Apuntes de la reportera sobre el juicio de los luchadores por la libertad ALTO al Parar y Registrar

Jurada arrestada y expulsada, el fiscal pide la anulación del proceso, un alto oficial da testimonio sobre el plan de arrestar a los manifestantes…

Li Onesto | 18 de noviembre de 2012 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El 5 de noviembre, ni las terribles secuelas del huracán Sandy lograron parar los esfuerzos de este sistema de acelerar sus planes de castigar a cuatro luchadores por la libertad por tomar una valerosa posición contra el parar y registrar. Carl Dix, Jamel Mims, Morgan Rhodewalt y Bob Parsons junto con nueve personas más fueron arrestados en noviembre de 2011 en un acto de desobediencia civil de masas no violenta en frente de la comisaría 103 del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) en Queens. Ahora les han levantado dos cargos de Obstrucción a la Administración Pública y uno de Alteración del Orden Público por no dispersarse, con el potencial de una sentencia de cárcel de doce meses (Vea los antecedentes en "Los acusados están ante un potencial año de prisión por practicar desobediencia civil no violenta: Se inicia el proceso contra los luchadores por la libertad ALTO al 'Parar y Registrar'", Revolución #284, 4 de noviembre de 2012.)

Mientras que decenas de miles de personas en la ciudad siguen sufriendo por la falta de luz, calefacción, gas y refugio, el tribunal del Condado de Queens de nuevo estuvo a flote. Sin demora pusieron en funcionamiento este cauce hacia la encarcelación en masa. La fiscalía salió lista para reanudar sus decididos esfuerzos de castigar a estos luchadores por la libertad por tomar posición contra esta política del parar y registrar racista y completamente ilegítima del NYPD, la que para y hostiga a cientos de miles de personas al año, sobre todo jóvenes negros y latinos. El fiscal volvió, rabioso, para dar un mensaje de que todo el que se oponga resistencia a esta injusticia criminal pagará un fuerte precio. Los acusados, sus defensores y sus partidarios también están decididos de echar por tierra estos esfuerzos.

El principal testigo del fiscal era Charles McEvoy, el oficial al mando de la comisaría 103 donde se dio el cato de desobediencia civil. En 2006, los agentes de esta misma comisaría le pegaron 50 tiros a un carro donde estaba sentado Sean Bell, un hombre negro de 23 años de edad, en víspera de su boda, y lo dejaron muerto en un instante. McEvoy estaba a punto de rendir testimonio, pero primero el tribunal tuvo que tratar otro asunto.

El arresto es una manera de deshacerse de una jurada

Al parecer la "jurada #6" hablaba de ponerse una "camisa de protesta" en el tribunal, una camiseta de Obama se reveló. El juez dijo que ésta tal vez demostrara "al menos" algo de "solidaridad y unidad" con las protestas (¿¡!?). Por eso tuvieron que preguntarle a la jurada #6 si aún podría ser "parcial y justa".

Tal vez parezca que la reacción del tribunal fuera exagerada. Pero, espéreme, la cosa va de mal en peor.

Seis horas después, cuando la jurada #6 estaba a punto de abandonar el palacio de justicia, acudió para recuperar sus objetos personales que le habían confiscado por la mañana cuando pasó por el retén de seguridad. La norma es que a uno le devuelven los objetos en una bolsa de plástico y uno tiene que firmar una forma de recibido. Pero a ella le presentó una bolsa vacía y le dijeron que firmara la forma sin recibir sus objetos personales. Ella objetó, discutió. De ahí, en un dos por tres, le pusieron esposas y la encerraron en un pequeño cuarto y le pusieron cinco cargos de conducta escandalosa.

Los acusados, sus defensores y algunos partidarios todavía estaban en el edificio y ni podían dar crédito. Al mismo tiempo, no era del todo sorprendente. Debra Sweet escribió en stopmassincarceration.org esa noche:

"Lo que hace que el tratamiento de esta jurada sea sospechoso y raro es que ella era el único jurado seleccionado que, durante el proceso de selección, indicó que tenía una opinión negativa acerca del parar y registrar del NYPD, y que el fiscal no la impugnó ni la retiró. Nosotros sabíamos que él no la quería en el jurado. Pero no pudimos haber previsto que los engranajes del sistema de encarcelación en masa nos ofreciera un ejemplo tan gráfico del abuso de los derechos del pueblo".

Cuando se reanudó el proceso el 7 de noviembre, separaron a la jurada #6 de los demás, la llevaron a la sala para interrogarla y sin más la dispensaron. Pero otro jurado estuvo con la jurada #6 cuando el arresto y le comentó a los demás jurados lo que pasó. Por eso, llevaron a los jurados uno por uno a la sala para preguntarles si todavía pudieran tener un criterio "justo e imparcial", en esencia hacia el sistema de injusticia el que había sacado esposada y a rastras a su compañera de jurado meramente por querer que le devolvieran sus objetos personales. Quitaron a otra jurada cuando ella dijo que quería ser imparcial, pero que este arresto todavía la iba a inquietar. Otros jurados describieron lo que pasó como "escandaloso", "aterrador" o "que da miedo", pero dijeron que aún podían ser "justos e imparciales", y por lo tanto los dejaron permanecer.

En lo que la fiscalía claramente consideraba como una crisis y además una oportunidad, el jefe del equipo del fiscal se paró al frente y echó una perorata ante el juez a favor de declarar un juicio nulo.

Según el absurdo argumento del fiscal, ahora no era posible tener un proceso justo porque se había "envenenado" y "contaminado" el jurado porque un integrante del jurado había sido arrestado por una "conducta muy parecida a aquella por la que estaba procesando a los acusados". De hecho, lo único parecido es que arrestaron injustamente a la jurada #6, al igual que le hicieron a los acusados, algo que tal vez le inquiete al fiscal porque el jurado pudiera darse cuenta.

De ahí dijo, "sin perjuicio de lo que digan los jurados acerca de tener un criterio imparcial y justo" y a pesar de las instrucciones cualesquiera del juez, no es posible evitarlo, no es posible que "ellos lo purguen de su sistema porque tiene tanta semejanza con los hechos en este caso". Además, dijo: "Si nosotros estuviéramos enterados de que alguien que hubiera atestiguado un crimen parecido a lo que está bajo proceso aquí, no lo habríamos mantenido en el jurado".

Ante eso, es importante preguntar: ¿¿¡¡eso quiere decir que el fiscal prohibiría, como jurado, a cualquiera que la policía haya parado y registrado jamás, a cualquiera que la policía haya arrestado por protestar contra la injusticia, a cualquiera que la policía haya arrestado injustamente (lo que representa un montón de personas) o a cualquiera que siquiera haya ATESTIGUADO algo de esto!!??

¿Qué clase de justicia es ésta?

Además, el fiscal exigió que se prohibiera la presencia de la jurada #6 en la sala, aunque éste es un proceso público, diciendo que ella había estado en el pasillo conversando con los partidarios de los acusados, tachados todos de "manifestantes". Al parecer, en la opinión del fiscal, la jurada no sólo "contamino" al jurado, sino que ahora su mera presencia en la sala habría "envenenado" más el proceso porque había confraternizado con los partidarios de los acusados.

Por fin, el juez López pronunció que no se prohibiera la presencia de la jurada #6 en la sala, pero si ella se presentara, tendría que sentarse donde el jurado no le podría ver. Además, pronuncio contra el argumento del fiscal a favor de declarar un juicio nulo. El proceso ahora pende de un hilo y es probable que el fiscal pida y obtenga de otro modo un juicio nulo, tal vez dispensando a otros jurados. (Ya no quedan alternos en este momento, y el huracán afectó a dos jurados, que son maestros, lo que implica que quizá no puedan continuar en el jurado.)

La trampa en la comisaría 103

Cuando el inspector adjunto Charles McEvoy rindió testimonio el 5 de noviembre (antes del arresto de la jurada #6), la fiscalía intentó comprobar que los manifestantes eran culpables de bloquear la entrada de la comisaría y por ende eran culpables de Obstrucción de Administración Pública. En esencia, McEvoy dijo que si bien no trastornaron las operaciones normales de la comisaría, ¡tres agentes no pudieron llegar a pasar lista a tiempo y se retrasaron cinco minutos! En serio, eso fue casi lo único que el fiscal pudo presentar como evidencia material de que los manifestantes habían obstaculizado cualquier actividad en la comisaría.

Por lo tanto, si los manifestantes no obstaculizaban ninguna actividad, ¿por qué los arrestaron? El fiscal y el juez insistían que no se trataba de un caso del parar y registrar, la conducta de la policía, etc., pero sí sobre la obstrucción de actividades oficiales. Pero cuando el abogado de la defensa Martin Stolar sometió a repreguntas a McEvoy, salió una parte de la pura verdad de lo que motivaba los arrestos ese día. Le preguntó, "¿Tuvo algo que ver el hecho de que los manifestantes protestaban contra el parar y registrar de parte del NYPD, con su orden de mandar dispersarlos de en frente de la comisaría?" McEvoy, claro, dijo: "Para nada". Stolar tambien le preguntó: "Cuando los manifestantes estaban parados en frente de las puertas de la comisaría y estaba coreando, 'todos somos Sean Bell, al carajo el NYPD', ¿representó eso parte de la razón por la cual usted decidió que no los quería en frente de las puertas de la comisaría?" McEvoy dijo: "Para nada". Pero mediante las repreguntas, la defensa logró sacar a flote algo importante.

El testimonio de McEvoy también reveló que el NYPD sostuvo discusiones antes del hecho sobre la manera, en esencia, de tender una trampa y luego arrestar a los manifestantes. La defensora Meghan Maurus sometió a repreguntas a McEvoy, preguntándole por qué levantaron barricadas pero luego dejaron pasar a los manifestantes.

McEvoy admitío: "Sí, los dejé pasar". Pero cuando le preguntó, "Usted sabía que ellos iban a bloquearlas [las puertas], ¿correcto?", él contestó, "Sí, pero les di dos advertencias suficientes o si no, los sometería al arresto". El video de la policía que pasaron en la sala muestra a los policías cuando dejan pasar a los manifestantes, peor poco después, McEvoy da la orden de dispersarse o ser arrestados. Una clara trampa:

McEvoy: Yo nunca quería que estuvieran en frente de la puerta. Sabía que iban a ir hasta allá. ¿Es que yo quería que estuvieran ahí? No.

Maurus: Bien, ¿por qué los dejaron pasar?

McEvoy: Pues, se les permitió que hicieran la manifestación. Querían protestar en frente de la entrada principal, bloqueaban la entrada a la comisaría. Era posible que pudieran haber obstaculizado las actividades de la policía. Por eso se les dieron dos advertencias distintas para largarse, y si no, estarían sometidos al arresto, las que no acataron.

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Mucho está en juego en este juicio político. Es necesario forjar un apoyo de masas para contrarrestar el intento de castigar a estos luchadores por la libertad. El acusado Jamel Mims comentó el significado más amplio del proceso, en un escrito reciente en la página web Parar la Encarcelación en Masa:

"Aunque que el parar y registrar objetivamente está bajo juicio en la sociedad, a nosotros nos procesan con el potencial de hasta un año en la prisión por protestar la política en la comisaría 103, lo que prendió una ola de resistencia por toda la ciudad contra la política y la encarcelación en masa. No obstante, el refrán del juez y de la fiscalía es que 'el parar y registrar no está bajo juicio aquí'. Dígame, ¿cómo podría tratarse de otra cosa?

"El sistema de encarcelación en masa descansa encima de una contradicción social tipo falla sísmica históricamente centrada en el centro del desarrollo de los Estados Unidos: la opresión y la explotación del pueblo negro y de otras minorías raciales. Desde sus principios, Estados Unidos ha sostenido una mitología aglutinadora de que es 'la mejor nación sobre la tierra' y una sociedad libre y democrática para todos, a la vez que mantiene alguna forma de un sistema de castas raciales y que se apoya en el mismo. Primero la esclavitud, luego la segregación Jim Crow y ahora el 'Nuevo' Jim Crow, la encarcelación en masa. Nos hallamos en medio de una sociedad 'post racial' con igualdad de oportunidades para todos; sin embargo hay 2.4 millones de personas, en su mayoría negros y latinos, almacenadas por todo el país a las cuales les privan de sus derechos, les prohíben el acceso a la vivienda y el derecho de votar, son objeto de la discriminación legal y las obligan a vivir en la vergüenza y deshonra el resto de su vida. El mismo juicio y las actividades de la fiscalía y el juez para excluir toda discusión del parar y registrar nos enseñan muchísimo acerca de la necesidad que enfrentan de conservar este mito, de conservar un barniz de legitimidad a la vez que pisotean nuestros derechos de protestar según la I Enmienda y además violan en lo fundamental los derechos de un sector entero de la población que han criminalizado históricamente".

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Se reanudará el proceso el 13 de noviembre y ojalá que los acusados por fin tengan la oportunidad de dar testimonio y explicar por qué estaban en frente de la comisaría 103 ese día, para oponerse al parar y registrar y la encarcelación en masa. Busque las novedades en revcom.us y en stopmassincarceration.org/trial-blog.

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