Carta de un lector en Los Ángeles

Lanzar pitidos contra la brutalidad policial: ¡Ya no soportamos en silencio toda esta injusticia!

Este verano el "nuevo y mejorado" Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) demostró de nuevo que no ha cambiado su naturaleza cruel y despiadada.

Alesia Thomas, una mujer negra de 35 años de edad, llevaba a sus dos hijos (de 3 y 12 años de edad) a la comisaría del LAPD en el barrio sur de Los Ángeles. Le dice a la policía que es una drogadicta y siente que ya no puede cuidar a sus hijos. Se supone que la comisaría de policía es un "lugar seguro" para los niños abandonados. Ella hace exactamente lo que el sistema le dice que haga para proteger a sus hijos. La policía, como para burlarse de ella, va al hogar de Thomas para arrestarla por poner en peligro a sus hijos. El video, que aún no se ha divulgado, grabado por la cámara de la patrulla, muestra lo que sucedió (la descripción viene del LAPD): un oficial le pone la zancadilla para que se caiga y otro la esposa con las manos detrás de la espalda. Llaman a otros dos oficiales y le atan los tobillos con un dispositivo de sujeción, una correa ajustable. Tratan de meterla en el asiento trasero de la patrulla. Una oficial amenaza con patearla en los genitales si no obedece, y de ahí la cumple dándole una patada. La meten en la patrulla y ahí muere.

Eso me enfureció totalmente y yo les maldecía a susurros, acordándome de la respuesta de BA al asesinato de Tyisha Miller, a quien la policía de Riverside, California le disparó 12 veces mientras ella dormía en su carro.

"Si esa es su manera de manejar la situación, ¡que se vayan al carajo! Que se larguen, que se vayan al carajo, que se quiten de la faz de la tierra y dejen en paz a las masas, porque es obvio que hay mil maneras de manejar esa situación que hubieran sido mucho mejores. Y francamente, si nosotros tuviéramos el poder del estado y ocurriera algo así, habríamos preferido que un policía del pueblo diera la vida primero, antes de matar sin sentido a uno de las masas" (Lo BAsico 2:16).

El asesinato policial de Alesia Thomas ocurrió el 22 de junio de 2012 y solamente salió a la luz en agosto porque la investigación de la muerte reveló que existía evidencia videograbada. Durante el mismo período, sucedieron dos otros incidentes del LAPD en la misma semana y se divulgaron porque fueron captados en video.

Ronald Weekley, un estudiante de 20 años que estudiaba Química y cursos de preparación antes de entrar a la carrera de Medicina en la Universidad Xavier en Luisiana, había regresado a su hogar en Venice, California para el verano. Iba en monopatín cerca de su casa, y la policía decidió que estaba en el lado equivocado de la calle. Weekley les hice caso omiso a los policías que se acercaban porque creía que iban a interrogar a otro joven cercano. Cuando abrió la puerta de su casa, cuatro policías lo taclearon por la espalda. Un video de celular muestra que los policías le cayeron y lo sujetaron mientras uno de ellos lo golpeaba en la cara repetidas veces. Weekley perdió el conocimiento. Los oficiales le fracturaron la nariz y un pómulo y provocaron una conmoción cerebral. Lo acusaron del delito grave de resistirse al arresto tras supuestamente ir en monopatín en el lado equivocado de la calle. Benjamín Crump, el abogado de Weekley, el que también representa a la familia de Trayvon Martin, preguntó en la rueda de prensa: "¿Lo detuvieron a él [Weekley] porque estaba en el lado equivocado de la calle o lo atacaron porque era del color equivocado?" Weekley es afroamericano.

Y una vez más: Dos oficiales del LAPD hicieron parar a Michelle Jordan, una mujer blanca de 34 años de edad, enfermera y madre de dos hijos, porque conducía con el celular en la mano, lo que consideraban una infracción. Ella orilló el carro y se bajó. Los policías alegan que ella no obedeció sus órdenes de volver a subirse al carro y que por eso la tiraron al suelo y la esposaron. Mientras estaba esposada, la zamparon contra el suelo de nuevo porque, según su marido, ella los había maldicho. Una cámara de vigilancia del estacionamiento videograbó el incidente y revela que los oficiales se chocaron los puños tras la segunda vez que la echaron al suelo… el comandante con una trayectoria de 22 años en el LAPD le pasaba una lección de su experiencia al novato de 10 meses sobre la forma de lidiar con las mujeres que les faltan el respeto.

Como si eso no fuera suficiente para hacer que uno quiera gritar, salieron a la luz dos previos incidentes de este año. En mayo, se llamó al LAPD para ayudar a un actor de la industria del porn que amenazaba con suicidarse. La policía llamó una ambulancia y acompañó a Marland Anderson, un hombre negro, al hospital. Cuando llegaron al hospital, Anderson estaba en estado crítico con daño cerebral y murió en cosa de cinco días. La autopsia divulgada este verano demuestra "compresión del cuello". Los expertos sospechan que los policías usaron una llave al cuello o se sentaron o le pisaron sobre el cuello. El segundo incidente sucedió en abril cuando muy noche en un barrio de clase obrera de Los Ángeles, el LAPD levantó a un ejecutivo del Deutsche Bank que estaba desconsolado pero cooperativo, pero éste terminó en el hospital con 15 fracturas de los huesos de la cara. Hace poco el ejecutivo presentó una demanda de 50 millones de dólares contra el LAPD.

En la cita anterior de Lo BAsico 2:16, BA señala algo muy importante:

"[E]l papel de su policía es sembrar terror y matar a las masas a sangre fría sin ninguna provocación, matarlas sin necesidad, precisamente porque cuanto más arbitrario sea el terror, más asusta. Precisamente por eso lo hacen y es una parte importante de su oficio".

Por eso, el 13 de septiembre [el lector redactó esta carta antes del 13 de septiembre] todos los que odian a la policía asesina brutal, la etiquetación racial, la encarcelación en masa; todos los que quieren ver que un movimiento nacional cambie el terreno político y quieren contribuir a construir un movimiento para la revolución, tienen que responder al Llamamiento para la Resistencia Nacional contra la Etiquetación Racial, la Brutalidad y Asesinato Policial y el Cauce a la Encarcelación en Masa. Ese día, LAS PERSONAS TIENEN QUE LANZAR PITIDOS y decir: "¡YA NO SOPORTAMOS EN SILENCIO TODA ESTA INJUSTICIA!"

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