Revolución #161, 12 de abril de 2009


“Acción relámpago” para construir un movimiento revolucionario

Recientemente, nos pasamos dos fines de semana en un barrio de nuestra ciudad a fin de redoblar los esfuerzos sistemáticos para distribuir el periódico e integrar a su vez el amplio uso por las masas del DVD REVOLUCIÓN, por qué es necesaria, por qué es posible, qué es, por Bob Avakian. Tuvimos la orientación de presentarle a la gente de manera concisa y directa que estamos construyendo un movimiento para hacer la revolución, y que este periódico es el corazón y fundamento organizacional de dicho movimiento, que “los revolucionarios ya estamos presentes”, estamos construyendo un movimiento revolucionario y la gente necesita enterarse de lo que se trata y unirse a él, incluyendo desarrollando redes alrededor del periódico como una herramienta muy poderosa para construir y organizar la revolución.

Fue algo estupendo, de presentarnos allí llevando con audacia el periódico, abriendo paso en un nuevo territorio, estableciendo los fundamentos para reunir a gente nueva para que tome parte en este movimiento revolucionario. Aprendimos cosas con respecto a qué tan crítico es todo esto. Y obtuvimos un sentido tanto del potencial para forjar un movimiento revolucionario como el verdadero reto y necesidad de discutir y bregar con la gente acerca de todo lo que le impide, incluido el pensamiento atrasado.

Con este tipo de orientación, de pronto se hizo claro quién era una persona avanzada y quién no era, así que pudimos arrimarnos a gente que sí quería recibir el periódico. Por lo general las masas respondieron seriamente y con muy pocas respuestas negativas, como por ejemplo, “Yo tengo mi religión. No necesito esto”. No entramos en largos debates con la gente, sino que introdujimos el periódico si se mostrara interés, le ofrecimos una suscripción y le dijimos que regresáramos la próxima semana. Fue un enfoque científico y sistemático: explorar el barrio con antelación, crear equipos, contar con una orientación clara y sencilla, tener buenos apoyos visuales, iniciar inmediatamente por la mañana, y al mediodía sacar un balance, y salir de nuevo.

Unos jóvenes que nos acompañaron por primera vez se entusiasmaron al ver cómo en realidad repercutía nuestra línea entre este segmento de la gente. Esta no era una discusión académica sobre por qué es necesaria la revolución pero más bien sobre la gente que viene con una comprensión básica de que el sistema está jodiendo al pueblo y en unidad con “necesitamos un futuro completamente diferente” y ansiosos de aprender sobre lo que estamos  haciendo y como nos acercamos a esto.

Un joven camarada de nosotros ayudó a seleccionar este vecindario, que no era muy familiar para el equipo pero que él conocía y creía que era un buen lugar para empezar. El parecía saber donde no ir, lo que es muy importante para no caminar ciegamente dentro de áreas conflictivas. El vecindario que escogimos es una mezcla de proletarios latinos y negros, pero no el área más ruda de la ciudad. Es abrumadoramente proletaria, muchos propietarios de pequeñas casas modestas, cerca del 80% son negros, algunos han estado allí por muchos años, algunos crecieron en el área y pudieron haber heredado sus casas; otros dijeron estar luchando para mantenerse a flote con la crisis hipotecaria. Tal vez 10% de las casas están clausuradas o vacías con avisos para la venta. La gente supo de otros que perdieron sus casas en el área. Vendimos dos periódicos a dos latinas que estaban empacando sus pertenencias después de perder su casa por embargo. Se estaban mudando para un edificio de apartamento calle abajo.

Nos dividimos en equipos, cada uno cubría un área particular. Cada equipo tenía al menos un hispanohablante lo que era crucial. Para dar un sentido de que los revolucionarios estaban allá, los equipos llevaban un cartel grande de la página central del periódico por los vecindarios. Cada equipo también tenía un megáfono aunque no se usó mucho. Al final del día los equipos se juntaron para recopilar los nombres y apuntes.

Establecimos un equipo para llamar a las personas que conocimos durante la semana y ver si querían presentar un DVD en sus casas esa semana; queríamos saber qué pensaban acerca del periódico, si lo habían leído.

Las personas con las que hablamos de puerta en puerta y aquellas en la calle comentaron que no habíamos estado allá antes pero que nos habían visto en las protestas y en la tele. “¿Dónde han estado ustedes?”, era una respuesta frecuente. En general la respuesta que recibimos era muy abierta y positiva. Revolución, sí, pero ¿de qué clase? ¿Cómo puedes hacer eso en un país como este? Alguna gente con la que hablamos tuvo conexiones con los años 60, los Panteras; otros hablaron de los recientes asesinatos policiales y la protesta contra esto, orgullosos de haber participado en estas protestas. Y otra mujer proletaria dijo estar preocupada de la suerte del planeta debido al calentamiento global. Por supuesto que había una gran dosis de Obamanía y esperanzas de que las cosas puedan cambiar. Pero todo eso se vio afectado por la realidad que estamos viviendo con la economía, con la brutalidad.

Después de ver las ampliaciones de la página central, mucha gente nos hizo señas. Algunos dijeron recordarnos en las calles con las masas exigiendo justicia para Oscar Grant y señalando el papel de la policía, la naturaleza epidémica del asesinato policial. Unos jóvenes que jugaban dados en la esquina de la calle reconocieron a uno de nosotros por las protestas y compraron ejemplares del periódico. Además, nos sentamos con los estudiantes de una escuela intermedia que juntaron todo el sencillo y monedas que tenían para comprar el periódico y se unieron con uno de nosotros en las escaleras de una casa, entrando en cuestiones importantes de cómo hacer la revolución, que si podemos hacer una clase de mundo completamente diferente.

La primera semana 25 personas nos dieron su número para llamarlos. Se vendieron 8 suscripciones. Distribuimos cerca de 120 periódicos. No nos centramos en dejar paquetes de periódicos con la gente. La mayoría no conocía el periódico y pensamos que debían leerlo y vamos a volver el próximo fin de semana con un paquete y ayudarles en cómo distribuirlos. Es interesante que la mayoría de suscripciones se vendieran a mujeres y la mitad eran hispanohablantes. Una mujer de hablahispana cuyo esposo era algo cínico sobre el asunto de la “revolución”, le gustó mucho la historia de las mujeres de Irán y Afganistán de primera plana y resonó en ella que estas mujeres querían revolución y que necesitamos una también aquí. Estaba muy animada con nuestra lucha de construir un movimiento revolucionario y acogió con gusto la oportunidad de conectarse a través del periódico. Vendimos periódicos a muchos hombres incluyendo hispanos, en realidad casi todos los latinos con que hablamos compraron el periódico.

Durante la semana llamamos a los que compraron suscripciones, pero fue difícil contactarlos. Y cuando los contactamos la mayoría no habían leído aún el periódico. Pero una mujer que lo había leído pidió 5 copias más para sus amigos. Muchos no tienen tiempo, pues como están esforzándose para sobrevivir, les era difícil asegurar con anterioridad una reunión. Concluimos que necesitábamos ir a las casas durante la semana, leer un artículo o dos con ellos, mostrarle una parte del DVD. Cuando lo hicimos, una mujer nos dijo que ya había pedido el DVD cuando vio el anuncio en el periódico. Le sugerimos que los vieran con otra mujer al frente que compró una suscripción. Nos dijo que ¡era la mujer del frente que le sugirió comprar el DVD! Las invitamos para la próxima cena de recaudar fondos para el periódico y le dimos volantes para la cena y el inminente tribunal. Ya hay un rumor en el vecindario. La gente ha empezado hablar entre ellos sobre nosotros, hablando sobre este movimiento y las cosas que estamos haciendo. Necesitamos animar y promover más gente que se una para ver el DVD. El próximo fin de semana nos concentraremos en mostrar el DVD en el acto y venderlo a la gente y animarlos a mostrarlo en casa como parte de crear este movimiento para la revolución.

El segundo fin de semana de “acción relámpago”, fuimos de nuevo al mismo vecindario y vendimos 8 suscripciones más. La gente nos recordaba de la semana pasada. Algunos comentaron que su vecino obtuvo el periódico la primera vez que fuimos. En otras palabras, al salir audazmente y al tener una presencia importó mucho. Le da a la gente el sentido de que este es un movimiento. Nuestro carácter plurinacional, diferentes edades y las varias mujeres que fueron parte de esta acción le informan a la gente acerca de qué clase de movimiento estamos construyendo. Estaban felices de volvernos a ver. La gente en el vecindario captó la idea de que no somos algo de una ocasión, que queremos continuar conectándonos con la gente a través del periódico y con el DVD, que somos serios y que realmente queremos organizarnos con ellos para la revolución.

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Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
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