Revolución #164, 17 de mayo de 2009


Los memos: Un “escudo dorado” para la brutalidad depravada

Aquellos que redactaron los memos de Bush sobre la tortura incluyeron a Jay S. Bybee, el entonces jefe de la Oficina de Consejeria Legal de la Casa Blanca (OLC). Bybee fue posteriormente nombrado por George W. Bush para una posición en la corte de apelación federal de alto nivel, en la que aún continúa.

Jack Goldsmith quien sucedió a Bybee como jefe de la OCL, en esencia es un defensor de la justificación política para la llamada “guerra contra el terror”. Escribió un libro, “La presidencia del terror”, el cual reclama que el gobierno debió tener una importante expansión del poder para llevar la “guerra contra el terror”. Incluso, Goldsmith fue sorprendido por los memos de la tortura.

Así es como Goldsmith caracterizó la manera como fueron entendidos estos memos por la CIA: “Actos violentos no significan necesariamente tortura; si usted ejerce tortura probablemente tendrá una defensa; y si aun usted no tiene una defensa, la ley de la tortura no es aplicable si usted actúa bajo el aval de la autoridad presidencial”. Y, Goldsmith continuó, “los interrogadores y supervisores” de la CIA vieron estos hallazgos como “un ‘escudo dorado’ como lo llamó después un agente de la CIA, algo que era muy reconfortante” (citado en Justice At War, de David Cole).

Los memos publicados por la Oficina de Consejeria Legal de la Casa Blanca no solamente dieron el “escudo dorado” para los torturadores, estos dieron instrucciones especificas y detalladas sobre cómo llevar a cabo la tortura en formas que aplicaban un barniz de legalidad civilizada a la brutalidad depravada.

El memo del 10 de mayo de 2005 de Steven Bradbury (otro abogado de la OLC) anota que la Oficina de Servicios Médicos de la CIA (siquiatras y doctores que violan la ética más básica de la profesión médica al facilitar la tortura) estuvieron a la espera para practicar una traqueotomía si durante el submarino el sospechoso está enfrentándose a la muerte. Escribió aprobatoriamente que “siempre había un equipo de emergencia médica necesario —aunque no era visible para el detenido— durante cualquier aplicación del submarino”.

El memo de la tortura de Bybee del 1º de agosto de 2002 es una justificación legal exhaustiva y un libro guía de tortura, que explica sistemáticamente una amplia gama de precedentes legales internacionales que no aplican a los torturadores de la CIA y/o cómo sintonizar las técnicas de tortura para burlar las existentes leyes internacionales y de Estados Unidos.

El memo de Bybee, por ejemplo, examina en detalle un caso en el cual una corte de Estados Unidos encontró responsable a los torturadores serbios bajo la Ley Federal de Protección a Víctimas de Tortura (TVPA). Los actos que la corte de Estados Unidos dictaminó que constituyeron tortura incluyeron golpes, colgar a las victimas de los pies y amenazas de muerte en forma de “ruleta rusa”, junto con un tratamiento degradante (Mehinovic v. Vuckovic, 2002).

Sobre este ejemplo en particular (como a través de su memo) Bybee hace tres cosas:

1) Simplemente desestima algunos de los hallazgos dictaminados en la corte federal en este caso. Bybee escribe: “En la medida que se pudiera interpretar que la opinión [el fallo de la corte que dictaminó contra los torturadores serbios] significa endorsar la idea de que este simple acto y el dolor que conlleva, considerado en aislamiento, alcanzó el nivel del ‘dolor extremo y sufrimiento’, estaríamos en desacuerdo con tal fallo de acuerdo a nuestra interpretación del estatuto penal”.

2) Identifica técnicas serbias específicas de tortura que la corte dictaminó que eran ilegales, como golpear a una víctima con un tubo metálico o arrancar los dientes de la víctima, en esencia para instruir a los torturadores: no lo hagas de esta manera, hazlo de otra manera.

3) El memo de Bybee asegura a los torturadores de la CIA que bajo este precedente sus actos no serán considerados tortura: “Una amplia revisión de este caso y de los casos de la TVPA en general muestra que se han resarcido solamente actos de una extrema naturaleza bajo la indemnización civil para la tortura de la TVPA”.

En esta forma, los memos de la tortura dan tanto un “escudo dorado” como una guía para los torturadores.

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