Revolución #166, 31 de mayo de 2009


Una carta abierta a los recién titulados, estudiantes y jóvenes: Silencio + tortura = complicidad

Estamos en la primavera de 2009 en que los estudiantes están terminando sus exámenes finales y recibiendo sus diplomas, mirando hacia el futuro de su vida. Los jóvenes ocupan el verano con actividades y amigos.

Alrededor de los mismos días, el 4 de mayo 147 personas, entre ellas algunos adolescentes, resultaron muertas en ataques aéreos estadounidenses en Afganistán. ¿De qué sirvieron sus esperanzas y sueños, sus vidas? ¿Tenemos NOSOTROS una responsabilidad para con ELLOS? Y en caso de que sí, ¿qué es?

A la vez hemos leído los memos que demuestran que desde la cúpula este gobierno ha internado detenidos y justificado su tortura con la ley; que los mantuvieron y aún mantienen a algunos de ellos por plazos indefinidos sin decirles por qué, cuándo ni si van a procesarlos, los han mantenido en aislamiento, los han interrogado hasta 20 horas al día, los han torturado con brutalidad e incluso los han matado. Y ahora nos dice Barack Obama que van a suprimir las muchísimas fotos que documentan esta tortura porque si el público las viera, eso podría “enardecer” la opinión de la población estadounidense y de las personas de todo el mundo y podría poner en peligro a los soldados yanquis en Irak. ¿Tenemos NOSOTROS una responsabilidad para con la sociedad, para con la humanidad, de oponernos a todo eso?

Obama… y los nuevos nombres

En las últimas semanas, Obama ha estado HACIENDO cosas que de hecho legitima la tortura, a la vez que está DICIENDO que se le opone y la prohíbe; por ejemplo, la censura de estas fotos que demuestran lo generalizada y lo verdaderamente asquerosa que es la tortura; las constantes mentiras de que se tiene que responsabilizar a los responsables; y sus enérgicas labores para impedir que procesen a cualquier perpetrador de estos crímenes. Armar el nuevo “marco” en que se puede tener estas cosas como herramienta “para cuando Estados Unidos las necesite”.

¿Qué quiere decir que se legitime algo? Que no solo se acepta porque “así son las cosas” sino que se estipula en leyes que “así se supone que sean las cosas”.

Mientras que Cheney anda desbocado criticando a Obama y remachando sus argumentos en pro de la posición sin tapujos de “sirve lo que sea”, lo que se hace en los hechos y en lo fundamental no se diferencia del régimen de Bush. Como Jack Goldsmith, un profesor de Derecho de Harvard y ex procurador general adjunto y jefe de la Oficina de Consejería Jurídica de Bush, escribió en The New Republic: “El presidente Obama no ha hecho cambios de sustancia desde las prácticas tardías de Bush y los cambios que ha hecho, entre ellos los de presentación, tienen por objeto fortalecer el grueso del programa de Bush a largo plazo. Visto así, el presidente Obama está emprendiendo el proceso de fortalecer la presidencia con la finalidad de combatir el terrorismo”.

Haga una corta pausa y considere esto. Si usted votó por Obama o lo apoyó porque creía que lo iba a representar un verdadero alejamiento del pasado, porque quería sentirse bien acerca de Estados Unidos, porque sentía que iba a tener algo de importancia por primera vez en la vida, algo que de veras iba a traer el cambio, que iba a movilizar a esta generación para hacer “algo”, pues, esto es el contenido de ese algo, esto es el cambio que nos están dando. En realidad, no es sino darle un nuevo nombre al programa de Bush.

Si usted argumentara que esto es mejor que tener tragarse con mayor dificultad lo que Cheney, Bush o McCain y la gente de su calaña están planteando y promoviendo y que Obama tiene que hacer algunas de estas cosas a fin de ser el presidente, ¿no es hora de empezar a cuestionar qué clase de esquema es eso y qué clase de gobierno es ese que requiere tales condicionamientos, y no encontrarse en la posición de justificar todas las cosas a que se opone?

Nos han enseñado a pensar como estadounidenses

Obama dijo en su discurso del 20 de mayo: “Ahora, esta generación enfrenta una gran prueba en el espectro del terrorismo. Al contrario de la guerra de Secesión o la Segunda Guerra Mundial, no podemos contar con una ceremonia de rendición para llevar este recorrido a un fin. Ahora mismo, en distantes campos de entrenamiento y en las ciudades hacinadas hay personas que están planeando tomar vidas estadounidenses”.

En un cierto sentido, lo que esta generación hace acerca de la guerra contra el terror será en realidad “una gran prueba”, pero no de la manera en que ÉL lo dice. Lo que Obama quiere decir es cómo “nosotros” continuaremos con las Comisiones Militares y las detenciones preventivas. Lo que quiere decir es cómo los Estados Unidos actuará en pro de sus intereses para dominar más y explotar al Medio Oriente, como parte de reforzar su posición como la única superpotencia en el mundo. Lo que quiere decir es cómo los Estados Unidos recuperará su velo de legitimidad para el pueblo norteamericano y del mundo, en el curso de avanzar con este programa del imperialismo. Cuando él dice “nosotros”, está tratando de alistarnos en la guerra para estos intereses. Debemos rechazar eso, esos son los intereses del imperio y el imperio está parado sobre una plataforma de huesos.

Pero esta será una gran prueba para nosotros: el que tomemos acción política seria que contribuya a detener y retroceder el curso, o no lo hagamos. Citemos del periódico Revolución: “Cualquier pueblo que no resista tales crímenes y no exija acción judicial contra los torturadores y aún más contra aquellos del más alto rango que formularan la política, pone de manifiesto que está en complicidad con esos crímenes. Y al dejar pasivamente que se degrade y ataque la humanidad de los demás, pierde la suya”. Es importante estar en contra de eso y hablar acerca de cómo odia eso pero no es suficiente. Silencio + tortura = complicidad.

La complicidad es cuando un grupo de personas se quedan de brazos cruzados y permiten que sus amigos droguen y violen a una mujer y que sepan que está sucediendo pero deciden ignorarlo, no confrontarlo y lo justifican de cientos de formas malas o hagan una leve objeción indecisa y se convenzan de que no hay nada que puedan hacer.

La complicidad es como la historia en la novela Cometas en el cielo donde el protagonista Amir, un joven que ve la violación de su mejor amigo en un callejón, pero no se detiene porque no quiere arriesgarse de perder la carrera en que participa. Es solo un jovencito, pero por lo que le han enseñado y cómo le han fortalecido esta manera de ser, él no renunciará a los beneficios personales y materiales de ganar la carrera y por ende sacrifica la humanidad de su amigo y de sí mismo.

Ser cómplice significa que USTED ha permitido que algo suceda. Perder su humanidad significa que pierde cualquier sentido real de lo correcto y lo erróneo, y cualquier comprensión verdadera de su relación para con el resto de la sociedad y el mundo. Esto significa que las futuras generaciones mirarán atrás y harán de nosotros un ejemplo negativo, dirán “nunca más”.

Dejen de pensar como estadounidenses, empiecen a pensar acerca de la humanidad

Cuando recién me gradué de la universidad en 2004, mientras militaba en actividades políticas en un campo universitario, un puñado de nosotros nos pusimos overoles anaranjados y capuchas negras para denunciar la realidad de la tortura, poniendo al descubierto los hechos y la realidad y luchando con los estudiantes para que actuaran. Llegamos a entender algunas cosas básicas acerca de la situación y nos negamos a ignorarlas. No se trataba de lo más popular que uno pudiera haber hecho, pero pensamos que era realmente necesario. En ese tiempo debatíamos el hecho de que el pueblo miraba el régimen de Bush y pensaba en Hitler, que existía un peligro de que los estadounidenses se convirtieran en cómplices de los crímenes del gobierno y por eso tenemos que mirar la realidad de que en su abrumadora mayoría la gente no ha salido y actuado para detener esto aunque muchos llegaron a odiar a Bush y lo que representó.

Bien, mucha gente está apoyando el mismo sistema y lo que en sus aspectos esenciales es el mismo programa con la nueva cara de Obama. En algunas ocasiones unos miles han abandonado clases, llevado a cabo resistencia y hecho denuncias en señal de protesta, y estas han sido importantes pero no suficientes. Nos toca a nosotros, los que estamos conscientes y que hemos resistido, la responsabilidad de retar a los demás de modo que no miren a su alrededor y digan que hay tantos estudiantes indiferentes o pasivos y que por eso no podamos hacer nada salvo meternos en nuestras cosas y escondernos en algo que sea más agradable y acabar en algo con mucho menos sentido respecto al resto del mundo.

Lisa y llanamente somos una generación que está llegando a la mayoría de edad en una era de la tortura abierta y la guerra ilimitada, una era de ataques contra los derechos legales fundamentales. No se trata de simplemente un asunto moral. El que resistamos tiene mucho que ver con el futuro que tendremos.

¿Qué es una vida que vale la pena llevar?

Para la juventud, hay algo que se vive de manera universal. El que uno sea un joven en las entrañas de la bestia o un joven en un país oprimido, en ciertos momentos uno da un paso atrás de la vida cotidiana a fin de ponderar algo más grande que sí mismo. Uno reflexiona, ¿por qué están las cosas así? Inquieto y lleno de angustia, uno se siente como si asfixiara el aire mismo y se pregunta, ¿realmente tiene que ser así el mundo? Algunos luchan contra tal pensamiento, lo resisten, lo ignoran y lo rechazan. Otros lo acogen. La mayoría sólo tiene un momento fugaz una o dos veces en la vida para realmente mirar el mundo y a su vida y preguntarse, ¿por qué?, y soñar con un futuro diferente. Vivimos en unos de esos tiempos en que tenemos que dar un paso atrás y mirar derecho lo que está pasando en este planeta y qué papel y relación tenemos respecto a él.

En un sentido éste es solamente el comienzo, porque al mirar el mundo tal como es, uno verá un sistema que carece de valor, un sistema de explotación y opresión aquí y por todo el planeta. Un mundo desequilibrado en que algunos tienen la opción de ser abogado o médico mientras otros “tienen la opción” de combatir en las guerras yanquis o trabajar en McDonalds o en actividades ilícitas, y aún otros tienen la “opción” de trabajar en una fábrica por centavos o ser una esclava sexual.

Un sistema con tales “opciones” es un sistema que requiere que usted oponga resistencia y que debata enérgicamente acerca de la cuestión de la revolución y analice la verdad acerca del socialismo y del comunismo. Con este fin, he aquí otro reto: este verano únase con el movimiento revolucionario que pretende emancipar a toda la humanidad.

Se plantea con mucha urgencia lo siguiente: en el futuro, ¿miraremos atrás y veremos que estas generaciones consintieron, que nosotros aceptamos los crímenes horrorosos a cambio de los privilegios reales como percibidos de ser un “estadounidense”? ¿Continuarán estos crímenes por años, quizás décadas, a nuevos extremos de destrucción e inhumanidad? ¿O empezaremos a pensar acerca de la humanidad y lo que es bueno y lo que es necesario, no para sí mismo como individuo ante todo sino para toda la humanidad? ¿Resistiremos?

El 28 de mayo, El Mundo No Puede Esperar está convocando a una protesta que pide que procesen a los criminales de guerra y divulguen las fotos de la tortura. Ya es hora de que de manera franca y profunda todos vean la realidad del mundo y su relación con ella. Ya es hora de actuar.

Alice Woodward

Corresponsal de Revolución

 

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