Revolución #193, 21 de febrero de 2010


Resistencia a las Olimpiadas en Vancouver

Están programadas importantes protestas en oposición a los Juegos Olímpicos de Inverno en Vancouver, Columbia Británica, Canadá. La Red de Resistencia a las Olimpiadas (ORN), compuesto de 30 organizaciones de activistas y servicios sociales, están coordinando las protestas. El portal de la ORN dice: “Convocamos a todos los activistas anticapitalistas, indígenas, defensores de los derechos de vivienda, laborales, por la justicia para los inmigrantes, ambientalistas, oponentes de la guerra, amantes de la idea de la comunidad, oponentes de la pobreza, libertarios civiles y anticolonialistas a reunirse contra este circo de dos semanas y la opresión que representa.

Los organizadores planean marchar sobre las ceremonias de apertura de las Olimpiadas de Invierno el viernes 12 de febrero para “Retomar Nuestra Ciudad”. El 13, celebrarán un “Ataque al Corazón: Marcha Callejera para Bloquear las Arterias del Capitalismo”. También hay planes para una ciudad de tiendas de campaña para los sin techo y otras acciones.

Las protestas denuncian la mentira de las afirmaciones del gobierno canadiense de “no tener una historia colonial” y “ser ajeno a las distinciones del color de la tez”. Un afiche dice: “Se supone que las Olimpiadas tengan que ver con ‘paz y cooperación’. Canadá ocupa a Afganistán, libra una guerra en su contra y permite la tortura ahí”. El lema central para organizar las acciones es: “No a las Olimpiadas en tierras robadas a los pueblos originarios”. Los organizadores y grupos de pueblos originarios señalan que, según las leyes de Canadá, es necesario suscribir un tratado antes de que se pueda comprar o vender las tierras de los pueblos originarios o establecerse en esas tierras. En Columbia Británica, virtualmente no hay ningún tratado firmado, y por tanto según la ley, las tierras pertenecen a los pueblos originarios. A lo largo de la provincia, los grupos indígenas luchan en contra la construcción y expansión de centros de esquiar. En la región de la ciudad de Vancouver, se han organizado protestas contra una nueva autopista de cuatro carriles que vincula Vancouver a las zonas de esquiar de Whistler que eliminaron los árboles y laderas de los cerros, y contra la tala de los bosques en las montañas y el desarrollo de otra infraestructura para los juegos.

Los manifestantes también están en contra de la falta de vivienda y los recientes ataques contra los sin techo de parte de las autoridades. Columbia Británica tiene el mayor índice de pobreza en el país. Se calcula que tres mil personas sin techo duermen en las calles de Vancouver. El 32% de ellas son indígenas. Desde que Vancouver obtuvo la nominación para anfitrión de los juegos en 2003, se ha triplicado la población de los sin techo. En preparación para los juegos, las autoridades han estado sacando a los sin techo de las calles, sobre todo en el centro cerca del lugar para las ceremonias de apertura. La policía ha dado dos mil citaciones a los sin techo por infracciones menores y ha instalado mil cámaras de vigilancia.

Canadá considera las Olimpiadas como una oportunidad de promover “el orgullo nacional”. Según el New York Times, el gobierno ha asignado 118 millones de dólares al “proyecto Altamente Confidencial” dirigido por una organización llamada “Apoderarse del Podio”, con la finalidad de realzar el desempeño de los atletas canadiense y dar fondos a los científicos que investigan formas en que el equipo canadiense podría sacar ventajas tecnológicas. Por primera vez, los atletas canadienses van a recibir un pago por cada medalla que ganen; una de oro trae 20 mil dólares.

Canadá también está aprovechando los juegos para aumentar las inversiones y poder de su economía. El desarrollo infraestructural de los juegos en carreteras, desarrollo portuario, etc., está ligado a la expansión de la minería, tala de bosques y extracción de gas y petróleo, y turismo, así como el comercio internacional. Ha erogado miles de millones de dólares en este desarrollo, y muchos se oponen a la erogación de estos dineros para el lucro de los capitalistas y corporaciones en lugar de asignarlos a lo que la gente común necesita. Entre los grandes patrocinadores corporativos del Comité de Organización de las Olimpiadas de Vancouver (VANOC) figuran grandes inversionistas en la extracción ambientalmente destructiva del petróleo sucio en las arenas de alquitrán de Canadá, tales como el Royal Bank of Canada y otros conglomerados capitalistas grandes como Petro Canada, GE, Dow Chemical y CocaCola.

Aunque la Gendarmería Montada Real de Canadá (RCMP) ha dicho que responderá “con moderación” a las protestas, Canadá y Columbia Británica han dedicado grandes esfuerzos para confinarlas y reprimirlas, lo que deja al descubierto la realidad de la dictadura que está al centro de la “democracia occidental”. Canadá ha erogado mil millones de dólares para la seguridad, lo que incluye la movilización de 16 mil policías bajo el mando de la “Unidad de Seguridad Integrada de Vancouver”. Esta unidad “ha visitado” a decenas de activistas anti-olímpicos con la finalidad de intimidar. La Asociación de Libertades Civiles de Columbia Británica (BCCLA) ha denunciado los planes de la policía para acorralar a los manifestantes en lo que llama “zonas de libertad de palabra”. En los días previos a los juegos, el centro de Vancouver era parecido a una zona militarizada con policías por doquier, cercas de malla que bloquean partes de la ciudad y sobrevuelos de helicópteros y cazas.

Las autoridades del gobierno han tratado de apagar las voces que tienen el potencial de criticar a los juegos. Una demanda jurídica de la BCCLA hizo que las autoridades de Vancouver enmendaran las ordenanzas que adoptaron que hubieran impedido que se mostraran o portaran letreros contra los juegos. En los últimos días, las autoridades fronterizas canadienses impidieron que dos activistas estadounidenses entraran a Canadá. La policía fronteriza también detuvo a Amy Goodman, del programa Democracy Now!, que iba a Canadá para una gira de presentaciones de un libro, y le preguntaron si tenía intenciones de hablar de manera crítica contra los juegos o el VANOC y exigieron que ella les dejara examinar su computadora y apuntes a fin de conocer sus planes. Brad Cran, un conocido poeta en Vancouver, suspendió su participación en las actividades culturales relacionadas con los juegos, en parte porque el VANOC quiere imponer una “cláusula mordaza” que estipula que los artistas participantes en las actividades se abstengan de hacer “comentarios negativos o despectivos” sobre el VANOC o los juegos.

Lo que se perfila en Vancouver es una confrontación entre poderosos intereses capitalistas y aquellos que odian la opresión en este mundo y no se benefician de ella. Estas protestas merecen un amplio apoyo.

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