Revolución #275, 22 de julio de 2012


Un preso escribe sobre el 4 de julio: "Para mí, eso es lo que significa la cita 1:13 de Lo BAsico, en última instancia"

La siguiente carta fue escrita por un preso de los estados centrales, 4 de julio, 2012.

A quien le pueda interesar:

Aunque esto es más coincidencia que consciente de mi parte, el hecho de que hoy sea el 4 de julio genera cierta ironía para todos mis comentarios ya que estos relatan las verdaderas realidades de Estados Unidos y sus ilusiones burguesas. Entonces, oiga… voy a dejar que empiecen los fuegos pirotécnicos mientras yo celebro lo que este día realmente significa para mí. ¿Genial?

Durante los pasados meses, he estado siguiendo la Gira del Autobús Lo BAsico fervientemente y observando cómo la gira se ha conectado con varias comunidades por las que ha pasado mientras recorre el país. Una manera en que esto se ha hecho es creando temáticas de ciertas citas, como la 1:13 de Lo BAsico, que dice:

"No más generaciones de nuestra juventud, aquí o a través del mundo, cuyas vidas se acaban, cuyo futuro ya está sellado, que han sido condenados a una muerte temprana o a una vida de miseria y brutalidad, que el sistema ha destinado a opresión y al olvido incluso antes de que nazcan. Yo digo no más de eso".

La cita anterior me recuerda de algo que George Jackson una vez dijo en su libro Hermano de Soledad el cual ha estado conmigo desde la primera vez que lo leí y es AÚN el suelo sobre el cual mis propias convicciones también han estado enraizadas. Él dijo: "Cuando yo me rebelo, la esclavitud muere conmigo. Me rehusó a que continué una vez más. Mi existencia está basada sobre esos términos". (p. 250)

Recientemente tuve una conversación con este joven hermano, quien acaba de llegar a la prisión con una sentencia de más de 100 años. Cuando yo llegué hace una década, era "normal" ver a un joven hermano de 18, 19 o 20 años ser sentenciado a 50, 60 o 65 años. Yo aún recuerdo la primera vez que presencié a un tipo venir de la corte después de ser sentenciado a 50 años en prisión. Era algo surrealista por decir lo menos. Y aún más surrealista cuando yo mismo fui sentenciado a una sentencia más larga. No obstante, solamente algunos sujetos que conocía habían recibido más de 65 años… no es que eso sea insignificante como una gota en el océano. Uno solamente sabía que algún día vería de nuevo las calles. Uno no tenía una sentencia de por VIDA. Sin embargo, hoy cuando miro a mi alrededor a los sujetos que vienen llegando por primera vez a la prisión en estos días, realmente no es nada saber que su vecino tiene una sentencia de 100 años, o incluso de por VIDA. Hoy, eso se ha vuelto "la norma". Y si eso no es lo suficientemente malo, al contrario de los recién llegados que tienen el chance de estar entre la población general de la prisión, adquiriendo un título universitario y aprendiendo algún oficio, hoy almacenar un numero incrementado de nosotros en las prisiones de máxima seguridad las 23 horas al día es también "la nueva norma", porque ya no hay más universidades en nuestro estado y muy pocos programas.

Eso es por lo que yo y ese hermano en particular estuvimos hablando sobre volverme un comunista y como él estaba contento de que yo hubiera encontrado "mi pasión" en la vida, aunque tuve que ir a la prisión para poder encontrarla, esto realmente se conectó conmigo. En un sentido, yo me vi a mí mismo en él, porque yo también recuerdo ese tiempo en mi propia vida, cuando yo realmente no tenía un sentido tangible de propósito. Al igual que él, estaba buscando, en los libros, respuestas de por qué estaba la porquería tal como está, y por qué la vida se parecía más a "una maldición" que a algún "milagro pre-ordenado". Por otro lado, yo vi en este hermano y sus comentarios una generación de hombres negros y latinos cuyo único crimen era haber nacido en un grupo marginado cuyo chance de ascenso socio-económico ya estaba limitadamente determinado por el hecho de su lugar de nacimiento con las relaciones económicas del sistema capitalista. Para este sector desafortunado de la población, la prisión y la muerte eran más que una posibilidad; eran una necesidad para el funcionamiento del mismo sistema.

Como le mencionaba a este compañero, esto no se trataba realmente de encontrar "mi propósito" en la vida, como si esto se tratara solo de "una cosa mía" y fácilmente yo pudiera haber tomar otro propósito, esto estaba más relacionado con darme cuenta del hecho de la NECESIDAD. En otras palabras, una vez que me di cuenta de que las circunstancias económicas y sociales las cuales nos llevaron a mí y a él a la prisión o que causaron que otros buscaran el escape mediante las drogas o que causaron que algunos encontraran el “sueño de la vida en Estados Unidos” a través de otros medios (prostitución, la economía de las drogas o a través de los chanchullos "legales" de las hipotecas “sub-prime”) y aún otros que se suicidaron por sus frustraciones con la vida misma, TODO ello derivado socialmente de las dinámicas del sistema capitalista imperialista, Una vez que fui capaz de poner un círculo alrededor de esto, al mismo tiempo me di cuenta de que ¡nada de esta porquería tenía que ser así! ¡Ninguna de estas realidades sociales en particular! Y fue en ese momento, que empecé a sentirme como George: "Cuando yo me rebelo, la esclavitud muere conmigo. Me rehusó a que continué una vez más. Mi existencia está basada sobre esos términos".

Al final de nuestro diálogo, creo que mi compañero se hizo consciente, también, que sus propias circunstancias podían solo ser entendidas por el funcionamiento de las más amplias dinámicas y en una gran medida, su larga sentencia en la prisión no se debía tanto a sus "decisiones personales" en la vida en sí sino a que estaba determinada EN PRIMER LUGAR por las decisiones determinadas limitadamente en las que nacimos dentro del contexto de todo, que abarcan las relaciones económicas del sistema capitalista.

El quid del asunto es que, aunque ni yo ni él estábamos “destinados” a llegar a la prisión en algún sentido teleológico, por lo general muchos sectores de la población sí estaban “destinados” a encontrarse en la prisión, en la pobreza o en apuros de varios tipos debido a los dictados del sistema capitalista. ¡De eso no hay duda! Pero… varía quién concretamente se encontrará en ese aprieto y categoría estadística en su vida; no obstante, el hecho de que tal aprieto y categorías son necesarios e fundamentales para el funcionamiento del sistema en general, es evidencia de que tarde o temprano, todos tenemos que volvernos apasionados al decir “NO MÁS DE ESO” cuando lleguemos a entender en lo concreto el problema y su única solución.

BA resumió todo eso mejor cuando mencionó en Lo que la humanidad necesita: Revolución, y la nueva síntesis del comunismo:

Marx señaló lo mismo en otra obra, Grundrisse: una vez que un sistema está establecido y atrincherado firmemente, en ese momento es posible que los individuos tengan la capacidad de cambiar su posición social —tal vez adquieran educación y lleguen a ser parte de la clase media, por ejemplo, o de alguna otra forma rehuyan a la pobreza y lleguen a ocupar una posición en la clase media— pero Marx recalcó algo muy importante: aunque unos individuos puedan contar con la capacidad de hacerlo, las masas populares no pueden evitar las condiciones de dicha existencia en masa, en tanto las masas populares, salvo aboliendo dichas condiciones — salvo, en otras palabras, por medio de la revolución…

La desgracia de las masas populares es tal que, una vez que este sistema esté afianzado y sus dinámicas sean lo que determine el carácter de las cosas —y los confines y límites de lo que es posible en ese sistema—, las masas populares están encadenadas en las condiciones. Además, en referencia de nuevo a la declaración de Marx en Grundrisse, éstas no pueden evitar dichas condiciones en masa —ni en este país ni en otro, y a la larga en el mundo en su conjunto— sin derrocar, arrancar de raíz y abolir completamente dicho sistema y sin reemplazarlo con un sistema emancipador. (pp. 78, 79)

Para mí, eso es lo que significa, en última instancia, Lo BAsico 1:13.

En solidaridad, XXXXXXXXX

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