y estudió y aprendió de los descubrimientos de naturalistas de todo el mundo, además de distintos campos de la ciencia. Por ejemplo, en esa época los científicos estaban acumulando una inmensa cantidad de pruebas de que la Tierra estaba muy pero muy antigua. Estaban descubriendo cómo las rocas se formaron en capas, con los fósiles de las formas de vida más primitivas en lo más abajo y los que se parecían más a las formas actuales en las capas superiores. Estudiaban en las rocas antiguas los fósiles de muchas formas de vida que ya no existen. Darwin aprendió de todo eso, estudió las primeras teorías de naturalistas que apuntaban hacia la evolución, analizó a fondo todos los argumentos que los científicos habían hecho contra la evolución, y terminó criticándolos.

Se juntó todo eso en la pionera obra monumental de El origen de las especies de Darwin, que elaboró la teoría de la evolución. Origen demostró que la vida había evolucionado de los primeros organismos en un tremendo árbol enramado. En Origen, Darwin presentó además el principio de la selección natural, que es un importante mecanismo que contribuye a explicar cómo los organismos cambian a lo largo de largos períodos de tiempo. La selección natural muestra cómo las variaciones (cambios) naturales en todos los seres vivientes impulsan los cambios en las formas de vida — cada organismo es diferente incluso de aquellos de su misma especie. Se definen muchos de esos cambios y diferencias a través de la selección natural, en la medida en que las plantas y los animales o sobreviven y traspasan las nuevas características a la siguiente generación o se extinguen en entornos constantemente cambiantes. Y por medio de este proceso a través de muchas generaciones los organismos cambian y emergen nuevas especies.

Ya sabemos que la vida ha estado evolucionando por aproximadamente 3.5 mil millones de años, una cantidad de tiempo tan grande que es difícil de comprender pero que la ciencia ha establecido firmemente.

Se abren nuevas perspectivas

 La teoría de Darwin abrió nuevas perspectivas para conocer la vida y los seres humanos como parte del mundo natural. Pero muchos se le opusieron. Sus oponentes alegan que “se establecieron” las diversas especies de vidas en un comienzo y nunca pueden cambiar.

Pero la evolución demostró en muchas maneras que no solo las especies cambian con el tiempo pero que también nuevas especies y ramas del árbol evolutivo surgen y se desarrollan con el tiempo. No hay dirección o diseño “pre-establecido” en este proceso. Por ejemplo, pueden surgir nuevas especies cuando las formas de vida existentes confrontan los desafíos cambiantes dados por el mundo que les rodea — como el clima, la formación de cordilleras, el avance y la contracción de glaciares y todas las plantas y animales con los que interactúan.

Los primeros ancestros de las ballenas evolucionaron fuera del mar y luego evolucionaron de vuelta al mar -— algunas especies de las ballenas aún tienen vestigios de hueso de la cadera y piernas. Los insectos evolucionaron para esconderse de los depredadores —y asimismo los insectos depredadores evolucionaron— por ejemplo, los murciélagos desarrollaron un sorprendente sistema de “sónar” emitiendo sonidos y escuchando ecos los cuales los habilitaban para capturar insectos que volaban en la noche más oscura.

Un número de científicos —siendo el más notable T.H. Huxley— dieron una batalla para defender y popularizar los grandes avances del análisis de Darwin. Una vez que la verdad de la evolución se estableció entre los científicos, muchos intelectuales la retomaron.

En efecto, esto es muy irónico —una ironía que exploraremos más adelante en este artículo— que los líderes intelectuales de la clase capitalista de mediados del siglo 19 apoyaron la teoría de la evolución más que aquellos en los Estados Unidos del siglo 21. La clase capitalista del siglo 19 ayudó a promover la ciencia y los “valores de la Ilustración” de la razón humana y el pensamiento crítico en general — como parte de su lucha contra el orden feudal y para establecer y expandir más su nuevo sistema (aun cuando seguía promoviendo la religión en las amplias masas populares). Pero en el siglo 21 como veremos más adelante, sectores poderosos de la clase dominante capitalista ven la evolución como una amenaza y un peligro ideológico.

La evolución — poderosamente confirmada, aún en desarrollo y central para la vida moderna

Hoy, desde una perspectiva científica se ha profundizado y poderosamente confirmado la evolución por medio de muchas líneas independientes de investigación.

La evolución ha presentado una sorprendente —y ¡acertada!— imagen de la manera que la vida se ha desarrollado que incluye a los seres humanos. Continuamos aprendiendo cuán profundamente relacionadas están todas las formas de vida aun al nivel de las estructuras químicas básicas de vida y las formas en que estas están codificadas en nuestra herencia genética. Se han descubierto mucho más registros de los fósiles. Los científicos han descubierto y continúan descubriendo toda clase de fósiles que señalan los cambios que se dieron en el desarrollo de la vida. Algunos de estos incluyen los peces con piernas, pájaros con dientes y dinosaurios con alas.

Y aunque el núcleo de lo que desarrolló Darwin sigue siendo vital para la teoría de la evolución, desde los tiempos de Darwin la evolución ha avanzado en maneras críticas como una ciencia. La genética moderna ha confirmado y profundizado la teoría de la selección natural y los otros mecanismos que contribuyen a la evolución, enriqueciendo enormemente nuestro conocimiento sobre cómo ocurren todas las variaciones en la vida y cómo se heredan estas. Hoy se conoce más cómo a veces la evolución avanza con cambios repentinos en los organismos por los cuales surgen nuevas especies (aunque toman muchas generaciones). Y los científicos en el mundo están trabajando activamente para profundizar más y desarrollar la ciencia de la evolución.

Y la evolución es muy importante para una variedad de cosas que hacen posible la vida moderna. Sin la teoría científica de la evolución no se podría conocer a fondo cómo se desarrollan los organismos que causan enfermedades — y cómo combatirlos. Por ejemplo, estaríamos en gran desventaja en el combate para vencer el impacto devastador del virus del SIDA, si no tomáramos en cuenta el hecho básico de que lo que hace a este tan peligroso es que el virus evoluciona tan rápidamente.

Sin la teoría de la evolución, no habría conocimiento científico de cómo las plagas en la agricultura se adaptan —evolucionan— en respuesta a cosas como las pesticidas. No podríamos hallar maneras eficaces de conocer cómo encontrar formas de proteger los cultivos en forma sustentable y no toxica. Y no conoceríamos como son en realidad los seres humanos (y la sociedad humana) como parte del mundo natural. Y no tendríamos ningún chance de combatir el calentamiento global y las catástrofes ambientales que el sistema capitalista mundial genera, no conoceríamos cómo el clima rápidamente cambiante plantea desafíos e incluso la amenaza de extinción de muchas diferentes formas de vida y de grandes ecosistemas de los que dependemos los seres humanos para nuestra propia existencia.

Hoy, “sin la ciencia de la evolución, no habría ciencia en absoluto”

Hoy la evolución está tan firmemente establecida como ninguna teoría científica lo ha estado; ha sido grandemente profundizada desde el tiempo de Darwin y establecida mediante muchas líneas independientes de evidencia. Como el geneticista prominente Dobzansky dijo: “Nada en biología tiene sentido excepto a la luz de la evolución”.

Aún más allá de eso, la evolución es un pilar básico de la ciencia moderna. Científicos de todos los campos están abrumadoramente de acuerdo con que la evolución es verdadera por la enorme cantidad de evidencia acumulada por los científicos alrededor del mundo. Y en la mayoría de los campos de la ciencia hoy no es posible hacer nuevas contribuciones verdaderamente importantes sin estar familiarizado con los principios y mecanismos del cambio evolutivo y sin tomar en cuenta las implicaciones del cambio evolutivo pasado, por ejemplo, en física o astronomía, la teoría del “big bang” acerca de cómo el universo mismo evolucionó. Por estas razones, como Ardea Skybreak comenta, “realmente no es exageración decir que ‘en el mundo de hoy, sin la ciencia de evolución, no habría ciencia en absoluto’”.

La lucha en torno a la evolución y la ciencia

Aun así la evolución permanece bajo ataques virulentos en los EE.UU. y en otras partes. Aun cuando se promueve la ciencia en algunas formas —como por ejemplo, en la industria de la biotecnología— y el imperio necesita seguir teniendo un núcleo de científicos, hay al mismo tiempo un ataque concertado contra la capacidad de las masas de personas de asumir la evolución y el conocimiento científico. En todo el país, las fuerzas cristianas fascistas han librado y continúan librando una amarga lucha para utilizar al gobierno —a nivel local, estatal y nacional— para impedir que se enseñe la evolución como un hecho en las escuelas públicas.

Ataques creacionistas sin tregua
contra la enseñanza de la evolución

Una nueva ronda de ataques contra la enseñanza de la evolución está en marcha y el estado de Luisiana está en las primeras filas. La legislatura estatal de Luisiana aprobó la ley creacionista de “Educación en Ciencias” y el gobernador Bobby Jindal le dio su aval con su firma el 25 de junio de 2008. Ya este año en las legislaturas de Misisipí, Oklahoma y Nuevo México se han presentado proyectos de ley que tacharán la evolución de “teoría controvertida” o requerirán la enseñanza de “teorías alternativas”.

Esos proyectos de ley estatales representan un frente de lucha crucial mediante los cuales las fuerzas creacionistas están atacando la evolución de manera agresiva, a pesar de la paliza jurídica dada al “diseño inteligente” en el caso Pensilvania vs. Kitzmiller de 2005, en que el juez federal Jones falló que el creacionismo de diseño inteligente no es ciencia, sino religión, y que se debe excluirlo de las clases de ciencias en las escuelas públicas.

Ahora en Texas, la junta escolar del estado está metida en una lucha para determinar si los criterios científicos del estado requieren que los maestros critiquen la evolución en las clases de biología. Hay mucho en juego, pues los criterios científicos de Texas tienen un impacto enorme en el contenido de los libros de ciencias para las escuelas de todo el país.

Las fuerzas creacionistas a escala nacional están centrando su atención en el dizque “derecho” de criticar la evolución en las clases, a pesar de que no hay ninguna controversia sobre la evolución entre los biólogos y la evolución es uno de los conceptos más minuciosamente probados de todas las ciencias. Reclamar ese “derecho” de criticar la evolución es una táctica jurídica y política que es ventajosa para el programa creacionista de largo plazo de eliminar forzosamente la evolución de las clases de ciencia e introducir el cuento bíblico de la creación. Se trata de un ataque contra la ciencia y la capacidad de la gente de conocer, y cambiar, el mundo.

Estas fuerzas cristianas fascistas están en el centro del “movimiento creacionista”. Algunos sectores de la clase dominante estadounidense las han apoyado y reforzado como parte de un esfuerzo más grande de inculcar una obediencia incuestionable y rechazo al pensamiento en decenas de millones de personas en este país. Consideran que tal sector obediente e irrazonable —una que confíe en la Biblia solamente y vea toda la vida como la “voluntad de Dios”— es necesario para mantener a la sociedad unida y que acepte el status quo. Todo esto se da en tiempos de convulsión extrema, como guerras depredadoras de imperio.

El creacionismo no solo encaja dentro de esto, de algunas formas es un protagonista de este esfuerzo. El ataque inclemente de los creacionistas contra la evolución concentra un asalto general contra el pensamiento crítico, la ciencia y el pensamiento racional mismo. Importa mucho si la gente —la población en general, incluidos los más fuertemente oprimidos— conoce cómo la vida se ha desarrollado en este planeta.

Las fuerzas fascistas cristianas al centro del movimiento creacionista no quieren que la gente aprenda a “chequear la evidencia” y saque conclusiones racionales de la inmensa variedad de evidencia que nos rodea. No quieren que la gente aprenda que la verdad “dice una historia diferente” a la Biblia y consideran esto como una amenaza a la perspectiva religiosa de aceptar la tradición por medio de la fe. Odian y temen la manera en que la evolución saca la conclusión de la realidad que dice que toda la vida, incluidos los seres humanos, llegó a existir no por causa de un acto de dios sino a través del funcionamiento de la naturaleza. Esto socava el núcleo del dogma cristiano sobre la verdad infalible de las escrituras, la realidad de que hay un dios todopoderoso y el supuesto “lugar especial” de los seres humanos en la “creación de dios”

La gente quiere y necesita conocer el mundo de la manera que realmente es. Y conocer la evolución ayuda a “liberar la mente”. Esto tiene un gran impacto en la manera en que la gente piensa y lo que haga en muchas dimensiones diferentes

Ardea Skybreak ha señalado poderosamente lo que está en juego: “Todos necesitan conocer las verdades básicas de la evolución y también los fundamentos del método científico… Cuando la gente es privada de una aproximación científica a la realidad en su conjunto, es despojada de una apreciación global de la belleza y riqueza del mundo natural y los medios para conocer la dinámica del cambio no solo en la naturaleza sino en la sociedad humana también”.

Antes de Darwin, no hubo ninguna explicación científica del surgimiento de la increíble variedad y complejidad de la vida en este mundo. La evolución ha presentado una sorprendente —y ¡acertada!— imagen de la manera en que la vida se ha desarrollado, lo que incluye a los seres humanos. Continuamos aprendiendo cuán profundamente relacionadas están todas las formas de vida aun al nivel de las estructuras químicas básicas de vida y las formas en que estas están codificadas en nuestra herencia genética.

Arriba: Una réplica del cráneo fosilizado de un gigantesco dinosaurio parecido a un ave de hace 85 millones de años al lado de un modelo en pequeña escala. Las especies de dinosaurios como estas son los antiguos antepasados de los pájaros de hoy.

“La grandeza de esta concepción de la vida”

En el párrafo final de El origen de las especies, Darwin escribe: “Es interesante contemplar un enmarañado ribazo cubierto por muchas plantas de varias clases, con aves que cantan en los matorrales, con diferentes insectos que revolotean y con gusanos que se arrastran entre la tierra húmeda, y reflexionar que estas formas, primorosamente construidas, tan diferentes entre sí, y que dependen mutuamente de modos tan complejos, han sido producidas por leyes que obran a nuestro alrededor.... Hay grandeza en esta concepción de que la vida, con sus diferentes fuerzas, que originalmente surgió en un corto número de formas o en una sola, y que, mientras este planeta ha ido girando según la constante ley de la gravitación, se han desarrollado y se están desarrollando, a partir de un principio tan sencillo, una infinidad de formas de las más bellas y portentosas” (del párrafo final de Origen).

Este año las celebraciones del Día de Darwin, y del Año de Darwin, ofrecerán la oportunidad de que la gente abraza y participa en esa concepción. El florecimiento del Día de Darwin y la existencia de programas, festivales, debates y declaraciones y todo tipo de efervescencia pueden ser un paso importante hacia una sociedad que resuena con la verdad, el método y “la grandeza de esta concepción de la vida”.

El Día de Darwin es un día en que la ciencia se celebra; es también un día en que muchos defienden la ciencia y el método científico. Además, es un día para hacerle frente al creacionismo y los ataques contra la evolución. Es una ocasión importante para que los lectores del periódico Revolución entren en todo eso, uniéndose a la celebración de Darwin y entrando en la batalla sobre cómo conocer, y cambiar, el mundo.

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