Revolución #232, 15 de mayo de 2011


El "código de honor" contra Brandon Davies
La deshonra de Brigham Young: La universidad y El hombre

Recibimos este artículo de un lector:

Una vez más, la inmoralidad e inhumanidad fundamentales de la Iglesia Mormona se asomaron de manera muy fea cuando a principios de marzo "la universidad oficial" de la Iglesia Mormona, la Universidad Brigham Young (BYU), echó del equipo de baloncesto a Brandon Davies, una de sus estrellas, uno de sus muy pocos jugadores negros y uno de sus muy pocos estudiantes negros, por violar uno de los principios ("Llevar una vida casta y virtuosa") del llamado "código de honor" de la escuela mormona. En contraste con la cobertura acerca de Brandon Davies, los medios de comunicación se han desquitado con alabanzas a otro jugador de BYU, Jimmer Fredette, la última encarnación de "la gran esperanza e hipérbole blanca".

El código de honor de BYU y la putrefacta cultura de los medios de comunicación deportivos imperialistas

La universidad persiguió a Davies, un adulto joven, por tener relaciones sexuales "prematrimoniales" con su novia, una adulta joven. Quedó al descubierto una intolerable y reaccionaria cultura moral que recorre la sociedad como una arteria tóxica cuando un comentarista deportista tras otro elogiara "la disposición de BYU de perjudicar sus propios intereses atléticos de corto plazo en aras de su código de honor...",1 oponiendo este llamado código de honor a otras universidades que violarán cualquier regla, pasarán por alto cualquier trasgresión, a fin de ganar cueste lo que cueste.2

Para palpar un poco de la moral verdaderamente horrible que se manifiesta en las poses morales de la mayoría de la cofradía de periodistas deportivos, mire cómo Mike Bianchi del Orlando Sentinel [vea la referencia en la nota 2] habla con entusiasmo sobre la ideología de la Iglesia Mormona que proviene de la época del oscurantismo3: "¿Qué tan fácil hubiera sido el que BYU hubiera hecho lo que todas las otras grandes instituciones de educación superior harían: pasar por alto la trasgresión de Brandon Davies y seguir avanzando hacia el campeonato nacional?... Por eso el avance de BYU a las finales de 16 equipos en el campeonato es tan notable y tan refrescante. He aquí un programa que ha hecho cumplir una regla que muchos consideran un extremismo teológico arcaico". Jim Rome, comentarista de la ESPN, defendió en su show radial nacional la inmoralidad básica de BYU, diciendo: "Hay que darle crédito a BYU por no traicionar su integridad y venderse por los millones de dólares que podría haber ganado con una gran actuación en el campeonato de la NCAA". Agregó: "¿Cuántos programas hubieran dejado sin tocar por la violación de una regla justo antes del campeonato (de la NCAA), especialmente ante la perspectiva de su mejor temporada jamás?... Respeto eso. Definitivamente, respeto eso".4

Como contrapunto refrescante y voz que clama en el desierto, el periodista de deportes del Boston Globe, Charlie Pierce, discrepaba con muchos de sus colegas que defendían por justo el castigo a Brandon Davies: "Este diario digital se ha hartado del argumento de que 'las reglas son las reglas', por convincente que lo estimen muchos de los colegas de este diario digital…. Corresponde declarar que 'el código de honor' con el que lo castigaron por una violación no tiene nada que ver con 'el honor' en absoluto. Tiene que ver con el comportamiento, y el control, y una actitud asquerosamente retrógrada hacia la sexualidad humana que debería avergonzar a cualquier institución de educación superior".5 (Después, de manera desconcertante, Pierce comparó de forma favorable el enfoque del ejército estadounidense hacia la sexualidad con el de BYU. Rebasaría el ámbito de este artículo analizar la historia y la práctica actual de violación y de la misoginia basada en la religión del ejército estadounidense, y su papel como defensor de la opresión de la mujer, en sus filas y en todo el mundo, pero no pude dejar sin comentarios esta parte de la declaración de Pierce.)

Parece que la estrella de básquetbol de los Knicks de Nueva York, Amar'e Stoudemire, criticó en Twitter a BYU por suspender a Davies; pero al día siguiente, probablemente por las presiones de algún nivel de la jerarquía de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA), Stoudemire cambió completamente de posición, twittereando: "Entiendo totalmente las acciones de BYU, respeto totalmente la escuela y sus reglas de comportamiento. BYU tiene un gran programa atlético". Algunos fanáticos suyos en el sitio de la red social no podían soportar esto ("Qué poca retirada", dijo uno. "N'ombre, no puedes simplemente cambiar de posición así, qué tan patético. No puedes retractar lo que ya dijiste al respecto…", dijo otro.)

Desde luego, con pocas excepciones, en los comentarios al respecto hacía falta dos importantes cuestiones sociales por esta acción planteadas: 1) la persecución histórica del pueblo negro y el racismo institucional de la Iglesia Mormona; 2) la represión histórica de la mujer y el punto de vista patriarcal (la dominación masculina en la sociedad y en la familia) y la práctica histórica de la Iglesia Mormona, las cuales informan y subyacen al llamado código de honor de castidad.

Ningún honor está asociado con Brigham Young, ni el hombre ni la universidad

Parece que la historia del código de honor de BYU remonta a los años 1960 como parte de una misión del presidente ultraconservador de BYU, Ernest Wilkinson, para proteger la universidad contra el radicalismo de los tiempos. Diré más al respecto en adelante, porque primero hay que  preguntar: ¿Cómo es posible que alguna universidad con el nombre de Brigham Young se atribuya el honor? Brigham Young fue un importante líder histórico de la Iglesia Mormona que declaró en sus profecías [las siguientes citas son del Diario de discursos, 7, 9 de octubre de 1859]:

"Se ven algunas clases de la familia humana que son negras, toscas, malparecidas, desagradables y de malas costumbres, salvajes y al parecer privadas de casi todas las bendiciones de la inteligencia, las cuales son generalmente otorgadas al género humano". Lo único que puedo decir al respecto es que cualquiera que conozca esta historia (la que no está oculta) y que no condene a voz en cuello al hombre y a la universidad con su nombre, y que todavía conserva con orgullo ese nombre, tiene la moral de un esclavista y un opresor.

"El primer hombre que cometió el odioso crimen de matar a uno de sus hermanos será maldecido por el plazo de tiempo más largo entre todos los hijos de Adán. Caín mató a su hermano. Caín pudo haber sido asesinado, y eso hubiese puesto fin a esa raza de seres humanos". (Nótese: En la interpretación bíblica mormona, Caín era negro y lo maldecían por matar a su hermano y por ello también resultaron maldecidos todos sus descendientes, el pueblo negro.) Dada esta interpretación de que el pueblo negro es la línea de seres humanos descendientes de Caín, ¿no sirve la lógica de las palabras de Brigham Young sino como un argumento basado en la religión por el exterminio/genocidio de los negros a través del globo?

"Sin embargo, eso [el citado "fin"] no sería lo que ocurriría, pues el Señor puso sobre él una señal, la cual viene siendo la nariz chata y la piel negra. Si se traza el género humano hasta el Diluvio Universal, se verá que desde aquel entonces otra maldición se pronuncia sobre la misma raza — la cual es que ellos se convertirán en 'la servidumbre de los sirvientes'; y lo seguirán siendo hasta que la maldición se revoque". Que quede claro: según Brigham Young todos los seres humanos son sirvientes de Dios, así que en este sermón habla del pueblo negro como sirvientes de los blancos. Eso no es sino un argumento descarado, basado en la religión, a favor de la esclavitud, en defensa de los siglos de opresión inhumana del pueblo negro.

Eso no se trata solamente de los farfulleos teológicos de un líder mormón enloquecido. En 1852, a instancias de Brigham Young (el entonces líder de la Iglesia Mormona y gobernador del estado de Utah), la legislatura de Utah aprobó la ley "Una ley con relación al servicio" que condificó en la ley la esclavitud y les dio a los esclavistas de Utah el derecho legal de tener esclavos como propiedad.

¿Y qué de este código de honor y su principio de "Llevar una vida casta y virtuosa"?

¿En qué se basa esto? Primero, que conste, cabe mencionar que esta cláusula sobre la "virginidad" va de la mano con la coacción social en BYU para que los estudiantes se casen: la llamada "cultura del matrimonio" promovida ahí. Aproximadamente un 51% de los graduados de 2005 estaban casados, en comparación con el 11% de los graduados universitarios en toda la nación.6 Segundo, este principio de la "castidad" en el código de honor y la "cultura del matrimonio" se basan profundamente en la tradición judeocristiana de "la virginidad" impuesta a la fuerza sobre la mujer antes de casarse, la que histórica y actualmente es un instrumento patriarcal para obligar a la mujer a subordinarse al hombre y a servirle.7 Tercero, cabe mencionar que Stephenie Meyer, una mormona y graduada de BYU, escribió la saga de Crepúsculo. Se ha señalado que sus novelas tienen fuertes influencias religiosas mormones.8 Sus novelas están empapadas de la abstinencia sexual: el personaje femenino principal en Crepúsculo, Bella, es en esencia una "heroína" subordinada sin poder en una relación abusiva y enfermiza con un vampiro.9 Cuarto, en su historia específica la Iglesia Mormona se basa en la poligamia (un matrimonio en que una persona tiene múltiples parejas) y más específicamente la poliginia, en la que un hombre tiene más de una esposa. Los líderes mormones lucharon fervientemente por la poligamia, lo que queda muy claro en la siguiente declaración de un apóstol mormón prominente en los 1800 [del Diario de discursos 7:226, Orson Pratt, 14 de agosto de 1859]:

"¿Dónde se puede encontrar una ley que el Congreso norteamericano ha aprobado que le prive a un hombre de los derechos que se le garantiza respecto al gobierno de su familia, tenga él una esposa o muchas? Con el principio de privar de esta institución doméstica específica a las personas, asimismo se puede privarles de las demás.

"Con el encarcelamiento de un polígamo por tener más de una esposa, existirá el mismo derecho de encarcelar a un hombre por tener más de un hijo o castigar a un esclavista por tener más de un esclavo. La misma Constitución [se refiere a la Constitución estadounidense en 1859] que protege a este último [la esclavitud] también protege al primero".

El paquete que se ve aquí es una expresión de una religión que está haciendo valer muy agresivamente un patriarcado muy represivo y defendiendo otras formas horrorosas de opresión. Aunque la Iglesia Mormona establecida no sanciona oficialmente la poligamia hoy, bien se sabe que varias sectas mormonas todavía la practican, y la principal Iglesia Mormona (la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días) nunca ha repudiado los principios teológicos subyacentes originales de la poligamia. Es cierto que a finales de los años 1800, como condición previa para que Utah pudiera ser un estado, los mormones tenían que renunciar a la práctica de la poligamia y su codificación en la ley de Utah (¡algún apóstol mormón habló con dios, el que le dijo que abandonara la poligamia!). No obstante, los mormones aún respetan y veneran a los dos principales líderes de la iglesia, José Smith y Brigham Young, cada uno de los cuales hacían proselitismo por la poligamia y tenían múltiples esposas.

Como se sabe, la gente de la Iglesia Mormona y sus apologistas sostendrán que eso es "historia" y que hoy es más ilustrada la doctrina mormona. ¡Qué tonterías! Rebasa el ámbito de este artículo poner al descubierto en detalle la falsedad de tales afirmaciones, pero de ser más ilustrados en los hechos los mormones de hoy, pues ¿por qué aún defienden a Brigham Young, el sucesor del fundador de la religión (José Smith), como un líder importante de su religión? ¿Por qué no lo han repudiado completamente? ¿Por qué le dan el nombre de este opresor maligno a su universidad?

La historia particular del código de honor de BYU

El código de honor de BYU, como está constituida y ejecutada hoy, fue parte de una misión del presidente ultraconservador de BYU, Ernest Wilkinson, de proteger a la universidad contra el pensamiento radical y los levantamientos que recorrían las universidades en ese período. Wilkinson quería "que BYU fuera un recurso nacional para el anticomunismo patriótico" y "para erradicar a los estudiantes problemáticos", recuerdan los historiadores Bryan Waterman y Brian Kagel. Han usado este código de honor para acosar y atacar a gays y los liberales y para reprimir protestas estudiantiles en contra de las guerras. Han esperado que los líderes clérigos que atienden a los estudiantes de BYU les pasaran a las autoridades universitarias el contenido de las confesiones y conversaciones privadas.10

Jimmer Fredette de BYU, la última gran esperanza/hipérbole blanca

 

"'Demasiado negro'… ¡hazte p'trás!"

Permiten que prosperen y hasta agasajan a esos atletas negros que no "se portan como negros" — que en alguna manera u otra muestran su subordinación al sistema (en estos días principalmente con las insufribles aleluyas "al Señor"). Pero si uno "expresara" su negritud, por ejemplo, si le faltara el respeto a la autoridad constituida y expresara alguna rebeldía, lo echarían por tierra.

Piensa en Muhammad Alí (antes Cassius Clay), quien se acercó a los nacionalistas negros como Malcolm X y que se negó a servir en el ejército imperialista, declarando que no tenía nada en contra del "Viet Cong" (es decir, el ejército popular vietnamita que combatía por su liberación nacional contra Estados Unidos). Tras ser condenado por evasión de la conscripción, le quitaron a Ali su título de peso pesado, y lo desdeñó la mayoría de los medios establecidos y los cagatintas deportistas (con la notable excepción de Howard Cosell). Jack Olsen, al escribir años después en Sports Illustrated, recordó: "El ruido se volvió estruendo, el son del tambor de una guerra sagrada. Los comentaristas de televisión y de radio, las abuelitas…, los corredores de apuestas y los párrocos, los estrategas de salón en el Pentágono y los políticos de todas partes se unieron en un crescendo de clamor para atacar a Cassius". (Jack Olsen, “A Case Of Conscience”, Sports Illustrated, 11 de abril de 1966)

Piensa en uno de los mejores basquetbolistas de todos, Connie Hawkins, quien le dio expresión de modo muy emocionante al "juego de la ciudad", empezando en los años 50. Porque estaba asociado con unos tipos involucrados en un caso de manipulación de marcas, lo echaron del equipo de la Universidad de Iowa (1961) en su primer año y luego, extraoficialmente, lo pusieron en la lista negra de la NBA en 1966 (ésta se negó a reclutarlo). (Durante los años de estar en la lista negra y bajo una prohibición, Hawkins sí jugo en las ligas menores como la American Basketball Association. Hawkins luchó contra la prohibición de la NBA y finalmente podía jugar en la NBA durante siete años.)

Piensa en los velocistas Tommie Smith y John Carlos que dieron el saludo del poder negro en el podio de la victoria durante los juegos olímpicos de 1968 y quienes echó de la Aldea Olímpica el Comité Olímpico estadounidense y a quienes les dieron "la bienvenida a casa" personas como Brent Musburger, el cual les llamó "tropas de asalto de tez oscura". Durante años los mantenían en la lista negra y los dos tenían problemas para ganarse la vida, mientras que nadie jamás en el establecimiento deportista ha criticado a Musburger (quien por años se negó a llamar a Muhammad Alí por su nombre musulmán elegido), ni hablar de vilipendiarlo, y hoy todavía es un comentarista de deportes prominente.

¿Por qué cuando alguien como Latrell Sprewell, en ese entonces jugador de los Golden State Warriors, atacó a su entrenador P.J. Carlesimo durante las prácticas en 1997, de inmediato lo multaron (perdieron millones de dólares de su salario) y luego lo suspendieron un año, mientras que era bien conocido que el entrenador de fútbol americano Woody Hayes de Ohio State University y el entrenador de baloncesto Bobby Knight de Indiana University solían pegar a sus jugadores pero durante años no los castigaron (durante largo tiempo ensalzaban a ambos como modelos de éxito e iconos y solamente los obligaron a irse de las universidades en que habían sido entrenadores por años cuando empezaron a perder partidos)?

¿Por qué hostigan y persiguen a Barry Bonds implacablemente, el cual, como la mayoría de los bateadores fuertes de su tiempo, se dice que tomó alguna clase de esteroide u hormona de crecimiento, mientras que a Ty Cobb, bien conocido como un racista y en general un imbécil, todavía lo agasajan como "uno de los grandes de béisbol"?

A Jimmer Fredette, quien fuera el jugador estrella del equipo de básquetbol de BYU este año, lo han honrado muchos de sus colegas como el jugador universitario estrella del año. Fíjese, Fredette puede jugar básquetbol. Ha desarrollado la coordinación y las destrezas de un buen "tirador" y además ha desarrollado un estilo que le permite llegar ofensivamente a la cesta y hacer toda clase de tiros desde ángulos muy raros y poco convencionales. Al mismo tiempo, parece tener una reputación de no ser muy buen defensor y no es claro qué tan bien se desempeñará contra el nivel de competición de la NBA en que el estilo particular que ha desarrollado se topará con desafíos en cada juego por parte de una competición más atlética de la que ha enfrentado en partidos universitarios.

Dicho eso, lo importante no tiene que ver con Fredette, el jugador de básquetbol, sino con "Jimmer" y la gran esperanza/hipérbole blanca que han creado a su alrededor. Se acepta que se ha convertido en el "consentido" de los medios de comunicación deportivos: los equipos que juegan partidos contra BYU son objeto de la propaganda "Jimmer": enuncian su biografía personal a todo volumen como "única y especial" (su padre y su hermano lo prepararon desde muy temprana edad para el básquetbol y su madre le puso el apodo de "Jimmer", y él es un mormón, ¡vaya!... Ah, y de más importancia, ¡es un chico blanco religioso!). Por todas partes hay videos de él en YouTube. Esto es incesante. Aun cuando haga una mala presentación, como la que hizo cuando BYU perdió ante Florida en las finales de la NCAA, lo elogiaron sin cesar. En este juego contra un equipo que no tuvo un alto ranking pero que tenía a jugadores mucho más atléticos que los que Fredette normalmente enfrenta, éste anotó 32 puntos, pero le tomó 29 tiros hacerlo (y era 3 por 15 del arco de 3 puntos) y perdió el balón seis veces. No obstante, lo agasajaron. Pero como Colin Cowherd de la ESPN señala, al criticar a sus colegas en "la cofradía" de las transmisiones deportivas: "Y si Allen Iverson te diera una noche de esas, lo llamarías un jugador que solo quiere acaparar la pelota. ¿Te dio Jimmer una noche de esas? Ustedes de alguna manera encuentran una forma de llamar esto mágico".

Este último comentario da en el blanco de todo esto. ¿Por qué es que Allen Iverson, que es negro y claramente ha sido un gran jugador de básquetbol universitario y de la NBA, es a menudo un objeto de burla, tanto como jugador de básquetbol como persona, mientras que los jugadores blancos que sobresalen en raras ocasiones reciben este tratamiento y con más frecuencia son objeto de elogios e hipérbole? Creo que existen dos razones importantes: 1) sigue siendo cierto que "América", es decir, la cultura supremacista blanca dominante en este país, siempre ha hecho lo que pueda para insultar y menospreciar los logros y el carácter de los atletas negros (especialmente aquellos que de alguna manera u otra representan los barrios marginales de las ciudades en su forma de jugar y en su brío), mientras que siempre está al acecho de la próxima gran esperanza blanca; 2) especialmente hoy, a los atletas fundamentalistas religiosos blancos que se destacan literalmente los convierten en "semidioses" los medios de comunicación y un segmento de los cristianos blancos de este país.

Aunque a los atletas negros, que en su mayoría tienen una vida con antecedentes mucho más duros y dramáticos que Jimmer Fredette (o el jugador de fútbol Tim Tebow), los atacan continuamente por no ser el tipo de modelo correcto a emular, tal vez por simplemente cotorrear con la gente con la que crecieron en los "bantustanes de América", a los atletas fundamentalistas cristianos blancos les llaman héroes por sostener y promover las ideologías religiosas del oscurantismo y las instituciones religiosas de la clase dominante que están compenetradas de las formas más horrorosas de opresión y represión.

Permiten que prosperen y hasta agasajan a esos atletas negros que no "se portan como negros" y que en alguna manera u otra muestran su subordinación al sistema (en estos días esto principalmente se refiere a las insufribles aleluyas "al Señor"). Pero si uno "expresara" su negritud, por ejemplo, si le faltara el respeto a la autoridad constituida y expresara alguna rebeldía, lo echarían por tierra.

 

Por qué el orden establecido ama a Bobby Knight y a Mike Krzyzewski

Cualquiera que sepa del baloncesto tiene un sentido de cómo han opuesto el estilo de baloncesto negro, "el juego de la ciudad", el que en esencia evolucionó a partir de la fanfarria rebelde de los jóvenes negros de los centros urbanos de los años 50 y 60 que se negaron a que los mantuvieran abajo, al estilo de baloncesto más "blanco" (aunque algunos negros lo jueguen), o sea, el que representa los valores imperantes de la cultura y el punto de vista blancos dominantes.

Rebasa el ámbito de este artículo adentrarse profundamente en esto, pero he aquí un simple desglose de los dos estilos de juego y lo que representan:

En el estilo del "juego de la ciudad", la ofensiva y la defensiva se basan en el desencadenamiento del talento, la destreza atlética, la individualidad y la creatividad de los jugadores individuos, combinando y forjando todo eso en un equipo; mientras que el estilo preferido y promovido por el establecimiento es uno que "moldea"/subordina el talento y la destreza atlética de los jugadores para que quepa en un "sistema" de ofensiva y defensiva.

Un estilo da rienda suelta a la actitud desafiante de la juventud negra y el otro pretende suprimirla y como parte de eso, pretende ensalzar más la clase de atleta blanco (no necesariamente todos los atletas blancos) que salga mejor librado bajo un estilo de baloncesto más controlado o manejado, lo que representa un intento patético de establecer la supremacía blanca en el baloncesto. Los directores técnicos como Bobby Knight (University of Indiana) y Mike Krzyzewski (Duke University) se destacan en este estilo de baloncesto "de supresión", y por eso los alaban tanto "el establecimiento" basquetbolista.

Y el establecimiento deportivo cierra filas muy rápidamente si alguien se atreve a sacar a la luz siquiera unos aspectos de personas como Knight o Krzyzewski. Hace poco, Jalen Rose, ahora un comentarista de baloncesto y a principios de los años 90 una estrella de uno de los equipos más influyentes en la historia universitaria, los "Fab Five" [los cinco fabulosos] de la University of Michigan, hicieron unos comentarios críticos sobre el programa de Duke. Los "Fab Five" fueron los jugadores estrella titulares, cinco estudiantes de primer año, provenientes principalmente de los centros urbanos, quienes encarnaron el estilo del "juego de la ciudad"; a diferencia de Duke, cuyo estilo de jugar y de reclutar emana el privilegio y la respetabilidad del establecimiento. Cualquiera con un poco de honradez tendría que considerar y reflexionar profundamente sobre esos comentarios, dada la historia del racismo institucionalizado en los deportes. Pero no, tanto Grant Hill (un jugador negro de Duke en los años 90 que ahora está en la NBA) como Mike Krzyzewski hicieron comentarios muy desdeñosos y mezquinos (de hecho Hill respondió en un artículo de opinión en el New York Times). El locutor de baloncesto Jim Nantz interrumpió su análisis jugada a jugada del reciente partido del campeonato de la NCAA entre Duke y Michigan para llamar a los "Fab Five" los "cinco fabricados" y echarles la culpa por destruir el programa de baloncesto de la Universidad de Michigan (por un escándalo de dinero pagado a uno de los "Fab Five" o más, un fenómeno generalizado en los deportes universitarios pero que castigan muy selectivamente). La insinuación de que los "Fab Five" no fueran uno de los equipos de baloncesto universitario más emocionantes y asombrosos, que ejerció una tremenda influencia sobre los jugadores jóvenes y sobre el baloncesto (algo que se reconoce casi universalmente), sólo confirma qué tanta importancia tiene para el establecimiento calumniar a este estilo de juego y defender y promover a las personas y las instituciones que tienen el papel de oponerse al estilo del "juego de la ciudad" y lo que representa, y de diversas formas hacerlo retroceder.

Claro que ser un director técnico del "juego de la ciudad" es más difícil y requiere un entendimiento más profundo del juego y de las fuerzas sociales, pero a los directores técnicos que se han destacado en este estilo, entre otros, tales como Guy Lewis (de la Universidad de Houston, donde tenían tanta fama sus equipos "Phi Slamma Jama" de principios de los años 80), Nolan Richardson (de la Universidad de Arkansas, donde su equipo masculino de 1994 ganó el campeonato de la NCAA) o Jerry Tarkanian (de la Universidad de Las Vegas, cuyo equipo masculino llegó al campeonato de la NCAA de 1990), no los agasajan tal como merecen y de hecho a menudo los calumnian, porque en esencia los están castigando por desencadenar cierto estilo del juego y por darle la iniciativa a lo que este "juego de la ciudad" representa en la sociedad.

Y todo esto ha estado muy concentrado en el básquetbol universitario, en que han opuesto el estilo del "juego de la ciudad" del básquetbol negro, el cual en esencia evolucionó y se influenció fuertemente por la fanfarria rebelde de la juventud negra de los centros urbanos de los años 1950 y 60 la cual se negaba a someterse, contra un estilo de básquetbol que es más "blanco" (aun cuando lo jueguen los negros) o tiene por objeto representar los valores prevalecientes de la dominante y oficial cultura y punto de vista blancos. [Ver el recuadro "Por qué el orden establecido ama a Bobby Knight y a Mike Krzyzewski".]

Pero seamos francos, les confieren el tratamiento de verdadero héroe a los atletas blancos que tienen antecedentes fundamentalistas religiosos y que promueven con firmeza un punto de vista afín.  Existe una línea directa a trazar entre la aclamación "Siempre fiel" de las autoridades en el mundo de los deportes por la aplicación persecutoria del "código de honor" de BYU contra Brandon Davies y sus efusivas vivas a Jimmer Fredette. O mire la gran aclamación dedicada al jugador de fútbol americano y fascista cristiano Tim Tebow (conocido por pintarse citas de la biblia debajo de los ojos). ¿Cómo reaccionó el establecimiento de los deportes a la aparición de Tebow en un anuncio en contra del aborto en el Super Bowl del 2010? Así lo describió el columnista de deportes de ESPN Jemele Hill: "Hay que considerar que la decisión de Tebow de salir en este anuncio es igual de valiente a la decisión de Muhammad Alí de no entrar al ejército o el saludo del poder negro de Tommie Smith y John Carlos en las Olimpiadas del verano de 1968".11 Tal afirmación es tan ridícula como lo es indignante y pone la realidad al revés: estos atletas negros se rebelaban contra la opresión reforzada por las estructuras prevalecientes de la clase dominante y su cultura política; el anuncio de Tebow estaba al servicio de la opresión de la mujer de parte de esa misma clase dominante y al servicio de las expresiones ideológicas de estas fuerzas fundamentalistas cristianas reaccionarias que han desempeñado el papel más atroz de decretar y reforzar las formas más viles de opresión y dominación sobre la mujer. Alí, Smith y Carlos pagaron un alto precio [ver el recuadro "'Demasiado negro'… ¡hazte p'trás!"), exigido por la misma clase dominante contra la que ellos se opusieron con tanto valor; en tanto que en el caso de Tim Tebow, sus acciones han aumentado su "valor" en la misma clase dominante. Estos tres atletas negros perdieron su sustento (y a Alí lo condenaron de un delito grave por rehusarse a entrar al ejército estadounidense, pasó años en la cárcel y lo echaron del boxeo por muchos años, cuando estaba en la flor de la vida, antes de que por fin anularan la condena), a la vez que la carrera de Tim Tebow continúa floreciendo y recibiendo promoción. ¡¿De qué lado está usted, Hill, de qué lado está usted?!

Si bien todo esto es indignante y hace que sea difícil hasta respirar en la pútrida y repugnante atmósfera cultural de este país, los revolucionarios y aquellos que quieren cambiar todo esto deben tomar nota: la problemática expuesta en este artículo tiene un enorme impacto social en relación a la revolución y contrarrevolución, el que deben tener en cuenta aquellos que están construyendo un movimiento para la revolución. La clase dominante, o poderosos sectores de la misma, están impulsando la base social fundamentalista cristiana, supremacista blanca, patriotera y fascista en este país, a la vez que les dicen una y otra vez a los oprimidos, y a cualquiera que se atreva a expresar alguna de las cualidades de inconformismo y rebelión que reflejan la resistencia a la opresión, que son inmorales, no son buenos, no tienen derecho de expresar su resistencia de ninguna manera. Todo esto no es sino otra manifestación del hecho de que, como Avakian ha recalcado, existe una apremiante necesidad de "una revuelta radical contra una cultura que revuelve el estómago", que aquellos de nosotros que entendemos la necesidad profunda de una revolución en contra de todo este sistema debemos abordar y alentar como parte de construir un movimiento para la revolución.12

 


1. Eamonn Brennan, 24 de marzo de 2011, ESPN.com: College Basketball Nation (Una nación del baloncesto universitario). [regresa]

2. Ver Mike Bianchi, comentarios sobre el deporte, Orlando Sentinel, 23 de marzo de 2011. [regresa]

3. De fines de 400 a 1000 dC, años en que el dominio y represión de la iglesia literalmente dejaban a la humanidad en las tinieblas en su conocimiento de la realidad del mundo, lo que por lo tanto refrenó la capacidad de las personas de transformar al mundo y a sí mismas. [regresa]

4. Citado en Deseret News, 5 de marzo de 2011. [regresa]

5. Ver el diario digital de Charles P. Pierce en la página web del Boston Globe, 4 de marzo de 2011. [regresa]

6. Clark, Natalie (10 de marzo de 2005). "BYU marriage rates higher than national average" [La tasa de casamientos de los estudiantes de BYU es más alta que el promedio nacional"], Daily Universe, BYU. http://nn.byu.edu/story.cfm/56823. [regresa]

7. Vea un análisis materialista y profundo de este hecho de parte de Bob Avakian en ¡Fuera con todos los dioses! Desencadenando la mente y cambiando radicalmente el mundo (JB Books, 2009). [regresa]

8. Ver la revista Time, jueves 24 de abril de 2008, "Stephenie Meyer: A New J.K. Rowling?", de Lev Grossman. [regresa]

9. Ver "La saga de Crepúsculo: Querida Bella", Revolución #176, 13 de septiembre de 2009, en línea en revcom.us. [regresa]

10. "The Dark Side of BYU's Honor Code", de Joanna Brooks, 15 de marzo de 2011, en línea en ReligionDispatches.org. [regresa]

11. "Laud the Courage in Tim Tebow's Stand", ESPN.com, 2 de febrero de 2010. [regresa]

12. “Los pájaros no pueden dar a luz cocodrilos, pero la humanidad puede volar más allá del horizonte, segunda parte, Construyendo el movimiento para la revolución”, en inglés, en revcom.us/avakian; comenzó a salir por partes en español en revcom.us a partir del #232, 15 de mayo de 2011. [regresa]

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