Revolución #205, 27 de junio de 2010


Detroit: Una muerte de proporciones capitalistas

Un video en YouTube, "Dying Detroit" ("Detroit agonizante"), recorre los "barrios que literalmente están derrumbándose", las calles donde parece que "un huracán pasó hace poco y destruyó casi todo a su paso". Hay miles de casas abandonadas; en muchas zonas del 50 al 60% de las casas están en proceso de ejecución hipotecaria. En algunas manzanas solo quedan unas pocas casas. Mil personas al mes abandonan lo que se ha llamado "la ciudad norteamericana que más rápidamente se muere".

Antes, Detroit tenía una población de casi 2 millones de personas. Ahora es de un poco menos de un millón y el 85% de los habitantes son negros. Muchos miles están viviendo la lenta muerte de la ciudad:

Durante muchas décadas después de la Segunda Guerra Mundial, las grandes fábricas automotrices y otras fábricas que una vez empleaban a decenas de miles de trabajadores se trasladaron a las afueras de la ciudad y a otros países. En los últimos 15 años, el imperialismo estadounidense ha forjado una economía manufacturera global integrada con mano de obra barata, con enormes reservas de mano de obra de China, la India y otras partes del tercer mundo.

Este funcionamiento general del capitalismo-imperialismo global ha impactado a Detroit de modo profundo, llevando a más desindustrialización, la pérdida de trabajos y el abandono de la ciudad por mucha gente. En 1992 la gran fábrica de Chrysler se trasladó y de la noche a la mañana 4.500 personas perdieron el trabajo. Últimamente, cuando se reventó la burbuja hipotecaria sub-prime, se calcula que la ola de ejecuciones hipotecarias desplazó a 5.000 personas. Hoy, Detroit tiene al menos 80.000 casas vacías.

Los gobiernos federal y municipal han respondido a esta situación enviando a la ciudad y a sus habitantes al carajo. Al mismo tiempo, proponen toda clase de estratagemas para hallar nuevas formas de explotar a la gente y "reconstruir" la ciudad de modo que sea rentable.

La lógica retorcida y cruel de la actual política federal y municipal en Detroit es que, como menos personas viven ahora en la ciudad, es necesario "reducir la planta" en todo, que quiere decir recortar la asistencia médica, la educación, los servicios municipales, etc. y abandonar barrios enteros donde aún vive la gente. Asimismo, Detroit Edison ha estado cortando cruelmente la luz por falta de pago en barrios pobres con decenas de miles de habitantes, incluso cuando hace frío, lo que lo hace aún más difícil y peligroso permanecer en estas zonas.

La administración de Obama tiene una "política urbana" para lidiar con las "ciudades que se están encogiendo", la cual sigue el alcalde de Detroit, David Bing. Éste utiliza una subvención federal de $40 millones de "trabajos de renovación" a fin de aplicar un plan que expulse a los pobres de los barrios "desolados" y prometa reubicarlos en zonas más "estables". Según el Detroit News, "La Institución Brookings, líderes de fundaciones locales, varios grupos nacionales de financiación y la Casa Blanca ofrecieron apoyo económico de hasta $100 millones al año a fin de reducir el tamaño de la ciudad". El vicepresidente del Programa de Política Metropolitana de la Institución Brookings, Bruce Katz, dijo: "Detroit tiene una cualidad de no nos queda nada que perder que es muy parecida a Nueva Orleáns después de Katrina".

El alcalde Bing ha dicho que usará estudios para determinar quiénes van a ser los "ganadores y perdedores", y lo expresó así: "Si les podemos dar incentivos a algunas de las personas que viven en esas zonas desoladas, éstas podrán tener una situación mejor. Si permanecen donde están, de ninguna manera puedo darles todos los servicios que requieren". Se informa que el gobierno municipal contempla usar las leyes del dominio eminente para desalojar físicamente a aquellos que resistan, tomar sus casas y demolerlas. Su argumento es que una sola casa en un barrio abandonado está "arruinando" la ciudad porque requiere bomberos y otros servicios en detrimento de la comunidad más grande.

Bing explica: "Simplemente hay demasiados predios y demasiados gastos para poder seguir administrando la ciudad como lo hemos hecho en el pasado… No se puede apoyar a cada barrio. No se puede apoyar cada comunidad a través de la ciudad. No podemos dejar que se echen a perder las comunidades estables. Eso no es una buena proposición de negocios desde mi punto de vista".

Piénsalo: La ciudad y la gente están muriendo una muerte acelerada y el alcalde justifica los recortes generalizados y el abandono de comunidades enteras diciendo que son "buenas proposiciones de negocios".

Las buenas proposiciones de negocios han causado que pierdan el empleo miles de personas en Detroit. Las buenas proposiciones de negocios son lo que motivan los recortes mortíferos en asistencia médica y educación. Las buenas proposiciones de negocios están matando la ciudad de Detroit y sus habitantes.

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Este sistema desarrolla y junta enormes fuerzas productivas, incluidas las masas de personas trabajadoras. Organiza y utiliza grandes recursos que tienen un gran potencial de beneficiar a la sociedad y al pueblo. Pero cuando el sistema capitalista no puede usar esas cosas y personas de manera rentable, cierra las fábricas y las deja pudrir, echa a un lado a las personas y las deja sin modo de dar de comer a sus familias. Devasta las ciudades y las dejan pudrirse.

Piense en el hecho de que la "ciudad agonizante" de Detroit tiene una población abrumadoramente negra. Estados Unidos se erigió sobre la base del robo genocida de las tierras de los amerindios (indígenas) y la esclavización de los africanos. Desde ese entonces, la opresión del pueblo negro ha constituido un elemento fundamental del funcionamiento de este sistema, cambia a medida que cambie el sistema, pero siempre ha estado entretejida en el propio tejido de la sociedad. Durante generaciones, la población negra de Detroit ha vivido una vil discriminación en todos los ámbitos de la vida, y esta situación continúa de maneras nuevas y viejas.

Esto no quiere decir necesariamente que dejen morir completamente a un lugar como Detroit. Pero mientras que el capitalismo mande, cualquier "re-invención" o "renacimiento" de la ciudad ocurrirá porque han encontrado nuevas formas para extraer ganancias de la gente y la ciudad.

La naturaleza privada y explotadora del capitalismo bloquea y restringe las fuerzas productivas en la sociedad (o sea, los recursos naturales, la tecnología, la creatividad y conocimiento de la gente). La necesidad del capital de producir constantemente para sacar ganancias las traba, y no satisface las necesidades de la gente.

Esta regla básica del capitalismo, de que el propósito fundamental de la producción es sacar ganancias, significa que tratan a la gente como cosas para usar o echar a un lado. Significa que el sistema considera a miles de personas negras, especialmente los jóvenes, simplemente como un excedente que no puede emplear de modo rentable. Significa que el sistema, por medio de sus agentes armados, tiene que reprimir aún más a este sector socialmente explosivo y potencialmente rebelde. Significa asaltos ideológicos venenosos que justifican esos ataques y le echan la culpa a la gente por la situación opresiva que le impone el sistema.

Detroit es un ejemplo doloroso y claro de que necesitamos un camino completamente nuevo, un sistema completamente nuevo, una sociedad completamente nueva. Y necesitamos una revolución para lograrlo.

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