Revolución #170, 19 de julio de 2009


La revolución que necesitamos...

La dirección que tenemos


Un mensaje, y un llamamiento, del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos

Éste NO es el mejor mundo posible... y NO tenemos que vivir así

“La tierra de los libres y el hogar de los valientes”. “El líder del mundo libre”. Eso es lo que siempre dicen acerca de este país. Pero eso es una Gran Mentira.

Lo cierto es que vivimos bajo un sistema que, desde el comienzo en este país, acumuló sus riquezas y poder esclavizando a millones de negros, robándoles tierras a los indígenas y mexicanos por medio de guerras y genocidio, y literalmente matando de trabajo a muchas personas, incluso niños. De estas formas mortíferas, este sistema se ha expandido “de mar a mar brillante” a través de este continente — y por todo el mundo.

Este es un sistema de capitalismo-imperialismo... un sistema en que el imperialismo estadounidense es la superpotencia más opresora y más monstruosa... un sistema impulsado por un implacable afán de ganancias que trae horror tras horror, una pesadilla al parecer sin fin, para la abrumadora mayoría de la humanidad: pobreza y miseria... tortura y violación... la dominación y degradación generalizadas de las mujeres en todas partes... las guerras, invasiones y ocupaciones... asesinatos y masacres... aviones, proyectiles, tanques y soldados de Estados Unidos, que bombardean a pueblos en tierras lejanas mientras que éstos duermen en su hogar o realizan sus actividades cotidianas, hacen pedazos a sus hijos pequeños, siegan la vida de hombres y mujeres en la flor de la vida, o en la vejez, tumban a patadas las puertas de sus hogares y se los llevan a rastras durante la noche... a la vez que en los propios Estados Unidos la policía hostiga, brutaliza y mata a jóvenes en las calles de las zonas urbanas —vez tras vez— y luego vomitan sus desquiciantes insultos, insistiendo en que eso es “justificado” como para decir que estos jóvenes no son seres humanos, que no tienen derecho a la vida y que no merecen ni respeto ni futuro.

Todos los días a través del mundo, como resultado de este sistema, mil millones de personas o más pasan hambre... y muchas enfrentan la amenaza de la inanición. Cientos de millones de niños están obligados a trabajar como esclavos y a vivir en hediondos barrios pobres en medio de basura y aguas negras. Olas de inmigrantes, sin posibilidades de vivir en su propia tierra, recorren el mundo en busca de trabajo — y si lo encuentran, están obligados a trabajar casi al extremo de desplomarse y a vivir a la sombra con el constante temor de la deportación y de la destrucción de sus familias. Hoy una creciente cantidad de personas no pueden encontrar empleo para nada, y muchas están perdiendo su casa así como su trabajo a la vez que otras están obligadas a romperse aún más el lomo. Todos están tentados y presionados a consumir más y más a costa de deudas cada vez mayores y de la pérdida de todo sentido de propósito o significado superior para la vida o de conexiones más profundas con otros seres humanos. Muchos están empujados al borde del precipicio... una cantidad creciente de personas ya están al límite, a menudo arremetiéndose en ciega desesperación.

Millones de mujeres jóvenes son vendidas al igual que el ganado y están obligadas a entrar en la esclavitud sexual, transportadas de un país a otro y de un continente a otro, mientras que por todas partes las mujeres sufren miles de formas de degradación, humillación y brutalización — una gran cantidad de ellas golpeadas y violadas, tratadas como objetos de placer sexual y procreadoras en lugar de completos seres humanos. Se convierte la idea de tener una relación de cariño e intimidad con otro ser humano en un chiste nauseabundo, deformada y convertida en una relación de propiedad o de mercancía, cargada de la represiva tradición patriarcal y negada o restringida en el caso de las personas del mismo sexo.

El medio ambiente y el propio destino humano están siendo llevados al borde del desastre.

Todo eso ocurre a causa de los dictados de este sistema — a causa de su peso asfixiante sobre la humanidad. Todo eso ocurre a pesar de que existen la tecnología y la riqueza a una escala y en formas nunca antes imaginadas — tecnología y riqueza producidas por millones, por miles de millones de personas por todo el mundo quienes no tienen nombre ni rostro para los que mandan — tecnología y riqueza que se podrían y se deberían constituir un recurso perteneciente a la humanidad en conjunto y que se podrían y se deberían utilizar para satisfacer las necesidades de la gente de todas partes para tener una vida cultural, intelectual y material digna y cada vez más enriquecida.

Mira lo que este sistema les hace a los jóvenes aquí mismo en Estados Unidos. Para los millones de ellos en las zonas urbanas, si es que no son asesinados a temprana edad, es probable que tengan un futuro en la cárcel (casi uno de cada ocho hombres negros jóvenes está preso, las cárceles están atestadas de negros y latinos y este país tiene el mayor índice de mujeres presas en el mundo). Este sistema les ha arrebatado a tantos jóvenes la oportunidad de tener una vida digna y ha hecho que muchos de ellos, demasiados, vivan, se mueran y maten para nada —nada bueno— para nada salvo joder a otros y matarse entre sí en las calles de las ciudades de este país... o ingresar a las fuerzas armadas y recibir adiestramiento como asesinos en masa, masacrando a personas en países por todo el planeta. Un sistema que no ofrece a los millones y millones de jóvenes ningún propósito superior, ninguna mejor suerte, salvo el crimen y el castigo, o convertirse en ciegas máquinas asesinas para el sistema mismo — ¡eso en sí es suficiente causa para barrer este sistema de la faz de la tierra!

Y a pesar de las buenas intenciones que tienen muchos maestros, el sistema educativo es un insulto crudo para muchos jóvenes y un mecanismo de disciplina y adoctrinamiento en general. Si bien existe cierto estímulo, en particular en algunas escuelas “elitistas”, para que los estudiantes piensen de formas “no conformistas” —siempre y cuando en última instancia eso siga beneficiando las necesidades e intereses fundamentales del sistema—, en general, en lugar de darles una capacidad real para que aprendan acerca del mundo y busquen la verdad donde quiera que ésta lleve, con un espíritu de pensamiento crítico y curiosidad científica, se moldea y se distorsiona la educación de modo que sirva a los mandamientos del capital, justifique y perpetúe las relaciones de opresión en la sociedad y en el mundo en conjunto, y refuerce la posición dominante de los ya poderosos. Y a pesar de los impulsos y esfuerzos creativos de muchas personas, también se corrompe y se moldea la cultura dominante para reducir y no elevar las aspiraciones de la gente, ensalce y promueva los modos de pensar y de actuar que mantienen este sistema en pie y hacen que la gente crea que no es posible tener nada mejor.

Veamos las mentiras que constantemente nos cuentan — con todas las melifluas palabras sobre la “democracia” para el pueblo y los “derechos humanos”, a la vez que con la fuerza y la violencia mandan de manera despiadada sobre el pueblo en todo el mundo y aquí mismo en este país. Ah, y ahora nos salen con Obama... para hacernos pensar que nos van a traer algún tipo de cambio hacia lo mejor. Pero Obama representa este sistema, y lo único que este sistema puede traer es más de lo mismo: más tortura y tormento, más opresión y brutalidad, más guerras y destrucción.

Algunos dicen que todo eso es la “voluntad de Dios” y que nada más tenemos que “dejar todo en las manos de Dios”. Pero ningún dios fue el que nos metió en esta situación... y no habrá ningún dios que nos sacará. ¡La verdad es que no existen dioses... y no los necesitamos!

LA REVOLUCIÓN QUE NECESITAMOS

Este sistema es lo que nos ha metido en la situación en que nos encontramos hoy y que nos mantiene ahí. Y es por medio de la revolución que se acabe con este sistema que nosotros mismos podríamos dar origen a un sistema mucho mejor. El objetivo final de esta revolución es el comunismo: un mundo en que las personas trabajen y luchen juntas por el bien común... en que todos contribuyan a la sociedad lo que puedan y reciban lo que necesitan para tener una vida digna de un ser humano... en que ya no haya divisiones entre las personas en que algunas gobiernan y oprimen a otras, arrebatándoles no sólo los medios para obtener una vida digna sino también el conocimiento y un medio para entender bien el mundo y tomar acciones para cambiarlo.

Esta revolución es necesaria y posible a la vez.

Este sistema capitalista imperialista está en crisis... este es un sistema en bancarrota... este es un sistema podrido hasta la médula... este sistema se basa en la explotación despiadada... este sistema comete tantos crímenes monstruosos y causa tanto sufrimiento innecesario. No hace falta sacrificarnos aún más para “rescatar” este sistema. Hace falta barrer con este sistema... parar en seco sus crímenes contra la humanidad... desmantelar sus instituciones y reemplazarlas con unas que le den el poder a la gente con el que construir una nueva sociedad sin explotación y opresión.

La mentira más grande de todas es decir que no existe ninguna otra opción salvo este sistema — o que los esfuerzos de forjar en serio un camino diferente, por medio de la revolución y el avance hacia el comunismo, han traído algo mucho peor. Los condenados de la tierra han hecho la revolución y se han embarcado en el camino hacia el comunismo —primero en Rusia y luego en China— y al hacerla han alcanzado grandes hazañas antes de que las fuerzas del viejo orden las hicieran retroceder. La verdad es que no solo se ha hecho esto antes, sino que podemos volver a hacerlo — y hacerlo aun mejor. Se oculta esta verdad y se miente al respecto, pero nosotros tenemos los hechos y el análisis para respaldar esto — se ha sintetizado de manera científica una formidable experiencia histórica y está a la mano para aprender de ella y como base para avanzar.

Nos toca a nosotros: despertarnos... sacudirnos lo que nos imponen, las formas en que nos tienen pensando para que puedan mantenernos sometidos y atrapados en el mismo ajetreo cotidiano de siempre... levantarnos, como Emancipadores de la Humanidad conscientes. Los días en que este sistema simplemente puede seguir haciendo lo que le hace a la gente en este país y en todo el mundo... en que la gente no tiene la inspiración ni la organización para hacerle frente a estas barbaridades y acumular las fuerzas para poner fin a esta locura... esos días deben TERMINAR. Y esto SE PUEDE hacer.

“Pero la gente es un desastre. La situación siempre es así a causa de la naturaleza humana, la que no se puede cambiar”.

Sí se puede. Ha ocurrido antes — cuando la gente se ha levantado para hacer la revolución. Se puede y se debe hacer de nuevo — y se puede y se debe ir aún más lejos. Nosotros, a millones y millones, podemos cambiarnos a nosotros mismos y capacitarnos para el ejercicio del poder y para rehacer la sociedad en beneficio de los intereses de la humanidad — pero solamente podemos hacerlo en la medida en que luchemos para cambiar las condiciones generales, para quitarnos de encima la opresión, a la vez que nos unamos con otras personas por todo el mundo para cambiar el mundo entero. Eso es lo que nuestro Partido quiere decir cuando decimos: Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución.

“Pero no estamos en una posición para hacer la revolución en este país... ellos tienen demasiado poder y jamás nos dejarán lograr tanto”. Nadie está más consciente que nuestro Partido de las dificultades, los riesgos y los peligros de hacer la revolución. Todos los días aquí en la sociedad estamos trabajando por esto. Conocemos el precio que se tiene que pagar... y sabemos que vale la pena, y que es más valioso que nada entregar la vida a esto. Sabemos que ellos quieren detener esta revolución — aplastarla y enterrarla antes de que pueda ponerse en marcha en serio... pero también sabemos que se puede librar una lucha y que podemos tener una posibilidad de ganarla, para plasmar esta revolución. Y sí, es cierto — hoy aún no es el momento, en este país, de jugárselo todo para tomar el poder de los que nos gobiernan y crear un nuevo poder al servicio de nuestros intereses. Pero ahora SÍ ES el momento de estar TRABAJANDO PARA LA REVOLUCIÓN —de estar aumentando la resistencia mientras que se está forjando un movimiento para la revolución— a fin de prepararse para el momento en que SÍ SERÁ posible jugárselo todo para tomar el poder.

Se puede hacer la revolución cuando exista una situación revolucionaria, una crisis aún mayor en la sociedad en conjunto: cuando muchas más personas lleguen a sentir y entender profundamente que el actual poder no tiene legitimidad... que solamente sirve a un puñado de opresores... que aprovecha mentiras y engaños, corrupción y la fuerza y violencia completamente injustas para mantener en pie este sistema y “mantener en su debido lugar a la gente”... cuando millones de personas vean la necesidad de luchar para quebrar este poder y establecer un nuevo poder que pueda llevar a cabo los cambios que la gente desesperadamente necesita y quiere. Para tener una revolución, hace falta un pueblo revolucionario entre todos los sectores de la sociedad pero con su base más profunda en los que viven el infierno de este sistema todos los días... la gente que esté resuelta a luchar por el poder con la finalidad de cambiar radicalmente la sociedad, para deshacerse de la opresión y la explotación. Pero he aquí lo importante: no podemos y no debemos sentarnos de brazos cruzados y esperar que llegue “un buen día” en que se dé esta situación revolucionaria y que aparezca en el escenario este pueblo revolucionario. No. Debemos —y podemos— trabajar para generar un pueblo revolucionario... para capacitar a las personas de modo que vean por qué no deben tener fe en este sistema y por qué no deben vivir y morir de modo que se mantenga a flote este sistema... sino al contrario, deberían dedicar la vida a resistir la opresión y prepararse para el momento en que podamos deshacernos de la causa de toda esta opresión. Usar el periódico de nuestro Partido, Revolución, como base, guía y andamiaje organizativo para todo este proceso es lo que quiere decir nuestro Partido cuando decimos que estamos acelerando mientras que estamos aguardando la situación revolucionaria, preparando mentes y organizando fuerzas... para la revolución.

No es posible nada de eso sin dirección. Pero de hecho... existe dirección.

LA DIRECCIÓN QUE TENEMOS

En Bob Avakian, el Presidente de nuestro Partido, tenemos la clase de líder valioso y poco común que se presenta con muy poca frecuencia. Un líder que ha dado su corazón y todo su conocimiento, destrezas y capacidad al servicio de la causa de la revolución y la emancipación de la humanidad. Bob Avakian cobró vida como revolucionario en los años 60 — participando en los grandes movimientos de aquellos días y en especial trabajando y luchando de cerca con la fuerza revolucionaria más avanzada en Estados Unidos en aquel entonces, el Partido Pantera Negra. Desde ese entonces y aunque muchos otros se han rendido, Bob Avakian ha trabajado y luchado de manera incansable para hallar el camino hacia adelante, tras aprender lecciones cruciales y forjar organización duradera con el potencial de continuar la lucha, y proponerse llevarla a un nivel más alto, al mismo tiempo que se une con la misma lucha en todo el mundo. Ha seguido desarrollando la teoría y la estrategia para hacer la revolución. Desempeñó el papel clave en la formación de nuestro Partido en 1975 y desde ese entonces ha continuado la batalla para mantener al Partido en el camino revolucionario, para llevar a cabo el trabajo con una orientación revolucionaria fuerte. Ha estudiado a fondo la experiencia de la revolución —las deficiencias así como las grandes hazañas— y muchas diferentes esferas de la actividad humana a lo largo de la historia y en todo el mundo — y ha llevado la ciencia y el método de la revolución a un nivel completamente nuevo de manera que no solo podamos luchar sino luchar en serio para ganar. Bob Avakian ha desarrollado la teoría científica y la orientación estratégica de cómo hacer concretamente la clase de revolución que necesitamos y está dirigiendo nuestro Partido como una fuerza avanzada de esta revolución. Él es un gran paladín y un gran recurso para la gente en este país y, de hecho, la gente en todo el mundo. Debido a Bob Avakian y a la dirección que está dando, es mucho mayor la posibilidad de la revolución aquí en este mismo país y del avance de la revolución en todo el mundo. Y nos toca a nosotros conectarnos con su dirección... conocer más acerca de Bob Avakian y del Partido que encabeza... aprender de su método y enfoque científico de cambiar el mundo... forjar este movimiento revolucionario con nuestro Partido al centro... defender a esta dirección por lo valiosa que es... y a la vez contribuir nuestra propia experiencia y entendimiento a fortalecer el proceso de la revolución y a capacitar a la dirección que tenemos para seguir aprendiendo más y dirigiendo aún mejor.

Si no estás enterado de esto —si no sabes de la revolución que necesitamos y de la dirección que tenemos—, eso se debe a que los que hoy tienen el poder no quieren que estés enterado... no dejan que te enteres, o mienten cuando no pueden impedir que se conozca. Además, se debe a que, hasta ahora, nuestro propio Partido no ha dado a conocer esto ni ha actuado sobre esta base de manera suficientemente consecuente y audaz.

PERO ESTAMOS CAMBIANDO TODO ESO — A PARTIR DE ESTE MOMENTO.

Debemos correr la voz acerca de todo esto en los cuatro puntos cardinales del país... dándole a la gente los medios de formar parte de este movimiento revolucionario y organizando a todos los que quieran hacer una contribución al mismo, que quieran trabajar y resistir, luchar y sacrificar, para crear un mundo mejor y no para mantener la pesadilla que es este mundo.

Hablamos en serio y no retrocederemos ni le daremos la espalda a lo que hemos iniciado, a la gente que necesita esta revolución. Seguiremos persistiendo y echando raíces para fortalecer este movimiento para la revolución, para forjar las bases, ampliar la influencia y organizar las fuerzas que necesitamos para hacer la revolución. No seremos intimidados, obligados a retroceder ni ahuyentados.

UN MUNDO COMPLETAMENTE DIFERENTE, UN FUTURO MUCHO MEJOR, ES POSIBLE. TENEMOS LO QUE NECESITAMOS PARA LUCHAR POR ESE MUNDO, POR ESE FUTURO.

NOS TOCA A NOSOTROS ENTRARLE Y ASUMIR EL RETO DE HACER QUE ESTO OCURRA.

Como dice la Constitución de nuestro Partido: “La emancipación de toda la humanidad: esa, y nada menos, es nuestra meta. No existe ninguna causa mayor, ningún objetivo mayor a que dedicarnos la vida”.

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Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
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