Revolución #239, 17 de julio de 2011


Una ola de ataques…Una amenaza urgente a los derechos al aborto

Una marea de leyes extremadamente peligrosas, cienporcien crueles y profundamente antimujer ha estado arrasando las legislaturas estatales en esta primavera y comienzos del verano. De acuerdo al Instituto Guttmacher, 512 leyes que limitan el aborto fueron propuestas en 49 estados en el primer trimestre del 2011. El New York Times informó que a fines de mayo, ya habían aprobado 64 leyes en contra del aborto, 30 de ellas en abril, en lo que el New York Times llamó “una campaña [que es] la más grande en la historia”.

Con la ascendencia del Partido Republicano y su componente del “Partido del Té” en muchas legislaturas estatales y el apoyo abierto o las objeciones de los demócratas que no desafían de manera esencial la arremetida, esas leyes son un venenoso brebaje preparado de una combinación de tecnología moderna y la ideología opresiva patriarcal que es la piedra angular del fascismo cristiano.

Al mismo tiempo que estaban proponiendo, aprobando y ratificando esas leyes en varios estados, se estaban presentando ante el congreso federal leyes contra el aborto, como Lina Thorne escribió en la página web de El Mundo No Puede Esperar, para “restringir aún más el acceso de las mujeres al aborto… y recortar fondos al control de la natalidad, pruebas de cáncer y otros cuidados básicos de la salud de la mujer”.

Los fondos federales para Planificación Familiar, que da servicios vitales del cuidado de salud a las mujeres a través del país, han estado bajo ataque continuo en el congreso federal, y varios estados, como Indiana, han aprobado leyes que “prohíben que los organismos estatales suscriban contratos con organizaciones como Planificación Familiar… que practican abortos”. Estos proyectos de ley federales y estatales, entre otras medidas perjudiciales, impiden que las mujeres que reciben Medicaid, en su mayoría pobres sin acceso a seguro de salud, se hagan un aborto.

Usando la tecnología en contra de la mujer, y la ciencia

Los descubrimientos en la tecnología médica, en particular la tecnología de ultrasonido, junto con la ignorancia (y la oposición a la ciencia), han contribuido a impulsar la arremetida contra el aborto y la mujer, como informó el Los Ángeles Times el mes pasado: “En los últimos años, el uso extendido de ultrasonido para ver al feto en el útero ha inspirado proyectos de ley en muchos estados”. John Seago, director legislativo del grupo Derecho a la Vida de Texas, dijo recientemente: “Cuando salió la decisión Roe vs. Wade, no teníamos una manera de ver tan claramente dentro del útero. Eso ha sido absolutamente crucial”.

El ultrasonido es una técnica que utiliza ecos para generar imágenes que es una herramienta valiosa en muchas formas de diagnóstico médico. En los últimos años, el ultrasonido ha avanzado para incluir tres y cuatro dimensiones (siendo la cuarta el tiempo). En vez de serpenteantes imágenes estáticas en varios tonos de gris, las imágenes a color que muestran la longitud, la amplitud, la profundidad y el movimiento del órgano bajo examen ahora se pueden practicar en muchas clínicas y hospitales en todo el país. Entre otras aplicaciones médicas, suelen recomendar el ultrasonido como un examen no invasor para mujeres embarazadas a fin de ayudar a conocer la salud, el tamaño, el sexo, etc.

Durante varios años, los que están en contra del aborto han estado promoviendo el obligatorio uso del ultrasonido y las “explicaciones” de esas imágenes de parte de personal selecto quien también se oponen al aborto, en mujeres que están buscando un aborto. A menudo abren “clínicas” simuladas que ofrecen descuentos en ultrasonidos que emplean fanáticos cristianos en contra del aborto cerca de lugares que practican abortos. En realidad, no están haciendo esto por algún interés en la salud de la mujer o por la viabilidad del feto.

Un asunto central en la batalla en torno al aborto tiene que ver con la cuestión de cuándo empieza la vida humana. Los fascistas cristianos y otros que fomentan los ataques contra el aborto promueven la falsedad no científica, errónea y profundamente dañina de que la vida humana empieza en el momento de la concepción, cuando un esperma fertiliza a un óvulo. En realidad, un feto es una parte subordinada del cuerpo de la mujer y es solamente cuando se dé el nacimiento que el potencial de vida humana se hace real (ver una mayor exploración de esta cuestión en las páginas centrales de este número de Revolución). Estos reaccionarios odiamujer que están fomentando el uso obligatorio de ultrasonidos están usando la tecnología moderna combinada con la ideología teocrática, patriarcal y anti-científica para forzar a las mujeres, en lo que perciben como un momento vulnerable en la vida de las mujeres, a que tomen una decisión basada en la emoción y la ignorancia y no en el pensamiento racional y la ciencia.

En particular, quieren forzar a la mujer embarazada a ver las imágenes del feto provenientes del ultrasonido, escuchar los latidos del corazón del feto y obtener una “explicación” de lo que están experimentando de la boca de un antiabortista consumado, a fin de coaccionarla para que tomara una decisión profundamente errónea y perjudicial que sería que ella estaría “matando a su bebe”, en lugar de tomar una decisión racional, acertada y científica de que se está sometiendo a un procedimiento médico seguro y rutinario en el que abortaría el feto. El 1º de junio de 2011, en 19 estados ya se requería el uso de ultrasonido de alguna forma en mujeres que quieren hacerse un aborto y otros 9 “requieren consejería verbal o material escrito que incluya la información sobre el acceso a servicios de ultrasonido”.

Un ataque por todos lados en contra del derecho al aborto

Otras restricciones y requerimientos cuyo objeto es limitar y con el tiempo (pronto) eliminar el derecho al aborto también se han convertido en ley en muchos estados en los últimos meses. Todas estas leyes tienen muchos rasgos en común, con algunos elementos particulares.

En Florida, una enmienda a la constitución estatal fue aprobada que prohíbe fondos públicos para el aborto, como lo fue un proyecto de ley que prohibía que los intercambios de seguro de salud creados por la reforma federal de servicios de salud cubrieran abortos. Florida también puso más requerimientos de “notificación a los padres” contra las mujeres jóvenes que buscan hacerse un aborto y requiere que todas las mujeres paguen por su propio examen obligatorio de ultrasonido.

Dakota del Sur, un estado grande, escasamente poblado y muy rural con solamente un proveedor de abortos, aprobó una ley que requiere que las mujeres esperen tres días entre su primera “sesión de consejería” obligatoria y el aborto, lo que obliga a los doctores a hablarles a las mujeres que quieren hacerse un aborto acerca de “cualquier posible factor de riesgo publicado en revistas medicas y psicológicas desde 1972”. Las mujeres en Dakota del Sur también tienen que visitar primero un “centro de crisis de embarazo”, lo que en el mundo real de hoy en Dakota del Sur por lo común significa un lugar dirigido por lunáticos fascistas cristianos y que en las palabras de la abogada de la ACLU Sondra Goldschein, son “entidades con triste fama por dar información falsa y engañosa”.

Los legisladores de Indiana votaron para vetar el aborto totalmente “después de 20 semanas de gestación, a menos que la vida de la mujer corra peligro”. Esta ley también requiere que las mujeres que buscan hacerse un aborto “reciban un documento por escrito que les dice que corren mayores riesgos de infertilidad y cáncer del seno” y que “la vida humana empieza en el momento de la concepción”. Todo esto es total y maliciosamente falso. Como un estudio de la revista Annals of Internal Medicine señaló: “Tanto la Organización Mundial de la Salud como el Instituto Nacional del Cáncer han coincidido en que no hay evidencia creíble que sostenga un vinculo entre el aborto y el cáncer del seno”.

Una de las nuevas leyes de mayor alcance y más ominosas está ante la legislatura de Ohio. Como se informó Reuters, la Cámara de Representantes de Ohio votó a fines de junio a favor de “prohibir el aborto después de detectar el latido del corazón del feto. De ser aprobado, el proyecto de ley pondría en tela de juicio el fallo de la Suprema Corte de 1973, Roe v Wade, que defendió el derecho de la mujer a un aborto antes de que el feto pueda vivir fuera del útero, por lo común a las 22 a 24 semanas de su desarrollo. El presidente de la Cámara de Representantes de Ohio, el republicano William Batchelder, dijo que sabe que este proyecto de ley será objeto de demandas en su contra en la corte. ‘Nosotros estamos escribiendo proyectos de ley para las cortes’, dijo”.

De las nuevas leyes en Iowa y en todo el país, un miembro dirigente del grupo Derecho a la Vida dijo: “Queremos ver un día cuando el aborto se termine y, fíjese, éste es un comienzo muy bueno en esa dirección”.

En Kansas esta primavera, el estado en que hace dos años un fascista cristiano asesinó al médico que practicaba abortos, George Tiller, se adoptaron unas leyes anti-aborto entre las más extremas. Esas leyes requieren licencias anuales del estado e imponen condiciones que son casi imposibles de cumplir para las clínicas comunes. Después de que el gobernador de Kansas, Sam Brownback, firmó esa ley, dos de los tres lugares en el estado que practicaban abortos tenían que cerrarse.

Muchas de estas leyes en diferentes estados de inmediato fueron objeto de demandas en las cortes. Hace poco en Kansas, un juez le otorgó un amparo en contra de la ley para las tres clínicas en el estado y ahora están abiertas al cierre de esta edición. El Centro de Derechos Reproductivos ha presentado una demanda para retrasar la aplicación de la nueva ley de Texas y varios médicos han declarado su oposición a la ley.

Oponerse a estos ataques en los tribunales es una parte importante de la lucha, pero hay que reconocer que son implacables las fuerzas que insisten en acabar con el derecho al aborto y están resueltas a continuar su campaña de eliminar el aborto totalmente en este país. Confinar la oposición a la esfera legal y oponerse a estos ataques al azar es una receta para el desastre. Se necesita nada menos que un amplio movimiento de oposición combativa y un punto de vista que rechaza todo el marco en que está presentada esta cuestión vital. Es necesario formar una cultura que valore y defienda la vida y los derechos de la mujer contra este ataque sumamente represivo y asesino en el sentido literal.

Los acontecimientos en Nebraska en los últimos dos años constituyen un ejemplo doloroso de lo verdaderamente fatales que son la pasividad y la restricción de la oposición a los ataques contra el aborto a demandas en las cortes y al proceso legislativo. En 2010, Nebraska adoptó una ley que prohibió el aborto después de 20 semanas. Esa ley se volvió una especie de modelo para los antiabortistas en otros estados, y este año 12 estados han adoptado o están “considerando” una ley similar. Al defender la falta de oposición a la ley de Nebraska, una vocera nacional del Centro de Derechos Reproductivos dijo: “No vamos a presentar una impugnación en las cortes simplemente porque nuestros oponentes tratan de engañarnos para que lo hagamos” y que su organización está buscando “las circunstancias justas” para impugnar la vil ley. Mientras tanto, la vida de incontables mujeres está en peligro.

Se necesita con urgencia: Defensa decidida del derecho al aborto

Esta arremetida coordinada desde los niveles estatal y federal sirve de contraparte legal para el terror mortal dirigido a los proveedores de abortos, tal como el asesinato del Dr. George Tiller en una iglesia de Wichita, Kansas, en mayo de 2009. A fin de cuentas tiene como meta prevenir completamente el acceso al aborto e incluso los conocimientos acerca de los procedimientos médicos y los derechos legales con que cuentan las mujeres.

Uno de los más insidiosos aspectos de estos ataques contra el derecho al aborto es que muchos de sus proponentes dicen que estas leyes “invisten de poder a la mujer” y la capacitan a tomar “decisiones informadas” basadas en la tecnología médica más moderna.

Dan Patrick, senador por el estado de Texas e importante figura entre los fascistas cristianos y el Partido Republicano, escribió en el Houston Chronicle: “Este es un proyecto de ley sobre el derecho que tiene la mujer de conocer. Ofrecerles a las mujeres información exhaustiva y el tiempo para tomar una decisión tan importante que tanto afecta la vida no es intromisión; inviste de poder”. Cuando el gobernador de Texas, Rick Perry, otro fascista cristiano y posible candidato republicano presidencial, firmó la ley de Texas, el senador Patrick cambió de idea y dijo: “La buena noticia es que mediante la sangre de Jesucristo, Él perdona, y las mujeres que han abortado necesitan conocer ese mensaje... Creo que éste puede ser el comienzo del fin de los 75.000 abortos que se practican cada año en Texas”.

Los proyectos de ley y con mucha frecuencia, su aprobación y ratificación, sirven a una doctrina teocrática (el dominio de una sociedad por ley religiosa) que quiere hacer volver al pasado a la sociedad y en particular a la mujer. Volver a una situación en que la mujer sea abiertamente la propiedad del hombre, sea el padre o el esposo. Combinarían y reforzarían este objetivo sofocante y horriblemente opresivo con un gobierno que se entrometiera en los espacios más privados y personales de la vida de la mujer y impedirían que ella tomara las decisiones más básicas sobre el rumbo de su propia vida y el control de su propio cuerpo.

En el contexto de los años 60, cuando la sociedad estadounidense estaba hecha un torbellino y muchas formas de la opresión estaba bajo cuestionamientos (pero que una revolución no derrocó), una concesión importante ante la lucha popular fue la despenalización del aborto. Hoy, si bien el papel de la mujer está experimentando grandes cambios en el trabajo y en la sociedad, la opresión de la mujer sigue siendo una piedra angular del capitalismo y de las estructuras y la cultura que surgen de la explotación y opresión capitalista y que les sirven. La concentración de todo eso se expresa en si la mujer tendrá el derecho a decidir si tener hijos y cuándo o, como exigen poderosas fuerzas en la sociedad estadounidense, si obligará a la mujer a volver a ser esclavizada como incubadoras de bebés.

Hay que responder a estos ataques con una oposición política decidida y urgente. Aún más fundamentalmente, es necesario transformar cualitativamente todo el marco en que hoy se debate la cuestión del aborto. En esto están en pugna perspectivas fundamentales sobre la moral y la ciencia.

Como escribió en estas páginas Sunsara Taylor: “La vida de una mujer que se ve obligada a continuar un embarazo no deseado está en peligro. Del peligro de un aborto clandestino a la falta de respeto por su propia vida, es objeto de daño y denigración como ser humano. Obligar a una mujer a tener un hijo que no quiere o que no puede cuidar es una de las tragedias milenarias que la sociedad impone pero que ya no tiene que existir hoy.

“Pero si no se permite que una mujer controle su propio cuerpo, su propia reproducción, si no se le permite decidir si ser madre y cuándo, no tiene más libertad que un esclavo. Es por la salud y el bienestar de la mujer, cuya vida se debe valorar más que la existencia de un feto parcialmente formado. Y por el bien de la humanidad: ¿pues, no queremos una sociedad donde se hayan eliminado todas las formas de esclavitud? La moral que se debe apoyar y defender valora los derechos de la mujer a llevar una vida social plena. Apoya las relaciones sociales e íntimas de respeto mutuo entre las personas y el florecimiento mutuo, y no donde la mujer es ‘sometida’ al esposo por orden de un ‘Dios’”.

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