¡¡JUSTICIA PARA DAKOTA BRIGHT!!

¡¡Acusar, condenar y mandar a la cárcel al policía asesino — Todo el maldito sistema es culpable hasta las cachas!!

9 de diciembre de 2012 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Revolución recibió este volante del Club Revolución de Chicago:

A las 3:30 de la tarde del 8 de noviembre de 2012, dos días después de la reelección de Barack Obama, la policía de Chicago baleó por detrás de la cabeza a Dakota Bright, de 15 años de edad. Dakota iba a la casa de su abuela, y fue asesinado a balazos a unos cientos de metros de ahí. Los agentes dejaron que su cuerpo esposado quedara tirado en el césped del patio trasero de una casa y, como dicen los testigos, rechazaron la asistencia de una ambulancia. Por cuatro horas el cadáver permaneció ahí mientras la policía se negaba a decirle nada a la familia sobre lo que estaba pasando.

A las 3:30 de la tarde del 8 de noviembre de 2012, dos días después de la reelección de Barack Obama, la policía de Chicago baleó por detrás de la cabeza a Dakota Bright, de 15 años de edad. Foto cortesía de la familia de Dakota Bright.

La policía alega que Dakota les encañonaba a los agentes con una pistola cuando dispararon contra él, pero el arma que estos “recuperaron en el lugar” fue encontrado a tres casas de distancia del cadáver de Dakota. Los testigos afirman que solo hubo un disparo, el que le clavó a Dakota POR DETRÁS DE LA CABEZA. Los hechos son los hechos: ¡Dakota fue asesinado a sangre fría!

Dakota era un joven de 15 años muy típico. Estaba en su primer año en la prepa Paul Robeson, le encantaba bailar música hip-hopera, contar chistes y jugar videojuegos. Para diversión, practicaba la lucha greco-romana y jugaba al básquetbol. Coleccionaba zapatos y sombreros. Y, como todos los adolescentes negros, enfrentaba a diario el hostigamiento y terror policial. Hace dos meses, la policía le había dado una patada en la boca, rompiéndole un trocito del diente y haciendo que tragara otro. Cuando Dakota escupió sangre, lo acusaron de “lesiones graves contra un agente de policía”. La policía dice que lo acusaron de eso porque Dakota “era insolente”. En el viejo Sur “ser insolente” podía provocar el linchamiento de un joven negro. Hoy es la policía que lleva a cabo el linchamiento.

Por varios días después de este asesinato ultrajante, los familiares, amigos y gente de la comunidad han marchado y han realizado mítines y vigilias, demandando “JUSTICIA PARA DAKOTA” y “No más policías que asesinan a nuestros hijos”. Todos deben hacer suyas estas demandas —negros, blancos, latinos, gente de todas las nacionalidades— y popularizarlas en cada rincón de la sociedad. Quedarse de brazos cruzados ante un ultraje como este es inmoral. La lucha por justicia para Dakota es una parte importante de la lucha más amplia contra un sistema injusto de capitalismo-imperialismo que tiene como médula muchísimos años de opresión brutal al pueblo negro.

El caso de Trayvon Martin demostró poderosamente que se requiere la lucha resuelta de miles para obtener siquiera un atisbo de justicia para un joven negro. Los asesinatos policiales constantes, el hostigamiento diario y la encarcelación en masa demuestran que solamente la eliminación del sistema pondrá fin a esos ultrajes de una vez para todas. Y eso requiere la revolución.

La revolución no significa hacer todo a la brava. La revolución significa el alzamiento de millones de personas cuando el momento sea propicio para eliminar este sistema y construir una sociedad totalmente distinta y muchísimo mejor. Ya es hora de construir un movimiento para la revolución, para tener la capacidad de hacer la revolución cuando el momento sea adecuado. Eso significa que hoy tenemos que estar “luchando contra el poder, y transformando al pueblo, para la revolución”. Obtener justicia para Dakota es parte de eso.

¡¡No más policías que asesinan a nuestros hijos!!

¡¡LUCHAR CONTRA EL PODER, Y TRANSFORMAR AL PUEBLO, PARA LA REVOLUCIÓN!!

Lo BAsico 1:13

No más generaciones de nuestra juventud, aquí o a través del mundo, cuyas vidas se acaban, cuyo futuro ya está sellado, que han sido condenados a una muerte temprana o a una vida de miseria y brutalidad, que el sistema ha destinado a la opresión y al olvido incluso antes de que nazcan.  Yo digo no más de eso.

De: Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos.

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