Revolución en línea, 12 de febrero de 2011
Una declaración del
Partido Comunista Revolucionario
SOBRE LA ESTRATEGIA PARA LA REVOLUCIÓN
Bajo este sistema de capitalismo, se obliga a tanta gente en esta sociedad y a una parte muy grande de la humanidad a soportar grandes penurias y sufrimiento, explotación, injusticia y brutalidad, mientras que las guerras y la constante destrucción del medio ambiente amenazan el futuro de la humanidad. En la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto), nuestro Partido ha presentado una visión inspiradora y medidas concretas para la construcción de una nueva sociedad, una sociedad socialista, teniendo en la mira el objetivo final de un mundo comunista, en que los seres humanos en todas partes estarían libres de las relaciones de explotación y opresión y de los conflictos antagónicos destructivos y en que podrían ser los justos guardianes de la tierra. Pero para hacer esto una realidad, necesitamos la revolución.
Muchas personas insisten: “Nunca podría haber una revolución en este país: el orden establecido es tan poderoso, la gente está hecha un desastre y está tan atrapada en tragarse las cosas como son, las fuerzas revolucionarias son tan pequeñas”. Eso es incorrecto — la revolución sí es posible.
Claro que la revolución no puede suceder con la manera en que se encuentran ahora las condiciones y la gente. Pero la revolución puede producirse cuando por la marcha de los acontecimientos en el mundo y por el trabajo de los revolucionarios, se induzca el cambio de las condiciones y de la gente... cuando la gente llegue a ver que las cosas no tienen que ser así... a medida que llegue a entender por qué las cosas son como son y cómo podrían ser radicalmente diferentes... y a medida que se inspiren y organicen para unirse al movimiento revolucionario y cobrar fuerzas.
No se hará la revolución mediante acciones descabelladas — esforzándose para hacer caer este sistema poderoso en un momento en que todavía no existe una base para ello — ni simplemente esperando “un buen día” en que de alguna manera la revolución, por arte de magia, se haga posible. La revolución requiere un trabajo sistemático de construcción para la revolución, basado en un conocimiento serio y científico de lo que se necesita para realmente llegar al momento de hacer la revolución y cómo tener una verdadera oportunidad de ganar.
Para que la revolución sea real, tiene que haber: una crisis revolucionaria, y un pueblo revolucionario de millones de personas que cuente con la dirección de un partido revolucionario muy disciplinado y muy organizado con una visión de largo plazo. Claramente, eso no es la realidad hoy. Así que, ¿cómo puede suceder esto? ¿Cuál es el plan estratégico?
La posibilidad de una crisis revolucionaria se encuentra en la propia naturaleza de este sistema capitalista — con las repetidas convulsiones económicas, el desempleo y la pobreza, las profundas desigualdades, la discriminación y la degradación, la brutalidad, la tortura y las guerras, la destrucción sin sentido. Todo esto causa gran sufrimiento. A veces conduce a la crisis en uno u otro nivel — sacudidas y fallas repentinas en el “funcionamiento normal” de la sociedad, que estimulan a muchas personas a cuestionar y resistir lo que suelen aceptar. Nadie puede decir de antemano exactamente qué va a pasar en estas situaciones — qué tan profunda la crisis pueda llegar a ser, de qué maneras y en qué medida podría plantear desafíos para el sistema en su conjunto y en qué medida y de qué maneras podría suscitar el descontento y la rebelión entre las personas que en tiempos normales se dejan llevar por lo que hace este sistema o se sienten incapaces de ponerse de pie en su contra. No obstante, he aquí dos puntos muy importantes:
1) Estas “sacudidas” en el “funcionamiento normal” de las cosas, aun cuando no se desarrollen completamente hacia una crisis fundamental para el sistema en su conjunto, sí crean situaciones en las que muchas más personas están buscando respuestas y se encuentran receptivas a considerar un cambio radical. Es necesario llevar a cabo el trabajo sistemático de construir el movimiento para la revolución en todo momento, pero en estas situaciones de rupturas profundas con la “rutina normal” hay una mayor posibilidad y un mayor potencial para lograr avances. Es necesario reconocer eso en toda su extensión y partir de ello en la mayor medida posible, de modo que mediante estas situaciones, se den saltos en la construcción del movimiento y la acumulación de las fuerzas organizadas para la revolución, creándose así una base más sólida desde la cual trabajar para seguir avanzando.
2) En determinadas situaciones, los sucesos importantes o los grandes cambios pueden darse en la sociedad y en el mundo y pueden combinarse de modo que se sacuda el sistema hasta sus cimientos... se abran y amplíen profundas grietas en las estructuras y las instituciones de poder... queden al descubierto más nítidamente las descarnadas relaciones de opresión... se profundicen los conflictos en el orden establecido y no sea posible resolverlos fácilmente, y se vuelva mucho más difícil que ellos mantengan la situación intacta bajo su control y mantengan sometida a la gente. En ese tipo de situación, para un gran número de personas, se podría poner en tela de juicio seria y directamente la “legitimidad” del sistema actual y el derecho y la capacidad del orden imperante de continuar gobernando, y millones de personas tendrían sed de un cambio radical que solamente una revolución pueda plasmar.
Queda mucho por aprender, y se aprenderá mucho más, acerca de la manera en que la lucha revolucionaria pueda triunfar cuando se hayan creado estas condiciones, pero se ha desarrollado el concepto y enfoque estratégico básico para de veras derrotar y desmantelar las fuerzas y las instituciones opresoras de este sistema —y para crear las nuevas instituciones de un sistema nuevo y revolucionario— cuando se dé una crisis revolucionaria y surja un pueblo revolucionario. (Este concepto y enfoque básico se expone en “Sobre la posibilidad de la revolución” —y también se incluye en el folleto Revolución y comunismo. Fundamento y orientación estratégicos— publicado por nuestro Partido).
Pero nunca madurará en serio la posibilidad de la revolución a menos que aquellos que reconocen la necesidad de la revolución estén preparando el terreno político e ideológico para esto, incluso ahora: trabajando para influir en el modo de pensar de la gente en una dirección revolucionaria, organizando a la gente en la lucha contra este sistema y ganando a un número creciente de la gente para participar activamente en la construcción del movimiento para la revolución. De eso se trata nuestro Partido, y eso es lo que queremos decir cuando decimos que estamos “acelerando mientras aguardamos” los cambios que hagan posible la revolución. Ésta es la clave para abrir paso en esta situación en la que todavía no existen las necesarias condiciones y fuerzas para hacer la revolución, pero nunca se darán esas condiciones ni surgirán esas fuerzas simplemente aguardando su surgimiento.
A lo largo de todo el camino, en “tiempos normales” y, sobre todo, en tiempos de rupturas fuertes con la “rutina normal”, es necesario estar trabajando sistemáticamente para acumular fuerzas —preparar mentes y organizar a un número creciente de personas— para la revolución, de entre todos aquellos que se pueda unir a la causa revolucionaria. Entre los millones y millones de personas que viven las más duras formas de este infierno todos los días bajo este sistema. Y además entre los muchos otros que tal vez no sientan a diario el filo más duro de la opresión de este sistema pero los que el funcionamiento de este sistema, las relaciones que éste promueve y refuerza entre las personas y la brutalidad que esto encarna, someten al envilecimiento y menosprecio y les provocan enajenación y a menudo indignación.
¿Cuál es la forma de llevar a cabo este trabajo? Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución. Ésta es una gran parte de la respuesta. La gente tiene que luchar, y la gente sí lucha, contra las muchas formas en que este sistema explota, degrada, devasta y hasta destruye los seres humanos y el medio ambiente. Pero para hacer que esta lucha sea más poderosa —y, además, para continuarla hasta el final para poner fin a todo esto—, la gente tiene que aprender que el problema fundamental es este sistema capitalista y la solución es deshacerse de este sistema y crear un nuevo sistema, el socialismo, teniendo en la mira el objetivo final de un mundo comunista. Luchar contra el poder, y transformar el pueblo, para la revolución es una parte clave de nuestro enfoque estratégico, que proporciona una forma para que el partido pueda unirse con la gente y proporcione el liderazgo para que la gente se cambie a sí misma a medida que participa en la lucha para cambiar el mundo... para levantar la cabeza y ampliar su visión, a reconocer qué clase de mundo es posible, cuáles son sus verdaderos intereses y quiénes son sus verdaderos amigos y sus verdaderos enemigos, a medida que se levanta en contra de este sistema... para asumir un punto de vista revolucionario y los valores y la moral revolucionarios mientras se unen con otros para resistir a los crímenes de este sistema y construir y acumular la base para la lucha revolucionaria final y sin cuartel para deshacerse de este sistema y hacer nacer una forma completamente nueva de organizar la sociedad, una forma totalmente nueva de ser... para ser los emancipadores de la humanidad.
Para que todo esto suceda y para que la revolución tenga una verdadera oportunidad de triunfar, la dirección es esencial. Y existe tal dirección. Pero también hay mucho trabajo por hacer.
Apoyar y fortalecer a nuestro Partido como la dirección general de esta revolución. Cuanto más el punto de vista y la estrategia revolucionarios de nuestro Partido se difundan y cobren influencia en toda la sociedad... cuanto más la gente llegue a entender y estar de acuerdo con lo que el Partido representa, y sobre esa base se una a sus filas... cuanto más el “alcance” del Partido se extienda a todos los rincones del país... cuanto mayor sea su fuerza organizativa y su capacidad de resistir y de dirigir a las personas hacia adelante en las narices de la represión del gobierno la cual procure aplastar la resistencia y matar la revolución, más se sentarán las bases para la revolución y más favorables serán las posibilidades de ganar.
Aprender del Presidente de nuestro Partido, Bob Avakian, dar a conocer su dirección pionera y difundir la influencia de ésta, y defender y proteger a este líder poco común y valioso. Desde los años 60, Bob Avakian ha dedicado la vida a la causa de la revolución y del comunismo. Al tiempo que ha provisto de liderazgo práctico para el Partido y el movimiento revolucionario, él ha estudiado y resumido a fondo la experiencia histórica mundial de la revolución comunista y las sociedades socialistas que ésta ha creado —los grandes logros y los serios problemas y errores— y ha estudiado muchos otros campos de la experiencia y conocimiento de la humanidad. Ha avanzado la ciencia del comunismo y ha hecho adelantos decisivos en la teoría, método y estrategia de la revolución y el objetivo final del comunismo en todo el mundo. Es esencial que un creciente número de personas conozca y estudie sus discursos y escritos... que lo defienda y lo proteja... que haga suya la dirección que él está dando, la cual abre nuevas vías para la revolución.
Empuñar más plenamente el periódico de nuestro Partido, Revolución. Éste desempeña un papel fundamental en la realización de nuestra estrategia. Mediante la publicación de obras de Bob Avakian y muchos diferentes artículos, entrevistas, cartas, gráficas y otros elementos, Revolución capacita a las personas para que conozcan a fondo y actúen para cambiar radicalmente el mundo... Le da a la gente una imagen viva y análisis científico de lo que está pasando en el mundo y por qué... Desenmascara la verdadera naturaleza de este sistema y muestra cómo los sucesos importantes en la sociedad y en el mundo son concentraciones de las contradicciones básicas de este sistema opresivo y podrido... Le da vida a la necesidad y la posibilidad de la revolución y de una nueva sociedad y mundo... Aumenta la capacidad de un número creciente de personas en todas las partes de este país, para que actúen políticamente y de modo unificado y breguen con los problemas de nuestro movimiento y contribuyan a encontrarles soluciones, sobre la base de una creciente conciencia revolucionaria... Es el instrumento clave para desarrollar una red política organizada de entre los sectores más oprimidos y otros sectores del pueblo, que pueda tener un creciente impacto en la escena política y en la sociedad (y en el mundo) en su conjunto, acumulando las fuerzas de la revolución e influenciando a un número cada vez mayor de personas... Da una base y un mecanismo para ampliar el “alcance” del movimiento revolucionario y para ampliar las bases para este movimiento —en los barrios, donde las personas trabajan y estudian y donde quiera que la gente se reúna— y sobre todo cuando resistan y se rebelen contra este sistema.
Todo eso puede capacitar al movimiento revolucionario, con el Partido al centro, para enfrentar y superar los obstáculos muy reales en el camino... para avanzar y crecer mediante el trabajo constante, y mediante una serie de saltos críticos en los tiempos de sacudidas y rupturas repentinas con la “rutina normal”... para preparar el terreno y acumular fuerzas para la revolución — y tener una oportunidad seria de ganar. De esta manera, es posible atraer y orientar, organizar y capacitar de una forma revolucionaria a miles de personas, a la vez que empezar a llegarles e influenciar a millones más, aun antes de que se dé una situación revolucionaria... y luego, cuando se dé una situación revolucionaria, esos miles pueden ser una columna vertebral y fuerza fundamental para ganar a millones de personas a la revolución y para organizarlas en la lucha para llevar a cabo la revolución hasta el final.
Para aquellos que han anhelado un mundo completamente diferente, que han soñado con ese mundo, sin la locura y el tormento de lo que este sistema trae todos los días... aquellos que se han atrevido a tener la esperanza de que ese mundo podría ser posible... y aun aquellos que, hasta ahora, quisieran ver esto pero han aceptado que jamás podría suceder..., existe un lugar y papel, una necesidad y mecanismo, para que miles de personas ahora y con el tiempo millones contribuyan a la construcción de este movimiento para la revolución, de muchas maneras diferentes, grandes y pequeñas — con ideas y con participación práctica, con apoyo y con preguntas y críticas. Reúnanse con nuestro Partido, aprendan más sobre este movimiento y sean parte de éste a la vez que aprendan, actuando en unidad con otras personas en este país, y en todo el mundo, teniendo en la mira la meta que es un gran reto, pero es enormemente inspiradora y liberadora —y sí, posible— de emancipar a toda la humanidad mediante la revolución y de avanzar hacia un mundo comunista, libre de explotación y opresión.
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