Revolución #203, 13 de junio de 2010
Una contradicción histórica: Cambiando el mundo en lo fundamental sin "apagar las luces"
Dos
Para escribir esta carta me sirvió bastante como "apunte" la cita de Bob Avakian en el número 187 del periódico (y habiendo retomado y revisado todo ese ensayo en "Observaciones…" ["Materialismo y romanticismo: ¿Podemos prescindir de los mitos?", Obrero Revolucionario (ahora Revolución) #1211, 24 de agosto de 2003]) — haciéndome reflexionar a fondo sobre la manera en que el asombro y la admiración son "una cualidad esencial de los seres humanos y siempre lucharemos por expresarla. Lejos de suprimirla (o ignorarla) podemos y debemos darle plena expresión. Y eso haremos". En la historia del movimiento comunista internacional (MCI), este entendimiento de la existencia humana no se ha expresado plenamente respecto al modo en que dirigiríamos y podríamos dirigir, para hacer avanzar la sociedad humana más allá de las 4 todas. La falta de una valoración de este aspecto del ser humano ha resultado en bastante materialismo mecánico en el tratamiento de la contradicción, verdaderamente difícil, entre el no dejar el mundo como es y a la vez el no apagar las luces en nuestro empeño de transformarlo (aunque no he leído las primeras obras de Marx cuando, como tengo entendido, era bastante humanista y aún no era materialista dialéctico). Sin embargo, sí tenemos que dirigir un proceso para hacer que la sociedad entera se caracterice por desencadenar la imaginación, la curiosidad y la sed de lo que es verdad y de asombrarse ante todo eso.
He pensado muchas veces en la cuestión que planteó Sunsara Taylor en su carta de aprecio por el "main man" [hermano que dirige] (Bob Avakian) y lo que ella dijo sobre los elementos intangibles que él encarna — la manera consecuente que ha guiado sus relaciones con las personas durante toda su vida y lo que eso expresa o concentra sobre los valores y la moral y el mundo que anhelamos. Hace recordar lo que él señaló en una de sus charlas de que los buenos serán los primeros, en vez del punto de vista de la burguesía de que los buenos serán los últimos — algo semejante a la cita de Engels en el final de "Para una cosecha de dragones" de mantener nuestra claridad de metas y nuestro sentido del humor, nuestro realismo y nuestro romanticismo. Su dirección se ha basado en eso como principio y es tan elevado como es inspirador; es parte de lo insólito de este líder.
En una discusión sobre eso, se planteó la pregunta de por qué ha habido una tendencia a que los comunistas "apagan las luces, que ya la fiesta se acabó". Hablamos de la necesidad intensa que nos confrontará cuando detentemos el poder, vinculado con lo que distingue nuestra tendencia de las demás por no aceptar el mundo como es. La realidad de las enormes presiones de que todo nos tocará a nosotros al detentar el poder y en medio del probable cerco del estado socialista a escala mundial durante bastante tiempo, sin mencionar lo complejo de dirigir hacia adelante al mismo estado socialista o estados socialistas. Cosas como sequías, hambrunas y otros desastres naturales agregarán más dimensiones a la presión para satisfacer las necesidades apremiantes de las masas de las cuales seremos responsables y que probablemente serán un aspecto mayor de cualquier DDP [dictadura del proletariado] nueva, debido a los cambios drásticos en el medio ambiente en nuestros tiempos.
Pero todo eso plantea de nuevo no sólo para qué sirve el poder estatal sino la cuestión de un poder estatal que vale la pena detentar, como la nueva síntesis ha venido enfatizando — tener en la mira el premio de un mundo comunista. En realidad es muy difícil manejar correctamente esta contradicción aguda planteada por la necesidad de continuamente transformar el mundo sin apagar las luces. Es parte de ser dispuestos en repetidas ocasiones de ir al borde de ser descuartizado SIN terminar desbordados (es decir, perder el poder estatal y/o nuestro objetivo del mundo comunista). Tenemos que lograrlo SIN vincular todo directa o estrechamente a la producción, sino permitir espacio para cosas como la "investigación pura", la "ciencia pura", la "música no programática" — como parte del "tener muy largos brazos" que aborda todos los diferentes aspectos de la existencia humana.
En esta relación, el comentario de un estudiante de la Universidad de California-Los Ángeles en nuestro periódico sobre la reciente ocupación estudiantil de un edificio capta algo de esa característica esencial de los seres humanos. Es una ventana hacia lo que están pensando algunos de los avanzados acerca del mundo. También demuestra la fuerza atractiva potencial de nuestro proyecto según la nueva concepción de Bob Avakian para estos jóvenes educados de hoy y la necesidad de conectarla con ellos. Es más, indica lo que se podría desencadenar entre esos jóvenes en la transición al comunismo, como una de las otras contradicciones todavía por resolver y su papel como una fuerza que impulsa la revolución (junta con la cuestión de la mujer, la contradicción entre el trabajo intelectual y el trabajo manual y el internacionalismo). El estudiante le dijo a Revolución: "en general el capitalismo le quita lo asombroso a la vida al ponerlo todo en el marco del utilitarismo donde todo tiene un uso práctico. Tiene que tener un uso práctico como las mercancías. Presentan todo en términos de las mercancías que tienen determinado precio en una escala de valores. Para muchos de nosotros eso nos quita lo que asombra y alegra de este mundo y lo que da misterio en este mundo.
Ese comentario capta algo importante relacionado con la reciente cita del "main man" [hermano que dirige] en nuestro periódico al cual me referí arriba — y el problema de la tendencia pasada de nuestro movimiento (en la teoría y la práctica) de "apagar las luces" demasiado, la cual obstaculiza llegar al mismo comunismo. Después de todo, el socialismo no puede florecer, no puede ser un tipo de estado radicalmente nuevo, si satisface las necesidades materiales del pueblo pero le quita lo que alegra y asombra en la vida. Hace reflexionar el hecho de que ese estudiante haya identificado el utilitarismo del capitalismo (vinculado con la producción de mercancías y las relaciones de producción) como la causa de lo que quita el asombro, la alegría y el misterio en el mundo. El utilitarismo, antes de la ruptura con ello en la nueva síntesis, ha sido una contradicción aguda en el legado del MCI, y es responsable, en parte, por la tendencia de "apagar las luces". Al contrario, tenemos que dirigir prendiendo concretamente las luces de la imaginación, la creatividad, la curiosidad, la ingeniosidad del ser humano, como un componente crítico de romper cada vez más con el economismo — de poder dirigir un proceso de emancipar a toda la humanidad, en vez de conformarnos con algo menos (lo cual terminaría peor que lo que teníamos en el principio, p. ej., lo que ha pasado en las contrarrevoluciones en China y Rusia).
Cómo dirigir la sociedad nos pone a prueba. Todas esas presiones tienden a llevarnos a basarnos en lo conocido — a cerrar filas y asegurar las defensas solamente para no perder el poder, para terminar perdiéndolo de todos modos. No podemos simplemente mantener el poder — será difícil pero tiene que coincidir con lo que son en realidad el mundo y la sociedad en vez de pretender hacer que la realidad coincida con nuestras ideas.
Debe haber mucha exploración y experimentación en esferas como el arte y las ciencias para que cualquier sociedad florezca — y la dictadura del proletariado y el comunismo harán volar la imaginación y la creatividad humana mucho más que ninguna sociedad anterior había hecho o podía hacer, si es realmente revolucionario y está revolucionando todos los aspectos de la vida, que incluye pero no se limita a la producción para satisfacer las necesidades de la sociedad (tanto materiales como "espirituales" o intelectuales e intangibles). Ha habido (y sigue habiendo) bastante materialismo mecánico en el MCI que limita el comunismo y lo restringe a ciertas esferas — incluso si no se tratara de interpretar de la forma más estrecha que "el trabajo será la primera necesidad vital" pero sí de reificar la producción y los productores de las necesidades materiales para la vida o de limitar todo a la esfera y lucha política (por crucial que sea eso para conquistar el poder y mantenerlo) sin fijarse suficientemente en el desarrollo intelectual, cultural y emocional de la existencia humana — esos elementos intangibles que en realidad son las "cualidades esenciales del ser humano". La nueva síntesis de Bob Avakian es una ruptura con ese legado del MCI y es parte de la manera en que yo entiendo por qué da esperanza y osadía sobre un cimiento científico (materialista).
El auge de los años sesenta dio una vislumbre de algo de este tipo de potencial: mucha exploración y experimentación en todo tipo de esferas. Era tanto un producto de un movimiento revolucionario juvenil efervescente de la época como un catalizador del mismo (así como lo será en cualquier revolución). La cuestión de la moral y la cultura era un factor central que inspiraba a la juventud de todos los sectores sociales y les motivaba a sumarse a la lucha por un futuro diferente. Por ej., el género de música "hippie" dio origen a muchos "brotes" interesantes, mucho de los cuales se marchitaron después de los años sesenta pero algunos florecieron y crearon piezas que siguen inspirando a futuras generaciones de rebeldes. Lo que florecía en las artes a escala internacional (cine, música, literatura, etcétera) no tenía precedentes en muchos de sus aspectos, hasta en lo que le concierne al amor. Quizás porque las revoluciones socialistas anteriores ocurrieron en sociedades semifeudales o quizás porque nuestro mismo movimiento no ha hecho una suficiente ruptura teórica (ni, por ende, práctica) con el patriarcado en términos de lo que dice [Bob Avakian] en su charla reciente sobre los 100 años entre "Origen" de Engels y "De pasos primitivos" de Skybreak… pero se han dado bastantes tendencias puritanas en la historia del MCI respecto la sexualidad humana, especialmente la femenina. ¿Eso en parte sería la causa de la falta de canciones de amor u otras obras artísticas sobre el amor en el MCI?
El comunismo es una sociedad donde la gente voluntaria y conscientemente trabaja por el bien común. SI tratamos de manejar/suprimir las contradicciones, eso obstaculizará el avance hacia el comunismo. Reconocer que las contradicciones (es decir, lo desparejo en la naturaleza y la sociedad) son las fuerzas motrices del cambio es enfrentar la realidad objetiva tal como existe —repleta de movimiento que puede ir en una variedad de direcciones, y con una multitud de dimensiones— y plantea más agudamente las posibilidades de dirigir un proceso capaz de vencer las dos cuestas y alcanzar nuestro objetivo sin "apagar las luces".
Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.