Revolución #264, 1 de abril de 2012


Sobre el asesinato de Trayvon Martin
Declaración del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos

Trayvon Martin

El 26 de febrero de 2012, Trayvon Martin, de 17 años de edad, salió a comprar unas botanas en la cercana tienda 7-Eleven. George Zimmerman, el capitán de los vigilantes voluntarios vecinales, recorría en su vehículo utilitario deportivo una pequeña comunidad enrejada en Sanford, Florida. Zimmerman llamó al despachador del 911 diciendo que Martín tenía pinta “muy sospechosa” — o sea, era un varón negro que andaba por ahí vestido de una sudadera con capucha. Después de que el despachador del 911 le dijo que no lo persiguiera, Zimmerman siguió a Trayvon Martin, se bajó de su vehículo y ahí se le enfrentó a Martin. Zimmerman llevaba un revólver de 9 mm. Trayvon Martin llevaba una bolsa de Skittles y una lata de té helado. Se oyeron gritos, luego un disparo. Trayvon Martin yacía bocabajo en el pasto con una herida mortal de bala en el pecho. La policía se llevó a Zimmerman, lo interrogó y lo soltó. A la fecha no lo han arrestado ni acusado de ningún delito.

Fue algo muy bueno y muy importante que las personas, no sólo en Sanford, Florida sino por todo el país, se indignaran por el asesinato de Trayvon Martin y que manifestaran su furia en muchas formas diferentes y creativas de protesta. Además, es importante que, respecto al asesinato de Trayvon Martin, se haya recordado a Emmett Till —asesinado sin ningún miramiento hace décadas por unos supremacistas blancos— como ilustración del hecho de que las personas han presenciado estas cosas por demasiado tiempo y no quedarán de brazos cruzados mientras ocurre otra vez.

A la vez, el hecho de que puede darse otro incidente al estilo de Emmett Till —que para colmo, que puede darse otro ultraje de esta clase— hoy, a más de 50 años desde el original linchamiento de Emmett Till y que este asesinato de Trayvon Martin no es un incidente aislado sino solamente el último de un sinfín de tales actos que perpetran, condonan y encubren las autoridades, demuestra muy poderosamente que, en este caso, no debemos aceptar nada menos que el fin de estas cosas de una vez para siempre — tenemos que construir un movimiento para poner fin en realidad y por fin a este y un sinfín de otros ultrajes que vomita este sistema, deshaciéndose de este sistema mediante una revolución. Eso es sumamente serio y tenemos que asumirlo con gran seriedad.

Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos
23 de marzo de 2012
revcom.us

PDF de la declaración para su reproducción

Sáquele copias y ponga esta declaración por toda la red. Reprodúzcala y difúndala ampliamente, como en las colas de espera para la película Los juegos del hambre y en lugares donde sea apropiado colocarla.

 

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