Revolución #192, 14 de febrero de 2010


La Marcha por la Libertad de la Gaza: Un llamamiento al mundo

Parte II: Marchando en El Cairo

A las diez en punto el 31 de diciembre de 2009, unos doce “turistas” ocuparon con rapidez ocho carriles de tráfico de una vía importante en el centro del Cairo, Egipto. Cientos de pancartas en inglés y árabe emergieron de maletas y mochilas: “¡Levante el sitio!” “¡Libertad para Gaza!” Esto fue la señal. En cosa de segundos, cientos de “turistas” más llenaron las calles para unirse con ellos y ¡se inició la Marcha por la Libertad de la Gaza!

Las fuerzas de seguridad egipcias, junto con esbirros vestidos de civil al frente, patearon, golpearon, empujaron, arrojaron y pegaron a los manifestantes, quienes se sentaron tomados de los brazos, protegieron a otros camaradas con sus cuerpos y lucharon por mantener su posición. Por fin las fuerzas de seguridad lograron empujar a los manifestantes a la acera donde falanges de policías antidisturbios los rodearon y los detuvieron por siete horas. La Marcha por la Libertad de la Gaza, que ya era noticia de primera plana en Egipto y el Medio Oriente, se convirtió en un llamamiento vivo al mundo: ¡Libertad para la Gaza!

A continuación la historia de cómo nació la Marcha por la Libertad de la Gaza y por qué tuvo lugar en El Cairo en vez de la Gaza, Palestina, el lugar planeado. Es la historia de las personas que vinieron de los cuatro puntos cardinales del mundo para hacer esta proclama y qué nos enseña esta experiencia acerca de la importancia urgente y vital de romper el sitio de la Gaza y de la lucha por la libertad del pueblo palestino.

Hay ciertas cosas en el mundo que simplemente no se permite cuestionar. Hay “verdades” que no se permite desafiar y relaciones a las cuales no se permite contrariar. Y la legitimidad moral del estado de Israel y sus crímenes contra los palestinos se incluyen entre esas “verdades”.

En vista de eso, la osadía de la Marcha por la Libertad de la Gaza sigue impresionándome.

Mucha gente, de toda clase de perspectiva política y filosófica, participó en la Marcha por la Libertad de la Gaza. Por mi parte, creció mi aprecio del espíritu y de los logros de la Marcha cuando el otro día un estudiante de Florida le preguntó en tono desafiante a Barack Obama cómo él podía hablar de los “derechos humanos” y no condenar “las violaciones a derechos humanos que cometen Israel y Egipto contra el pueblo palestino ocupado”. En respuesta, Obama, en su capacidad de comandante en jefe del imperio estadounidense, planteó los parámetros básicos aceptables para cualquier discusión, cuestionamiento, protesta o acción relacionados al estado de Israel:

“Israel es nuestro aliado más firme, ha... Déjenme explayarme un poco. Es una democracia vibrante. Está ligado a nosotros de muchísimas maneras. Es... es crítico... para nosotros... y nunca titubearé en comprometerme a la seguridad de Israel y en ayudarle a garantizar su seguridad en una región muy hostil. Así que... así que... así que no me arrepiento de eso”.

Y luego planteó los parámetros y los límites de lo que se supone que es una preocupación legítima por el pueblo palestino:

“También es cierto que la situación de los palestinos es algo a que tenemos que prestar atención, porque no es nada bueno para nuestra seguridad ni para la de Israel que haya millones de personas que se sienten desesperanzadas, que no tienen la oportunidad de conseguir una educación o un trabajo o lo que sea”.

Es importante que las personas a quienes les importa el pueblo palestino (y las que están llegando a desilusionarse con Obama en general) no descarten esa respuesta de Obama como “mentiras y dobleces”. Si lo escuchamos con cuidado, resulta que Obama está revelando mucho sobre el nivel del compromiso incondicional de Estados Unidos a Israel. Y “no se arrepiente de eso”.

Por otro lado, al escucharlo se ve también que según los cálculos del imperialismo estadounidense, siquiera preocuparse por “la situación de los palestinos” importa solamente porque si los palestinos se ven demasiado acorralados, algo puede suceder que no sea “nada bueno para nuestra seguridad ni para la de Israel”.

Fuera de toda discusión, según esos parámetros, está cualquier denuncia, análisis o conocimiento de los orígenes y la naturaleza del estado de Israel. En un principio, las potencias coloniales europeas, y principalmente Gran Bretaña, fueron quienes respaldaban la creación del estado de Israel, porque veían necesario tener un reducto militarizado en el Medio Oriente y un futuro estado sionista posibilitaría eso. Hoy, Israel recibe más ayuda económica estadounidense que cualquier otro país del mundo y ha llevado a cabo misiones militares no solamente en el Medio Oriente, sino en favor de regímenes brutalmente represivos de Centroamérica (Guatemala) y África (el régimen de apartheid en Sudáfrica), todo en beneficio de Estados Unidos. Unos historiadores israelíes han documentado hace poco, a raíz de investigar fuentes primarias, lo fundamental que fue la limpieza étnica terrorista de la población palestina para la fundación del estado de Israel. Hoy Israel, ya habiéndose construido en tierras ajenas, oprime y subyuga violentamente al pueblo palestino, un tema al que volveré a discutir en nuevas entregas de esta serie1.

Marcha por la Libertad de la Gaza: Fuera de lugar

Más de 1300 personas de todo el mundo fuimos al Cairo, Egipto, con la intención de marchar en la Gaza... para tomar partido con el millón y medio de palestinos que son rehenes de Israel en una cárcel al aire libre, aislados en un auténtico infierno, con el respaldo de Estados Unidos.

¿Me daba cuenta de qué tan “fuera de lugar” era eso? En un nivel intelectual, lo capté aún antes de salir. Sin embargo, la enormidad de lo que estaba en juego se me hacía cada día más patente a medida que las autoridades egipcias no solamente estorbaban nuestra llegada a la Gaza, sino que nos rodeaban y nos detenían casi cada vez que nos juntamos en un grupo de más de seis personas.

La matanza israelí en la Gaza el año pasado se dirigió contra la población y la infraestructura civiles. El propósito de continuar el bloqueo es provocar un sufrimiento y muerte generalizados entre la población civil, afectando en particular a los niños, los ancianos y los enfermos. A medida que el mundo va dándose cuenta de cómo es Israel en realidad, habrá una base mayor para que capte las verdaderas implicaciones de la declaración de Obama de que Israel “está ligado a nosotros [sic] de muchísimas maneras. Es... es crítico... para nosotros...” y, es más, para que se oponga políticamente a los crímenes de Israel contra los palestinos y el papel de Estados Unidos en respaldar esos crímenes.

Israel y Egipto, con el respaldo de Estados Unidos, han hecho todo lo posible para aislar a la población de la Gaza y tapar lo hecho contra ella. (Ver la primera entrega de este artículo para saber el papel del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos en construir un muro para sellar la frontera con la Gaza, y de la embajada estadounidense en impedir que la Marcha por la Libertad de la Gaza llegue ahí, para dar dos ejemplos. Los funcionarios de la embajada informaron a los representantes de la Marcha que alentar que estadounidenses vayan a la Gaza va contra la política de Estados Unidos.) Cuando la ex representante del Congreso Cynthia McKinney y otros trataron de llevar ayuda humanitaria a la Gaza, las fuerzas de defensa israelíes embistieron su barco y los obligaron a navegar fuera del área. Richard Falk, el Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos en los Territorios Ocupados Palestinos, que condenó el sitio israelí a la Gaza como el equivalente de “un crimen de lesa humanidad”, fue detenido en una prisión israelí en duras condiciones por investigar las violaciones a los derechos humanos. El Informe Goldstone, escrito a petición de la ONU, llegó a la conclusión de que el bloqueo que comenzó antes del ataque israelí constituye “violaciones de los derechos humanos internacionales y de las leyes humanitarias”, y que durante la propia guerra, Israel le hizo blanco “por lo menos en parte... [de] la población de la Gaza en su conjunto”. La ONU ha suprimido ese informe2.

En ese contexto, fuerzas poderosas en el mundo estaban decididas en impedir una Marcha por la Libertad de la Gaza.

El ofrecimiento de un autobús

A diario, los integrantes de la Marcha realizaban acciones y protestas. De ninguna manera estábamos “sentaditos y sin movernos” esperando a que se nos diera permiso para ir a la Gaza. En tanto se hacía clara la intransigencia de las autoridades egipcias en no permitir que viajáramos a la Gaza, crecía nuestra impaciencia en El Cairo. Al mismo tiempo, estábamos llegando a ser un problema para el régimen, cuyo papel en el sitio a la Gaza estaba llegando a causar un gran escándalo en el país, en la región y en el mundo entero. El ministro de relaciones exteriores de Egipto, por ejemplo, se quejó de que expresiones electrónicas de indignación estaban inundando las embajadas egipcias en todo el mundo.

Tal era la situación cuando el régimen egipcio, mediante la oficina de Suzanne Mubarak, esposa del “presidente vitalicio” de Egipto y también directora de la Media Luna Roja (el equivalente de la Cruz Roja para el mundo musulmán), ofreció permitir que 100 de nosotros fueran a la Gaza el 28 de diciembre como una misión humanitaria y bajo los auspicios de Código Rosa, pero no como la Marcha por la Libertad de la Gaza. Al principio, Código Rosa aceptó el acuerdo.

El gobierno de Egipto había permitido en el pasado que pequeñas misiones humanitarias fueran a la Gaza. Independientemente de las intenciones y del trabajo de aquellos que participan en estas misiones, tanto los israelíes como los egipcios han permitido que un goteo de ayuda humanitaria llegara a la Gaza y han aprovechado eso como una supuesta prueba de su “preocupación” humanitaria por los gazanos.

Por otro lado, la misión de la Marcha por la Libertad de la Gaza fue una protesta política sin precedentes de más de 1300 personas de todo el mundo que querían unirse con los palestinos (y con un componente israelí en la parte israelí de la frontera con la Gaza). En las palabras de la Convocatoria de la marcha: “Nuestro propósito para la Marcha es levantar el estado de sitio en la Gaza. Demandamos que Israel ponga fin al bloqueo. También exhortamos a Egipto a abrir la frontera de la Gaza en Rafah. Los palestinos deben tener la libertad de viajar para estudiar y trabajar, y para recibir tratamiento médico de gran necesidad, además de recibir a visitas del exterior”.

Como anoté brevemente en la primera entrega de esta serie, en cuanto corrieron las noticias del acuerdo la noche del 27 de diciembre, estallaron debates que continuaban por toda la noche. En la reunión más grande, los representantes de varias delegaciones anunciaron su rechazo al acuerdo y su negativa a participar en ello.

Aunque algunas personas apoyaron este acuerdo, la mayoría de los participantes de la marcha, por diversas razones, se le opusieron. Aquellos que lo negociaron sostuvieron que era lo mejor que se pudiera obtener dadas las circunstancias, que “el sitio no va a romperse en un día” y que “esto es un comienzo”. Además, se plantearon preocupaciones de que distanciar al régimen egipcio pondría en peligro futuras misiones humanitarias.

Pero el consenso general desde el principio era que el acuerdo no fue aceptable. Al desenvolverse los debates, esta posición cobró fuerza y contenido. En general, se sentía que aceptar la oferta representaría el abandono de nuestra misión básica. Como un delegado dijo posteriormente, no estábamos ahí para “tapar un cáncer con una curita”. Y la mayoría de los participantes sentían que no estábamos en una situación sin esperanza, que despejábamos el silencio en torno a la Gaza y causábamos mucho furor en el Medio Oriente. La gente planteó preocupaciones, que resultaron bien fundadas, de que el régimen egipcio utilizara los autobuses como mecanismo para salvarse las apariencias y tapar su papel en los crímenes contra los palestinos. De hecho, según los medios de comunicación egipcios, el ministro del Exterior egipcio, Ahmed Aboul Gheit, dijo que las personas elegidas para ir en los autobuses eran “buenas y sinceras” mientras que los que quedaban en El Cairo eran “hinchas” que “actuaban en contra de los intereses de Egipto”.

Había mucha pasión en los debates, digna de una decisión tan importante. Las delegaciones agitadas abandonaron el salón y volvieron. Pero en su abrumadora mayoría llevaron los debates con seriedad, y por medio de los debates crecieron su comprensión y compromiso con la misión original de la Marcha por la Libertad de la Gaza. Al amanecer, se forjó un consenso y Código Rosa adoptó una posición de que se había equivocado al aceptar el acuerdo.

La Marcha en El Cairo

Al perfilarse el consenso de que no íbamos a aceptar el acuerdo sobre los autobuses, surgió una visión y plan para una poderosa y desafiante marcha en las calles. Los participantes, vigorizados y desencadenados tras el gran debate, se apresuraron a movilizarse para que la Marcha por la Libertad de la Gaza fuera un poderoso manifiesto en El Cairo el 31 de diciembre.

Tomamos medidas en anticipación de la represión del estado policial egipcio: no anunciamos en línea ni por e-mail la ubicación precisa de la Marcha y guardamos petacas llenas de mantas listas para soltar desde las ventanas de los hoteles y posadas donde estábamos hospedados en caso de que las autoridades nos pusieran bajo arresto domiciliario la mañana del 31. Resulta que las autoridades sellaron el Hotel Lotus, donde muchos líderes prominentes de la Marcha estaban hospedados, y no los dejaron salir esa mañana. No obstante, tal acción no impidió que la mayoría de las personas llegaran al lugar de la Marcha.

Pero de inmediato las autoridades sacaron a rastras a los egipcios que trataban de unirse a la Marcha. El hecho de que la mayoría de nosotros éramos de América del Norte y Europa implicó cierto freno a la brutalidad de la policía egipcia. No obstante, las personas que llegaron de todo el mundo para tomar esta posición sentían que corrían grandes riegos. “Qué no me malinterprete”, me dijo un estudiante de los Estados Unidos. “Anteriormente participé en acciones serias y muchas veces corrí el riesgo de que me arrestaran”. Pero, agregó: “Estábamos en un país en que la población no tiene derechos. Simplemente me parecía que la policía podría tener una respuesta desde brutal hasta letal”.

Fuera del cordón de la policía, durante siete horas en un trecho de El Cairo que está tan concurrido con el Times Square de Nueva York, dominaba un espectacular vivo de Romper el sitio, Alto al genocidio en la Gaza y El mundo dice: ¡Libertad para la Gaza! Pese a las amenazas constantes de la policía, los conductores, taxistas y transeúntes egipcios se detuvieron para vocear su fuerte aprobación.

El 1º de enero, se aplicaron unas tácticas de “multitud relámpago” similares a aquellas del 31 de diciembre en una exitosa protesta ante la embajada israelí, donde de nuevo las autoridades egipcias tardaron en acorralar a los manifestantes y aislarlos de la calle y de los egipcios que andaban por ahí. El 3 de enero, los activistas de la Marcha se unieron a los activistas egipcios en una protesta asociada con una demanda entablada en los tribunales egipcios contra el trato dado a la Marcha (algunos miembros de la Marcha eran litigantes en esta acción).

* * * * *

La Marcha por la Libertad de la Gaza en El Cairo y la semana de actividades previas tuvieron un importante impacto en la opinión pública mundial, en particular en el Medio Oriente. En Egipto, a diario los sucesos contaron con cobertura de primera plana en los periódicos independientes o de oposición mientras que los medios progubernamentales o semioficiales y de propiedad del gobierno trataron de ignorar las protestas, pero incluso en algunos casos, terminaron por publicar artículos de primera plana. Los diarios de Jordania y Siria que adquirí sacaron cobertura de primera plana sobre la Marcha. Por todo el mundo árabe y más allá, Al Jazira transmitió noticias de la Marcha por la Libertad de la Gaza en El Cairo.

Un joven palestino-canadiense expresó estas ideas sobre el impacto de la Marcha: “Ahora la gente está preguntando: ‘¿Es la situación tan terrible en la Gaza que impiden que vayan a la Gaza los 1.400 extranjeros que han comprado boletos de avión para ir a El Cairo, pero éstos deciden armar camote en las calles de El Cairo?’... Sí, es así de importante… [El gobierno egipcio] creía, ‘Vale, si no los dejamos entrar a la Gaza, no harán nada al respecto’. Pero al contrario, hicimos algo. Le dimos esperanzas al pueblo egipcio y también al pueblo palestino. Pese al silencio del mundo, la gente sabe que hay personas en el mundo que están dispuestas a ayudarles y alistaremos a más y continuaremos nuestros esfuerzos para ayudarles hasta que rompamos el sitio y pongamos fin a la ocupación”.

Una enfermera de una sala de urgencias, que participaba en una delegación de un país mesooriental, me dijo: “Todos estamos haciendo historia hoy. Cada uno de nosotros, ahora, debe volver a nuestro respectivo país y decirles a todos lo que pasa aquí”.

Eso está ocurriendo ahora, al hacer denuncias los participantes de la Marcha por la Libertad de la Gaza y al correr la voz sobre lo que hicimos y lo que aprendimos.

En las futuras entregas de esta serie, compartiré las historias de las personas que participaron en la Marcha por la Libertad de la Gaza, sus motivos y las lecciones aprendidas durante las experiencias que muchos de ellos tuvieron en Israel, Cisjordania y la Gaza.

1. Para saber más sobre la documentación primaria de fuentes sionistas sobre los orígenes del estado de Israel en medio de una limpieza étnica terrorista, ver el artículo “La Nakba: Limpieza étnica y el nacimiento de Israel” del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar, en revcom.us. Para una discusión del papel de Israel en el orden mundial imperialista, ver Forjar otro camino de Bob Avakian, en particular la parte “El ‘papel especial’ de Israel con relación al imperialismo estadounidense”, pero no limitándose a esa parte. Esa charla también está en revcom.us. [regresa]

2. Para un análisis de cómo y por qué la ONU suprimió el Informe Goldstone, ver “Gaza UN report: The U.S. and Israel vs. the truth”, en la edición en inglés del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar, en http://www.aworldtowin.org/wordpress/?p=394. [regresa]

Invite a Alan Goodman a hablar de sus experiencias en la Marcha por la Libertad de la Gaza

Alan Goodman participó en la Marcha por la Libertad de la Gaza el 31 de diciembre de 2009 y está redactando artículos sobre la experiencia en el periódico Revolución. En la actualidad está dispuesto a hacer presentaciones que describen vivamente la situación crítica del pueblo de la Gaza a un año de la masacre israelí y hablan de la importancia de la lucha para romper el sitio de la Gaza. Cortos de la presentación están en: www.YouTube.com/alanxgoodman.

Para programar una presentación, envíe un correo a: alanxgoodman@gmail.com.

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