Revolución #190, 31 de enero de 2010


Los obscenos desvaríos de Pat Robertson sobre Haití: Demencia… y el punto de vista de un esclavista

En su programa de televisión 700 Club de la Cadena Cristiana de Difusión el 14 de enero, el fascista cristiano Pat Robertson dio su opinión sobre por qué el pueblo haitiano sufrió el devastador terremoto el 12 de enero: "Algo sucedió hace mucho tiempo en Haití y la gente no quiere hablar de ello. Los haitianos vivían bajo la bota de los franceses. Napoleón III estaba ahí. Ellos hicieron un pacto con el diablo y dijeron, 'Te serviremos si nos quitas de encima a los franceses'. ¡Es una historia verídica! El diablo les dijo: 'Vale, denlo por hecho'. Expulsaron a los franceses, los haitianos se levantaron y se emanciparon pero desde entonces han sufrido una tras otra maldición, desesperadamente pobres…Tienen que dar un gran giro hacia Dios y tenemos que orar por ellos".

Bueno, según Robertson, toda la culpa recae en el pueblo haitiano por el terremoto del 12 de enero y el hecho de que "han sufrido una tras otra maldición" durante dos siglos. ¿Por qué? Porque de 1791 a 1804 los esclavos ahí llevaron a cabo una rebelión armada y, sin la ayuda de un diablo imaginario, derrocaron a los amos franceses y se declararon un pueblo libre. (A propósito, ¿por qué es que los Pat Robertson del mundo siempre proclaman que la gente que se levanta contra la esclavitud de una manera u otra siempre había hecho un "pacto con el diablo" y por extensión que los esclavistas y opresores siempre tienen a "Dios de su lado"?)

Desde entonces el pueblo de Haití ha tenido que pagar por su desafío, como la ocupación asesina norteamericana de Haití entre 1915 y 1934, mientras que hoy Haití sigue siendo una neocolonia empobrecida de Estados Unidos, el país más pobre en el hemisferio occidental cuyas casas y edificios destartalados se derrumbaron de repente en el terremoto, enterrando a decenas de miles debajo de los escombros e hiriendo severamente a muchos más.

Eso es el horror que el pueblo haitiano creó según Pat Robertson y eso es la clase de comentarios reaccionarios que este fascista cristiano ha hecho muchas veces antes en el servicio del imperio. He aquí algunos de ellos:

A través de los años, los medios y los políticos de la clase dominante han considerado que son legítimas las opiniones dementes y descabelladamente reaccionarias de Robertson y le han abierto espacios en la discusión pública, a la vez que a veces emiten tibias críticas, a veces preguntándose en voz alta sobre la posibilidad de que él "iba muy lejos" y que "decía cosas de mal gusto". Los comentarios después del terremoto sobre el "pacto con el diablo" suscitaron críticas muy poco mordaces del secretario de prensa del presidente Obama, Robert Gibbs, quien les contó a los reporteros que "en tiempos de grandes crisis siempre hay gente que dice cosas realmente estúpidas". ¿Son éstas meramente "cosas estúpidas", señor Gibbs?

No, éstas son opiniones de un apologista de larga trayectoria de los crímenes cometidos por el imperialismo de EE.UU. contra la humanidad y, al mismo tiempo, de un agente político con buenos conectes quien es parte del movimiento fascista cristiano, quien busca imponer una teocracia basada en una interpretación textual de la biblia. Éste es una persona quien se postuló para la presidencia en 1998 y fue considerado un candidato viable.

Al mismo tiempo, los medios estadounidenses han prestado mucha atención a la manera en que una gran cantidad de haitianos han recurrido a dios en busca de una explicación del terremoto. Ha habido reportes de que decenas de miles de haitianos han estado pasando las noches en las calles, cantando himnos y entonando los evangelios. El New York Times describe así los cantos en las calles de Puerto Príncipe el 13 de enero: "Una frase podía ser escuchada repetidamente... 'Beni Swa Leternel', decían. 'Bendito sea el Señor'".

Y cada vez que alguien es rescatado vivo desde los escombros, los políticos y comentaristas estadounidenses se desviven acerca de un "milagro", minimizando o ignorando completamente el hecho de que salvar vidas no se debe a ningún "milagro" sino a los hercúleos esfuerzos colectivos del pueblo haitiano mismo, a menudo excavando a través del hormigón con nada menos que con sus propias manos ensangrentadas. Un artículo cuenta de una haitiana, Anne-Marie Morel, que alzó los brazos al cielo luego de que un vecino es encontrado vivo, diciendo: "Es un milagro". Pero otro vecino, Remi Polevard, quien le cuenta al reportero que tiene cinco hijos enterrados debajo de los escombros de al lado, le contesta a Morel a los gritos: "Tonterías, no hay ningún Dios y no hay ningún milagro".

Estás en lo correcto, Remi Polevard. No hay ningún dios, y el pueblo necesita comprender que el terremoto es el resultado de causas naturales, pero lo que está pasando ahora no es para nada "natural" y al contrario es un ejemplo poderoso del funcionamiento del sistema imperialista capitalista. Y es indispensable que los oprimidos de Haití y todos los oprimidos logren zafarse de la superstición e ignorancia en que sus amos los han metido y mantenido y que examinen y comprendan al mundo como realmente es, y con ese conocimiento transformen radicalmente al mundo a la vez que se transformen radicalmente a sí mismos, de modo que la miseria y la opresión hechas por los hombres serán cosa del pasado y la humanidad se habrá emancipado a sí misma.

Como Bob Avakian, el presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, dijo en ¡Fuera con todos los dioses! Desencadenando la mente y cambiando radicalmente el mundo, en referencia a los siglos y siglos de horrores que las masas han sufrido y a que los opresores les dicen que todo eso se debe a un dios "que se manifiesta de maneras misteriosas". "¿Cuánto más tiene que seguir esto y por cuánto tiempo antes de que se reconozca que si tal dios existiera, sería de verdad un dios cruel, sanguinario, enfermo, torcido y verdaderamente monstruoso; que ninguna persona decente en su sano juicio quisiera hincarse ante tal dios ni seguirlo; y que tenemos la fortuna de que tal dios no existe y es muy liberador reconocerlo al fin?"

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